¿Cuál o cuáles enfoques voy a utilizar
y por qué?
Tomando en
cuenta que no sabemos quién es el autor del escrito ni el contexto de su
creación, no cabría ningún enfoque cuya dimensión se encuentre fuera del texto.
Por ello, utilizaré el descriptivo y el formal. El punto de vista desde el cual
trabajaré será el del lector individual, pues como no es un texto público sino
en proceso, no podría adivinar su impacto social.
¿Qué es el juicio didáctico?
Entiendo por juicio
didáctico la responsabilidad del maestro de dar una opinión o comentar un
escrito, por principio, con bases teóricas y contenidos académicos que se estén
practicando en ese momento con los alumnos. Este juicio parte del hecho de
tener muy claro cuál es el objetivo del texto, para qué lo pedimos, qué vamos a
evaluar con ello y partir de ahí. Los parámetros teóricos nos pueden ayudar a
tener la base de la crítica homogénea (u obligatoria para evaluación), y ya
después si es posible, podemos ahondar en el contenido del texto y ayudar a que
tenga más elementos literarios. Otra característica que puedo apuntar del
juicio didáctico se relaciona con la crítica constructiva para ayudar al alumno
a mejorar sus herramientas e invitarlo a utilizar otras nuevas: no solamente
señalar la falla sino orientarlo para que la resuelva. Pienso que el juicio
didáctico es un asunto delicado y que debe formularse con mucho cuidado, sin
perder de vista que estamos trabajando con seres humanos sensibles. Tendríamos
que evitar la descalificación, pues la escritura es autoconocimiento y enfrentamiento
con uno mismo: nuestra esencia va de por medio. Para muchas personas, alumnos también,
la escritura de diversos temas personales representa libertad de expresión, así
que creo que hay que motivar esa libertad en lugar de coartarla, pero sin dejar
de lado el hecho de que somos formadores y que tenemos que cubrir ciertas
líneas de conocimiento.
Aplicación
Estamos ante un texto
con grandes posibilidades de ser prosa poética y que además nos lanza algunas
propuestas de tipo filosófico para reflexionar. Entre ellas, y creo que es la
más sólida, que en nuestro interior podemos encontrar las respuestas que
buscamos a los problemas de cada día. Otra es que hay que establecer
comunicación con la naturaleza exterior e interior, como si sentirnos parte de ella
nos hiciera más humanos. Por otro lado, la idea de la existencia del alma, que puede
funcionar como nuestra hermana y consejera, me deja con ganas de escuchar más
sobre ello. Finalmente, nos queda la sensación de que la noche nos cobija y nos
invita a reflexionar, debido al silencio y a la oscuridad, lo cual no
encontramos en el día.
Sin embargo, el texto también nos hace caer en una serie de
contradicciones, pues se dice que el intermediario entre la luna y los humanos
es el bosque, pero al final, el verdadero intermediario es el búho. Si esa idea
se llevara desde el principio hasta el final sería mucho más fuerte el impacto
cuando este habla con Krista.
El recurso de la descripción en un espacio como el que
propone el texto es inagotable, nada menos porque estamos ante la naturaleza
misma. Por eso hay que explotarlo al máximo, pues de la protagonista no sabemos
más que tiene el cabello negro, lo cual resulta difícil de imaginar cuando es
de noche y ella está en un bosque. Se podría describir a la protagonista con
rasgos relevantes para el relato (como la expresión de sus ojos, su estado de
ánimo, el ritmo de su andar rumbo al bosque); o bien, no describirla para que
se entienda que puede ser cualquier persona.
Hay un cambio de tiempos verbales a medio texto, lo cual
resulta confuso. Se empieza a narrar en presente y, de pronto, ya está uno en
el pasado. Sería bueno conservarlo en presente, pues así, uno sentiría que va de
la mano de Krista y recorrería el mismo camino de ella. Es un acierto que se
narre en tercera persona si lo importante es la reflexión final, pero si lo
importante es la epifanía que tiene la protagonista al hablar con el búho,
podría ser mejor la narración en primera persona, desde el punto de vista de
ella.
No podría definir si se trata de un cuento, de un relato, de
una fábula, pues siento que está a medio camino entre uno y otro. Quizás, si
partimos de cuál es el objetivo del texto podríamos llegar a la meta y no para
clasificarlo ni etiquetarlo ni nada de eso, sino para que la idea clara y
estructurada logre llegar al lector. Otros factores indispensables para la
claridad del texto son la facilidad visual y la coherencia gramatical: es
necesario dividir en párrafos que nos indiquen cuándo hay un cambio de tiempo,
de lugar o cuando cambia el personaje que está hablando y revisar la puntuación
—sobre todo los usos de punto y coma(;) y dos puntos(:)— y las reglas de
acentuación.
Es un texto con mucha profundidad que tiene un aire de los
cuentos de Gibrán Jalil Gibrán, pero quizás todavía está muy oscuro. Hay que
darle luz, lo cual se logrará en tanto se dé la adecuada importancia a cada elemento
(los personajes, el lugar, la propuesta filosófica). El material de trabajo ya
está en el texto, ya funciona como boceto y tiene suficiente tela de dónde
cortar, pero le falta abono para que florezca y se convierta en lo que quiere
ser.
Muy buena definición de juicio didáctico. ¡Felicidades!
ResponderEliminarMuy buenas observaciones, todos van avanzando a zancadas
ResponderEliminarMe pareció estupendo cómo vas desmenuzando poco a poco el texto. La fuerza que le hace falta a los personajes principales.Los cambios de tiempos verbales. Quedaría muy contenta de recibir un juicio didáctico tuyo.
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