3ra. Prueba de fuego.
Conectando la teoría para desembocar en un juicio estético-didáctico
Por Amado Ocampo Bahena
¿Cuáles enfoques voy a utilizar
y por qué?
Utilizaré los enfoques:
estructural, descriptivo y estilístico.
a. El enfoque
estructural presupone que cualquier procedimiento de la obra no es solamente un
dato material aislado, sino una función con varias generatrices, o sea
respecto a otros elementos de la obra o con respecto a otros textos o género
determinado, a las normas estéticas de la época, etc. El concepto de obra
literaria como discurso autónomo que lleva en sí misma sus propias leyes y
su especificidad intrínseca, está muy contestado, y el concepto de
literariedad que interpreta como una connotación sociocultural variable
según el tiempo y espacio.
b. El enfoque
descriptivo. Dicho enfoque, parte de los siguientes presupuestos:
1. No interesa el orden de
aparición de los elementos en el texto, ya que la descripción se organiza
en forma de diagrama espacial.
2. Las categorías
gramaticales significan en el mismo plano, unas por relación a otras, y no
se puede saltar niveles.
c.El método
estilístico. Intenta descubrir los valores estéticos del estilo
como construcción autónoma, ya que el escritor, aunque parta de estímulos
y modelos anteriores, realiza en la obra un reordenamiento propio que le
da un estilo personal. Benedetto Croce (18661952) en su Estética (1902) propone una
teoría del arte como intuición, que es al mismo tiempo una expresión. El
arte es para Croce un asunto de espíritu[1].
¿Qué es un juicio didáctico?
En clase hemos estudiado que,
un juicio didáctico es aquel que se realiza con la finalidad de emitir
una opinión con respecto a una creación, en este caso literaria, con la
finalidad de que ésta pueda ser mejorada, modificada o complementada
durante su proceso.
También consideramos que la crítica consiste en
ordenar gnoseológicamente los materiales que constituyen nuestro objeto
de interpretación según su contenido de realidad, es decir, según su
contenido de verdad. La
crítica ejercida desde la Teoría de la Literatura, si pretende ser
consistente y consecuente con los conceptos objetivos de las formas
literarias que trata de explicar, ha de estar basada en una gnoseología
que tenga en cuenta los criterios de materia, forma y verdad, es decir, ha de
estar basada en una gnoseología
materialista. Toda disciplina es inseparable de la materia que conforma, es decir, de
la materia que da forma, a su objeto de
conocimiento. La Teoría de la Literatura es inseparable de los materiales de la
literatura.
Por consecuencia la
literatura forma parte esencial también de la enseñanza y del aprendizaje
en el aula. La misión del profesor es fundamentalmente la de actuar
como intermediario entre el lector y el texto para que se produzca docere
aut delectare (docere – la función social de transmitir una serie de
valores históricos, culturales, nacionales..., delectare – el placer del
texto, la afición para la lectura, el espíritu crítico), que sólo puede
ser fruto de la comprensión del mensaje, de la sucesiva y creciente
revelación de lo que la obra ha codificado artísticamente.
- En la
clase de literatura, el comunicador es el escritor, igual que en
cualquier proceso comunicativo donde el mensaje es el texto literario. Los
destinatarios son tanto el profesor como los estudiantes, sólo que el
profesor no es el receptor principal sino secundario cuya función es ser
el mediador en el proceso descifrador de la lectura y del comentario de
texto. Esto es el proceso generador del juicio estético-didáctico en el
aula.
Aplicación
Método formal-descriptivo-
estilístico. Valoramos en el texto libre de la joven de 16 años que:
- Se cuenta, narra, relata un hecho, algo que sucede o sucedió, en un eje espacial y temporal determinado.
- Las formas verbales predominantes son: presente, se va actualizando la acción en la medida que avanza la descripción.
- Aparece gran número de conectores metafóricos: podemos observar cómo se crea el mundo imaginario, con valor estético: noche-día, corazón del bosque, espíritu de la noche, amante de la luna.
- Presenta una estructura narrativa, la trama, construida a partir de una sucesión de hechos (imaginarios o reales) entrelazados en un formato de: introducción – nudo - Desenlace.
- Posee una única línea argumental: el silencio de la noche descubrió la oportunidad de la reflexión.
- Presenta un sólo personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia hablará de uno en particular, que es a quien le ocurren los hechos.
- Está escrito para ser leído de corrido de principio a fin. (Unidad de efecto).
- Es breve.
- Privilegia el desenlace.
Conclusión.
Hasta el momento en clase,
hemos fusionado el arte de la docencia, la apreciación de un texto, con el
apoyo de un intermediario (Dra. Kolteniuk Krauze) y la participación
de los integrantes del seminario. Aquí, las prácticas pedagógicas en el
aula de clase no son ajenas a estos acontecimientos y a los nuevos
discursos que se tejen alrededor de la Educación y la Literatura, por el
contrario, reclaman reflexiones y novedades educativas que sintonicen con
los tiempos que corren y posibiliten una verdadera proximidad entre
escuela y vida.
Desde esta perspectiva, la Didáctica de la Literatura debería ser un
campo de reflexión sobre postulados teóricos, enfoques, discusiones
académicas pero que tienen que ir unidas a prácticas pedagógicas
concretas, propiciando así un diálogo donde el componente conceptual sufre
transformaciones a partir de lo que le dice la realidad del aula y los
procesos que en ella se desarrollan, pero de igual manera
se propician nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje de la
literatura que nos aporta la academia[2].
El crítico es el que juzga las obras literarias según dos criterios: la
norma y el gusto. Es decir, según los modelos y normas de cada género
establecidos por las autoridades clásicas, y a la vez por la impresión
grata o placer que produce la lectura.
Con respecto al texto leído podemos interpretar lo
siguiente. El hombre es un ser social, político y cultural; todas
estas manifestaciones son las que él debe comprender, puesto
que hacen parte de su vida. El hombre no se hace pleno viviendo
simplemente en su medio, necesita salir de ese pequeño círculo en el cual
habita para sentirse realmente humano, ser racional en
potencia. Necesita preguntarse por el sentido de su vida y por otros
aspectos muchas veces intangibles.
Vivimos en un durísimo momento de la historia, que puede tener
diferentes nombres - la catástrofe, el desastre, el apocalipsis,... pero
todos caben en la denominación común de la posmodernidad que hoy es el
fenómeno global, la sociedad líquida. En medio de la desdicha general,
sin embargo, existe alguna promesa o esperanza que pueda rescatar al
ser humano. En la oscuridad profunda del vivir contemporáneo hay
algunas luces que brillan, entre ellas se encuentra también
la literatura llena de esperanza como este breve escrito, que
potencialmente puede ser un gran cuento breve de valor universal.
[1]REINA, María José, Análisis
y crítica literaria. Métodos instrumentos y técnicas, pp. 3-6
[2] ANDERSON Imbert Enrique y AA.VV., La
crítica literaria hoy, pp. 6-8; 13-15
Tu texto es interesante, tiene muchos elementos teóricos, no sé qué tanto pueda ser de utilidad para el autor, vamos a discutirlo
ResponderEliminarEn la conclusión que haces, me pare muy destacable que le señales a la autora, el potencial del tema de su cuento inscrito dentro de una temática universal. Como en Facebook. Me gusta.
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