miércoles, 12 de marzo de 2014

La noche como experiencia de iluminación interior. Por Amado Ocampo Bahena

3ra. Prueba de fuego. Conectando la teoría para desembocar en un juicio estético-didáctico
Por Amado Ocampo Bahena
      ¿Cuáles enfoques voy a utilizar y por qué?
Utilizaré los enfoques: estructural, descriptivo y estilístico.
a.  El enfoque estructural presupone que cualquier procedimiento de la obra no es solamente un dato material aislado, sino una función con varias generatrices, o sea respecto a otros elementos de la obra o con respecto a otros textos o género determinado, a las normas estéticas de la época, etc. El concepto de obra literaria como discurso autónomo que lleva en sí misma sus propias leyes y su especificidad intrínseca, está muy contestado, y el concepto de literariedad que interpreta como una connotación sociocultural variable según el tiempo y espacio.
b.    El enfoque descriptivo. Dicho enfoque, parte de los siguientes presupuestos:
1. No interesa el orden de aparición de los elementos en el texto, ya que la descripción se organiza en forma de diagrama espacial.
2. Las categorías gramaticales significan en el mismo plano, unas por relación a otras, y no se puede saltar niveles.
c.El método estilístico. Intenta descubrir los valores estéticos del estilo como construcción autónoma, ya que el escritor, aunque parta de estímulos y modelos anteriores, realiza en la obra un reordenamiento propio que le da un estilo personal. Benedetto Croce (18661952) en su Estética (1902) propone una teoría del arte como intuición, que es al mismo tiempo una expresión. El arte es para Croce un asunto de espíritu[1].

 ¿Qué es un juicio didáctico?
En clase hemos estudiado que, un juicio didáctico es aquel que se realiza con la finalidad de emitir una opinión con respecto a una creación, en este caso literaria, con la finalidad de que ésta pueda ser mejorada, modificada o complementada durante su proceso.
También consideramos que la crítica consiste en ordenar gnoseológicamente los materiales que constituyen nuestro objeto de interpretación según su contenido de realidad, es decir, según su contenido de verdad. La crítica ejercida desde la Teoría de la Literatura, si pretende ser consistente y consecuente con los conceptos objetivos de las formas literarias que trata de explicar, ha de estar basada en una gnoseología que tenga en cuenta los criterios de materiaforma y verdad, es decir, ha de estar basada en una gnoseología materialista. Toda disciplina es inseparable de la materia que conforma, es decir, de la materia que da forma, a su objeto de conocimiento. La Teoría de la Literatura es inseparable de los materiales de la literatura.
Por consecuencia la literatura forma parte esencial también de la enseñanza y del aprendizaje en el aula. La misión del profesor es  fundamentalmente la de actuar como intermediario entre el lector y el texto para que se produzca docere aut delectare (docere – la función social de transmitir una serie de valores históricos, culturales, nacionales..., delectare – el placer del texto, la afición para la lectura, el espíritu crítico), que sólo puede ser fruto de la comprensión del mensaje, de la sucesiva y creciente revelación de lo que la obra ha codificado artísticamente.
-    En la clase de literatura, el comunicador es el escritor, igual que en cualquier proceso comunicativo donde el mensaje es el texto literario. Los destinatarios son tanto el profesor como los estudiantes, sólo que el profesor no es el receptor principal sino secundario cuya función es ser el mediador en el proceso descifrador de la lectura y del comentario de texto. Esto es el proceso generador del juicio estético-didáctico en el aula.

Aplicación
Método formal-descriptivo- estilístico. Valoramos en el texto libre de la joven de 16 años que:
  • Se cuenta, narra, relata un hecho, algo que sucede o sucedió, en un eje espacial y temporal determinado.
  • Las formas verbales predominantes son: presente, se va actualizando la acción en la medida que avanza la descripción.
  • Aparece gran número de conectores metafóricos: podemos observar cómo se crea el mundo  imaginario, con valor estético: noche-día, corazón del bosque, espíritu de la noche, amante de la luna.
  • Presenta una estructura narrativa, la trama, construida a partir de una sucesión de hechos (imaginarios o reales) entrelazados en un formato de: introducción – nudo - Desenlace.
  • Posee una única línea argumental: el silencio de la noche descubrió la oportunidad de la reflexión.
  • Presenta un sólo personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia hablará de uno en particular, que es a quien le ocurren los hechos.
  • Está escrito para ser leído de corrido de principio a fin. (Unidad de efecto).
  • Es breve.
  • Privilegia el desenlace.


Conclusión.
Hasta el momento en clase, hemos fusionado el arte de la docencia, la apreciación de un texto, con el apoyo de un intermediario (Dra. Kolteniuk Krauze) y la participación de los integrantes del seminario. Aquí, las prácticas pedagógicas en el aula de clase no son ajenas a estos acontecimientos y a los nuevos discursos que se tejen alrededor de la Educación y la Literatura, por el contrario, reclaman reflexiones y novedades educativas que sintonicen con los tiempos que corren y posibiliten una verdadera proximidad entre escuela y vida.
Desde esta perspectiva, la Didáctica de la Literatura debería ser un campo de  reflexión sobre postulados teóricos, enfoques, discusiones académicas pero que tienen que ir unidas a  prácticas pedagógicas concretas, propiciando así un diálogo donde el componente conceptual sufre transformaciones a partir de lo que le dice la realidad del aula y los procesos que en ella se desarrollan,  pero de igual manera se propician nuevas estrategias de enseñanza y aprendizaje de la literatura que nos aporta la academia[2].
El crítico es el que juzga las obras literarias según dos criterios: la norma y el gusto. Es decir, según los modelos y normas de cada género establecidos por las autoridades clásicas, y a la vez por la impresión grata o placer que produce la lectura.
Con respecto al texto leído podemos interpretar lo siguiente. El hombre es un ser social, político y cultural; todas estas manifestaciones  son las que él debe comprender, puesto que hacen parte de su vida. El  hombre no se hace pleno viviendo simplemente en su medio, necesita salir  de ese pequeño círculo en el cual habita para sentirse realmente humano,  ser racional en potencia. Necesita preguntarse por el sentido de su vida y por otros aspectos muchas veces intangibles.
Vivimos en un durísimo momento de la historia, que puede tener diferentes nombres - la catástrofe, el desastre, el apocalipsis,... pero todos caben en la denominación común de la posmodernidad que hoy es el fenómeno global, la sociedad líquida. En medio de la desdicha  general, sin embargo, existe alguna promesa o esperanza que pueda  rescatar al ser humano. En la oscuridad profunda del vivir  contemporáneo hay algunas luces que brillan, entre ellas se encuentra también  la literatura llena de esperanza como este breve escrito, que potencialmente puede ser un gran cuento breve de valor universal.







[1]REINA, María José, Análisis y crítica literaria. Métodos instrumentos y técnicas, pp. 3-6
[2] ANDERSON Imbert Enrique y AA.VV., La crítica literaria hoy, pp. 6-8; 13-15



2 comentarios:

  1. Tu texto es interesante, tiene muchos elementos teóricos, no sé qué tanto pueda ser de utilidad para el autor, vamos a discutirlo

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  2. En la conclusión que haces, me pare muy destacable que le señales a la autora, el potencial del tema de su cuento inscrito dentro de una temática universal. Como en Facebook. Me gusta.

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