Fábrica de palabras:
1. Una rosa amarilla de Jorge Luis Borges.
2. Fábrica de palabras: selección del ser y hacer de las palabras
3. Selección de las más ricas.
4. Texto nuevo.
Una
Rosa Amarilla
Ni
aquella tarde ni la otra murió el ilustre
Giambattista Marino, que las bocas unánimes de la Fama (para usar una imagen que le fue
cara) proclamaron el nuevo Homero y el nuevo
Dante, pero el hecho inmóvil y silencioso
que entonces ocurrió fue en verdad el último
de su vida. Colmado de años y de gloria, el
hombre se moría en un vasto lecho español de columnas labradas. Nada cuesta imaginar a
unos pasos un sereno balcón que mira al poniente
y, más abajo, mármoles y laureles y un jardín
que duplica sus graderías en un agua rectangular. Una mujer
ha puesto en una copa una rosa amarilla; el hombre
murmura los versos
inevitables que a él mismo, para hablar con sinceridad, ya lo hastían un poco:
Púrpura del jardín,
pompa del prado,
gema de primavera, ojo de abril...
Entonces
ocurrió la revelación. Marino vio la rosa, como Adán pudo verla en el Paraíso, y sintió
que ella estaba en
su eternidad y no en sus palabras y
que podemos mencionar o aludir pero no
expresar y que los altos y soberbios volúmenes que formaban en un ángulo de la sala una penumbra de oro no eran (como
su vanidad soñó) un espejo del mundo, sino una
cosa más agregada al mundo.
Esta
iluminación alcanzó Marino en la víspera de su muerte, y Homero y Dante acaso la alcanzaron también.
LA
DOS FÁBRICAS PRINCIPALES DE LAS PALABRAS
Palabras
seleccionadas:
La
fábrica del ser (qué es y cómo es): Giambattista Marino, bocas unánimes,
Colmado de años y de gloria, el hombre, sereno, una rosa
amarilla, versos inevitables,
iluminación, Homero y Dante.
La fábrica del hacer (qué hace y cómo y dónde y cuándo lo hace): aquella
tarde, murió, el último de su vida, mira
al poniente, murmura, hablar con
sinceridad, en su eternidad, sus palabras, un espejo del mundo.
TEXTO NUEVO
En
busca de la eternidad.
Giambattista Marino las bocas hace vibrar,
de Homero y Dante al unánimes sus versos cantar,
Él Colmado de años y de gloria,
hombre sereno que decidió con sinceridad hablar;
estaba ante el día último de su vida
y todavía en busca de la verdad.
Mira al poniente…y a una rosa amarilla oye
murmurar,
la revelación él logró escuchar:
la verdad está en la eternidad de sus
palabras
pues un espejo del mundo serán.
¡Qué bonito! A pesar de que la prosa del texto original es muy poética, no pensé en la posibilidad de crear versos. ¡Buena idea!
ResponderEliminar"Parece un verso sin esfuerzo", suena musical. Muy bien escrito. La distinción de las palabras del ser y hacer me parece que es muy clara.
ResponderEliminarMuy bien la musicalidad
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