martes, 25 de marzo de 2014

Cuarta prueba. Binomio Sol-Patricia (una parte)


Modelo de juicio didáctico (Patricia)

1. Elegir enfoques críticos desde los cuales se abordará el análisis del texto.
2. Tomar en cuenta los datos que se tengan del entorno del autor. Solo en el caso de que haya que contextualizar o para enriquecer la descripción.
3. Describir el texto que va a juzgarse. Reconocer sus características formales. Si se trata de un cuento, un poema, etcétera.
4. Analizar figuras retóricas que utiliza el autor. Verificar si funcionan para la comprensión del texto o son confusas y por qué.
5. Señalar las fallas en cuanto a la forma; es decir, ortografía sintaxis. Sobre todo cuando uno de estos errores genere alguna confusión importante o cambie el sentido de lo que se quiere expresar.
6. Señalar las virtudes en cuanto al fondo del texto.
7. Señalar las fallas (en cuanto al fondo) del texto, pero orientar o ayudar en la resolución de las mismas.
8. Ejemplificar claramente (puede ser con citas textuales) las fallas o las virtudes para al autor no le quepa duda a qué nos referimos. 
9. Identificar símbolos o elementos filosóficos presentes en el texto y que den mayor profundidad a lo escrito, pero teniendo cuidado de agregar ideas que no estén ahí.
10. Sugerir, si es necesario, lecturas o referencias para el texto cuaje en su forma adecuada.
11. Animar al autor en caso de que el texto tenga futuro; o bien, exponerle amablemente las razones por las cuales el texto no funciona.
 
Texto original de Sol
 
 
LA TAZA DE BAÑO
Hola, ¿qué les puedo decir?, mi trabajo no es el más bonito que digamos, es más, les aseguro que ninguno de ustedes quisiera estar en mi lugar.
En algunas ocasiones, algunas personas llegan hasta a bendecirme por encontrarme en su camino, pero después de un rato ni las gracias me dan, y otros tantos terminan pagándome mal, dejándome totalmente sucia.
Sí, soy lo que algunos de ustedes están pensando, soy una taza de baño, pero no de cualquier baño ¿eh?, ¡nooo!, soy la taza de un baño público de mujeres en el mercado. En donde por cierto, he logrado conocer diferentes tipos de traseros. Desde aquellos glúteos caídos, planos y flácidos, hasta los bien redonditos y duritos.
Por ejemplo, doña Tencha, una señora obesa y dueña del puesto de ropa de la entrada, ¡tiene una exageración de nalgas!, y cuando se posa en mí, éstas se  desparraman por todos lados, ¡vaya que está pesadita! ¡ah!y todavía se da el lujo de ponerse a leer su revista de Tvynovelas o el periódico y así se le va hasta media hora sentadota sobre mí; tanto que a veces ya no sé si la que puja es ella o soy yo.
También está Renata, la hija de los dueños del puesto más grande de zapatos, y quién por cierto, es sobrina de doña Tencha. Ella por lo regular me visita después de la hora de la comida para devolver los sagrados alimentos que ingiere junto con la familia. Es una adolescente muy bonita y con un cuerpo demasiado esbelto, quien teme ser gorda como su tía o como su mamá.
Y no hablemos de la presumida de doña Chuy, la esposa del carnicero, una cuarentona que se jacta de tener un hermoso trasero, y quien en realidad usa un calzón con esponja, eso sí, ¡carísimo!, de esos que anuncian en la tele, quien a decir verdad, tiene nalgas de cebolla: ¡para llorar!. Vaya que si yo hablara…
En realidad los únicos glúteos que yo he visto hasta ahorita, muy bien formados y bonitos, casi casi como los de la Jennifer López, son los de la muchacha del puesto de las aguas frescas, de esos sí no hay nada que decir, bueno,  de ellos no, pero de ella sí… qué se anda acostando con el carnicero, esposo de doña Chuy. Eso  lo sé porque a veces cuando viene se llaman por teléfono o se mandan mensajes.
Pero en fin,  lo único que les puedo decir es que de todas las tazas de baño de este lugar, soy la más bonita y una de las más nuevas, gracias a eso, algunas de las mujeres que vienen a diario a estos baños me eligen y bueno, aquí quien no se entera de los más recientes  chismes: que si esta anda con aquél, que si la hija de fulana es bien puta, que si le están poniendo los cuernos al marido, que si ya un matrimonio se anda dejando y por qué,  que si esto, que si lo otro, etc.  Aquí las mujeres no tienen pecho de bodega y suelen hasta ponerle de su cosecha, entonces el chisme ¡sí que se arma en grande!
 Por ellas he logrado conocer  algunos tipos de sentimientos que existen, aunque más negativos que positivos, tal como la envidia, la avaricia, la soberbia, el ego,  el desprecio, el rencor y sobre todo la hipocresía.
Me preocupa que quizás dentro de poco ya no sea la más visitada, pues ya comienzo a llenarme de sarro, y es que la encargada de los baños es nueva y aunque ya le enseñaron cómo asearme, nada más se hace pendeja masajeándose por el celular con el de los discos piratas, quien según le viene a ayudar a cerrar, pero en realidad se la viene a manosear bien sabroso, y cuando se da cuenta ya se le hizo tarde,  por lo que sólo me da una pasadita con la escoba en lugar de tallarme bien con el cepillo y dejar que actúe el cloro activo anti-hongos por lo menos tres minutos. ¡Chingada mocosa calenturienta!, a mí no me talla, pero… ¿qué tal se la tallan a ella?
¡Ay! Cómo extraño a Roberta, ella sí que sabía cuidarme y limpiarme muy bien, hasta fragancia fresca me ponía para que a otro día yo estuviera listísima, pero ni modo, así es la vida, hoy les sirvo y quizás mañana no duden en desecharme y cambiarme por una nueva que al igual que yo, se enterará de tantas historias, sino las mismas, segura estoy que parecidas.
 Aplicación del Modelo
Análisis del texto “La taza de baño” de Sol Manzares
Patricia Suárez
 
El texto está narrado en primera persona; el personaje es un escusado que se encuentra en un baño público, en un mercado y que se queja por el uso que le dan. Además cuenta algunos chismes de los que se entera, ya que está en un lugar muy íntimo. Todo el discurso se dirige a un grupo de receptores, aunque no es claro a quiénes.
Es difícil enmarcarlo estructuralmente en un género literario. Es decir, me suena a dos posibilidades, pero no bien definido: por un lado puede ser un cuento, pero no hay ninguna situación, no ocurre nada; por el otro, puede ser un monólogo teatral, pero tampoco tiene la estructura dramática clara ni hay un conflicto en el personaje. Por esa razón me referiré a él como un relato.
Sol, me pareció un gran acierto que utilizaras la prosopopeya con un objeto tan desagradable como una taza de baño. Eso me hizo interesarme de inmediato en el relato, pues nunca me habría pasado por la mente que también los escusados tuvieran sentimientos. Me generaste una sensación de asco pero de morbo a la vez. Es decir, no quería continuar imaginándome las nalgas de las señoras del mercado, pero no podía dejar de leer. Este recurso es excelente porque ubicas al lector en la perspectiva del fondo de la taza. Hay también una gran metáfora, pues a uno le cae encima la mierda, no solo la que defecan los personajes sino la que hay escondida entre las relaciones de ellos.   
En general, está muy bien escrito; sin embargo, debes cuidar algunos detalles. El inicio me parece muy débil. Creo que debería empezar directamente en “Mi trabajo no es el más bonito que digamos”. El cuarto párrafo es confuso, o así lo parece por la puntuación. Le haría bien que lo reestructuraras y colocaras un par de puntos y seguido para hacerlo más claro. Lo mismo sucede con el tercer párrafo de la segunda página, en el cual además creo que hay una errata: debe decir “mensajeándose” y dice “masajeándose”. Por otro lado, ten cuidado cuando usas “quien” como pronombre para referirte a alguien que acabas de mencionar, pues en ocasiones se siente forzado o confunde. Por ejemplo cuando dices:
“Y no hablemos de la presumida de doña Chuy, la esposa del carnicero, una cuarentona que se jacta de tener un hermoso trasero, y quien en realidad usa un calzón con esponja, eso sí, ¡carísimo!, de esos que anuncian en la tele, quien a decir verdad, tiene nalgas de cebolla: ¡para llorar!”.
El primer “quien” es claro que se refiere a dona Chuy, pero en el segundo parece que la tele tiene nalgas de cebolla, y creo que esa no es la idea. Dales una checadita a todos y a la puntuación en general, pues hay algunos adverbios que no saben a dónde pertenecen u oraciones subordinadas separadas con punto y coma, lo cual nos hace perder el ritmo de la lectura.
Finalmente, te sugiero, si así lo deseas, que lleves el texto hacia algún género más claro, pues la idea es muy buena. Me encanta el carácter de la taza y me la imagino con un gran conflicto que la haga quejarse. En el texto privilegias los chismes, pero tienes mucho material en ella, en qué siente, en por qué se queja. Además, ¿a quién se está dirigiendo? Por eso me pareció teatral, porque imaginé que podría quejarse con los espectadores.
Así como está, el texto ya es divertido e irreverente, pero le falta algo de sustancia que lo haga inolvidable. Sin duda, tiene muchas posibilidades de mejorar. 
 
 

1 comentario:

  1. Bastante bien, aunque no hay que usar el concepto "relato" cuando no sabe uno cómo acomodar un texto. Es un cuento al que le falta algo... ¿qué? lo veremos en clase. No explicas porqué le cambias el principio, quitándole una frase... recuerda que no se trata de un gusto tuyo sino de una mejora al espíritu del texto.

    ResponderEliminar