Parte II
Análisis de un poema
Del libro: Décimas a Dios de
Guadalupe Amor[1]
Décima LXXI
No, no es después de la
muerte,
cuando eres, Dios,
necesario;
es en el infierno diario
cuando es milagro tenerte.
Y aunque no es posible verte
ni tu voz se logra oír,
¡qué alucinación sentir
que en la propia sangre
habitas,
y en el corazón palpitas,
mientras él puede latir!
Género: poesía
lírico-filosófica
Subgénero: décima (estrofa
de 10 versos octosílabos).
De
acuerdo con las diferentes definiciones de poesía mencionadas anteriormente,
encontramos
a este poema de Guadalupe (Pita) Amor, cumpliendo con los requisitos de ser una
expresión lírica que comunica una experiencia emocional, enunciada a través de
una forma específica de métrica y versificación, que se ciñe a una estrofa de
diez líneas y a una métrica de octosílabos rimados entre sí, con un patrón de
abbaaccddc.; logrando con ello un efecto rítmico y sonoro.
El
tema del poema se centra en un diálogo imaginario de la autora con Dios y en
cierta medida, en un reclamo por su ausencia en el trasegar del día a día.
El
poema comienza con una negación que afirma que no es en el momento de la muerte
cuando Dios es necesario, sino que es indispensable en la dureza que puede
presentársenos en la vida diaria, cuando de hecho no es tan fácil encontrarlo. (Cuatro
primeras líneas) Y luego continúa reforzando la idea de que es difícil
encontrarlo cuando, siendo Dios un ente invisible e inalcanzable, es imposible
verlo u oírlo.
Sin
embargo, la poeta cierra el poema con una imagen bastante original en la que
contradice sus líneas anteriores. Aunque Dios es invisible, inalcanzable y su
voz está lejos del rango de sonidos que podemos escuchar – parece decir - se da
un hecho “alucinante” o increíble y maravilloso y es el hecho de que adentro de
ella, de su propio cuerpo, en su sangre y en el rítmico latir de su corazón,
encuentra y reconoce a ese Dios lejano e invisible. Por lo que si bien el poema
comienza con un sabor amargo de queja, ¡termina en un descubrimiento casi
místico!
Kyra: Bello poema nos ha compartido. Los poetas griegos también afirmaron que "descendemos de Dios, que somos parte de él , porque en él vivimos y nos movemos y somos".
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