Lecciones de literatura con obras maestras. Rosa de Gpe. Romero Zertuche
Primera parada: El
cohete
1. los personajes del texto son: el cohete, los asistentes al espectáculo( en
plural asociativo) y el autor, implícito.
2.los verbos utilizados: subir, poder, alcanzar, quitar,
lanzar, gritar, mofar, sacudir, dejar, caer, llegar, tender, abrir, perder,
jugar.
3.cohete, el espléndido, el loco, el príncipe magnífico.
4.El príncipe magnífico
con dominó de luto y vestido de
máscara, sube.
Cuando ya no podemos alcanzarle,
el loco lanza un grito burlón y para más, quítase el antifaz
mofándose de nosotros. El cohete espléndido sacude su
escarcela
y derrama piedras preciosas
que se pierden juguetonas en el aire.
Nuestras manos tendidas y abiertas, no llegan a tocarlas.
5. Festival de Año Nuevo
Los cohetes, como estrellas que deslumbran, desde la orilla del mar, la negrura de la noche es rota por la cascada multicolor, el tronar
ensordecedor y el olor a pólvora. Los cohetes silban y estallan semejando flores de diente de león, que al soplarles caen en cascadas, aquí
verdes, allá amarillos, ya rojos, ya azules. Son lanzados hacia el mar, junto
con flores que la gente lleva en las
manos, mientras celebran la llegada del
año nuevo, caminan disfrutando el
espectáculo.
Segunda parada: el
artista
1.La primera estatua
modelada por el artista es "el dolor que se sufre toda la vida" y la
segunda "El placer que dura un instante"
2. El bronce era el único metal que podía ver sus obras y no
había más bronce en el mundo que el bronce que había utilizado para su primera
estatua.
3. las emociones de
las que trata este cuento son: deseo, placer,
dolor, sufrimiento, amor.
4. la lección que nos da el autor es lo mudable de nuestros
sentimientos. Los deseos, materia con la que forjamos nuestros sueños desnuda
nuestra alma y sus apetitos, amasar el
bronce primigenio, que como parte de la
aleación, vamos a partir de él, para construir nuestras obras.
5. La estatua que
modelaría se llama "la paz que se consigue con la experiencia". No sólo lleva
bronce, lleva hierro que es forjado en el fuego de la ira, el enojo y la
decepción y templado en el hielo de la distancia y el extrañamiento. La estatua
es "la paz que se consigue por la experiencia".
Tercera parada: Autorretrato
Un doce de diciembre, hace ya mucho tiempo, nací en la Ciudad
de México. Mi abuela paterna Rosa, la materna Guadalupe. Quedó Rosa de Guadalupe, la última de cinco
hijos. Aguileño perfil, continente mediano antes magro, ahora lleno.
Dedicada por tres décadas a la investigación y la enseñanza.
Quirón por convicción, la UAM fue mi morada.
La guerra contra el cáncer, me impone el retiro tras más de diez años de
lucha de armisticios temporales con
sentencias confirmadas.
Amazona ahora con hilos de plata y mirada atenta, redescubro
mis escritos, decenas de páginas, diría
Reyes sólo literatura ancilar y
me propongo aprender las reglas del mester, oficio de intenciones solitarias y
fría resolución.
Cuarta parada
Armada de navajas invisibles
escribes en mi piel y esas heridas
una roja escritura indescifrable
como un traje de llamas me recubren
ardo sin consumirme, busco el agua
tu cuerpo sabe a pozo sin salida
y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
pasadizo de espejos que repiten
tu boca sabe a tiempo emponzoñado,
frente a la tarde de salitre y piedra.
Poema traspuesto
Tu seca mirada de estatua
provista de hielo
cortante
jeroglífico con sangre escrito
dibujas en mi piel, dolor y herida
ataviada con ígneo ropaje
tu boca nada sabe, eres estatua
desierto que me quema al mediodía
la guitarra vibrante de tu cuerpo
túnel de cristal que me refleja
gusto de arena y roca da tu cuerpo
estatua de sal, la tarde anuncia
devenir que tu aliento envenenó
Quinta parada: El
derecho a soñar
Mis premisas son que, en la historia humana, una vez
conseguidas ciertas comodidades proporcionadas por los desarrollos tecnológicos, difícilmente
renunciamos a ellas.
La razón por la que la tecnología no se abandona, es porque
nos ha proporcionado tiempo, para el libre ejercicio de nuestras
capacidades, en un espacio sin
actividades rutinarias y aburridas. Ejemplos hay muchos, he aquí
algunos:
-¿Olvidaríamos la lavadora de ropa?
Ciertamente NO,
antes bien queremos que: clasifique la ropa,
seleccione la
combinación de jabones,
seque, doble y guarde la ropa de la familia.
-¿Abandonaríamos el transporte motorizado?
Obviamente NO,
pero lo queremos verde
con energía solar,
seguro, anti-colisiones,
público y sin ruido
La ingeniería de tránsito proveería de niveles
para diferentes sentidos de las calles.
-¿Prescindiríamos de la biotecnología médica?
Indudablemente NO,
porque regresaríamos
al ritmo, la artritis,
los embarazos no deseados, la peste, el cólera.
El paludismo, la tuberculosis, la influenza española,
y otras enfermedades infecto contagiosas.
-¿Evitaríamos los medios de comunicación?
Selectivamente NO,
porque nos permiten conocer otras culturas
otros músicos, cineastas, pintores, arquitectos.
Aunque tendríamos que evitar las incitaciones al odio,
a la mentira y al fanatismo.
-¿Desdeñaríamos las redes sociales?
Enfáticamente NO,
moriríamos de congestión comunicativa,
exhibicionismo
inhibido,
ostracismo social, aislamiento,
incomunicación y olvido.
-¿Eludiríamos la cibernética y la robótica?
Definitivamente NO,
porque es un escape a los trabajos repetitivos,
enajenantes, agotadores o peligrosos.
Aquellos trabajos que gastan nuestra energía,
e inhiben nuestra capacidad creadora.
-Liberados de los trabajos tediosos
desarrollaríamos nuestro cerebro
nos comunicaríamos sin aparatos,
nos amaríamos, divertiríamos y
viajaríamos a voluntad .
-Liberados de las necesidades fisiológicas
nos alimentaríamos de... Prana,
la comida sólo representaría
un ejercicio de experimentación.
6a Parada: Sábado
ajetreado
Como todas las mañanas, Pablo
leía el periódico. Era sábado
y Lucrecia elaboraba la lista de
pendientes que tendría para la próxima semana.
Pablo sentado ante la mesa tomaba
el desayuno, la mesa era pequeña
con sólo dos sillas, tenía un mantel de algodón a grandes cuadros
de colores que añadían
luz a la pequeña estancia aneja a
la cocina. Los platos que se usaron ,
así como la cesta de pan, estaban apilados a
un lado de la mesa esperando a ser levantados. Sólo quedaban las tazas
con café a medio consumir y la jarra
con mas café caliente. Había silencio los leves rumores de las hojas al dar la
vuelta o el lápiz al arrastrarse sobre el papel o los sorbos
del café caliente,
acentuaban la concentración que cada uno ponía en su actividad.
Como siempre, Pablo
paseó su mirada de manera rápida, casi únicamente resbalando por los titulares
de la primera sección de noticias, frunció el ceño y, distraído, tomó de la cesta de pan un polvorón de cacahuate. Después de la
primera mordida lo miró y bajando el
periódico se acercó la taza a los labios
bebiendo un pequeño trago de
café. Pablo retomó la lectura con la sección
de sociales y alzando una ceja, con expresión sorprendida, meneó la
cabeza en señal de desaprobación. No hablaba, no hacía comentarios, apenas leía
los titulares y se fijaba únicamente en
los nombres que le eran familiares, no demasiados o en los eventos culturales de
la noche anterior. Al intentar comentarlo con Lucrecia, se dio cuenta que ella... ya no estaba. Un tanto sorprendido miró en derredor, pero
ella no se encontraba ahí. En fin, lo comentaría más tarde.
Más relajado mordió el polvorón de cacahuate y retomó la
lectura, pero ésta vez con avidez o tal vez con perversidad malsana, él sabía lo que le interesaba: llegar a la nota roja. Al abrirla, en un
titular a cuatro columnas, a media página
ASESINATO PASIONAL . El periodista narraba el hecho: Un hombre, de
alrededor de 45 años había sido asfixiado en su domicilio, mientras desayunaba. El asesino había entrado
sin ser notado, no había señales de lucha, ni estaban forzadas las cerraduras.
Su esposa no se encontraba cuando el hecho sucedió. Pero aparentemente era
alguien conocido, dado que había llegado hasta muy cerca de la víctima sin
causarle alarma . Se especulaba sobre la esposa, los vecinos describían que un
hombre la visitaba, mientras el hoy occiso, no se encontraba. Se asfixió con un bocado de pan, sospechan... Se
detiene en la lectura y apura otra mordida al polvorón con un poco más de
café, y cuando retoma
la lectura, siente una mano en la espalda y escucha aterrado: ¡hola Pablo!, ¿cómo estás?
se atraganta y tose con desesperación.
7a Parada: reto a la tradición, fábulas revisadas
Zeus y Pudor
Si Tú, siendo
omnipotente,
por un olvido dejaste
en el cinismo más vil
a los de humano
linaje.
Por remediar el entuerto,
Eros y yo convenimos,
en apartar mi mirada
cuando él retoce en el huerto.
Mientras Eros sea garante
acepto yo, sin gran pena,
no interrumpir en la escena
donde gozan los amantes.
Más dejados al garete
con Pudor en retirada
voyeristas, pederastas
florecerán sin gran pena.
Tiresias y Narciso
Si Tiresias al hablar
hubiera sido más claro
a Narciso le habría dado
más datos de su destino
advirtiéndole también
el peligro de su sino.
Narciso al ser enterado,
de su belleza imponente,
aplicose duramente
al donjuanesco mester
y comenzando con Eco,
sinfín de historias tejió
pero a Freud triste dejó
arrugado el entrecejo.
Octava Parada: cuentos
reinterpretados.
La
novelista, enfundada en una bata de color indefinido, metió en la máquina de
escribir una hoja de papel, la numeró y se dispuso a relatar un safari en
África. No conocía la selva y sin embargo iba a pintar las fieras en su hábitat
natural. Los únicos animales salvajes que había visto eran los del zoológico de
Chapultepec y ahora tenía que decir cómo eran los leones, los rinocerontes y
los elefantes en Kenia. El ronroneo de sus gatos se convertía en el rugido del
león estableciendo su derecho a comer primero. La lucha que sostenía con los
editores para que le pagaran las traducciones entregadas, se le antojaba la
lucha del león contra las hienas que se acercaban por los despojos de la cebra
muerta. El llanto de su bebita, se convertía en el ulular del viento, el
graznido de las aves y el silbido de los árboles en la noche. Mira su entorno, las montañas de trastes sucios y la ropa sin lavar, se convierten en un paraje
intrincado de la selva que habría que atravesar a pie, desbrozando el camino, o
mejor evitar, en medio del calor
sofocante.
El niño y los tiempos.
Después de ser partícipe y víctima de uno de esos inventos
contemporáneos al que llaman escuela de tiempo completo, llegó exhausto a casa
a las cinco y media de la tarde. Su día había empezado a las ocho de la mañana.
Rápidamente se quitó el uniforme y se vistió con los vaqueros más viejos y
cómodos que tenía. Veloz, cual saeta, se dirige a la cocina, toma un bolillo,
muerde uno de los extremos y selecciona
uno de los plátanos más maduros del frutero; acto seguido lo embute en el pan
por el agujero en su extremo, rocía
sobre aquella pasta una cucharadita de azúcar y sonríe.
Con placer inenarrable el niño atisba la calle, mira sus
zapatos, oye gritos y risas. Afuera en la calle es viernes, hay tiempo... La
tarea queda para otro día.
Novena Parada: la
lección de cocina y Respuesta a Sor Filotea de la Cruz
Las ideas que capturaron mi atención en la Lección
Unos párpados que se cierran y he aquí, de nuevo el exilio.
Pero es mentira. ..Yo no soy el reflejo de una imagen en un
cristal; a mí no me aniquila la cerrazón de una conciencia o de toda conciencia
posible.
No nacimos juntos. Nuestro encuentro se debió a un azar.
Hace un año yo no tenía la menor idea de su existencia y
ahora reposo junto a él con los muslos entrelazados, húmedos de sudor y de
semen.
Prefiero creer que lo que me une a él es algo tan fácil de
borrar como una secreción y no tan
terrible como un sacramento.
Porque perdí mi antiguo nombre y aun no me acostumbro al
nuevo, que tampoco es mío.
...en el contacto o colisión con él he sufrido una
metamorfosis profunda: no sabía y sé, no sentía y siento, no era y soy.
No me queda más alternativa que el neoclásico y su rigidez es
incompatible con la espontaneidad para hacer el amor.
Quieta. Cuando dejas caer tu cuerpo sobre el mío siento que
me cubre una lápida, llena de inscripciones de nombres ajenos, de fechas
memorables.
Llevo una marca de propiedad y no obstante me miras con
desconfianza.
Poco a poco iremos revelándonos mutuamente, descubriendo
nuestros secretos, nuestros pequeños trucos, aprendiendo a complacernos.
Mi marido da la impresión de solidez y de realidad cuando
estamos juntos, cuando lo toco, cuando lo veo. Seguramente cambia, y cambio yo
también, aunque de manera tan lenta, tan morosa que ninguno de los dos lo
advierte .
Yo seré, de hoy en
adelante, lo que elija en este momento.
Forcejeará por prevalecer
y si cede yo le corresponderé con el desprecio y si no cede yo no seré
capaz de perdonarlo.
Nuestra convivencia no podrá ser más problemática. Y él no
quiere conflictos de ninguna índole. Menos aún conflictos tan abstractos, tan
absurdos, tan metafísicos como los que yo le plantearía.
Las ideas de la Respuesta
No es afectada modestia... que al llegar a mis manos,
impresa, la carta que vuestra propiedad llamó
Atenagórica, prorrumpí en lagrimas de confusión, porque me pareció que
vuestro favor no era más que una reconvención que Dios hace a lo mal que le
correspondo; y como a otros corrige con castigos, a mi me quiere reducir a
fuerza de beneficios.
...digo que recibo en mi alma vuestra santísima amonestación
de aplicar el estudio a Libros Sagrados que aunque viene en traje de consejo,
tendrá para mío sustancia de precepto;
Esto me hizo vacilar
algo en la determinación(de ser monja), hasta que alumbrándome, personas
doctas de que era tentación, la vencí con el favor divino, y tomé el estado que
tan indignamente tengo.
Pensé que yo huía de mí misma, pero ¡miserable de mí! trájeme
a mí conmigo y traje mi mayor enemigo en esta inclinación, que no sé determinar si por prenda o castigo me dio el Cielo, pues
de apagarse o embarazarse con tanto ejercicio que la religión tiene, reventaba
como pólvora, y se verificaba en mi la que la privación causa el apetito.
Décima Parada: Ensayo
sobre el sentido.
El tifus de
Juana
Las piedras
en el abrigo de Virginia
La lámpara
descompuesta de Rosario.
Enfrentar escritos de tan distinta
índole, distintos destinatarios y propósitos nos exige indagar, ir más
profundo. Machismo contra feminismo es la antinomia más evidente. Esta línea de
exposición se agota en sí misma, es circular
y se cierra en sus propios argumentos.
Rosario discurre un
cuento autobiográfico intimista e irónico; de adulta siempre tuvo libertad y
recursos propios para dedicarse a lo que quisiera.
Si tomamos a Virginia, su pregunta de porque las mujeres son
tan pobres, refleja paradojas de su propia sociedad estratificada en la cual la nobleza se encuentra lejos, como
los dioses en el Olimpo. Una sociedad en que la lucha de clases sólo existe
entre los desheredados, por ello la mujer sufre una doble discriminación
económica: de clase y de género.
Sor Juana tuvo en su momento el apoyo de su familia y luego
la protección de la virreina Leonor
Carreto Marquesa de Mancera y del Virrey
quienes finalmente pagan su dote para ser liberada de todas las obligaciones
que el Convento podía imponerle. Sor Juana siempre pudo estudiar y escribir,
por ello se queja de los ruidos de las celdas adyacentes o de las
interrupciones de sus hermanas de claustro. Sor Juana fue una pluma de alquiler, aún la llamada
Carta Atenagórica fue escrita por
encargo, tramposo si se quiere, pero para satisfacer una petición.
Juana quiere estudiar y conocer, pero no tiene compromiso con
la escritura. Su éxito literario le da recursos y problemas; a ella le repugna.
Su sociedad la celebra, su grupo social, y
la corte la animan a opinar, a escribir a exponer. Pero su decisión de
acogerse bajo el manto protector del Claustro constriñe sus temáticas de estudio y de expresión. Le piden que sea
una Santa Teresa del Nuevo Mundo. Juana sucumbe ante las trampas de la fe, como
dice Octavio Paz.
Rosario tuvo un
verdadero compromiso con la literatura,
sin miedo y sin tapujos. Emprendió con humor irónico un discurso intimista
desacralizante de la posición de la mujer de su tiempo. Al igual que Sor Juana
fue muy celebrada, su opinión era seguida por miles de lectores del periódico.
Sin embargo exiliada en su triunfo, Rosario sucumbe ante la vida real.
Nunca,
como a tu lado, fui de piedra.
Y yo que me soñaba nube, agua,
aire sobre la hoja,
fuego de mil cambiantes llamaradas,
sólo supe yacer,
pesar, que es lo que sabe hacer la
piedra
alrededor del cuello del ahogado.(Elegía, Rosario Castellanos)
Tratar de encontrar una línea de comprensión por la cual tres
extraordinarias escritoras acaban sus vidas de manera trágica y casi voluntaria,
puede ser esclarecedor del papel que la sociedad deposita en la mujer actual.
Desde las dos grandes guerras europeas, las sociedades demandan de la mujer no solo participación
activa en la economía, aún fuera de la
casa, sino también se les insta a
equilibrar, el enfoque unilateral masculino, y participar más en todas las
actividades y responsabilidades. Pareciera que se les exige en unas cuantas
generaciones subsanar la marginación y la falta de preparación que
históricamente se le ha impuesto a la mujer.
Juana y Rosario no sólo tuvieron una habitación propia y
ayuda para evitarles las tareas repetitivas y cotidianas de una casa. Debo
aclarar que, tomando en cuenta los estudios de la época, en el caso de Sor Juana no sé si tenía el
equivalente a 500 libras pero si suficiente para sus alfileres como solía decirse, agregando lo que le pagaban por sus
escritos. De Rosario, una vez
restituídas sus tierras, tuvo una renta que siempre le permitió libertad
económica.
Las últimas tres páginas de Virginia proponen una estrategia
y una esperanza; aunque no resuelven las interrogantes que Rosario nos deja en
sus Meditaciones desde el umbral.
Lo que aprendí a lo largo del seminario:
1.-en la primera parada, darle su importancia al sujeto,
enfocar el tema, buscar metáforas que enriquezcan el texto.
2.-descubrir como, según la teoría crítica genética, el autor
apela a sus propias experiencias para generar su obra.
3.-el ejercicio de la subjetividad, aunado al uso del
lenguaje y los recursos retóricos para exhibir u ocultar un perfil humano.
4.-crear a partir de un texto terminado. Diferentes
perspectivas y ensamblajes. Me enseñó que escribir, siendo una labor que apela
a la inspiración, cuenta con técnicas que no conocía. Y que al aplicarlas me
enseñaron que cualquier contacto con la poesía puede ser motivo que incite y
desarrolle habilidades que no había descubierto. Es como empezar a andar.
5.- romper expectativas, forzar otro estilo, una cadencia
zigzagueante con humor e ironía.
6.-encabalgar historias, lograr un relato cerrado en toda su
propuesta. Mantener el misterio.
7.-reciclar historias y retar la tradición, subvirtiendo el
sentido, pero no el estilo o la métrica.
8.-regresar y revisar, una y otra vez. En cada ocasión el
escrito puede ser mejorado. Y normalmente lo es.
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