martes, 25 de noviembre de 2014


OCTABA PREGUNTA. ALEXANDER ALVAREZ A.

¿Qué necesito sacar de mi canasta?

Limpiando mis ideas. Para éste punto creo tener claras mis ideas: me gusta y me apasiona leer, pero tengo poco tiempo para hacerlo y poco dinero para ir comprando libros, por lo que entiendo a la mayoría de la población mundial que no tiene acceso a la literatura, por lo vertiginoso de la vida que te hacen enfrascarte en cumplir con compromisos laborales y sociales, sin darte espacio para disfrutar de la compañía de un buen libro. Por lo tanto, sacaré la necesidad de leer con elementos tan formales y leeré más por el gusto y si hay necesidad para alguna lectura particular de saber sus cuestiones teóricas, será  al momento y después de haber disfrutado de su lectura y contenido. ANÉCDOTA: en la universidad, la maestra de métodos de investigación, nunca nos dio clases de métodos de investigación, le gustaba la literatura y nos dio a leer cuentos de juan Rulfo, pero nos preguntaba cosas que mataban el gusto por la lectura. De ahí odié a Rulfo, pero me reconcilié con él recientemente cuando lo leí desde otra perspectiva, ya en la maestría.

Tirando mis prejuicios: tengo un cierto prejuicio hacia la poesía, no me llama mucho la atención, pero no es que no me guste, sino que me ha frustrado querer leerla sabiendo sus elementos teóricos, históricos, etc.  Por lo que debo cambiar esa visión. ANÉCDOTA: una vez fui jurado en un concurso escolar de declamación y nunca me fije en el contenido de la poesía, sino en la actuación del declamador o declamadora, no estoy seguro si entonces ayude a ganar a alguien que no lo merecía.

Revisando mis utensilios: tengo muchos cacharros viejos en la forma de acercarme y de enseñar, no sólo literatura sino otras materias, he tenido que recurrir demasiado a libros de texto hechos para las materias que me ha tocado dar, que han sido muchas. Necesito replantear incluso mi orientación y vocación profesional para ajustar mi desarrollo a partir de lo que me gusta y no de lo que va saliendo, aunque esto es y será difícil ya que se tiene que pasar por esto cuando hay que comer primero y disfrutar después. ANÉCDOTA: cuando comencé a trabajar en la docencia, en el COBAEM, las materias se repartían por academias y me fueron tocando materias que nadie quería o que sobraban, por lo que he dado muchas materias y éstas no siempre me gustan, por lo que sólo doy el contenido de libro de texto y me apego a sus actividades.

Actitudes inconvenientes: yo creo que la única actitud inconveniente pero que engloba mucho, es querer enseñar y querer que aprendan sin pensar en las necesidades de la materia, de la clase o las necesidades desde los alumnos y para los alumnos, necesito adaptarme a ellos y generar situaciones académicas adecuadas.

Reglas inoperantes. Aquí, las reglas según he observado, no son necesariamente mías, más bien considero y reconozco que en las instituciones nos imponen reglas que matan las intenciones de innovar. Hay mucha presión profesional para cumplir con tiempo y formas de evaluación que tiene bajo un yugo a la educación y por tanto no nos permiten y no nos permitimos generar condiciones más positivas. Creo que acaba de salir otro prejuicio.

Dinámicas contraproducentes: aquí retomo un punto anterior, al haber tenido que recurrir a libros de texto, las dinámicas se ajustan a las actividades sugeridas por el libro y se van viciando muchas cosas, generando clases muy cuadradas.

Creo que estoy descubriendo que me hace falta mucho por trabajar para tener una nueva visión de mi enseñanza y mi aprendizaje, estoy consciente de los cambios educativos y laborales en los que está la educación hoy en día, y necesito separar esos cambios para enfocarme en las necesidades educativas actuales desde los alumnos, desde mi vocación de docente y no desde el sistema.

3 comentarios:

  1. Creo que vamos haciendo un buen comienzo, el darnos cuenta.

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  2. Esa organización de las escuelas es terrible. Dar materias "por academias" reduce mucho la calidad de la enseñanza. El sistema no nos ayuda, pero hayque ir buscando formas. Yo también doy Metodología de la Investigación y no me gusta mucho, pero creo que es una materia esencial para la vida académica de los alumnos. Entonces trato de hacer la clase amena, no solo para los alumnos sino tambén para mí.

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  3. Alex, tus reflexiones son realmente clave para todos los profesores. Vamos rompiendo otra "idea anquilosada" que nos paraliza en la impotencia: que la culpa es de los programas y la burocracia institucional (sí es cierto, digamos) y que no podemos hacer nada al respecto más que obedecer (no es precisamente cierto). No somos "cables" transmisores sino personas transformadoras de esa energía que va a parar, iluminándolo, al alumno. Aquí, con ejemplos, lo hemos venido viendo.

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