Podríamos
enumerar más de una decena de libros que nos apasionan, que nos trastocan.
Aparecen ante nosotros como una suerte de palabra que revela su magia en el
momento oportuno. Como si antes no hubiéramos podido entender la magnitud de su
significado en nuestra vida. Entonces se vuelven entrañables. Leemos, releemos,
evocamos; porque algo siempre nos hace falta. Desciframos los secretos que en
los libros se encuentran, que nos invitan a soñar, a ser quien nunca seremos y
también a crecer, a transformarnos, a liberarnos o a no soltar un sueño.
Sabemos, secretamente, que cada libro derrumba una pared para regalarnos
ventanas para salir huyendo, para saber cómo quedarnos, para ver lo que nos
espera. También hay otros que nos ayudan a entender que hay puertas que no se
abren, que no deberían abrirse si no es para recibir el porvenir.
Hay algunos libros que nos cambian la vida. Una gran parte de mi educación sentimental se la debo a la casualidad de encontrarme el libro Poesía reunida de Cristina Peri Rossi (Uruguay, 1941). Se trata de un libro que ya va conmigo pues muchas veces me asalta un verso como en una especie de paramnesia. Así que voy por el mundo compartiendo versos, compartiendo historias que conozco y no he vivido. Mi plasmidio es el poema “Mi casa es la escritura”:
Hay algunos libros que nos cambian la vida. Una gran parte de mi educación sentimental se la debo a la casualidad de encontrarme el libro Poesía reunida de Cristina Peri Rossi (Uruguay, 1941). Se trata de un libro que ya va conmigo pues muchas veces me asalta un verso como en una especie de paramnesia. Así que voy por el mundo compartiendo versos, compartiendo historias que conozco y no he vivido. Mi plasmidio es el poema “Mi casa es la escritura”:
En
los últimos años
he
vivido en más de cien hoteles diferentes
(Algolquín,
Hamilton, Humboldt, Los Linajes
Grand
Palace, Víctor Alberto, Reina Sofía, City Park)
en
ciudades alejadas entre sí
(Quebec
y Berlín, Madrid y Montreal, Córdoba
y
Valparaíso, París y Barcelona, Washington
y
Montevideo)
siempre
en tránsito
como
los barcos y los trenes
metáforas
de la vida
En
un fluir constante
Ir
y venir
No
me creció una planta
no
me creció un perro
Sólo
me crecen los años y los libros
que
dejo abandonados por cualquier parte
para
que otro, otra
los
lea sueñe con ellos
En
los últimos años
he
vivido en más de cien hoteles diferentes
en
casas transitorias como días
fugaces
como la memoria
¿cuál
es mi casa?
¿dónde
vivo?
Mi
casa es la escritura
la
habito como el hogar
de
la hija descarriada
la
pródiga
la
que siempre vuelve para encontrar los rostros conocidos
el
único fuego que no se extingue
Mi
casa es la escritura
casa
de cien puertas y ventanas
que
se cierran y se abren alternadamente
Cuando
pierdo una llave
encuentro
otra
cuando
se cierra una ventana
violo
una puerta
Al
fin
puta
piadosa
como
todas las putas
la
escritura se abre de piernas
me
acoge me recibe
me
arropa me envuelve
me
seduce me protege
madre
omnipresente.
Mi
casa es la escritura
sus
salones sus rellanos
sus
altillos sus puertas que se abren a otras puertas
sus
pasillos que conducen a recámaras
llenas
de espejos
donde
yacer
con
la única compañía que no falla
Las
palabras.
Las proteínas
del conocimiento
El poema, unidad autosuficiente y única, muestra una visión del mundo, lo que
llamamos
experiencia vital.
En él está contenido un conocimiento singular,
pues revela otra posibilidad de interpretar el mundo.
Los
carbohidratos del gozo estético
La tradición que concibe la poesía
como
un elemento absoluto.
La carga simbólica de la palabra
poética es tal que se muestra
como un medio de conocimiento que revela al Ser a través de la
experiencia poética, por ello la poesía es un acto trascendental, representa la comunión de dos mundos, el
de la realidad concreta y el
edificado en
el
texto. “Para Peri Rossi la literatura es pasión, porque es arte, y el arte es puro goce;
es, asimismo, exorcismo, ya que nace de la locura y expresa las obsesiones y
los
deseos que angustian al ser humano.”[i]
Literatura y
construcción
La
escritura es una construcción de sintagmas dispuestos de tal manera que
signifiquen algo; por ello, pienso también en la construcción de conocimiento, la
construcción de otros mundos posibles a partir de la imaginación que se ve
concretada en la escritura.
Literatura y
gozo estético
“Yo sostengo que la palabra surge de la pasión y no de la razón. Nace el grito
inarticulado del goce o el dolor y no de la razón. Como en el niño, que grita, que grita o llora antes de saber hablar.”[ii]
Literatura y
lenguaje
“La consideración del
lenguaje poético como
un lenguaje que ya
no corresponde a la expectativa del hombre presente –si es que el hombre del presente latinoamericano tuvo alguna vez una expectativa poética– o a la dimensión y
magnitud del presente del hombre –sean las que sean– responde a una problemática muy tematizada desde la mitad del siglo XIX y puesta en crisis total
con los movimientos de vanguardia estético-históricos de entrado el siglo
inmediato: la del lugar de la poesía, estética y socialmente
considerado.”[iii]
“En la
cultura arcaica el lenguaje poético
es,
todavía, el medio
de expresión más eficaz. La poesía cumple con funciones más amplias y vitales que la mera
satisfacción de aspiraciones literarias. Traslada el culto en palabras, decide sobre las
relaciones sociales, es portadora de sabiduría, derecho y moral. Todo esto
lo hace sin perder su naturaleza lúdica, porque en el marco de la cultura
primitiva sigue siendo un
campo de juego.”[iv]
Literatura y
símbolo
Algunos poetas
reelaboran arquetipos y reinventan símbolos para comunicar una emoción. El
símbolo
logra conjuntar todo
ello porque, como
lo define Lojo:
es un modo de significación, es una estrategia semántica que opera en
lenguajes verbales y no verbales, y que se caracteriza por el despliegue de un sentido múltiple. Entre el sentido literal y los sentidos segundos suele establecerse una relación analógica que será más o menos reducible o formalizable intelectualmente, según el símbolo aumente su poder tensivo,
movilizador, inquietante, o tienda a fijarse en una equivalencia rígida. Además, es importante destacar siempre el carácter opaco, intransitivo, del símbolo, que, como lo señalaron ya los metatextos románticos y prerrománticos, es, antes que significa.[v]
Literatura y
revelación
El arte es
revelación, posibilidad de conocimiento: “La experiencia poética no es otra cosa que revelación de la condición humana”[vi]; la palabra revela un tipo de
conocimiento que puede desentrañarse a partir de las interpretaciones posibles que
guarda el símbolo poético.
Literatura y
trascendencia
“Como poeta, siento que en Evohé está
la clave de casi toda mi poesía: el lanzamiento del erotismo, la metafísica del amor, el acceso a la trascendencia a través de la
voluptuosidad y también la ironía, el sentido del humor, la pirueta burlona que
desdramatiza los efectos
desgarradores
de la pasión.”[vii]
“Estrategias del deseo expresa el anhelo de fusión de los cuerpos; es decir, de dos “yo” que en el momento del éxtasis orgásmico alcanzan la metafísica, la trascendencia. En la fusión erótica hay una vía de acceso a la eternidad que trasciende el sexo por completo. En todo caso, como digo en uno de mis
poemas, es un camino
de ascesis.”[viii]
La
autoconciencia de la nutrición literaria.
La
literatura puede hacernos más humanos, que no buenos. Puede darnos placer y
conocimiento siempre y cuando estemos dispuestos a dejarnos seducir por las
palabras y comenzar la búsqueda de los significados.
Enseñar
literatura es mostrar esas otras puertas al conocimiento y al placer; ya que el
lenguaje lo ocupa todo, la literatura puede referirse a todo lo que no es:
filosofía, ciencia, teología, antropología, etc. Pero nadie abrió una puerta
que no estuvo dispuesto a cruzar.
Completa y estimulante tu interesante exposición, veo que es parte de tu investigación de tesis, y está bien que unas tu tema con este seminario, que lleves esta agua a tu molino para enriquecerlo.
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