Mario Hernández. Octava pregunta. ¿QUÉ
NECESITO SACAR DE MI CANASTA?
La metáfora inicial del curso fue: una canasta básica
para el profesor de literatura. Y en ese caminar incesante, primero, a
depositar en ella lo necesario, y ahora, en su siguiente etapa se trata como en las
embarcaciones en situaciones de emergencia: de tirar lastre.
De aplicar esta metáfora, resulta compleja la toma de
decisiones: cómo que primero hay que ir “al mercado a comprar todas las cosas
del mandado”… y ahora al parecer se depositaron en la canasta cosas demás,
bueno, es de esperarse, que más se puede hacer en este ambiente de consumo
desmedido, pero según la indicación esto tiene cara de “buen fin”.
Entonces, resulta que se deben sacar de la canasta
algunas cosas que no se necesitan, bien, así como al principio se hizo
necesario hacer la lista de lo que se necesitaba, ahora se debe hacer la lista
de aquellas cosas que no se necesitan., va pues:
·
Limpieza
de ideas.- desechar la idea
de que el escribir es privilegio de unos cuantos iluminados: siempre pensé
que esta actividad sólo le era dada a mentes selectas, y me resistía a considerar
que yo podía participar de esa mesa a la cual no se me había invitado. Hoy me
doy cuenta que no existe tal invitación previa, quien quiera participar de tal
banquete sólo tiene que acercarse y compartir los deleites que la vida ha
puesto en su pensamiento y disponerse a disfrutarlos.
·
¿Cuál
es el tema más acorde? Esta idea arraigada también constituyó
una limitante, pues se arraigó en mi pensamiento y consideré que exitían temas
propios para escribir sobre ellos, después de leer algunos textos agradables y
sencillos (Atrapados en la escuela y su serie) doy cuenta que sólo es necesario
el querer hacerlo y dar el primer teclazo.
·
Eliminación
de prejuicios.- pensamiento
arraigado de que se requieren atributos especiales para difundir las ideas
propias por escrito: siempre tuve la
idea, y ya se expresó antes, que la escritura era sólo un privilegio de unos
cuantos, y que para que se tuviera acceso a tales planos, era menester la
posesión de atributos especiales, toda vez que al inicio la ideas expresadas en
el papel no seguían la intención del pensamiento y se erigían en cuerpos
retorcidos que no expresaban lo que en el pensamiento se anidaba. Hoy, con el
paso del tiempo y la lectura, puedo avisorar que las palabras están ahí, como
siempre lo han estado esperando a que vaya alguien las tome y les dé forma de acuerdo con las ideas que se quieran
expresar, según el estado de ánimo de quien las esté jugando en el momento.
·
Literatura y contexto: pensar en la literatura como una actividad descontextualizada del
diario vivir. La literatura como todas las actividades que dan forma a la
vida del hombre brotan de su interacción cotidiana de la realidad y no son sólo
contenidos académicos alejados de su realidad o hijos de una vana curiosidad
propia de intelectuales. Las letras dan forma y sentido a la vida del
hombre. Más allá de su utilidad
instrumental propia de una especie desprovista de la naturaleza , existe la
intención de hacer más grato su entorno a través de un mecanismo que se poseé y
se utiliza de la manera más obvia, sin
que se repare en el alto simbolismo que se oculta detrás de cada palabra, de
cada mensaje y de cada intención de gritar lo que el pensamiento no puede y que
sólo con la palabra puede cobrar figura.
·
Revisión
de utensilios.- quizá uno de los utensilios que más he
utilizado y que también se han constituido en limitaciones, es el empleo de una
terminología técnica que en relación concomitante acompaña a la actividad de la
enseñanza de la lengua.
Sin mediar reflexión alguna, por muchos años repetí estos
patrones torturantes para mí y para mis alumnos, hice de la actividad de la enseñanza de la literatura, una
actividad tediosa. Sólo pude romper esa inercia después de compartir con las
compañeras y compañeros del seminario “La canasta básica del profesor de
literatura”y con la doctora Ethel, las vivencias propias de una actividad
literaria que como bien lo afirma ella se ha convertido en un ejercicio de
libertad.
·
Actitudes
inconvenientes.- en este aspecto se alude al hecho de que
la literatura como parte constitutiva de un currículo, adquiere un carácter
obligado por la idea anquilosada de que el alumno debe aprenderal más po deber
que por gusto.
A partir de este seminario, me queda claro que la
literatura como arte es antes un proceso de gozo estético, que una obligación curricular, por lo que más
que una listado de contenidos, implica una revisión de las diversas formas en
como la realidad ha permeado el pensamiento del hombre en diferentes tiempos y
como éste a su vez en relación dialéctica con el mismo, ha compartido con los
demás, las más diversas y bellas formas en que la ha percibido.
Comparto el gozo por la literatura
ResponderEliminarMe gusta tu reflexión. Me hiciste recordar a un maestro que en la carrera me dijo: "Cuando la literatura no se te da, no se te va a dar aunque te guste mucho. Eso es algo que se trae o no se trae". Como si la literatura fuera una especie de destino, ¿no? Yo creo que todos podemos ser "los iluminados".
ResponderEliminarMuy bien, Mario, excelentes reflexiones sobre lo que todos debemos sacar de nuestra canasta, y el comentario de Patricia es siniestro, digo, lo que le dijo ese profesor... ¿de qué materia era?
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