lunes, 9 de junio de 2014

TRABAJO FINAL de Patricia Suárez


Trabajo final (Patricia Suárez)
Primera prueba de fuego

Lluvia de ideas
1. Atrapa desde el principio.
2. Hay tensión gracias a que uno no sabe para dónde irá la historia.
3. Maneja lenguaje sencillo y fácil de seguir.
4. Es divertido.
5. Al describir una situación cotidiana logra que el lector se identifique de inmediato.
6. Un cambio de actitud puede ser la diferencia.
7. La presión social se apodera de la personalidad real.
8. La satisfacción y el reconocimiento funcionan como una droga.

Orden jerárquico
1. Maneja lenguaje sencillo y fácil de seguir.
2. Al describir una situación cotidiana logra que el lector se identifique de inmediato.
3. Es divertido.
4. Un cambio de actitud puede ser la diferencia.
5. Atrapa desde el principio.
6. Hay tensión gracias a que uno no sabe para dónde irá la historia.
7. La satisfacción y el reconocimiento funcionan como una droga.
8. La presión social se apodera de la personalidad real.

Primera prueba (aplicación)
Todos nos hemos subido a un autobús y nos hemos sentido un poco culpables cuando nos sentamos en el asiento reservado para mujeres embarazadas o ancianos. Aunque simulemos el agotamiento o la lectura sabemos que alguien nos observa con ojos acusadores. Pero ¿qué pasaría si un día decidiéramos cambiar de actitud, tomáramos valor, nos levantáramos y ofreciéramos el lugar a alguien que lo necesitara más que nosotros? ¿Nos convertiríamos en héroes o el acto pasaría inadvertido por todos los observadores?
En el cuento “Una reputación”, el escritor Juan José Arreola nos ofrece una aventura marcada por las ironías y la presión constante de la sociedad en que vivimos, misma que nos obliga en muchas ocasiones a cambiar nuestro rumbo habitual y nuestra personalidad.
El relato de lo cotidiano, muy utilizado por el autor aunque de distintas formas en sus cuentos, hace que uno, como lector, se identifique de inmediato; además, el suceso resulta divertido por la variedad de sentimientos que se manifiestan entre los pasajeros y que todas las personas que hemos viajado en transporte público hemos sentido. Desde el inicio, el hecho de que el personaje tome una decisión diferente a la normal nos engancha en la curiosidad.
Durante la lectura se mantiene la tensión, pues uno nunca sabe hacia dónde irá el desenlace y se deja sorprender en todo momento. Quizás, un relato de este tipo nos resulta atractivo porque vemos cómo el reconocimiento social se convierte en una droga que nos hace desear cada vez un poco más. Sin duda, el texto aborda un tema común en nuestra sociedad mexicana porque todos nos hemos dejado llevar en algún momento por el qué dirán.
Así, con el estilo elegante pero sencillo y con ese uso impecable, soberbio del lenguaje, Arreola eleva con eficacia un simple y burdo suceso cotidiano a una aventura de caballería.

Segunda Prueba de fuego

Entre lo cotidiano y lo inusual
Todos nos hemos subido a un autobús y nos hemos sentido un poco culpables cuando nos sentamos en el asiento reservado para mujeres embarazadas o ancianos. Aunque simulemos el agotamiento o la lectura sabemos que alguien nos observa con ojos acusadores. Pero ¿qué pasaría si un día decidiéramos cambiar de actitud, tomáramos valor, nos levantáramos y ofreciéramos el lugar a alguien que lo necesitara más que nosotros? ¿Nos convertiríamos en héroes o el acto pasaría inadvertido por todos los observadores?
            En el cuento “Una reputación”, el escritor Juan José Arreola nos ofrece una aventura marcada por las ironías y la presión constante de la sociedad en que vivimos, misma que nos obliga en muchas ocasiones a cambiar nuestro rumbo habitual y nuestra personalidad.
         El relato de lo cotidiano, muy utilizado por el autor aunque de distintas formas en sus cuentos, hace que uno, como lector, se identifique de inmediato; además, el suceso resulta divertido por la variedad de sentimientos que se manifiestan entre los pasajeros y que todas las personas que hemos viajado en transporte público hemos sentido. Desde el inicio, el hecho de que el personaje tome una decisión diferente a la normal nos engancha en la curiosidad.            
Durante la lectura se mantiene la tensión, pues uno nunca sabe hacia dónde irá el desenlace y se deja sorprender en todo momento. Quizás, un relato de este tipo nos resulta atractivo porque vemos cómo el reconocimiento social se convierte en una droga que nos hace desear cada vez un poco más. Sin duda, el texto aborda un tema común en nuestra sociedad mexicana porque todos nos hemos dejado llevar en algún momento por el qué dirán.
            Así, con el estilo elegante pero sencillo y con ese uso impecable, soberbio del lenguaje, Arreola eleva con eficacia un simple y burdo suceso cotidiano a una aventura de caballería.

Tercera prueba de fuego
            ¿Cuál o cuáles enfoques voy a utilizar y por qué?
Tomando en cuenta que no sabemos quién es el autor del escrito ni el contexto de su creación, no cabría ningún enfoque cuya dimensión se encuentre fuera del texto. Por ello, utilizaré el descriptivo y el formal. Lo sí sabemos es que una muchacha, adolescente y eso ya nos da algunas ideas para contextualizar. El punto de vista desde el cual trabajaré será el del lector individual, pues como no es un texto público sino en proceso, no podría adivinar su impacto social.
            ¿Qué es el juicio didáctico?
Entiendo por juicio didáctico la responsabilidad del maestro de dar una opinión o comentar un escrito, por principio, con bases teóricas y contenidos académicos que se estén practicando en ese momento con los alumnos. Este juicio parte del hecho de tener muy claro cuál es el objetivo del texto, para qué lo pedimos, qué vamos a evaluar con ello y partir de ahí. Los parámetros teóricos nos pueden ayudar a tener la base de la crítica homogénea (u obligatoria para evaluación), y ya después si es posible, podemos ahondar en el contenido del texto y ayudar a que tenga más elementos literarios. Otra característica que puedo apuntar del juicio didáctico se relaciona con la crítica constructiva para ayudar al alumno a mejorar sus herramientas e invitarlo a utilizar otras nuevas: no solamente señalar la falla sino orientarlo para que la resuelva. Pienso que el juicio didáctico es un asunto delicado y que debe formularse con mucho cuidado, sin perder de vista que estamos trabajando con seres humanos sensibles. Tendríamos que evitar la descalificación, pues la escritura es autoconocimiento y enfrentamiento con uno mismo: nuestra esencia va de por medio. Para muchas personas, alumnos también, la escritura de diversos temas personales representa libertad de expresión, así que creo que hay que motivar esa libertad en lugar de coartarla, pero sin dejar de lado el hecho de que somos formadores y que tenemos que cubrir ciertas líneas de conocimiento.
Aplicación
Estamos ante un texto con grandes posibilidades de ser prosa poética y que además nos lanza algunas propuestas de tipo filosófico para reflexionar. Entre ellas, y creo que es la más sólida, que en nuestro interior podemos encontrar las respuestas que buscamos a los problemas de cada día. Otra es que hay que establecer comunicación con la naturaleza exterior e interior, como si sentirnos parte de ella nos hiciera más humanos. Por otro lado, la idea de la existencia del alma, que puede funcionar como nuestra hermana y consejera, me deja con ganas de escuchar más sobre ello. Finalmente, nos queda la sensación de que la noche nos cobija y nos invita a reflexionar, debido al silencio y a la oscuridad, lo cual no encontramos en el día.
Sin embargo, el texto también nos hace caer en una serie de contradicciones, pues se dice que el intermediario entre la luna y los humanos es el bosque, pero al final, el verdadero intermediario es el búho. Si esa idea se llevara desde el principio hasta el final sería mucho más fuerte el impacto cuando este habla con Krista.
El recurso de la descripción en un espacio como el que propone el texto es inagotable, nada menos porque estamos ante la naturaleza misma. Por eso hay que explotarlo al máximo, pues de la protagonista no sabemos más que tiene el cabello negro, lo cual resulta difícil de imaginar cuando es de noche y ella está en un bosque. Se podría describir a la protagonista con rasgos relevantes para el relato (como la expresión de sus ojos, su estado de ánimo, el ritmo de su andar rumbo al bosque); o bien, no describirla para que se entienda que puede ser cualquier persona.
Hay un cambio de tiempos verbales a medio texto, lo cual resulta confuso. Se empieza a narrar en presente y, de pronto, ya está uno en el pasado. Sería bueno conservarlo en presente, pues así, uno sentiría que va de la mano de Krista y recorrería el mismo camino de ella. Es un acierto que se narre en tercera persona si lo importante es la reflexión final, pero si lo importante es la epifanía que tiene la protagonista al hablar con el búho, podría ser mejor la narración en primera persona, desde el punto de vista de ella.
No podría definir si se trata de un cuento, de un relato, de una fábula, pues siento que está a medio camino entre uno y otro. Quizás, si partimos de cuál es el objetivo del texto podríamos llegar a la meta y no para clasificarlo ni etiquetarlo ni nada de eso, sino para que la idea clara y estructurada logre llegar al lector. Otros factores indispensables para la claridad del texto son la facilidad visual y la coherencia gramatical: es necesario dividir en párrafos que nos indiquen cuándo hay un cambio de tiempo, de lugar o cuando cambia el personaje que está hablando y revisar la puntuación —sobre todo los usos de punto y coma(;) y dos puntos(:)— y las reglas de acentuación.
Es un texto con mucha profundidad que tiene un aire de los cuentos de Gibrán Jalil Gibrán, pero quizás todavía está muy oscuro. Hay que darle luz, lo cual se logrará en tanto se dé la adecuada importancia a cada elemento (los personajes, el lugar, la propuesta filosófica). El material de trabajo ya está en el texto, ya funciona como boceto y tiene suficiente tela de dónde cortar, pero le falta abono para que florezca y se convierta en lo que quiere ser. 

Cuarta prueba de fuego (Binomio Sol-Patricia)
Modelo de juicio didáctico (Patricia)
1. Elegir enfoques críticos desde los cuales se abordará el análisis del texto.
2. Tomar en cuenta los datos que se tengan del entorno del autor. Solo en el caso de que haya que contextualizar o para enriquecer la descripción.
3. Describir el texto que va a juzgarse. Reconocer sus características formales. Si se trata de un cuento, un poema, etcétera.
4. Analizar figuras retóricas que utiliza el autor. Verificar si funcionan para la comprensión del texto o son confusas y por qué.
5. Señalar las fallas en cuanto a la forma; es decir, ortografía sintaxis. Sobre todo cuando uno de estos errores genere alguna confusión importante o cambie el sentido de lo que se quiere expresar.
6. Señalar las virtudes en cuanto al fondo del texto.
7. Señalar las fallas (en cuanto al fondo) del texto, pero orientar o ayudar en la resolución de las mismas.
8. Ejemplificar claramente (puede ser con citas textuales) las fallas o las virtudes para al autor no le quepa duda a qué nos referimos. 
9. Identificar símbolos o elementos filosóficos presentes en el texto y que den mayor profundidad a lo escrito, pero teniendo cuidado de agregar ideas que no estén ahí.
10. Sugerir, si es necesario, lecturas o referencias para el texto cuaje en su forma adecuada.
11. Animar al autor en caso de que el texto tenga futuro; o bien, exponerle amablemente las razones por las cuales el texto no funciona.

Análisis del texto “La taza de baño” de Sol Manzares
El texto está narrado en primera persona; el personaje es un escusado que se encuentra en un baño público, en un mercado y que se queja por el uso que le dan. Además cuenta algunos chismes de los que se entera, ya que está en un lugar muy íntimo. Todo el discurso se dirige a un grupo de receptores, aunque no es claro a quiénes.
Es difícil enmarcarlo estructuralmente en un género literario. Es decir, me suena a dos posibilidades, pero no bien definido: por un lado puede ser un cuento, pero no hay ninguna situación, no ocurre nada; por el otro, puede ser un monólogo teatral, pero tampoco tiene la estructura dramática clara ni hay un conflicto en el personaje.
Sol, me pareció un gran acierto que utilizaras la prosopopeya con un objeto tan desagradable como una taza de baño. Eso me hizo interesarme de inmediato en el relato, pues nunca me habría pasado por la mente que también los escusados tuvieran sentimientos. Me generaste una sensación de asco pero de morbo a la vez. Es decir, no quería continuar imaginándome las nalgas de las señoras del mercado, pero no podía dejar de leer. Este recurso es excelente porque ubicas al lector en la perspectiva del fondo de la taza. Hay también una gran metáfora, pues a uno le cae encima la mierda, no solo la que defecan los personajes sino la que hay escondida entre las relaciones de ellos.  
En general, está muy bien escrito; sin embargo, debes cuidar algunos detalles. El cuarto párrafo es confuso, o así lo parece por la puntuación. Le haría bien que lo reestructuraras y colocaras un par de puntos y seguido para hacerlo más claro. Lo mismo sucede con el tercer párrafo de la segunda página, en el cual además creo que hay una errata: debe decir “mensajeándose” y dice “masajeándose”. Por otro lado, ten cuidado cuando usas “quien” como pronombre para referirte a alguien que acabas de mencionar, pues en ocasiones se siente forzado o confunde. Por ejemplo cuando dices:
“Y no hablemos de la presumida de doña Chuy, la esposa del carnicero, una cuarentona que se jacta de tener un hermoso trasero, y quien en realidad usa un calzón con esponja, eso sí, ¡carísimo!, de esos que anuncian en la tele, quien a decir verdad, tiene nalgas de cebolla: ¡para llorar!”.
El primer “quien” es claro que se refiere a dona Chuy, pero en el segundo parece que la tele tiene nalgas de cebolla, y creo que esa no es la idea. Dales una checadita a todos y a la puntuación en general, pues hay algunos adverbios que no saben a dónde pertenecen u oraciones subordinadas separadas con punto y coma, lo cual nos hace perder el ritmo de la lectura.
Finalmente, te sugiero, si así lo deseas, que lleves el texto hacia algún género más claro, que puede ser el cuento. Hasta hora te quedaste solo en contar una anécdota, pero que para que sea cuento debería tener un conflicto de dos fuerzas. Por ejemplo: ¿qué haría la taza si dejaran de visitarla porque está sucia? o algo así. La idea es buena pero le falta desarrollo. Me encanta el carácter de la taza y me la imagino con un gran conflicto que la haga quejarse. En el texto privilegias los chismes, pero tienes mucho material en ella, en qué siente, en por qué se queja. Además, ¿a quién se está dirigiendo? Por eso me pareció teatral, porque imaginé que podría quejarse con los espectadores.
Así como está, el texto ya es divertido e irreverente, pero le falta la estructura literaria adecuada para que fluya mejor. Sin duda, tiene muchas posibilidades de mejorar.

Infidelidad
Patricia Suárez
Ana se levantó esa mañana pensando en la monotonía de su matrimonio y se dispuso a vivir una aventura. Su esposo había salido muy temprano a entregar un trabajo urgente en domingo.
Era el momento perfecto. Había comprado algunos rosales, así que salió al jardín dispuesta a sembrar un nuevo amor. Eligió de entre todos el más grande, fuerte, cuyo verde de las hojas era brillante y seductor, el que ostentaba una flor abierta, roja, arrogante. Lo tomó con deseo y caminó con él frente a todas las plantas. Sin prestar atención a los juicios malintencionados de los tulipanes, girasoles y violetas, eligió un lugar apartado, detrás de los juncos, donde toda la tarde resplandecía el sol.
Cuidándose de las flores celosas, asió con fuerza el azadón y empezó a aflojar la tierra. Una sensación de placer le recorrió la espalda. El vaivén la hipnotizó: la pala entraba y salía mientras se abría un hueco profundo y cálido. Tomó ávidamente el rosal, desprendió con sutileza las ropas negras y sensuales que cubrían las raíces y lo colocó justo en el hoyo mientras exhalaba un gemido.
Luego de un respiro, Ana cubrió las raíces volviéndose ocasionalmente hacia las plantas que se asomaban curiosas y aplanó la tierra para ocultar los vestigios del pecado, pero al levantarse, una espina le desgarró el vestido. Tuvo que cruzar el jardín, entre todas esas miradas, con la marca que la delataba, pero dispuesta a elegir otro rosal para repetir la aventura.

                                 APLICACIÓN DE LA PROPUESTA DE MODELO
                               (Análisis del texto "La infidelidad", de Patricia Suárez)
Si bien es cierto que los distintos lectores son propensos a reaccionar a las historias de distinta manera, en este caso, he propuesto un modelo de criterios que considero se pueden utilizar para analizar y criticar un texto.
El texto leído es un cuento corto, puesto que el personaje principal es el único personaje que se desarrolla realmente en el cuento. Tiene una estructura interna, cuenta con un comienzo, un nudo y un desenlace; y los hechos son narrados de manera lineal. El cuento se encuentra narrado en tercera persona (narrador omnisciente). Cabe mencionar que el personaje principal es una mujer en busca de una aventura que le haga olvidar o pasar inadvertida la monotonía que vive en su matrimonio, a quien imaginé de unos 40 años de edad. El título es arrebatador y despertó mi curiosidad,  a tal grado, que no pude resistir darle lectura inmediatamente.
El lugar que el narrador fotografió para mí como lector, en donde sucedieron los hechos, fue perfecto; porque logró ubicarme en ese hermoso espacio (el jardín), además de que la utilización de elementos retóricos utilizados como las metáforas, los símbolos, la personificación fueron excelentes, tal como lo hizo en algunas oraciones. Ejemplos:
Eligió de entre todos el más grande, fuerte, cuyo verde de las hojas era brillante y seductor, el que ostentaba una flor abierta, roja, arrogante.
Tomó ávidamente el rosal, desprendió con sutileza las ropas negras y sensuales que cubrían las raíces.
Dichos recursos antes mencionados, le dieron la suficiente fuerza al cuento para poder situarme en el lugar y observar detenidamente todo lo que ocurría y hasta lograr escuchar y sentir el desgarre del vestido, que en su momento la espina le hizo o bien, sentir sobre mí, esas miradas punzantes que enjuiciaban la actitud del personaje principal.

Ana cubrió las raíces volviéndose ocasionalmente hacia las plantas que se asomaban curiosas y aplanó la tierra para ocultar los vestigios del pecado, pero al levantarse, una espina le desgarró el vestido. Tuvo que cruzar el jardín, entre todas esas miradas, con la marca que la delataba, pero dispuesta a elegir otro rosal para repetir la aventura.

Me mostró a una mujer que aun sabiéndose pecadora, disfrutaba el hecho sin prejuicios. La satisfacción que sentía era tan grande que sin duda, lo repetiría una y otra vez.

Cabe mencionar que lo tuve que leer dos veces, porque de alguna manera me confundió el tipo de infidelidad mostrada cuando yo misma buscaba encontrar la imagen de un hombre. Sin embargo, la utilización de recursos retóricos al realizar la narración, me permitieron darle cabida a varias maneras de narrar una infidelidad, lo cual me pareció muy creativo por parte de la autora.

Es un texto muy bien narrado, que permite leerlo sin detenerse gracias a la claridad de su redacción y coherencia.

Desde mi punto de vista, a pesar de ser muy corto, no creo que le haga falta nada, de acuerdo a mi modelo de análisis.  Fue un placer leerlo, Patricia.

Conclusiones generales
Es difícil enfrentarse, como autor a un lector ajeno (es decir, que no sea familiar o amigo), así que uno mismo pone muchas barreras: que si el tiempo, que si el trabajo, que si el Internet. Sin embargo, este trabajo en pareja nos ha servido mucho, pues hemos enfrentado dos miedos a la vez: el de ejercer un juicio didáctico directamente al autor y el de someter un texto propio a los juicios del otro. Fue un aprendizaje de ida y vuelta porque no solo pusimos en práctica la teoría  y lo que hemos discutido en clase, sino que tuvimos que enfrentarnos acoplarnos a las vicisitudes de la otra persona.
Ya refiriéndonos al modelo, ambas autoras utilizamos algunos puntos en común y los jerarquizamos más o menos de igual manera. Así que el modelo en conjunto, quedaría más o menos así:
1. Elegir enfoques críticos desde los cuales se abordará el análisis del texto.
2. Tomar en cuenta los datos que se tengan del entorno del autor. Solo en el caso de que haya que contextualizar o para enriquecer la descripción.
3. Ubicar el texto. Es decir, si se trata de un cuento, un poema, una crónica... y considerar las características de cada género.
4. Describir el texto que va a juzgarse. Identificar personajes, tiempo, espacio.
5. Analizar figuras retóricas que utiliza el autor aliteraciones, símiles, símbolos, metáforas, anáforas, comparaciones, etc. Verificar si funcionan para la comprensión del texto o son confusas y por qué.
6. Señalar las fallas en cuanto a la forma; es decir, ortografía sintaxis. Sobre todo cuando uno de estos errores genere alguna confusión importante o cambie el sentido de lo que se quiere expresar.
7. Identificar y señalar las reacciones emocionales e intelectuales al leer.
8. Señalar las virtudes en cuanto al fondo del texto.
9. Señalar las fallas (en cuanto al fondo) del texto, pero orientar o ayudar en la resolución de las mismas.
10. Ejemplificar claramente (puede ser con citas textuales) las fallas o las virtudes para al autor no le quepa duda a qué nos referimos. 
11. Identificar símbolos o elementos filosóficos presentes en el texto y que den mayor profundidad a lo escrito, pero teniendo cuidado de agregar ideas que no estén ahí.
12. Sugerir, si es necesario, lecturas o referencias para el texto cuaje en su forma adecuada.
13. Animar al autor en caso de que el texto tenga futuro; o bien, exponerle amablemente las razones por las cuales el texto no funciona.
Patricia: Sol me mostró que en este modelo dejé fuera las reacciones que a uno le ocurren como lector. Fue gratificante saber que la situé en los lugares que describí. Uno de los objetivos del cuento, que pensé desde el principio se logró: Sol esperaba ver a un hombre que no está. Eso no lo hubiera sabido si no hubiera sometido el texto a la crítica. Me hubiera gustado que la crítica ahondara más en la explicación de los símbolos y de los recursos retóricos porque quisiera saber qué representan para ella los objetos, lugares y situaciones descritos. En general, creo que me fue muy bien con Sol.
Sol: Fue muy enriquecedora la crítica que le hizo Patricia a mi texto "La taza de baño". No quise detenerme en sus observaciones para revisar mis errores, sino hasta la segunda ocasión en que leía su crítica, analizando también algunas de sus sugerencias (Por cierto, muy certeras), mientras subrayaba sobre mi texto impreso los señalamientos.
 Llamó mi atención bastante, la dificultad a la que se enfrentó para poder enmarcar  mi texto en algún tipo de género literario, porque hizo darme cuenta que al escribirlo, ni yo misma lo había enmarcado en alguno, tan sólo lo escribí con la intención de darle vida y voz a un objeto, sin tomar en cuenta la importancia que tiene hacerlo para que el lector, o en este caso, para que Patricia no pareciera que estuviese frente a un "camaleón literario" en donde a veces pareciera  ser cuento, en otras ocasiones un monologo teatral, o bien un relato.
 Me dio gusto que haya revisado cada detalle del texto (literal), iniciando por mi entrada, que analizándolo bien, realmente requería de fuerza. De la misma manera revisó los signos de puntuación y la ortografía en cada una de mis oraciones, demostrándome lo confuso y difícil que puede ser entender un texto, cuando no hay claridad en las letras.
 De manera general, considero que tuve una excelente crítica, que además de analizar el texto desde la propuesta de su modelo y señalar algunas fallas; también me hizo sugerencias pertinentes para mejorar mi texto, y no dudó, en señalar los puntos a favor del mismo. Dentro de lo que cabe, fue agradable saber que le causó ese morbo al lector por seguir leyéndolo hasta el final, porque esa era la intención del texto que fuera interesante y divertido.
 
Quinta prueba de fuego
Citas textuales del material teórico y comentario de lectura
El texto de “La crítica literaria, hoy” fue muy enriquecedor debido a las diversas opiniones que contiene y a todos los temas que aborda. Elegí estas citas por tres razones: la primera es que creo que tocan elementos importantes para la construcción de nuestra teoría en tanto que aportan definiciones y detalles en lo que agudizar la mirada a la hora de emitir juicios respecto de un texto; la segunda es que hubo analogías de la crítica literaria con otros temas que me facilitaron la comprensión de la teoría o que me gustaron por la manera de plantearlo de los autores. La tercera razón fue que encontré puntos en los que los diferentes  autores concordaron y traté de mostrar algunos.

Enrique Anderson Imbert
“El crítico es un juez de la literatura”.
“La misión específica que debe cumplir la crítica es la de juzgar el valor estético de una obra en todas la fases de su realización. El crítico lee, examina, toma posición frente al texto y enuncia un juicio, afirmativo o negativo”.
“Nos dice si una obra es literatura o no, y la califica. [...] es la compresión sistemática de todo lo que entra en el proceso de la expresión escrita y el enjuiciamiento de un texto particular”.
“[...] ¿cuál fue la intención del escritor?, ¿logró expresarla?,  ¿valía la pena escribir lo que escribió? ¿qué significado permanente tiene su obra en la historia de la literatura?”.
“Las respuestas que el crítico dé a ese cuestionario deben partir de la vigilancia directa de la obra analizada, no de especulaciones psicológicas, históricas o morales”.
 “Los críticos [...] no llevan máscaras ideológicas [...] más que miembros de una clase social o económica, los críticos literarios se enorgullecen de una herencia cultural común”.
“Sin el crítico, la obra seguiría existiendo; en cambio, sin la obra, el crítico quedaría desocupado”.

Antonio Cornejo Polar
“Se olvida que la literatura es signo y que inevitablemente remite a categorías que la exceden: al hombre, la sociedad, la historia; se olvida, al mismo tiempo, que la literatura  es producción social, parte integrante de una realidad  y de una historia nunca neutrales, y tal vez por eso se omite toda referencia contextual y todo discernimiento de valores”.
José Pedro Díaz
“[...]la motivación de la crítica radica en la necesidad de una conceptualización de nuestra experiencia: sentimos la necesidad de hacerla como intento de penetración, de esclarecimiento, de racionalización, en definitiva, de adhesión al fruto de la labor creadora”.
“El crítico [...] trabaja en un campo iluminado, y delante de él está la obra para ser contemplada. la observa, la mide, la ausculta, la compara: establece relaciones, aspira a comprenderla y a establecer adecuados parámetro para situarla y dar razón de ella. Busca decir de ella cosas verdaderas que además importen. Puede llegar a veces a alcanzar, es cierto, niveles de penetración admirables, verdaderamente creadores”.
“Lo que importa —para quienes trabajan en la crítica, sean latinoamericanos o no— es la determinación de un camino crítico adecuado, y éste no dependerá de la zona en que la crítica se realice sino del estado de nuestros conocimientos sobre el hombre, su situación concreta y su tarea de creación inmaterial”.
Roberto Fernández Retamar
“[definición de Martí] la crítica es el ejercicio del criterio”.
“El juicio en cuestión no tiene que ser la conclusión explícita de la tarea crítica: puede estar, en lo que toca a tal tarea, in medias res, o al principio, o incluso implícito, pero fungiendo de raíz misma de aquella tarea”.
“La crítica no es un género literario sino un género filosófico”.
“Naturalmente, nadie que quiera leer un poema, se irá a leer una crítica de ese poema; como nadie que quiera ver los astros se irá a ver libros de astronomía. Pero nadie podrá saber lo que son los astros, pensarlos y relacionarlos con el resto de la realidad, tan sólo con salir una noche de luna a mirar el prodigioso cielo estrellado”.
Domingo Miliani

“[La crítica se define como] un discurso descriptivo analítico y valorativo de un texto literario. Debe diferenciarse de la reseña, el publicismo o la promoción del libro literario, así como de la didáctica literaria sobre la obra”.
“Su primera y básica función es asediar el texto literario, revelarlo, valorarlo. [...] la función de la crítica ha de ser la de sacudir al lector, exigirle cooperación en el asedio del texto, más que suministrarle un readerdigest de la obra literaria. En lugar de reproducir el argumento, proporcionarle las claves de comprensión y valoración, nunca reemplazarle el texto de creación por el de condensación temática”.
“La crítica literaria ejercida con honestidad y rigor anda más allá del compromiso con el amigo creador o el mecenas editor, en tanto que es capaz de revelar, descubrir, hace tomar conciencia de los procesos de cambio  operados en el fondo de los textos, incluso contra la opinión ocultadora, ideologizadora del creador de un texto dado. Y si es capaz de descubrir procesos de cambio, puede también anticiparse a los fenómenos del acto creador, sin caer en el papel de pitonisa literaria[...]”.
Saúl Sosnowski
“Toda lectura crítica de un texto literario se quiere [sic.] decodificación de sus múltiples componentes. Decodificación que se transforma, a su vez, en un nuevo texto que se desplaza a través del objeto estudiado para proponer nuevas aperturas para futuros textos”.
“En una primera etapa, el trabajo del crítico consistiría en un análisis de los mecanismos de producción de la obra; el desplazamiento en el plano de las significaciones, el proceso mediante el cual la escritura se apodera de todo sistema transformándolo en su propio sistema objeto”.
“Se trata, en última instancia, de que la literatura y su crítica no se vean encerradas en su agotamiento, sino que el texto crítico tanto como el estudiado, sean pasos de un trabajo continuo en el que el hombre elabora su relación con el medio en el que vive y con los componentes  —en este caso culturales— que traducen otros medios de apropiación de la realidad”.
 
SEXTA PRUEBA DE FUEGO
Llevar la batuta de la crítica literaria
Por cuestiones de trabajo no pude estar en la dinámica grupal de esta prueba; sin embargo, me pareció pertinente hacerla con mis alumnos. Luego descubrí que ya lo había hecho cuando la doctora Krauze nos sugirió el mes anterior que les pidiéramos un cuento a los alumnos. La siguiente reflexión parte de la dinámica que hice con alumnos de Taller de Lectura y Redacción de segundo semestre de preparatoria a quienes pedí un cuento.
•Revisa qué guardas
Lo que guardo es sin duda un montón de frases que a los alumnos no les dicen nada, además de que no les plantee un objetivo claro. Ellos llevaron un cuento a clase, pero sin ninguna otra especificación. Si bien ya habíamos leído algunos, aún no concluíamos acerca de cuáles eran las características de dicho género. Por esta razón fue muy difícil construir un juicio didáctico a la hora de comentar los textos.
•Clasifica tus recursos
Una vez que ellos llevaron su texto, los recursos que tenía a la mano eran los comentarios que ya habíamos hecho de otros, por ejemplo: “El huésped” y “Alta cocina” de Amparo Dávila y “El ruiseñor y la rosa” de Óscar Wilde. Entonces los recursos eran de percepción, de reconocimiento del tema, y aunque ellos ya tenían una base en la cuestión de redacción, esa no se tomó en cuenta.
•Jerarquiza y organiza
Tuve que elaborar una planeación previa para que la actividad tuviera un objetivo. Primero les pedí a los alumnos que, de manera voluntaria, leyeran sus cuentos y obtuve algunas negativas: “es que yo no sé escribir cuentos”, “me quedó bien feo”, “no me dio tiempo y ya no lo pude hacer bien”. Entonces los animé y tomé recurso la carencia. Es decir, les dije que no habíamos visto las características específicas del cuento y que la idea era justamente saber lo que era para ellos porque todos alguna vez en su vida habían leído o escuchado un cuento. Además, les dije que el objetivo era solo desarrollar la imaginación. Solo así se animaron y todos leyeron el suyo. Posteriormente hice una ronda de comentarios, pero me di cuenta de que no funcionó muy bien porque la hice al final y resultó en la comparación de unos con otros. Finalmente, yo a cada alumno le señalé las virtudes de su texto. Algunos quisieron arreglar lo que ellos mismos notaron, al leerlo en voz alta, que no era tan claro. Los textos finales se guardaron para seguir trabajándolos o, en palabras de ellos: “para compararlo con los que vamos a escribir después”.
•Qué vas a dejar fuera porque no te va a servir para este lugar
Un elemento que dejé fuera fue el prejuicio ante los temas o las estructuras narrativas que cada uno eligió. Tampoco tomé en cuenta la redacción y a la hora de los comentarios no se habló de ello porque el alumno lo leía en voz alta, así que no podía saberse si tenía faltas de ortografía o errores de puntuación. A ellos les dije que dejaran fuera la interpretación y el juicio de “bueno o malo”. Aunque no faltó el compañero que al final dijo: “El de fulano fue el mejor de todos”. Le pregunté cuál era su criterio y lo hice ver que se basaba en el gusto. Eso me dio entrada para bordar con ellos el juicio crítico y didáctico e invitarlos a que en las próximas ocasiones habláramos con un poco más conciencia.
•Qué cosas nuevas vas a incluir para esta ocasión
La siguiente vez que les encargué un texto les dije las especificaciones que debía tener para poder evaluar las competencias correspondientes pero cuidé que no fueran tantas que llegaran a coartar la creatividad. Fui más clara en el tema y en el objetivo. El texto que les pedí era un ensayo, por lo que las características eran más estrictas. Por eso fui enfática en lo que harían y los aspectos que se evaluarían.
•Piensa en el lugar al que vas y las personas que te encontrarás
Es difícil a veces reconocer que trabajamos con personas, que son sensibles y que, en este caso, están en una edad en la que hay que tener mucho cuidado, pues sus sentimientos son extremos. En un momento están contentos y en el siguiente enojados y en el siguiente agresivos. También por eso me he dado cuenta de que la planeación de las actividades no siempre funciona de manera cabal. Por eso, es necesario tener muy claros los parámetros para no salirse tanto de ellos pero permitir cierta versatilidad que ayude a mantener la atención y el interés de los jóvenes, lo cual no es nada fácil.
•¿Qué entiendo por buenas intenciones?
Tener buenas intenciones es tener la convicción de ayudar. Es poner al servicio del otro (criticado) las herramientas que uno posee para ayudar a que su texto (en este caso) sea mejor, en caso de exista esa posibilidad. Por otro lado las buenas intenciones también incluyen ser sincero con la otra persona y expresarle nuestra opinión real: si el texto puede mejorar o no, pero con argumentos suficientes.

 

SÉPTIMA PRUEBA DE FUEGO... AL ROJO VIVO
¿Ser diferente entre iguales? o ¿hacer diferencias entre iguales?

•¿Cómo armar convocatorias para concurso?
Es indispensable tener claro el objetivo del concurso, para qué se hace respecto de los participantes, pero también respecto a las instituciones que convocan. Hay que pensar en si se tiene un objetivo social o académico o de difusión cultural, etcétera.
 •¿Cómo establecer bases y criterios de selección?
Pensar a qué público está dirigido sin perder de vista el objetivo del que se habló anteriormente. Además es necesario especificar los requerimientos de los textos que se van a pedir y del público que puede participar. En la convocatoria también debe quedar muy claro cuáles criterios se tomarán en cuenta a la hora de la elección. Por otro lado tomar en cuenta quiénes integrarán el comité de selección para asegurarnos de que sean personas capacitadas para ejercer los criterios que estamos estableciendo.
 •¿Cómo elegir y descartar?
Como lo dije anteriormente es necesario que no se aun apersona quien elija sino un comité integrado por personas que puedan examinar y analizar los elementos que se someterán a juicio. Finalmente, la elección dependerá del criterio de varias personas, pero que ese criterio tenga las bases mínimas para el juicio final. Por ejemplo, si hacemos un concurso en una escuela integrar el comité por una serie maestros que más o menos conozcan del tema. Si vamos a elegir maestros de otras áreas, una vez integrado el comité debe haber una reunión en la que se homogenizen los criterios, sobre todo cuando se organizan concursos con temas que nos son literarios como “El cuento en la Química”, o algo así.
 •¿Cómo premiar, estimular?
Se puede partir de que el premio tiene que ser deseado por el público al que va dirigida la convocatoria. El dinero siempre es una buena opción, pero no siempre se tienen recursos. Podrían darse puntos cuando los concursos son internos. Puede hacer herramientas que ayuden a la vida académica o algo más personalizable, como puntos canjeables en alguna tienda o tarjetas de las que se cambian por libros, discos, etcétera. Cualquier cosa en función de la población objetivo. Actualmente es difícil ofrecer estos premios porque cada vez los productos son más asequibles, pero dependiendo de la institución que convoque podría pensarse en lo más adecuado.
• ¿Cómo evitar la discriminación, el sesgo, la parcialidad? 
Quizás permitiendo que todos los alumnos participen y en algunos casos, eliminando al primer intermediario: los profesores de español, literatura, etcétera. Evitar las elecciones de “los mejores trabajos” en el salón de clases y dando oportunidad a que todos participen, pero informándoles a los participantes cuáles son los requisitos y no haciendo ninguna excepción.
 •¿Cómo contrarrestar la frustración, la deserción?
Señalando claramente por qué los trabajos no se eligen. Los primeros descartados serán los que no cumplan con los requisitos. Si el participante tiene deseos de ganar el premio debe atenerse a los lineamientos. Quizás siempre haya un poco de frustración en todos aquellos a quienes no se elige, pero por eso las razones deben ser claras y deben dictarse por personas familiarizadas con el tema del concurso. Además también van a establecerse reglas que funcionarán como filtros: fechas límite, temas, extensiones...
 •¿Cómo seleccionar entre ya elegidos para publicar en espacios reducidos y no caer en la contradicción de un doble juicio?
Esta parte me parece la más difícil. Tal vez por eso en los concursos hay primero, segundo y tercer lugar. si existe la opción de una publicación y hay poco espacio, pues podrían seleccionarse los textos dependiendo del lugar que ocuparon en el concurso. Aun así me parece la parte más difícil.
 •¿Se puede ser juez y ser justo a la vez?
Creo que no. Somos seres humanos y nos relacionamos. Cuando se conoce a los participantes es muy fácil que se caiga en favoritismos o simpatías. Creo que esa es una de las razones por las que existe el seudónimo. Sin embargo, la seguridad y la confidencialidad en este aspecto debería cuidarse muy bien. No puedo evitar pensar por ejemplo cuando los concursos se hacen de manera interna en alguna escuela y los profesores tienen hijos en ellas. Si uno integra el comité con estos profesores sería susceptible de dudas porque ellos conocerían el texto de su hijo por mucho seudónimo que hubiera. Quizás lo mejor sería que los parientes no pudieran formar parte del jurado y hacer un trabajo de elección a puerta cerrada. Además podría confiarse a alguna persona que no estuviera en esta situación la apertura de los datos reales de los autores. Tampoco sería bueno que en un concurso interno los profesores de literatura fueran jurados porque también conocen el estilo de algunos de los alumnos que sobresalen, pero si ellos no forman parte del jurado, entonces ¿quién?

EJEMPLO DE MODELO:

Concurso de cuento literario-histórico:

¿Qué hubiera pasado si...?

El Centro Iberoamericano Cuautla, preparatoria, convoca a su concurso literario-histórico con la propuesta ¿Qué hubiera pasado si...?, en el cual se elegirá un episodio histórico nacional y se narrará a manera de cuento. La idea es que a ese hecho histórico se le dé un final diferente al que se conoce y que se abordé de manera original y creativa, respetando la estructura del cuento literario.

BASES
1. Podrán participar todos los alumnos inscritos en el Centro Iberoamericano Cuautla con un solo cuento por alumno.
2. La temática de los cuentos será un episodio de la historia nacional de cualquier periodo, pero narrado con un final alternativo, diferente al que se conoce.
3. La narración deberá ser a manera de cuento, con todos sus elementos formales. El planteamiento de la situación, el choque de fuerzas que genere un conflicto, el desarrollo del conflicto y el desenlace original y creativo.
4. Los trabajos deberán realizarse en documento de Word, con tipo de letra Arial 12 a doble espacio y se entregarán en un CD cuya etiqueta contenga solamente un seudónimo como identificación del autor.  También se entregará impreso en papel. Dicho CD se introducirá en la urna amarilla que se encuentra frente a la Dirección, en horario de clases (8 a 15 h).
5. Los datos del autor (nombre, correo electrónico y teléfono) se entregarán en un sobre cerrado, tamaño carta, cuya leyenda exterior será únicamente el seudónimo del autor. Dicho sobre se depositará en la urna roja que se encuentra frente a la Dirección en horario de clases (8 a 15 h).
PREMIOS
Se premiarán los cinco cuentos más divertidos y originales:
El premio consistirá en 1,000 pesos que se repartirán entre los ganadores, además de un punto extra en cada periodo de evaluación mensual del semestre siguiente, 2015-A, el cual podrán utilizar en cualquier asignatura en que lo necesiten.
Los cuentos ganadores se publicarán en un folleto que se distribuirá en varias escuelas preparatorias del estado de Morelos.
JURADO
Los integrantes del jurado se darán a conocer el día de cierre de la convocatoria en una lista que se publicará en el periódico mural de la entrada de la escuela.
Los aspectos que se considerarán para elegir a los ganadores serán los siguientes:
1. Estructura del cuento: planteamiento de la situación, el choque de fuerzas que genere un conflicto, el desarrollo del conflicto y el desenlace original y creativo.
2. Personajes basados en la historia de México que sean fácilmente reconocibles (cuidar construcción de carácter).  
3. Ortografía y redacción: debe estar escrito correctamente en cuanto a acentuación, puntuación, además de ser coherente y bien estructurado (que tenga cohesión y coherencia).
4. Formato: Debe cumplir con los requerimientos de formato que se mencionaron en las bases.
5. Originalidad y creatividad: El desenlace del cuento debe ser diferente al que se conoce en la historia. Además debe ser original, escrito por el alumno. Cualquier tipo de plagio por mínimo que sea se descalificará de inmediato.
FECHAS
La convocatoria estará abierta desde el día de la publicación de esta convocatoria hasta el día 30 de octubre de 2015 a las 15 horas, momento en que se recogerán las urnas para comenzar la selección.
El fallo del jurado se dará a conocer el día 10 de diciembre de 2015 en presencia de todos los alumnos y profesores del Centro Iberoamericano Cuautla. El mismo día se devolverán los originales no premiados a sus autores.
Para mayor información respecto de la convocatoria, acudir a la Dirección de la escuela.

Octava Prueba:
Critica de un texto publicado (Mujeres de cuento)

Crítica del cuento “Buzo de cementerio” de Paola Tinoco

Cuando escuché a Paola Tinoco contarnos sobre su libro de cuentos Oficios ejemplares en el encuentro de Mujeres de Cuento de inmediato me llamó la atención, sobre todo porque no había leído nada de ella. Paola Tinoco es representante de la editorial Anagrama en México; es editora, compiladora, locutora y escritora. Gracias a una entrevista que le hizo Moisés Carrillo para una publicación en línea que se llama Animal Político, el 30 de abril de 2011, supe que los cuentos que están en este volumen surgieron de unas crónicas periodísticas que, posteriormente ella perfeccionó y convirtió en cuentos.
Específicamente “El buzo de cementerio” es un cuento, cuyo protagonista es Mario, un hombre que se dedica a desenterrar cadáveres. Un día va a sacar uno, al cual enterraron por error en una fosa común. Como es un trabajo especial, va a cobrar un poco más. Llega al cementerio, comenta algunas situaciones con los deudos, una doctora y el encargado del papeleo en las inhumaciones. Luego comienza a escarbar y después de unas horas saca el cadáver, del cual ya le habían dado la seña particular de que solo tenía una pierna y una prótesis.
Los detalles en los que la autora se detiene son muy enriquecedores para el relato, pues nos cuenta las costumbres y creencias del buzo y nos describe las reacciones de las otras personas que están asustadas y asqueadas ante lo que ven. El cuento contiene elementos graciosos como que uno de los personajes que más miedo tiene se cae dentro de la fosa, y las bromas que hace el buzo respecto de su trabajo, las que —por cierto— a ninguno de los personajes les hacen gracia, pero al lector sí.
Sin embargo, a pesar de estos aciertos, creo que el texto no funciona como cuento porque no sucede nada, no hay un conflicto, no hay ninguna sorpresa. No hay choque de fuerzas y no se atisba ningún cambio. La narración está tan bien dosificada que uno, como lector, está a la expectativa todo el tiempo de que pase algo. Incluso, yo sentía emoción cuando veía que el texto estaba a punto de terminar porque pensaba que en el último momento llegaría el knok out o el final sorpresa o el no final o algo que cambiara, y no sucedió nada.
El texto está perfectamente bien escrito y tiene la virtud de la claridad, pero creo que en esta ocasión todavía le ganó a Paola el género de la crónica y se quedó un poco corta en el cuento. Disfruté la lectura del cuento, pero la autora me dejó con ganas de saber más o de que algo saliera mal, pues finalmente el asomarse a la vida de un hombre con un empleo tan sui generis ya era, de entrada, una buena invitación.
Leí algunos textos más para ver si ese tono referencial era un elemento común y descubrí que sí. En el título uno ya sabe de qué van a tratar, y el efecto de lo raro de los oficios se queda ahí, en la primera línea, pero esta rareza no es suficiente para sostener un cuento. El libro, en general, tiene muy buen material de investigación (periodística), maneja un lenguaje coloquial pero excelentemente bien cuidado; por ello, no dudo que las publicaciones sucesivas funcionen cada vez mejor.

Conclusiones generales

Mi aprendizaje fundamental puede resumirse en una palabra: ESCUCHAR. Me refiero con esto a escuchar al texto, al autor, al alumno, al teórico. Uno no puede partir de sus prejuicios y de sus velos para criticar un texto, mucho menos para ejercer un juico didáctico. Lo más importante para esto es el diálogo, la comunicación y el escuchar al otro, preguntarle que quiere de nuestra opinión y qué quiso hacer con su texto; o bien, orientarlo en el cumplimiento de los lineamientos que el texto requiere (en caso de que se haya pedido en clase). Solo así nuestro juicio podrá ir más allá de lo superficial. 
            Por un lado el hecho de estar frente a un grupo y querer transmitirles el gusto por la lectura y la escritura es una gran responsabilidad porque todo lo que decimos y los juicios a que sometemos los textos son decisivos para la relación futura de los alumnos con la literatura. Es necesario tomar en cuenta que estamos ante personas. Creo que también es importante relacionar los contenidos académicos con la sensibilidad literaria y tener muy claros los objetivos de cada actividad que realicemos con los alumnos. En la medida en que nosotros sepamos lo que estamos haciendo y estemos abiertos y alerta para resolver cualquier problema que se presente, podremos llegar a buenos resultados.
            Por otro lado, la crítica a los compañeros (y también a los alumnos) no debe basarse en lo que nosotros queremos ni en lo que a nosotros nos gusta. ¡Vaya que aprendimos eso! Cualquier comentario que uno quiera hacer debe estar fundamentado, pues si no, no conseguiremos el objetivo del juicio didáctico: ayudar a que el texto mejore. Por ello, debemos ser sinceros y afinar nuestras herramientas de estudio de los textos a los cuales nos enfrentamos cada día.
            Finalmente, el ser criticado también genera otra sensación, la cual no deberíamos perder de vista cuando estamos criticando. El juego de roles que se manejó durante todo el seminario nos permitió que sintiéramos la empatía y la humildad.
            Las fuentes teóricas nos indicaron el camino en varias ocasiones y nos servirán de consulta en trabajos sucesivos. ¡A continuar en el camino!

 

 

1 comentario:

  1. Muy bien, todos aprendemos mucho de estas experiencias compartidas...

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