domingo, 8 de junio de 2014

séptima prueba de fuego, ALEXANDER A A

Séptima prueba de fuego. ALEXANDER ALVAREZ ARELLANO

¿Ser diferentes entre iguales?

Pues ahora si se pone difícil la cuestión; parece que me siento en una encrucijada, al establecer parámetros lo más cercano posible a un estado de equilibrio que no he visto nunca en alguna convocatoria, pero se me ocurre lo siguiente.

¿Cómo armar convocatorias para concursos?

Creo que se deben armar convocatorias en base a criterios, alcances, tiempo, personas a participar, todo esto que sea muy claro y acorde sólo a lo que se quiere como resultado del propio concurso, en este sentido si he visto convocatorias bien armadas que no dejan lugar a dudas de que se está requiriendo. El problema que veo, es en la difusión, ya que muchas veces no se programan los tiempos, ni elementos necesarios para que la información llegue en tiempo y forma a los diferentes sectores de la población con facultades para participar, en este sentido, creo que deberían programarse concursos con mucha anticipación y pensando en tiempos bien marcados que permitan crear faces de concurso que integre a la mayor población posible.

¿Cómo establecer bases y criterios de selección?

Primero considero que se debe de pensar en el tipo de público al que se quiere impactar, con esto, clasificar y/o categorizar por rangos de edad, de formación, de particularidades de población como si es rural o urbano, género, etc. Con esto se establecerían bases y criterios acorde a cada rango para tener el mejor formato posible de concurso.

¿Cómo elegir y descartar? Y ¿Cómo evitar a la discriminación, el sesgo, la parcialidad?

En este punto, recuerdo cuando invite a mis alumnos para hacer las obras para llevarlas al seminario, lo primero que me preguntaron era que qué ganarían, si puntos extras o algo así, al decirles que no, que sólo sería un apoyo para mí y una forma de aprender algo diferente de la clase; la mayoría  solitos se descartaron.

En esta parte coloqué dos preguntas juntas porque creo se pueden contestar juntas, y al mismo tiempo mi respuesta seria parecida a la anterior, ya que depende de factores y rangos que hacen que cada concurso vaya dirigido sólo a un sector poblacional específico, por lo tanto evitar el sesgo, la parcialidad o incluso la discriminación se me hace difícil lograrlo o que no ocurran, incluso hay sectores que se auto-discriminan o que por su naturaleza ya se establecen un sesgo y una parcialidad naturales, por ejemplo: rango edad, preparación académica, categorías como primaria, secundaria, preparatoria, etc. Esto marca, quizá sin querer una tendencia que permite elegir y al mismo tiempo descartar dependiendo del tipo de concurso que se quiera establecer, y que al mismo tiempo sesga a una población y parcializa la participación, creo que es la pregunta más compleja. En literatura quizá se pudiera establecer un criterio de visión o enfoque como: la niñez y sus inquietudes, la adolescencia y su visón de la realidad, la juventud, la visión del campo o de la ciudad, la visión de lo intelectuales y su mirada a otros sectores, incluso hacer categorías transversales para tomar la mirada mutua de cada uno hacia el otro; cómo ven los del campo a los de la ciudad, la niñez a los adultos. Todo esto con categorías como ensayo, cuento, poesía, etc. Que pudieran hacer más amplia la visión y la participación de diversos sectores poblacionales.

¿Cómo premiar y estimular? ¿Cómo seleccionar entre los ya elegidos para publicar en espacios reducidos y no caer en la contradicción de un doble juicio?

El mejor estimulo es la publicación de la obra, aquí se me ocurre algo como lo que hizo el compañero Joaquín en Taxco guerrero, que editaron un libro con el resultado del trabajo creativo de niños de primaria de esa zona, o en su caso acercarse a revistas de universidades, centro de estudio. Periódicos locales y hasta nacionales que dieran un espacio tanto a las convocatorias como a las obras, y según el tipo de trabajo, tener un grupo de curadores que seleccionen las categorías y las obras que pudieran ser publicadas en los diversos espacios gestionados para el apoyo a la cultura literaria y humanística. En cuanto a los premios, según el punto anterior se debe ir formando la cultura de que el premio más valioso debería ser la formación adquirida y la posibilidad del crecimiento como sociedad y ser humano a través de concursos literarios, humanísticos, sociológicos, históricos, etc. Pensando en la aportación a la humanidad como estímulo principal, sin embargo, creo  también que los premios deberían darse en base a la necesidad del ganador, obviamente sesgado al recurso destinado como premio, porque hay de necesidades a necesidades. Creo que con buenos patrocinadores los premios sí podrían ayudar mucho a cubrir ciertas necesidades que harían que cada vez más concursantes estuvieran motivados a participar.

¿Cómo contrarrestar la frustración, la deserción?

Considero que la deserción tiene muchos elementos que no siempre están al alcance de quien pretende hacer el análisis, o que pretende hacer propuestas de no deserción, las personas desertan por varios motivos y si pensáramos en como retenerlos, se necesitarían siempre recursos con los que puede ser muy difícil contar, necesitaríamos tener un tipo de estructura social y de gobierno cómo en china, donde detentan talentos y los apartan de sus entorno para desarrollarlos en ámbitos controlados que no permiten la deserción. En cuanto a evitar la frustración, sólo dando reconocimientos de participación e integrándolos a un círculo de apoyo académico que los hagan sentir que están creciendo en sus inquietudes literarias y humanísticas y que su aportación es importante para su sociedad (¡pero los recurso…!).

¿Se puede ser juez y ser justo a la vez?
Yo creo que no, los criterios en las convocatorias se enmarcan  en líneas de legalidad, la ley refleja una norma de uso basado en requerimientos de realidad pero no siempre refleja la justicia. A lo que se puede aspirar es a tratar de establecer los parámetros más incluyentes posibles. Esto se lograría gracias a que cada convocatoria estuviera hecha por expertos agrupados en comités que elaboren las bases en criterios amplios.

Ejemplo de modelo:
Yo propondría que una vez fundado el primer centro de crítica y creación literaria del estado de Morelos, éste centro tendría la facultad de armar convocatorias y concursos que con el vínculo del gobierno, diversas secretarias, universidades y centros de estudio y propondría en siguiente concurso:

Armando convocatoria para concurso.

EL CENTRO DE CRÍTICA Y CREACIÓN LITERARIA DEL ESTADO DE MORELOS
CONVOCA AL: PRIMER CONCURSO DE CREACIÓN DE MITOS
El concurso en dividirá en categorías de edad de 12 a 17, 18 a 23, 24 a 29 y de 30 a 40.

Los ejemplos de diferentes mitos y sus elementos podrán ser revisados en la página de internet www.cecyclem.org.mx (ficticia).

Se tomaran en cuenta elementos como:

  • Características estilísticas, estructurales y gramaticales.
  • Los trabajos deberán ser inéditos y Originales.
  • Apego a los elementos formales del mito (revisarlos en la página de internet).
  • Extensión (mínimo una cuartilla y máximo  3 cuartillas).
  • El autor deberá usar un nombre diferente al propio (seudónimo) con el fin de evitar sesgos en la calificación.
Los trabajos podrán ser entregados en papel o en formato digital en la página oficial o en las diversas oficinas (en ayuntamientos, puestos de periódicos, oficinas de partidos políticos, etc.),  que en cada municipio estarán apoyando el proceso de recepción.

Los premios serán entregados a los ganadores por parte del comité organizador.

Se entregará reconocimientos de participación a todos los concursantes, así como apoyo en beca económica para ingresar a talleres de formación literaria y humanística en casas de cultura en cada municipio.

Atentamente
Comité organizador del CECYCLEM

 

 

1 comentario:

  1. Me encanta lo del centro de crítica y creación literaria!!! Vamos organizándolo...

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