domingo, 1 de diciembre de 2013

lecciones de literatura con obras maestras RGRZ



Lecciones de literatura con obras maestras. Rosa de Gpe. Romero  Zertuche
Primera parada: El cohete
1. los personajes del texto son:  el cohete, los asistentes al espectáculo( en plural asociativo)  y el autor,  implícito.
2.los verbos utilizados: subir, poder, alcanzar, quitar, lanzar, gritar, mofar, sacudir, dejar, caer, llegar, tender, abrir, perder, jugar.
3.cohete, el espléndido, el loco, el príncipe magnífico.
4.El príncipe magnífico  con  dominó de luto y vestido de máscara,  sube.
Cuando ya no podemos alcanzarle,
el loco lanza un grito burlón y para más,  quítase el antifaz
 mofándose  de nosotros. El cohete espléndido sacude su escarcela
y derrama piedras preciosas  que se pierden juguetonas en el aire.
Nuestras manos tendidas y abiertas, no llegan a tocarlas.
5. Festival de Año Nuevo
Los cohetes, como estrellas que deslumbran, desde  la orilla del mar, la negrura de la noche  es rota por la cascada multicolor, el tronar ensordecedor y el olor a pólvora. Los cohetes silban  y estallan semejando flores de  diente de león,  que al soplarles caen en cascadas, aquí verdes, allá amarillos, ya  rojos,  ya azules. Son lanzados hacia el mar, junto con  flores que la gente lleva en las manos, mientras  celebran la llegada del año nuevo, caminan  disfrutando el espectáculo.   
Segunda parada: el artista
1.La  primera estatua modelada por el artista es "el dolor que se sufre toda la vida" y la segunda "El placer que dura un instante"
2. El bronce era el único metal que podía ver sus obras y no había más bronce en el mundo que el bronce que había utilizado para su primera estatua.
3. las emociones  de las que trata este cuento son:  deseo, placer, dolor, sufrimiento, amor.
4. la lección que nos da el autor es lo mudable de nuestros sentimientos. Los deseos, materia con la que forjamos nuestros sueños desnuda nuestra alma y sus apetitos, amasar  el bronce  primigenio, que como parte de la aleación,  vamos a partir de él,  para construir nuestras obras.
5. La  estatua que modelaría   se llama "la paz que se consigue con  la experiencia".  No sólo lleva  bronce, lleva hierro que es forjado en el fuego de la ira, el enojo y la decepción y templado en el hielo de la distancia y el extrañamiento. La estatua es "la paz que se consigue por la experiencia".
Tercera parada:  Autorretrato
Un doce de diciembre, hace ya mucho tiempo, nací en la Ciudad de México. Mi abuela paterna Rosa, la materna Guadalupe.  Quedó Rosa de Guadalupe, la última de cinco hijos. Aguileño perfil, continente mediano antes magro, ahora lleno.
Dedicada por tres décadas a la investigación y la enseñanza. Quirón por convicción, la UAM fue mi morada.  La guerra contra el cáncer, me impone el retiro tras más de diez años de lucha de  armisticios temporales con sentencias confirmadas.
Amazona ahora con hilos de plata y mirada atenta, redescubro mis escritos, decenas de páginas, diría  Reyes sólo  literatura ancilar y me propongo aprender las reglas del mester, oficio de intenciones solitarias y fría resolución.

Cuarta parada
Armada de navajas invisibles
escribes en mi piel y esas heridas
una roja escritura indescifrable
como un traje de llamas me recubren
ardo sin consumirme, busco el agua
tu cuerpo sabe a pozo sin salida
y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
pasadizo de espejos que repiten
tu boca sabe a tiempo emponzoñado,
frente a la tarde de salitre y piedra.
Poema traspuesto
Tu seca mirada de estatua
provista de  hielo cortante
jeroglífico con sangre escrito
dibujas en mi piel, dolor y herida
ataviada con ígneo ropaje
tu boca nada sabe, eres estatua
desierto que me quema al mediodía
la guitarra vibrante de tu cuerpo
túnel de cristal que me refleja
gusto de arena y roca da tu cuerpo
estatua de sal, la tarde anuncia
devenir que tu aliento envenenó



Quinta parada: El derecho a soñar
Mis premisas son que, en la historia humana, una vez conseguidas ciertas comodidades proporcionadas por  los desarrollos tecnológicos, difícilmente renunciamos a ellas.
La razón por la que la tecnología no se abandona, es porque nos ha proporcionado  tiempo,  para el libre ejercicio de nuestras capacidades, en un espacio sin  actividades rutinarias y aburridas. Ejemplos hay muchos, he aquí algunos:
-¿Olvidaríamos la lavadora de ropa?
 Ciertamente NO,
antes bien queremos que: clasifique la ropa,
 seleccione la combinación de jabones,
seque, doble y guarde la ropa de la familia.
-¿Abandonaríamos el transporte motorizado?
Obviamente NO,
 pero lo queremos verde con energía solar,
seguro, anti-colisiones,  público y sin ruido
La ingeniería de tránsito proveería de niveles
para diferentes sentidos de las calles.
-¿Prescindiríamos de la biotecnología médica?
Indudablemente NO,
 porque regresaríamos al ritmo, la artritis,
los embarazos no deseados, la peste, el cólera.
El paludismo, la tuberculosis, la influenza española,
y otras enfermedades infecto contagiosas.
-¿Evitaríamos los medios de comunicación?
Selectivamente NO,
porque nos permiten conocer otras culturas
otros músicos, cineastas, pintores, arquitectos.
Aunque tendríamos que evitar las incitaciones al odio,
a la mentira y al fanatismo.
-¿Desdeñaríamos las redes sociales?
Enfáticamente NO,
moriríamos de congestión comunicativa,
exhibicionismo  inhibido,
ostracismo social, aislamiento,
incomunicación y olvido.
-¿Eludiríamos la cibernética y la robótica?
Definitivamente NO,
porque es un escape a los trabajos repetitivos,
enajenantes, agotadores o peligrosos.
Aquellos trabajos que gastan  nuestra energía,
e inhiben nuestra capacidad creadora.
-Liberados de los trabajos tediosos
desarrollaríamos nuestro cerebro
nos comunicaríamos sin aparatos,
nos amaríamos, divertiríamos y
viajaríamos a voluntad .
-Liberados de las necesidades fisiológicas
nos alimentaríamos de... Prana, 
la comida sólo representaría
un ejercicio de experimentación.

6a Parada: Sábado ajetreado
Como todas las mañanas, Pablo  leía el periódico.  Era sábado y  Lucrecia elaboraba la lista de pendientes que tendría para la próxima semana.   Pablo sentado ante la mesa tomaba el desayuno, la mesa  era pequeña con  sólo dos sillas,  tenía un mantel de algodón a grandes cuadros de colores  que  añadían  luz  a la pequeña estancia aneja a la cocina. Los platos  que se usaron , así como la cesta de pan, estaban apilados a  un lado de la mesa esperando a ser levantados. Sólo quedaban las tazas con café a medio consumir  y  la jarra  con  mas café caliente.  Había silencio  los leves rumores de las hojas al dar la vuelta o el lápiz al arrastrarse sobre el papel o  los sorbos  del café caliente,  acentuaban  la concentración  que cada uno ponía en su actividad.  
Como siempre,  Pablo paseó su mirada de manera rápida, casi únicamente resbalando por los titulares de la primera sección de noticias, frunció el ceño y, distraído, tomó  de la cesta de pan  un polvorón de cacahuate. Después de la primera mordida lo miró  y bajando el periódico se acercó la taza a los labios  bebiendo  un pequeño trago de café.  Pablo retomó   la lectura con  la sección  de sociales y alzando una ceja, con expresión sorprendida, meneó la cabeza en señal de desaprobación. No hablaba, no hacía comentarios, apenas leía los titulares  y se fijaba únicamente en los nombres que le eran familiares, no demasiados o en los eventos culturales de la noche anterior. Al intentar comentarlo con Lucrecia,  se dio cuenta que ella... ya no estaba.  Un tanto sorprendido miró en derredor, pero ella no se encontraba ahí. En fin, lo comentaría más tarde.
Más relajado mordió el polvorón de cacahuate y retomó la lectura, pero ésta vez  con  avidez o tal vez con perversidad  malsana, él sabía lo que le interesaba:  llegar a la nota roja. Al abrirla, en un titular a cuatro columnas, a media página  ASESINATO PASIONAL . El periodista narraba el hecho: Un hombre, de alrededor de 45 años había sido asfixiado  en su domicilio,  mientras desayunaba. El asesino había entrado sin ser notado, no había señales de lucha, ni estaban forzadas las cerraduras. Su esposa no se encontraba cuando el hecho sucedió. Pero aparentemente era alguien conocido, dado que había llegado hasta muy cerca de la víctima sin causarle alarma . Se especulaba sobre la esposa, los vecinos describían que un hombre la visitaba, mientras el hoy occiso, no se encontraba. Se  asfixió con un bocado de pan, sospechan... Se detiene en la lectura y apura otra mordida al polvorón con un poco más de café,  y cuando  retoma  la lectura, siente una mano en la espalda y  escucha aterrado: ¡hola Pablo!,  ¿cómo estás?  se atraganta y tose con desesperación.
7a Parada:  reto a la tradición, fábulas revisadas
Zeus y Pudor
Si Tú,  siendo omnipotente,
por un olvido dejaste
en el cinismo más vil
 a los de humano linaje.
Por remediar el entuerto,
Eros y  yo convenimos,
en apartar mi mirada
cuando él retoce en el huerto.
Mientras Eros sea garante
acepto yo, sin gran pena,
no interrumpir en la escena
donde gozan los amantes. 
Más dejados al garete
con Pudor en retirada
voyeristas, pederastas
florecerán sin gran pena.

Tiresias y Narciso

Si Tiresias al hablar
hubiera sido más claro
a Narciso le habría dado
más datos de su destino
advirtiéndole también
el peligro de su sino.
Narciso al ser enterado,
de su belleza imponente,
aplicose  duramente
al donjuanesco mester
y comenzando con Eco,
sinfín de historias tejió
pero a Freud triste dejó
arrugado el entrecejo.

Octava Parada: cuentos reinterpretados.
            La novelista, enfundada en una bata de color indefinido, metió en la máquina de escribir una hoja de papel, la numeró y se dispuso a relatar un safari en África. No conocía la selva y sin embargo iba a pintar las fieras en su hábitat natural. Los únicos animales salvajes que había visto eran los del zoológico de Chapultepec y ahora tenía que decir cómo eran los leones, los rinocerontes y los elefantes en Kenia. El ronroneo de sus gatos se convertía en el rugido del león estableciendo su derecho a comer primero. La lucha que sostenía con los editores para que le pagaran las traducciones entregadas, se le antojaba la lucha del león contra las hienas que se acercaban por los despojos de la cebra muerta. El llanto de su bebita, se convertía en el ulular del viento, el graznido de las aves y el silbido de los árboles en la noche. Mira su entorno,  las montañas de trastes sucios y  la ropa sin lavar, se convierten en un paraje intrincado de la selva que habría que atravesar a pie, desbrozando el camino, o mejor evitar,  en medio del calor sofocante.

El niño y los tiempos.
Después de ser partícipe y víctima de uno de esos inventos contemporáneos al que llaman escuela de tiempo completo, llegó exhausto a casa a las cinco y media de la tarde. Su día  había empezado a las ocho de la mañana. Rápidamente se quitó el uniforme y se vistió con los vaqueros más viejos y cómodos que tenía. Veloz, cual saeta, se dirige a la cocina, toma un bolillo, muerde uno de los extremos y  selecciona uno de los plátanos más maduros del frutero; acto seguido lo embute en el pan por el agujero en su extremo,  rocía sobre aquella pasta una cucharadita de azúcar y sonríe.
Con placer inenarrable el niño atisba la calle, mira sus zapatos, oye gritos y risas. Afuera en la calle es viernes, hay tiempo... La tarea queda para otro día.
Novena Parada: la lección de cocina y Respuesta a Sor Filotea de la Cruz
Las ideas que capturaron mi atención en la Lección
Unos párpados que se cierran y he aquí, de nuevo el exilio.
Pero es mentira. ..Yo no soy el reflejo de una imagen en un cristal; a mí no me aniquila la cerrazón de una conciencia o de toda conciencia posible.
No nacimos juntos. Nuestro encuentro se debió a un azar.
Hace un año yo no tenía la menor idea de su existencia y ahora reposo junto a él con los muslos entrelazados, húmedos de sudor y de semen.
Prefiero creer que lo que me une a él es algo tan fácil de borrar como una secreción  y no tan terrible como un sacramento.
Porque perdí mi antiguo nombre y aun no me acostumbro al nuevo, que tampoco es mío.
...en el contacto o colisión con él he sufrido una metamorfosis profunda: no sabía y sé, no sentía y siento,  no era y soy.
No me queda más alternativa que el neoclásico y su rigidez es incompatible con la espontaneidad para hacer el amor.
Quieta. Cuando dejas caer tu cuerpo sobre el mío siento que me cubre una lápida, llena de inscripciones de nombres ajenos, de fechas memorables.
Llevo una marca de propiedad y no obstante me miras con desconfianza.
Poco a poco iremos revelándonos mutuamente, descubriendo nuestros secretos, nuestros pequeños trucos, aprendiendo a complacernos.
Mi marido da la impresión de solidez y de realidad cuando estamos juntos, cuando lo toco, cuando lo veo. Seguramente cambia, y cambio yo también, aunque de manera tan lenta, tan morosa que ninguno de los dos lo advierte .
Yo  seré, de hoy en adelante, lo que elija en este momento.
Forcejeará por prevalecer  y si cede yo le corresponderé con el desprecio y si no cede yo no seré capaz de perdonarlo.
Nuestra convivencia no podrá ser más problemática. Y él no quiere conflictos de ninguna índole. Menos aún conflictos tan abstractos, tan absurdos, tan metafísicos como los que yo le plantearía.
Las ideas de la Respuesta
No es afectada modestia... que al llegar a mis manos, impresa, la carta que vuestra propiedad llamó  Atenagórica, prorrumpí en lagrimas de confusión, porque me pareció que vuestro favor no era más que una reconvención que Dios hace a lo mal que le correspondo; y como a otros corrige con castigos, a mi me quiere reducir a fuerza de beneficios.
...digo que recibo en mi alma vuestra santísima amonestación de aplicar el estudio a Libros Sagrados que aunque viene en traje de consejo, tendrá para mío sustancia de precepto;
Esto me hizo vacilar  algo en la determinación(de ser monja), hasta que alumbrándome, personas doctas de que era tentación, la vencí con el favor divino, y tomé el estado que tan indignamente tengo.
Pensé que yo huía de mí misma, pero ¡miserable de mí!  trájeme  a mí conmigo y traje mi mayor enemigo en esta   inclinación, que no sé determinar  si por prenda o castigo me dio el Cielo, pues de apagarse o embarazarse con tanto ejercicio que la religión tiene, reventaba como pólvora, y se verificaba en mi la que la privación causa el apetito.


Décima Parada: Ensayo sobre el sentido.
El tifus de Juana
Las piedras en el abrigo de Virginia
La lámpara descompuesta de Rosario.
Enfrentar escritos de tan distinta índole, distintos destinatarios y propósitos nos exige indagar, ir más profundo. Machismo contra feminismo es la antinomia más evidente. Esta línea de exposición se agota en sí misma, es circular  y se cierra en sus propios argumentos.
Rosario  discurre un cuento autobiográfico intimista e irónico; de adulta siempre tuvo libertad y recursos propios para dedicarse a lo que quisiera.
Si tomamos a Virginia, su pregunta de porque las mujeres son tan pobres, refleja paradojas de su propia sociedad estratificada  en la cual la nobleza se encuentra lejos, como los dioses en el Olimpo. Una sociedad en que la lucha de clases sólo existe entre los desheredados, por ello la mujer sufre una doble discriminación económica: de clase y de género.
Sor Juana tuvo en su momento el apoyo de su familia y luego la protección de la  virreina Leonor Carreto Marquesa de Mancera  y del Virrey quienes finalmente pagan su dote para ser liberada de todas las obligaciones que el Convento podía imponerle. Sor Juana siempre pudo estudiar y escribir, por ello se queja de los ruidos de las celdas adyacentes o de las interrupciones de sus hermanas de claustro. Sor Juana  fue una pluma de alquiler, aún la llamada Carta Atenagórica  fue escrita por encargo, tramposo si se quiere, pero para satisfacer una petición.
Juana quiere estudiar y conocer, pero no tiene compromiso con la escritura. Su éxito literario le da recursos y problemas; a ella le repugna. Su sociedad la celebra, su grupo social, y  la corte la animan a opinar, a escribir a exponer. Pero su decisión de acogerse bajo el manto protector del Claustro constriñe sus temáticas  de estudio y de expresión. Le piden que sea una Santa Teresa del Nuevo Mundo. Juana sucumbe ante las trampas de la fe, como dice Octavio Paz.
 Rosario tuvo un verdadero compromiso con  la literatura, sin miedo y sin tapujos. Emprendió con humor irónico un discurso intimista desacralizante de la posición de la mujer de su tiempo. Al igual que Sor Juana fue muy celebrada, su opinión era seguida por miles de lectores del periódico. Sin embargo exiliada en su triunfo, Rosario sucumbe ante la vida real.
            Nunca, como a tu lado, fui de piedra.
            Y yo que me soñaba nube, agua,
            aire sobre la hoja,
            fuego de mil cambiantes llamaradas,
            sólo supe yacer,
            pesar, que es lo que sabe hacer la piedra
            alrededor del cuello del ahogado.(Elegía, Rosario Castellanos)
Tratar de encontrar una línea de comprensión por la cual tres extraordinarias escritoras acaban sus vidas de manera trágica y casi voluntaria, puede ser esclarecedor del papel que la sociedad deposita en la mujer actual. Desde las dos grandes guerras europeas, las sociedades  demandan de la mujer no solo participación activa en la economía, aún  fuera de la casa, sino también  se les insta a equilibrar, el enfoque unilateral masculino, y participar más en todas las actividades y responsabilidades. Pareciera que se les exige en unas cuantas generaciones subsanar la marginación y la falta de preparación que históricamente se le ha impuesto a la mujer.  
Juana y Rosario no sólo tuvieron una habitación propia y ayuda para evitarles las tareas repetitivas y cotidianas de una casa. Debo aclarar que, tomando en cuenta los estudios de la época,  en el caso de Sor Juana no sé si tenía el equivalente a 500 libras pero si suficiente para sus alfileres como solía decirse, agregando lo que le pagaban por sus escritos.  De Rosario, una vez restituídas sus tierras, tuvo una renta que siempre le permitió libertad económica.
Las últimas tres páginas de Virginia proponen una estrategia y una esperanza; aunque no resuelven las interrogantes que Rosario nos deja en sus Meditaciones desde el umbral.

Lo que aprendí a lo largo del seminario:
1.-en la primera parada, darle su importancia al sujeto, enfocar el tema, buscar metáforas que enriquezcan el texto.
2.-descubrir como, según la teoría crítica genética, el autor apela a sus propias experiencias para generar su obra.
3.-el ejercicio de la subjetividad, aunado al uso del lenguaje y los recursos retóricos para exhibir u ocultar un perfil humano.
4.-crear a partir de un texto terminado. Diferentes perspectivas y ensamblajes. Me enseñó que escribir, siendo una labor que apela a la inspiración, cuenta con técnicas que no conocía. Y que al aplicarlas me enseñaron que cualquier contacto con la poesía puede ser motivo que incite y desarrolle habilidades que no había descubierto. Es como empezar a andar.
5.- romper expectativas, forzar otro estilo, una cadencia zigzagueante con humor e ironía.
6.-encabalgar historias, lograr un relato cerrado en toda su propuesta. Mantener el misterio.
7.-reciclar historias y retar la tradición, subvirtiendo el sentido, pero no el estilo o la métrica.
8.-regresar y revisar, una y otra vez. En cada ocasión el escrito puede ser mejorado. Y normalmente lo es.





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