miércoles, 4 de diciembre de 2013

ACERCAMIENTO A LA LITERATURA POR MEDIO DE LA CREACIÓN LITERARIA



Joaquín Martínez Miramontes



Primera parada: El cohete, Manuel Gutiérrez Nájera

Crisantemo de colores

Vara inerte, que llevas en tus hombros el peligro. La brasa de un cigarro te da vida. Silbando subes zigzageante. Un trueno imponente… explota y retumba en el yagual hecho por cerros en Yohuala, es un big bang creador de un universo de confeti, crisantemo multicolor, floreces sólo un instante.
Nuestra brasa ardiente en el pecho, palpita y se emociona, recogiendo migajas de felicidad que el celoso viento desvanece, nada eres, sólo recuerdo, que almacena la memoria codiciosa. La vara inerte cae danzante, nuestros pies correlones van a tu encuentro, eres trofeo, que inocentes levantamos hacia el cielo, nuestras manos, te agitan triunfadoras, segundos después no vales nada.


Parada dos: El artista de Oscar Wilde


Vida gris o un minuto de felicidad
Después de tanto esperar el amor en su vida, un día le llegó de un sólo golpe. Fue tanto, le llegó tan fuerte, que al mismo tiempo conoció dos bellas mujeres. Las dos le parecían perfectas y estaba seguro que con las dos podría ser feliz.
De Carmen amaba la chispa de felicidad que siempre la acompañaba. De Emilia le gustaba la forma en que lucía aquel marmoleado par de piernas. No podía amar a los dos al mismo tiempo y las amaba. No podía tener a las dos, eso era un hecho.
Pensando en quién había de elegir caminaba por la plaza de aquel pequeño pueblo donde se decía que las piedras cantaban, él fue hasta el lugar donde estaba la piedra que sonaba como campana y entre los rumores que la gente solía decir era que a las personas enamoradas les decía entre sus bellas notas su destino. Con el alma y el corazón en la roca, golpeó la piedra para que cantara su destino.
Santiago lo escuchó si se casaba con Carmen su vida sería larga pero de color gris. Si se casaba con Emilia su amor duraría un instante, pero lo recordaría toda la vida.
Santiago decidió  proponerle matrimonio a Carmen. Al mes se casaron, pero en la noche de bodas cuando sus cuerpos se entregaron y estaban en un éxtasis que los hizo volar fuera de este mundo, el corazón de Emilia dejó de latir. Santiago aceptó con valor su destino que había elegido ese instante de amor seguro que sería eterno.

Parada tres: Autorretrato de Miguel de Cervantes Saavedra.

El rostro de la perseverancia
Éste que vez aquí, de rostro sonriente, salpicado de lunares,  de cabello negro y corto en donde los primeros alfileres de plata empiezan a posarse, de frente amplia y plana en donde el tiempo ha empezado a arar los primeros surcos, de ojos grandes achocolatados, con parpados caídos, de nariz carnosa y abundante, con gran ausencia de barba y bigote, con boca de labios suaves y delgados, una sonrisa a punto de brotar siempre, que sepulta la tristeza que vive dentro de él, unos dientes superiores grandes, mientras que los inferiores delgados y empujándose unos a otros para ganar espacio: escaso de cuerpo, de tronco predominante, de piel morena clara, espalda caída, con piernas que delatan que nunca ha sido practicante de ningún deporte, éste digo, que es el rostro de la perseverancia, vivió y escapó, del país más inspirador de sueños y mayor ladrón de los mismos, para volver a la tierra que lo vio nacer, se llama comúnmente Joaquín Martínez Miramontes.
Fue campesino durante su infancia y adolescencia, donde aprendió el valor del trabajo de aquellos que labran la tierra de sol a sol, vivió y trabajó ilegalmente  en el vecino país del norte, donde aprendió que sus sueños están junto a los seres que ama, regresó e inició su formación profesional como profesor de educación primaria, trabajó en la sierra del Estado de Guerrero, le han dicho varias veces que no a sus sueños, y siempre regresa, hasta lograr abrir las puertas para demostrar lo contrario, éste que vez aquí, aún va por ahí en conquista de sus sueños.
 

Parada 4: Piedra de sol de Octavio Paz

Veneno que no mata
Frente al atardecer de tu partida
en la espesa obscuridad, busco tu amor,
Y tus labios, tu cuello, tu trasero
son de lava, y azufre tus caricias            
y en tus ojos no hay amor sólo vacío
tus besos son azufre del olvido
tu piel, es veneno que no mata
laberinto de múltiples reflejos
dibujan en mí ser indiferencia
voraz enredadera me consumes
armadura letal inquebrantable
escondes bien tus armas para herirme.

Parada 5: El derecho de soñar, Eduardo Galeano

Vida de ensueño
Iguala, Guerrero, México.-­­­ ¿Estaremos en el "mapa" en el año 2025?, o más bien, ¿existirá el mundo en el 2025? Si el mundo sigue girando, ya será ganancia. Y entonces, seguro es que seremos muy diferentes. Con certeza seremos los más viejos, los sobrevivientes del siglo XX, las reliquias del anterior milenio, pero, estaremos bien; para esa fecha el ser humano habrá aprendido a dar trato justo a los ancianos. 
Adivinar cómo será el futuro es difícil, pues la forma  de vida que actualmente llevamos… no lo tiene. Sin embargo, nuestra imaginación no tiene límites, y todo lo que se puede imaginar se puede crear. Así que permítasenos soñar un momento con los ojos abiertos, porque en el año 2025, para soñar no será necesario ir a la cama y dormir… la vida será un sueño.
Los perros serán los amos del ser humano… ¡y ellos sí que sabrán tratarnos bien! 
Los políticos no cobraran salario, al contrario, harán donaciones al país cada quince días.
Los sindicatos, no cobraran cuotas, realizaran aportaciones quincenales a sus agremiados, porque para ese año, Elba Esther, ya será libre y devolverá cuotas vitalicias a sus ex agremiados.
La televisión perderá su lugar privilegiado en la sala, y será producto de vergüenza que denotará nuestra ignorancia, se pretenderá cubrirla con libros falsos.
Se desconfiara terriblemente de los seres que no tenga una biblioteca en casa. El currículo vitae, será llenado con las obras completas que hayas leído.
Para ser maestro de educación básica, uno de los requisitos será, que tengas como mínimo diez libros publicados.
La escuela ya no enseñara a leer y escribir, eso se aprenderá por interacción social; así como aprendemos a hablar.
Las brujas de los cuentos dejaran de ser feas; y se convertirán en sexis y sabias mujeres. No habrá más cenicientas sumisas, nobles y vírgenes; serán frías, calculadoras y ambiciosas.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, redefinirá el término “sicario” porque serán ejemplo de humanidad, porque la palabra proviene del que “si hace caridad”.
Todos los animales vivirán en paz y sin temor de ser devorados, el ser humano será vegetariano.
“La luna de miel”, dejará de ser frase metafórica, y su significado será completamente literal.
Salinas de Gortari, en un gesto de arrepentimiento, pagará la deuda externa de México.
La palabra pobreza será una palabra en desuso, La Real Academia de la Lengua, la quitará del diccionario. México será el país más próspero, donde el mundo completo deseará vivir.

Parada 6: Continuidad de los parques, de Julio Cortázar.

Cuento colaborativo

Había sido atrapado desde meses atrás por las redes sociales. Su cuenta de Facebook estaba abandonada porque la lluvia había dañado su línea telefónica. Cuando le avisaron que su servicio había sido restablecido, abrió su cuenta, revisó rápidamente su muro.  Comentó con desesperada rapidez las publicaciones en las que había sido etiquetado, sus dedos fluían cual líquido derramado sobre el teclado. En cada comentario sentía recuperar la vida. Al terminar de revisar su muro, dio clik en inicio… y mientras se cargaba la página sus ojos se escaparon por la ventana, y pudo ver a su encantadora mujercita mandarle un beso mientras encendía el motor del auto. Los rayos del sol del dulce atardecer lo hicieron regresar a la pantalla de la computadora. La luz del sol lo distrajo y no pudo seguir leyendo los estados de las publicaciones. Se levantó de su cómoda silla, desde donde introducía sus ojos en la pequeña ventana de plasma para sentirse un Dios todo poderoso. Se acercó al ventanal de descoloridas cortinas que un día habían sido verdes… y sus ojos volaron cual gaviotas sobre el inmenso mar de montañas que desde el ventanal  podía observar. Cerró de un tirón las tristes cortinas y regresó a su bola de cristal electrónica que le permitía conocer y enterarse de la vida de sus amigos virtuales.
De pronto una notificación en la ventana electrónica le indicó que había recibido una solicitud de amistad. Antes de que ésta desapareciera dio click en ella y la aceptó. “Cuentos colaborativos”, era el nombre de su nueva amistad, ingresó y empezó a leer la trama: …una mujer vestida de negro sollozaba y gemía sobre un ataúd que despedía el olor a pino falso. Ninguna lágrima bajaba por su rostro. Un hombre la sostenía, y la abrazaba, mientras ella se inquietaba porque varios de los asistentes, la miraban, como buscando confirmar sus sospechas.
Después de esta escena inicial muy “in extrema rex”, había otro comentario que introducía una analepsis: Con un ligero empujoncito le dio a entender que la dejara sola, el hombre delgado de pelo rizado se retiró. La mujer quedó en silencio y su mente viajó a dos días antes del velorio.
El cuento se había interrumpido, era su turno de insertar el comentario para continuar la historia. Su mente se trasportó a su aburrida y monótona vida y sintió que no tenía nada que contar, pensó en abandonar la página, cuando otro comentario apareció: Ese día, ella se esmeraba en su arreglo personal, eligió aquel vestido con un escote perfecto que hacía lucir su delgada figura. Usó su mejor perfume, los zapatos más altos, se miró al espejo y sintió que su corazón se acurrucaba en los brazos de aquel hombre que hacía que su respiración se acelerara y, sus pechos aumentaran su firmeza y tamaño.
Va a ir a ver al amante, pensó, y cuando estaba a punto de empezar a teclear, alguien más le había ganado: Salió de su recámara. Pasó por el estudio donde estaba su marido. Bajo apresurada las escaleras. Detuvo su mirada en los sillones pardos y aburridos de su sala donde no había nadie. Tomó las llaves del auto que se encontraban a un lado de la puerta… Salió presurosa y dejó la puerta abierta…
Las tarántulas que habían permanecido estáticas, movieron sus patas sobre el teclado con una velocidad que esta vez nadie le ganó a realizar el comentario: El portón de la calle también quedó entreabierto… y un hombre delgado de pelo rizado se deslizo como serpiente sin hacer el menor ruido. Avanzó como sombra. Entró a la casa y vio que no había nadie en la sala. Subió las escaleras cómplices, que esta vez no crujieron, llegó a la puerta de un estudio… Y una sombra se reflejó en la pantalla de plasma.


 


Parada 7: séptima parada: la revolución de la tradición o el literarreciclaje


El amor en los tiempos sin viagra

Cuando Fermina Daza se casó con Juvenal Urbino de la Calle, Florentino Ariza decidió esperar pacientemente hasta que el marido de su amada muriera, pero no fue por amor, sino porque a él le gustaban las mujeres viudas, de las cuales se aprovechaba para vivir una vida llena de lujos.
Cuando Murió Juvenal Urbino, Juventino Ariza ni tardo ni perezoso, inmediatamente se lanzó sobre la herencia de la viuda, disfrazando su interés en “el amor que le había durado toda la vida…” Toda la vida para andar con cuanta viuda o mujer sola encontraba.
Pero el tiempo no pasa en vano para ese entonces su libido sexual estaba, muy bajo, y prueba de ello fue que en la primera noche con el supuesto “amor de su vida” no pudo tener una erección, hasta que al día siguiente se puso a pescar cuatetes porque algunos costeños del Estado de Guerrero, México se los habían recomendado.
En la noche siguiente, por fin la fortuna de Fermina Daza pasó a ser de Juventino Ariza. Hasta que, lo descubrió consolando a otra viuda. En ese momento Fermina se compró un loro al que intencionalmente dejó escapar y le pidió a Juventino que trepara por él a un árbol. Un costalazo anunció la muerte del segundo hombre de su vida. Y con pasos de venada recién nacida, lo llevó al panteón, terminando para siempre con el molesto olor de cuatete en su cocina.


Parada 8: Octava parada: Intercambio de perspectivas:  género, edad, circunstancia... Y en todas las variantes, manteniendo escena y clave...

Literatura, Julio Torri

Cuando lo vivido no alimenta al escritor…

Entró a su pequeña “cueva” y se sentó en su escritorio sin mucho ánimo. Tenía que escribir aquella historia para la columna del periódico en el que trabajaba. El rápido fluir de la vida que se deslizaba como cascada rio abajo y su trabajo que lo mantenía en un pequeño cubículo, casi lo asfixiaban.
El deseaba viajar, vivir al extremo para alimentar a “la musa” de escritor que vivía dentro de él y que casi moría de desnutrición.
Frente a Mario estaba la blanca pantalla de plasma, con una hoja que exigía que en ella se escribiera un nuevo mundo, e irónica, parecía burlarse de su incapacidad para empezar a escribir.
Desde su escritorio podía ver la sala de su casa. De pronto apreció su hijo de cuatro años, que en ese momento jugaba con su mano volándola como un avión.
El cursor en la pantalla comenzó a moverse, y aquella mano del niño se convirtió en una poderoso avión de pasajeros en donde volaba Diana hacía el extranjero… El niño seguía jugando. De pronto se escuchó una gran explosión, uno de los motores empezaba a fallar. El avión estaba a punto de estrellarse en el sofá.  El gran sofá se transformó en el monte Everest… Al golpear la mano con el sillón, la luz que se filtraba por la ventana dejó ver miles de partículas de polvo. El avión se estrelló y miles de partículas de nieve volaron por el aire provocando una gran avalancha… La mano del niño fue cubierta por un cojín. El avión había quedado sepultado. Adentro los sobrevivientes golpeados se movían con dificultad era…
De pronto los respaldos del sillón se convirtieron en trincheras de soldados de donde salían misiles disparados hacía el enemigo… pero esa, seguramente sería otra historia.


Novena y décima parada: vamos a descubrir el ensayo que anida en el cuento y en la crónica

Lección de cocina
Rosario Castellanos
Texto armado con las ideas principales.
¿Por qué será que parten del supuesto que todas estamos en el ajo y se limitan a enunciar? El delantal que usurpo para hacer un simulacro de eficiencia y del que seré despojada vergonzosamente pero justicieramente [no dice nada].
Hace un año yo no tenía la menor idea de su existencia y ahora reposo junto a él con los muslos entrelazados, húmedos de sudor y semen. Perdí mi antiguo nombre y aún no me acostumbro, al nuevo, que tampoco es mío. Es verdad que en el contacto o colisión con él, he sufrido una metamorfosis profunda: no sabía y sé, no sentía y siento, no era y soy.
Gracias haberme abierto la jaula de una rutina estéril para cerrarme la jaula de otra rutina que, según todos los propósitos y las posibilidades, ha de ser fecunda. Gracias por darme la oportunidad de lucir un traje largo y caudaloso, por ayudarme a avanzar al interior del templo, exaltada por la música del órgano.
¿Y tú? ¿No tienes nada que agradecerme? Mi virginidad. Cuando la descubriste yo me sentí como el último de los dinosaurios en un planeta del que la especie había desaparecido. Ansiaba justificarme, explicar que si llegue intacta hasta ti no fue ni por virtud ni por orgullo, ni por fealdad sino por apego a un estilo.
¿Acechas mi tránsito a la fluidez, lo esperas, lo necesitas? Yo permaneceré como permanezco. Quieta. Cuando dejas caer tu cuerpo sobre el mío siento que me cubre una lápida llena de inscripciones de nombres ajenos, de fechas memorables.
Yo rumiaré, en silencio, mi rencor. Se me atribuyen las responsabilidades y las tareas de una criada para todo. En ratos me transformo en una dama de sociedad que ofrece comida y cenas a los amigos de su marido, que cree en las juntas nocturnas de ejecutivos, en los viajes de negocios, que padece alucinaciones olfativas.
Pero niñita tú no eres la única, todas tus compañeras del colegio hacen lo mismo. Yo inventaría acrobacias, desfallecimientos sublimes, transportes como se les llama en Las mil y una noches, récords. ¡Si me oyeras entonces no te reconocerías, Casanova!
Y cuando venga mi marido dejar que olfatee como los ogros de los cuentos, y diga que aquí huele a mujer inútil. Nuestra convivencia no podrá ser más problemática. Y él no quiere conflictos de ninguna índole. Menos aún conflictos muy abstractos, tan absurdos, tan metafísicos como los que yo le plantearía. Su hogar es un remanso de paz en el que se refugia de las tempestades de la vida. De acuerdo.  Yo lo acepté al casarme y estaba dispuesta llegar hasta el sacrificio en aras de la armonía conyugal. Pero yo contaba con que el sacrificio el renunciamiento completo a lo que soy no se me demandaría en ocasión, en la hora de las grandes resoluciones, [no con asar un trozo de carne].

Respuesta de la poetiza a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz
Texto con las ideas principales de Sor Juan Inés de la Cruz
…el callar no es haber que decir, sino no caber en las voces lo mucho que hay que decir… recibo en mi alma vuestra santísima amonestación de aplicar el estudio a Libros Sagrados, aunque viene en traje de consejo tendrá para mí sustancia de precepto. El no haber escrito mucho de asuntos sagrados no ha sido desafición, ni falta, sino sobra de temor… me ha quitado la pluma de la mano y ha hecho retroceder los asuntos hacía el mismo entendimiento de quien quería brotar… Pues una herejía contra el arte no la castiga el Santo Oficio sino los discretos con risa y los críticos con censura.
Fue tan vehemente y poderosa la inclinación con las letras que ni ajenas represiones han bastado a que deje ese natural impulso.   Éntreme religiosa porque aunque tenía el estado cosas, muchas más repugnantes a mi genio, con todo para la total negación que tenía al matrimonio, era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad que deseaba de mi salvación…
… las impertinencias de mi genio, que eran de querer vivir sola; de no querer tener ocupación obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros.
… teniendo sólo por maestro un libro mudo, por condiscípulo un tintero insensible; y en vez de explicación y ejercicios muchos estorbos, no sólo los de mis religiosas obligaciones(…) si no de aquellas cosas accesorias de una comunidad: como estar leyendo y antojárseles en la celda vecina tocar y cantar; estar yo estudiando y pelear dos criadas y venirme a constituir juez de su pendencia; estar yo escribiendo y venir una amiga a visitarme…
…con envidia oigo otros [los hombres]  que no les ha costado afán en saber… A mí, no el saber (que aún no sé), sólo el desear saber me ha costado tan grande… …no quiero decir que me han perseguido por saber, sino sólo porque he tenido amor a la sabiduría y a las letras, no porque haya conseguido ni lo uno ni lo otro.





Ensayo.
El clamor por un cuarto propio en los textos de “Lección de cocina” de Rosario Castellanos y “Respuesta de la poetisa a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz”, de la poetiza Sor Juana Inés de la Cruz
En el presente ensayo pretendo poner en relieve la búsqueda de Sor Juana Inés de la Cruz en su texto “Carta a Sor Filotea de la Cruz”  de “un cuarto propio”, que dos siglos después Virginia Woolf propusiera para que una mujer pudiera escribir y en el siglo XX, Rosario Castellanos se opone a la pérdida de su cuarto en su texto Lección de Cocina incluido en la colección “Álbum de familia”. 
¿Qué representa el tener un cuarto propio?, ¿por qué Virginia Woolf dice que para que una mujer escribiera necesitaba tener un cuarto propio? ¿Qué es un cuarto?
De acuerdo con el Diccionario de la real academia de la lengua, un cuarto es un “espacio entre tabiques de una vivienda”, ofrece protección, privacidad, tranquilidad, aislamiento, un espacio para desnudarte contigo mismo. Virginia Woolf lo utiliza como metáfora que resume lo que la mujer necesitaba para escribir; representando la libertad intelectual y económica que en su tiempo no tenían las mujeres.
Sor Juana Inés de la Cruz, en su “Carta a sor Filotea” pone de manifiesto su capacidad intelectual, lo que ha sufrido por querer conocer, la inequidad entre los hombres y las mujeres, y la necesidad de un espacio para poder escribir.
En “Lección de cocina, Rosario Castellanos narra una historia de una mujer recién casada que mientras cocina un trozo de carne, reflexiona sobre la inequidad entre los hombres y mujeres.
Viginia Woolf reflexiona que “Aquella mujer, pues, que nació con el don de la poesía en el siglo dieciséis, era una mujer desdichada una mujer en lucha consigo misma. (Woolf, 2009, p. 66), Sor Juana en su carta menciona “… y sabe que le he pedido que apague la luz de mi entendimiento dejando sólo lo que baste para guardar su ley, pues los demás sobra, según algunos, en una mujer…” Mientras tanto Castellanos, deja entre ver en su texto que anduvo “extraviada en aulas, en calles, en oficinas, en cafés; desperdiciada en destrezas que ahora he de olvidar para adquirir otras.”
De la Cruz escribió la carta en 1691, Virginia Woolf hace su planteamiento en 1927. Tres siglos después Castellanos aún siente que su trabajo intelectual, no es apreciado.
En búsqueda de ese “cuarto propio” De la Cruz se encierra en un convento.
 “Entréme religiosa, porque aunque conocía que tenía el estado de las cosas (de las accesorias hablo, no de las formales) muchas repugnantes a mi genio, con todo, para la total negación que tenía al matrimonio, era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad que deseaba de mi salvación…”
Pero ya al estar dentro de este “cuarto” se da cuenta que no es tan privado como ella lo desea porque como ella misma explica “…al estar yo leyendo y antojárseles en la celda vecina tocar y cantar; estar yo estudiando y pelear dos criadas y venirme a constituir en juez de su pendencia; estar yo escribiendo y venir una amiga a visitarme, haciéndome muy mala obra con muy buena voluntad…
Por su parte, Castellanos es su texto pareciera que reclama “el cuarto” perdido al contraer matrimonio, “perdí mi antiguo nombre y aún no me acostumbro al nuevo, que tampoco es mío.” Y párrafos más adelante continua “…es verdad que en el contacto o coalición con él he sufrido una metamorfosis profunda: no sabía y sé, no sentía y siento, no era y soy.” Es como si de pronto ante la ausencia del “cuarto” de golpe recobrara la conciencia de la pérdida de su identidad. Y más adelante lo expresa de forma más clara “Gracias haberme abierto la jaula de una rutina estéril para cerrarme la jaula de otra rutina.”
De la Cruz, ansía ese “cuarto propio”, y pareciera que a Castellanos, la sociedad ya le ha permitido tener “su cuarto propio”, pero claro, sólo mientras era soltera, porque al casarse los prejuicios arraigados en la sociedad la vuelven a condenar como una simple ama de casa; que de tener independencia económica e intelectual de pronto se da cuenta que termina en la cocina, donde se amarga rumiando su descontento.
Virginia Woolf, menciona que las mujeres “han servido de espejos dotados de la virtud mágica y deliciosa de reflejar la figura del hombre, dos veces agrandada” (Woolf, p. 48) en el texto De la Cruz, trata de reivindicar la imagen de la mujer ante la del hombre, sin embargo la forma en que se dirige a “Sor Filotea” hace crecer está imagen, y ella se postra humildemente, para poder decir lo que piensa. Castellanos convierte su personaje en un espejo que refleja la imagen del hombre con ironía “Yo inventaría acrobacias, desfallecimientos sublimes, transportes como se les llama en Las mil y una noches, récords. ¡Si me oyeras entonces no te reconocerías, Casanova!
El espejo de la imagen del hombre parece empezar a distorsionarse, la mujer cobra conciencia de su importancia y sus habilidades, y pone al descubierto las debilidades como amante del hombre.
Para finalizar diré que ambos textos nos llevan a una reflexión de la inequidad que ha existido entre los hombres y las mujeres, Sor Juana Inés de la Cruz plantea la importancia de educar a la mujer, para que esta pueda disfrutar de “un cuarto propio”. Rosario Castellos, nos muestra una mujer con mayores libertades sin embargo presa aún de prejuicios sociales. En ambos textos se muestra una mujer pensante, luchando por lo que le corresponde, cada una implicada en los problemas que la aquejan en la época que le tocó vivir. ¿Se atreverá el personaje de “Lección de Cocina”, a recuperar su “cuarto propio” que sólo como soltera puede disfrutar o encontrará ese equilibrio en que los dos sexos se complementen mutuamente, en una igualdad de oportunidades para cada uno desarrollar sus habilidades?

Bibliografía
Woolf, Virginia, Un cuarto propio, Trad. De Laura Pujol. Barcelona: Seix Barral, 2008
Castellanos, Rosario. Lección de Cocina, Consultado en línea.
De la Cruz, Sor Juana, Carta a Sor Filotea, Consultado en línea.





 Conclusión final:

Acercarse a la Literatura por medio de la creación literaria, es un nuevo enfoque que considero da muy buenos resultados. Ya que creo que es ponerte en contacto directo con la esencia de esta disciplina.
El acercamiento fue en pequeñas dosis, diez paradas, en diez obras de la literatura. Se inició con “El cohete”, de Manuel Gutiérrez Nájera, en donde al desmenuzarlo para poder arrancar el secreto de fabricación pusimos especial atención en el uso del lenguaje: los recursos retóricos empleados para construir imágenes que nos hacen sentir eso que el escritor desea.
En la segunda parada, trabajamos “El artista” de Oscar Wilde, en donde me puse en un dilema para escoger algo que implicaba la pérdida o destrucción de otra cosa también querida.
En la tercera parada, nos detuvimos un minuto para mirarnos en el espejo y descubrir quiénes somos por medio del texto “Autorretrato”, de Miguel de Cervantes Saavedra. En este texto aprendimos a nombrar lo que nos hace especiales y únicos, para ponerlos bajo la luz, de esta forma, podemos construir personajes de nuestras historias.
En la cuarta parada, experimentamos con la poesía, de la mano de Octavio Paz con un fragmento del poema Piedra de sol, donde aprendí que en los poemas, cada verso debe de tener autonomía, y su lectura debe realizarse como si fuera una sola palabra. Desmembrar el poema y armarlo de forma diferente nos concientizó acerca de la autonomía de sus versos. Construir nuestra propuesta a partir de sustituir los versos originales, por nuevos versos creados por nosotros, consolidó la importancia de la autonomía de cada uno de ellos.
Al detenernos en la quinta parada en “El derecho de soñar” de Eduardo Galeano, nos hizo imaginar la vida que queremos en un futuro no muy lejano. Imaginar, para desarrollar y fomentar nuestra creatividad, ensayando ideas y sueños, con un toque de ironía que provoque en el lector esa media sonrisa cómplice.
La sexta parada, “Continuidad de los parques” de Julio Cortázar, nos adentró en los juegos literarios en donde el lector se convierte en personaje. Experimentamos la creación de dos realidades que en cierto momento convergen y provocan un rasgamiento de la realidad que  nos mueve en el interior, y nos hace sentir que una realidad oculta empieza a aparecer, lo que nos provoca estar ante una situación límite.
En la séptima parada, nos invita a reutilizar los textos, a crear otras versiones de las historias ya contadas, es permitirnos pensar; ¿y por qué no ocurrió de otra manera? Juego que nos lleva a develar otras verdades de la condición humana.
La octava parada, nos invita a utilizar lo que tenemos a nuestro alcance para transformarlo en el mundo literario que queremos plasmar, es decir echar mano de la imaginación y transformar el mundo en que vivimos en un mundo literario, que se plasme en un texto.
La novena y décima parada, nos acerca al texto con el fin de descubrir las ideas que el autor quiere expresar, y así construir un texto en el que se manifieste una tesis que en el desarrollo del ensayo se tratará de comprobar.
Cada uno de los textos se convirtió en un modelo de creación literaria, que nos hizo dar una respuesta. Fue maravilloso tener con nosotros a tan grandes maestros de la literatura, que a través de sus textos nos apoyaron a construir nuestra propia propuesta, que con la práctica cada día será más y más autónoma.


,








No hay comentarios:

Publicar un comentario