viernes, 25 de octubre de 2013

Muérdeme pero no me dejes.



Séptima parada.
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Muérdeme pero no me dejes.
Una joven pareja, él de 18 años y ella de 16, se conocieron en la preparatoria  él iba en tercer año y ella en primero. Asistieron a una conferencia sobre derechos sexuales que ofertó la escuela, colgaban dos grandes mantas, en una decía: Cualquier forma de violencia hacia mi persona afecta el disfrute pleno de mi sexualidad y en la otra Ninguna persona debe abusar, acosar, hostigar o explotarme sexualmente. El estado debe garantizarme el no ser torturada/o, ni sometida/o a maltrato físico, psicológico, abuso, acoso, o explotación sexual. Ella sacó su celular y tomó fotos a las dos mantas.

 . A la hora de la salida él la llevó a conocer una casa deshabitada que era de su tía, en el trayecto iban comentando lo de la conferencia, hasta se habían aprendido lo que fotografiaron. Ha pasado un año de noviecitos, debemos conocernos más le dijo él a ella, sí, me gustaría conocer tu fuerza, sostenme en tus manos arriba le dijo ella, y él se quitó la camisa para tener mejor movimiento, la tomó de la espalda y las piernas y la subió cerca del techo de la casa, al bajarla le susurró, quiero ver tus senos, ella emocionada por la fuerza demostrada se quitó la blusa y el sostén dejando al descubierto unos lindos pezones rosados que al contacto con las manos de él se pusieron erectos.

Los dos se quitaron cuanta prenda traían quedando completamente desnudos, él la mordía de una manera brutal  por todo el cuerpo y ella se aferraba a él con uñas y dientes. Las bocas nunca se fundieron una con otra sino que cada una hacía lo suyo en el cuerpo ajeno, lo más sufrido eran los pezones de ella que hasta lloraba de dolor pero…




Magdalena Guzmán Alvarado.

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