Octava
pregunta: ¿Qué necesito sacar de mi
canasta? Por Hernán Cortes
Creo que la literatura no tiene la culpa que
yo sea profesor. Creo que en gran medida he desvirtuado la literatura con mi
forma de actuar como docente o profesor. Así como he “aprendido” a ser profesor
de una materia como literatura, he de desaprender actitudes e ideas
inconvenientes para acercarme a la literatura. Una de ellas es pensar que los
“errores ortográficos” deben castigarse o señalarse con una cruz. Esa es
regularmente mi primera reacción ante aquellos jóvenes que escriben. No debería
de ser así. Las “faltas” ortográficas tienen que ser atendidas en su causa. Y
la causa de las “fallas” ortográficas es la poca lectura entre los jóvenes.
Entonces, la tarea de un profesor de literatura no es “criminalizar” los
errores ortográficos, sino fomentar la lectura, familiarizar a los jóvenes con
los textos más bellos que se han escrito, de tal manera que el lenguaje llegue
a ser un utensilio que ellos manejen para expresarse y construir su
pensamiento.
La idea de que solamente pueden escribir
los sabios o los que han estudiado nos perjudica antes que beneficiarnos. Si
seguimos considerando que solamente un pequeño grupo “puede escribir”, nos estamos
descalificando y también descalificamos a niños o jóvenes que pueden con
libertad y creatividad usar el lenguaje para narrar un cuento o una historia
cotidiana. Recuerdo el caso de los niños que dirigió el compañero Joaquín para
que escribieran y fueran dueños de sus palabras. De ser unos niños sin voz, se
volvieron la voz de su pueblo, el orgullo de sus padres, los “creadores
incultos”. Y nos sorprendieron a todos con su habilidad para describir y narrar
lo que ellos vivieron. Entonces hay que
desechar el prejuicio que solamente los más ilustrados pueden escribir. También
pueden escribir los niños y los jóvenes.
Las “clases” de literatura o de redacción
no tienen que ser teóricas o llenas de conceptos que son lejanos a los niños o
jóvenes, sino que la hora de literatura tiene que ser un encuentro con las
obras de arte literario. El momento de la literatura ha de ser una experiencia
estética que toque al alumno y lo haga disfrutar de la ficción literaria. Y no
quiero ser despectivo con el término, sino considerar que la ficción literaria
es una creación del genio artístico del ser humano. Así que la obra literaria
es una obra de arte que hay que apreciar. De esa manera hay que orientar a los
alumnos para que disfruten la literatura. Entonces las clases de literatura
tendrían que dejar de ser una memorización de conceptos técnicos literarios,
para ser una experiencia estética al escuchar y leer las obras de arte
literario.
Todavía podría decir más, pero lo más
importante va a ser “encantar” a nuestros alumnos con la literatura. Y si
nosotros hemos sido “encantados”, también podremos “encantar” a otros.
Muchas gracias a la maestra Ethel por su
visión alternativa de la literatura y de su enseñanza.
Comparto tus deseos
ResponderEliminarMe encantó cómo iniciaste te texto. Ella no tiene la culpa de que todos la queramos, pero qué bueno que tengamos el deseo de compartirla.
ResponderEliminarTienes que imprimir cada párrafo en cartulina aparte y colgarlo en los salones, periódico mural, biblioteca, etc. espacios comunes de tu escuela. Haz copia para acá, por favor, para el inicio del semestre próximo
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