Es difícil enfrentarse, como autor a un lector ajeno (es decir, que no sea familiar o amigo), así que uno mismo pone muchas barreras: que si el tiempo, que si el trabajo, que si el Internet. Sin embargo, este trabajo en pareja nos ha servido mucho, pues hemos enfrentado dos miedos a la vez: el de ejercer un juicio didáctico directamente al autor y el de someter un texto propio a los juicios del otro. Fue un aprendizaje de ida y vuelta porque no solo pusimos en práctica la teoría y lo que hemos discutido en clase, sino que tuvimos que enfrentarnos acoplarnos a las vicisitudes de la otra persona.
Ya refiriéndonos al modelo, ambas autoras utilizamos algunos puntos en común y los jerarquizamos más o menos de igual manera. Así que el modelo en conjunto, quedaría más o menos así:
1. Elegir enfoques críticos desde los cuales se abordará el análisis del texto.
2. Tomar en cuenta los datos que se tengan del entorno del autor. Solo en el caso de que haya que contextualizar o para enriquecer la descripción.
3. Ubicar el texto. Es decir, si se trata de un cuento, un poema, una crónica... y considerar las características de cada género.
4. Describir el texto que va a juzgarse. Identificar personajes, tiempo, espacio.
5. Analizar figuras retóricas que utiliza el autor aliteraciones, símiles, símbolos, metáforas, anáforas, comparaciones, etc. Verificar si funcionan para la comprensión del texto o son confusas y por qué.
6. Señalar las fallas en cuanto a la forma; es decir, ortografía sintaxis. Sobre todo cuando uno de estos errores genere alguna confusión importante o cambie el sentido de lo que se quiere expresar.
7. Identificar y señalar las reacciones emocionales e intelectuales al leer.
8. Señalar las virtudes en cuanto al fondo del texto.
9. Señalar las fallas (en cuanto al fondo) del texto, pero orientar o ayudar en la resolución de las mismas.
10. Ejemplificar claramente (puede ser con citas textuales) las fallas o las virtudes para al autor no le quepa duda a qué nos referimos.
11. Identificar símbolos o elementos filosóficos presentes en el texto y que den mayor profundidad a lo escrito, pero teniendo cuidado de agregar ideas que no estén ahí.
12. Sugerir, si es necesario, lecturas o referencias para el texto cuaje en su forma adecuada.
13. Animar al autor en caso de que el texto tenga futuro; o bien, exponerle amablemente las razones por las cuales el texto no funciona.
Patricia: Sol me mostró que en este modelo dejé fuera las reacciones que a uno le ocurren como lector. Fue gratificante saber que la situé en los lugares que describí. Uno de los objetivos del cuento, que pensé desde el principio se logró: Sol esperaba ver a un hombre que no está. Eso no lo hubiera sabido si no hubiera sometido el texto a la crítica. Me hubiera gustado que la crítica ahondara más en la explicación de los símbolos y de los recursos retóricos porque quisiera saber qué representan para ella los objetos, lugares y situaciones descritos. En general, creo que me fue muy bien con Sol.
Sol: Fue muy enriquecedora la crítica que le hizo Patricia a mi texto "La taza de baño". No quise detenerme en sus observaciones para revisar mis errores, sino hasta la segunda ocasión en que leía su crítica, analizando también algunas de sus sugerencias (Por cierto, muy certeras), mientras subrayaba sobre mi texto impreso los señalamientos.
Llamó mi atención bastante, la dificultad a la que se enfrentó para poder enmarcar mi texto en algún tipo de género literario, porque hizo darme cuenta que al escribirlo, ni yo misma lo había enmarcado en alguno, tan sólo lo escribí con la intención de darle vida y voz a un objeto, sin tomar en cuenta la importancia que tiene hacerlo para que el lector, o en este caso, para que Patricia no pareciera que estuviese frente a un "camaleón literario" en donde a veces pareciera ser cuento, en otras ocasiones un monologo teatral, o bien un relato.
Me dio gusto que haya revisado cada detalle del texto (literal), iniciando por mi entrada, que analizándolo bien, realmente requería de fuerza. De la misma manera revisó los signos de puntuación y la ortografía en cada una de mis oraciones, demostrándome lo confuso y difícil que puede ser entender un texto, cuando no hay claridad en las letras.
De manera general, considero que tuve una excelente crítica, que además de analizar el texto desde la propuesta de su modelo y señalar algunas fallas; también me hizo sugerencias pertinentes para mejorar mi texto, y no dudó, en señalar los puntos a favor del mismo. Dentro de lo que cabe, fue agradable saber que le causó ese morbo al lector por seguir leyéndolo hasta el final, porque esa era la intención del texto que fuera interesante y divertido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario