NUEVA VERSIÓN DE LA FÁBULA "LA CIGARRA Y LA HORMIGA"
Era un día de verano y una hormiga caminaba por el campo muy apresurada recogiendo granos de trigo y otros cereales para tener algo que comer en invierno. Mientras trabajaba sin descanso, se lamentaba por la vida que tenía, pues la hormiga reina, las había educado sólo para el trabajo.
Una cigarra la vio y se sorprendió de que fuera tan laboriosa y de que trabajara cuando los demás animales, sin fatigarse, se daban al descanso. En sus pensamientos tenía el anhelo de ser tan trabajadora como la hormiga y menos optimista con la vida.
Aún no llegaba el invierno cuando la hormiga estresada de tanto trabajo continuaba con su rutina; sin embargo, sentía un poco de felicidad al ver que ya casi tenía completas las provisiones para soportar el invierno. De repente cuando comenzó a sentir esos instantes de felicidad, ésta se vio interrumpida por un fuerte golpe que la redujo a casi nada; un hombre que pasaba por el mismo camino que la hormiga recorría la piso sin querer , pues la hormiga con tanto trabajo y prisa no puso atención a su alrededor, como era de costumbre. La hormiga no pudo disfrutar de todo el trabajo que había hecho en su vida, no esperaba su muerte tan pronto.
La cigarra consternada por lo que vio, se alegró de la vida que llevaba y borró de su mente aquel pensamiento que alguna vez tuvo con respecto a la hormiga. Se alegró de tomar la vida con más calma y aunque en invierno pasó frío, la cobijaba la idea de estar viva aunque sabía que podía estar mejor si trabajaba un poco más. Al final la hormiga muerta y la cigarra sufriendo.
MORALEJA:
Ni tanto trabajo, ni tanto descanso.
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