miércoles, 5 de marzo de 2014

Coclusión 2da prueba de fuego ALEX

Conclusión 2da prueba de fuego    ALEXANDER A A

 

Juan José Arreola nace el 21 de septiembre de 1918 en el estado de Jalisco, según datos histórico-biográficos empezó a trabajar como encuadernador a muy corta edad y más tarde, desempeñaría un sin número de actividades; hasta que en 1934 escribe sus tres primeros textos, dando comienzo a una prolífica carrera no sólo como escritor sino también como académico y editor.

 

Fue ganador de importantes premios a lo largo de su andar por las letras, estudió en bellas artes, en el Colegio de México, donde se incorpora gracias a la recomendación de Alfonso Reyes; trabajo en el Fondo de Cultura Económica y sus reconocimientos no mermaron en lo absoluto su calidad literaria, que siguió cultivando hasta el día de su muerte.

 

Quizá este recorrido por una interesante vida, al haber ejercido varias labores,  al haber tenido una formación y/o educación en importantes centro de cultura e intelecto, además de su magnífica aportación a la literatura hispano-americana; son lo que hace de Juan José Arreola un importante narrador de historias y un cabal expositor de la cultura de su país.

 

A través de un breve pero completísimo cuento titulado una reputación y desde la visión de Arreola,  podemos apreciar un ejemplo de la vida cotidiana, pero no sólo eso, podemos encontrar entre sus líneas, un ensayo de crítica social y hasta un esbozo de análisis filosófico y psicológico.

 

Entrando de lleno a la obra aquí analizada, podemos encontrar una narración en primera persona del singular, con un narrador intradiegético y protagonista, una conjugación de verbos en presente y pretérito de indicativo y futuro dignos de una secuencia perfecta de la historia que irá mostrando su evolución hasta el desenlace digno de una obra corta pero grande en su contenido.

 

El cuento se ubica en un contexto  en el ambiente de un viaje de autobús de cualquier ciudad; un hombre envuelto en el asedio de la vida cotidiana, quien pretende pasar desapercibido y al mismo tiempo busca ignorar lo que pasa a su alrededor. Sin embargo, la mirada de una mujer a quien él ve con a un ángel (recurso literario de la comparación), lo vuelca en un ánimo de héroe, que lo hacen experimentar una aventura moderna de caballería.

 

Así, asumiendo una actitud protectora de los débiles o quizá viéndose obligado por la presión social, dejando que las miradas se apoderen de su personalidad y se va modelado a tal grado que no se reconoce así mismo. Al final ni siquiera puede abandonar la situación con la idea de perder lo ganado en esa breve encrucijada de moderna caballería.

 

¿Quien no ha viajado en autobús? Este hecho por el quizá cualquiera a pasado, es como esta  narración también nos puede hacer reflexionar sobre las formas de convivencia humana ante la vida cotidiana. Recomendable por demás, este cuento dejará un sabor de boca agradable ante la curiosidad de la ironía manejada dentro de un relato organizado en un serie de hechos que atraparan hasta al más áspero lector, quien encontrará una identificación natural ante el contexto de este viaje.

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