Los géneros literarios comparten ciertas características y uno se enriquece de otro a través del lenguaje. La estructura de cada género es la que ayuda un tanto a distinguir uno de otro. No hay un género puro, tal vez el problema de identidad se encuentra como palabra clave en su mismo nombre " género", pues como menciona Helena Beristaín citada por Hernán Cortés "al ser un espacio configurado como un conjunto de recursos composicionales, en el que cada obra “entra en una compleja red de relaciones con otras obras” a partir de ciertos temas tradicionales y de su correlación, en un momento dado, con determinados rasgos estructurales (prosa, verso, narración, etc.) y con un específico registro lingüístico. Se van generando nuevos géneros y subgéneros a partir de uno previamente establecidos y aceptados" . Aquí también cobra relevancia lo que menciona Silvia Vargas en su redefinición de géneros literarios ya que al retomar los planteamientos de Francisco Montes de Oca y Opacki menciona: " Género literario es el conjunto de producciones literarias con características similares que conforman una cadena estructural, constante y variable, por lo que la clasificación derivada de ello, puede tener modificaciones, derivados, agregados o infiltraciones " y esto también tiene que ver con que la literatura es un fenómeno que se manifiesta a través del lenguaje y éste es cambiante y evoluciona en función del tiempo, espacio, cultura. Es decir, no es estática, es dinámica. Como lo menciona Claudio Guillén (Entre lo uno y lo diverso, 1985) ya que analiza seis aspectos de los géneros (histórico, sociológico, pragmático, estructural, lógico y comparativo). Por lo tanto la definición de género literario esta condicionada por diferentes aspectos de manera que el problema, o la riqueza del término, es enfocado por cada época, escuela o crítico desde planteamientos que le son propios y que constituyen su entorno histórico
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