OCTABA PREGUNTA. ALEXANDER
ALVAREZ A.
¿Qué necesito sacar de mi
canasta?
Limpiando
mis ideas. Para éste punto creo tener claras mis ideas: me gusta y
me apasiona leer, pero tengo poco tiempo para hacerlo y poco dinero para ir
comprando libros, por lo que entiendo a la mayoría de la población mundial que
no tiene acceso a la literatura, por lo vertiginoso de la vida que te hacen
enfrascarte en cumplir con compromisos laborales y sociales, sin darte espacio
para disfrutar de la compañía de un buen libro. Por lo tanto, sacaré la
necesidad de leer con elementos tan formales y leeré más por el gusto y si hay
necesidad para alguna lectura particular de saber sus cuestiones teóricas,
será al momento y después de haber
disfrutado de su lectura y contenido. ANÉCDOTA: en la universidad, la maestra de
métodos de investigación, nunca nos dio clases de métodos de investigación, le
gustaba la literatura y nos dio a leer cuentos de juan Rulfo, pero nos
preguntaba cosas que mataban el gusto por la lectura. De ahí odié a Rulfo, pero
me reconcilié con él recientemente cuando lo leí desde otra perspectiva, ya en
la maestría.
Tirando
mis prejuicios: tengo un cierto prejuicio hacia la poesía,
no me llama mucho la atención, pero no es que no me guste, sino que me ha
frustrado querer leerla sabiendo sus elementos teóricos, históricos, etc. Por lo que debo cambiar esa visión. ANÉCDOTA:
una vez fui jurado en un concurso escolar de declamación y nunca me fije en el
contenido de la poesía, sino en la actuación del declamador o declamadora, no
estoy seguro si entonces ayude a ganar a alguien que no lo merecía.
Revisando
mis utensilios: tengo muchos cacharros viejos en la forma
de acercarme y de enseñar, no sólo literatura sino otras materias, he tenido
que recurrir demasiado a libros de texto hechos para las materias que me ha
tocado dar, que han sido muchas. Necesito replantear incluso mi orientación y
vocación profesional para ajustar mi desarrollo a partir de lo que me gusta y
no de lo que va saliendo, aunque esto es y será difícil ya que se tiene que
pasar por esto cuando hay que comer primero y disfrutar después. ANÉCDOTA:
cuando comencé a trabajar en la docencia, en el COBAEM, las materias se repartían
por academias y me fueron tocando materias que nadie quería o que sobraban, por
lo que he dado muchas materias y éstas no siempre me gustan, por lo que sólo
doy el contenido de libro de texto y me apego a sus actividades.
Actitudes
inconvenientes: yo creo que la única actitud inconveniente
pero que engloba mucho, es querer enseñar y querer que aprendan sin pensar en
las necesidades de la materia, de la clase o las necesidades desde los alumnos
y para los alumnos, necesito adaptarme a ellos y generar situaciones académicas
adecuadas.
Reglas
inoperantes. Aquí, las reglas según he observado, no son
necesariamente mías, más bien considero y reconozco que en las instituciones
nos imponen reglas que matan las intenciones de innovar. Hay mucha presión
profesional para cumplir con tiempo y formas de evaluación que tiene bajo un
yugo a la educación y por tanto no nos permiten y no nos permitimos generar
condiciones más positivas. Creo que acaba de salir otro prejuicio.
Dinámicas
contraproducentes: aquí retomo un punto anterior, al haber
tenido que recurrir a libros de texto, las dinámicas se ajustan a las actividades
sugeridas por el libro y se van viciando muchas cosas, generando clases muy
cuadradas.
Creo que estoy descubriendo
que me hace falta mucho por trabajar para tener una nueva visión de mi enseñanza y
mi aprendizaje, estoy consciente de los cambios educativos y laborales en los
que está la educación hoy en día, y necesito separar esos cambios para
enfocarme en las necesidades educativas actuales desde los alumnos, desde mi vocación de docente y no desde
el sistema.
Creo que vamos haciendo un buen comienzo, el darnos cuenta.
ResponderEliminarEsa organización de las escuelas es terrible. Dar materias "por academias" reduce mucho la calidad de la enseñanza. El sistema no nos ayuda, pero hayque ir buscando formas. Yo también doy Metodología de la Investigación y no me gusta mucho, pero creo que es una materia esencial para la vida académica de los alumnos. Entonces trato de hacer la clase amena, no solo para los alumnos sino tambén para mí.
ResponderEliminarAlex, tus reflexiones son realmente clave para todos los profesores. Vamos rompiendo otra "idea anquilosada" que nos paraliza en la impotencia: que la culpa es de los programas y la burocracia institucional (sí es cierto, digamos) y que no podemos hacer nada al respecto más que obedecer (no es precisamente cierto). No somos "cables" transmisores sino personas transformadoras de esa energía que va a parar, iluminándolo, al alumno. Aquí, con ejemplos, lo hemos venido viendo.
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