lunes, 27 de octubre de 2014

SEXTA PREGUNTA (Patricia Suárez)


Práctica con alumnos de preparatoria

Aproveché que acababa de aplicar un examen de acentuación (con reglas y todo). En ese examen puse un párrafo al cual ellos debían colocar los acentos correspondientes. La mayoría lo tuvo mal palabras. Yo no había caído en la cuenta de que les estaba pidiendo que colocaran solo un signo, y que para ellos ese signo resulta ajeno a las palabras. Fuera de enseñarles a acentuar correctamente, les estaba enseñando a separar la tilde de la letra y de la palabra.

En la corrección del examen les dije que nos tardaríamos más que lo acostumbrado, pero que experimentaríamos una forma diferente de aprender (ellos y yo). Cada uno de ellos pasó al pizarrón a escribir cada una de las oraciones de las cuales se componía el párrafo. Una vez que terminaba cada alumno, los ponía a leer a todos en coro. Cuando llegaban a una palabra, cuyo acento no era correcto, le decía. ¡Alto, ahí no dice eso! E íbamos corrigiendo entre todos. Una vez que el párrafo estuvo correcto, les dije que lo copiaran palabra por palabra. Me tomé el tiempo de ir pasando a sus lugares a revisar. Les decía que pusieran atención en todo lo que componía cada palabra, lo cual ya estaba en el pizarrón. No faltó quien volvió a cometer los mismos errores. Les pedí que intercambiaran los cuadernos y que revisaran, palabra por palabra, lo que sus compañeros habían escrito. Posteriormente, les señalarían amablemente las palabras que estaban mal escritas pero no les harían ninguna corrección. Al devolver el cuaderno a los dueños, ellos debían copiar nuevamente el párrafo completo, tratando de corregir sus errores.

En general, la segunda vez que copiaron se erradicaron los errores. Les dije que leyeran una vez más, para sí, el párrafo que habían escrito, el que ya estaba correcto y que buscaran en el diccionario todas las palabras que no entendían.

El siguiente día les dije que aquellas palabras, cuya definición habían buscado las utilizaran en una oración. Volvieron a leer el párrafo. Antes de terminar la clase. Les dije que les haría un dictado de oraciones, el cual preparé con palabras que estaban en el texto.

Al calificar me di cuenta de que los resultados fueron buenos. La mayoría obtuvo 7 u 8, aciertos de 10, calificaciones que no habían obtenido en ningún otro ejercicio. Creo que se familiarizaron con nuevas palabras, pues están acostumbrados a ver todo mal escrito. Su primera referencia de texto son las redes sociales.

Al día siguiente repetí el ejercicio, ahora con un párrafo más corto que ya habíamos utilizado otro día para practicar los usos de la b y v. Hoy les dije que ellos construyeran oraciones utilizando palabras de ambos textos, para que no olviden el de la semana anterior. A muchos les fue muy bien. Todos presentaron algún error, pero ahora yo solo les señalaba la oración que tenía el error y les decía que buscaran en su texto, el que estaba correcto cómo se escribía. Ellos solos podían hacer sus correcciones.

Mañana les haré el dictado con oraciones en las que se mezclen palabras de ambos textos. A ver cómo nos va. Le cuento el miércoles.

Primera conclusión: uno de los problemas mayores que observé fue la falta de atención de los alumnos a lo que están haciendo, incluso cuando copian algo. Se distraen fácilmente y eso hace que no completen las ideas ni las palabras. El martes pasado, después de mi clase tenían un receso de 20 minutos que aprovechan siempre para comer. Estaban a la mitad de la segunda copia del texto cuando sonó el timbre. Me dijeron que si podían salir al descanso. Les dije: “Sí, pueden, pero si interrumpen su párrafo ahora, el ejercicio quedará incompleto y habremos perdido una hora de nuestro tiempo. Ustedes decídanlo”. Se quedaron sin replicar. Al final, les di cinco minutos más después del toque para que terminaran sus alimentos y regresaron a la clase con más ganas. ¡Eso fue revelador para mí!

3 comentarios:

  1. Coincido contigo en que algunos estudiantes tienen dificultades de atención. Nosotros también hemos aprendido el español palabra por palabra, comenzando con las silabas. En cambio, los extranjeros que vienen a México a aprender el español aprenden las frases completas. Si insistimos mucho en las reglas, vamos a provocar que los alumnos no escriban por miedo a equivocarse. Es mejor esperar a que pierdan el miedo a escribir y luego puedan ellos emplear las reglas ortográficas que corresponden.

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  2. yo mismo tengo los problemas de tus alumnos, es un erros del sistema de enseñanza, coincido con Hernán en que hay personas que prefieren no escribir por miedo a equivocarse y más cuando se les va a revisar, ha de ser traumático. felicidades por haber hecho éste descubrimiento y ojalá compartas las resoluciones.

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  3. Estupendo descubrimiento que tú misma experimentaste y compartes. Ya tienen el caminito, ahora a seguirlo...

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