miércoles, 4 de diciembre de 2013


Soledad Manzanares Hernández  (El viaje de la literatura)
 

PRIMERA PARADA: El cohete.

1.- ¿cuáles son los personajes de este texto?

El cohete y yo (espectador)

2.- Señala todas las acciones (verbos) que realiza el cohete.

Sube, quitase, lanza, sacude, deja   (mofarse)

3.- Hay tres formas en las que el autor se refiere al cohete, encuéntralas.

Espléndido, loco,  príncipe magnífico.

4.- Cambia el orden de las frases en el texto, pero que sigan conservando coherencia. Haz diferentes pruebas y elige la que más te guste.

El loco, lanza un grito burlón, sube el cohete vestido de máscara, con cerrado, estrecho dominó de luto, y para más mofarse de nosotros, el príncipe magnífico, quitase el antifaz, y cuando ya no podemos alcanzarle, sacude su escarcela, el espléndido, deja caer piedras preciosas que no llegan a nuestras manos porque se pierden jugueteando en el aire, ya extendidas y abiertas.

5.- Describe con tus propias palabras, por escrito, algunos juegos pirotécnicos que hayas visto alguna vez.

TORRE DE LUCES Y ESPLENDOR.

Nos  postramos ante ti con admiración, mientras duermes de pie, ante un público ansioso e incesante, que atento está a tu primer bostezo. Admirado desde abajo, hasta la punta de tu nobleza, las personas, comienzan a comentar lo hermoso que te verás al despertar.

Ha llegado el momento esperado, has abierto los ojos. Tu fulgor comienza a inundar un sinfín de pupilas de hermosos colores brillantes, que por un momento han llenado de dicha hasta al más mendigo de este lugar, quien ha venido a recoger un poco de felicidad momentánea. Te has convertido en un universo, y nos baña esa lluvia de estrellas que desprende cada una de tus galaxias, quienes nos mantienen disfrutando del hermoso concierto, mientras tus estruendos y un sinfín de silbidos, aturden de dicha. Se ha encendido la cúspide de tu torre, y sentimientos encontrados nos invaden, porque muestra lo más hermoso de tu ropaje y al mismo tiempo, la muerte, que esperando esta por ti.

Ahora, tan sólo te cambias la ropa, por una túnica color humo, y desprendes un olor insoportable que obliga a separarnos de ti. Sigues de pie, pero  ya has muerto.

 

SEGUNDA PARADA: El artista.

1.- ¿Cuáles son las dos estatuas que menciona aquí?

 “La del dolor que sufre toda una vida” y la del “placer que dura un instante”

2.-¿Por qué tuvo el personaje que destruir una para construir otra?

Porque no había más bronce en el mundo que la de la anterior estatua.

3.- ¿Cuáles son las emociones que trata este cuento? Encuéntralas y subráyalas.

El dolor, el placer, el deseo, la tristeza y la felicidad.

4.- ¿Cuál es la lección que nos da el autor?

Que nada es para siempre, todo tiene su momento.

5.- ¿Cuál sería la tercera estatua que tú construirías  con el mismo bronce?

Sería sobre la esperanza, porque considero que es algo en lo que todos los seres humanos, en algún momento de nuestra vida nos refugiamos. Es la que nos permite creer que vendrán tiempos mejores en los momentos más difíciles.

 

TERCERA PARADA:   Autorretrato

Ésta que ves aquí, de rostro alegre y un poco distraído, de cabello obscuro y rizado, frente pequeña, de ojos cafés claros, a veces pícaros y llenos de luz y otras veces todo lo contrario, de nariz chata pero bien proporcionada, pómulos sobresalientes, boca bien delineada, con labios florecidos, dientes nácar, un poco desgastados de enfrente, por la mala correspondencia que padecen; de mediana estatura, el cuerpo robusto sin perder sus líneas, con una cicatriz en la pantorrilla derecha, de tez morena, en la plenitud de su vida, y con pies aun ligeros, ansiosos por seguir un camino desconocido y prometedor, éste digo, que es el rostro de la mujer que lucha por cumplir sus sueños, quien ha escapado de los brazos de la muerte saliendo airosa de una fuerte tuberculosis a los 20 años de edad y de un accidente automovilístico que a punto estuvo de dejarla cuadripléjica.  Quien no teme a un tercer encuentro con la muerte, ni al significado de su nombre, que muchas veces se ha hecho presente en su vida, y lejos de padecerlo, le ha servido para reflexionar; sí, esta mujer es a quien le bautizaron con el nombre de Soledad Manzanares Hernández, en honor a la virgen de la Soledad, venerada en el pueblo de su abuelo materno, a quién ni siquiera ha recurrido para pedir un milagro. Fue una niña muy feliz en su infancia, sin embargo, tuvo que aprender desde entonces, a trabajar como adulta y mira que le sirvió, y aprendió a valorar lo poco y mucho que tenía y a ser fuerte ante la vida. A quien no le importa haber sido engañada en el amor un par de veces y a pesar de eso, aún sigue apostando por él. Esta que te sigue hablando, es quien está a punto de terminar su maestría, postgrado que había abandonado y que hoy retoma para cumplir uno de sus mayores sueños: ser maestra de literatura. Sueño que se ha alimentado, a partir de haber tomado estos seminarios en el CIDHEM. Soledad, es la mujer que cree que a pesar de las adversidades que se puedan vivir, la vida ofrece excelentes oportunidades. Es la mujer que no espera, va en busca.

 

 CUARTA PARADA: Piedra de Sol

Frente a la tarde de salitre y piedra,
escribes en mi piel y esas heridas,
como un traje de llamas me recubren
una roja escritura indescifrable.
 
Ardo sin consumirme, busco el agua,
y en tus ojos no hay agua, son de piedra,
tu boca sabe a tiempo emponzoñado,
tu cuerpo sabe a pozo sin salida.
 
Y tus pechos, tu vientre, tus caderas
son de piedra, tu boca sabe a polvo,
armada de navajas invisibles
pasadizo de espejos que repiten.
En una puesta de sol que me consume,
tatúas sobre mi piel y ese dolor,
son las ropas de fuego que me cubren
Jeroglíficos cubiertos de esplendor.
 
Soy la hoguera que busca apagarse,
y en tu mirada no hay más que sequía.
Tu boca es una flor envenenada.
Tu cuerpo perdición del más honrado.
 
Y las hermosas formas de tu cuerpo,
son insensibles, boca sabor tierra
Cubierta de peligros que no veo,
laberintos que niegan la salida.
 

 

 
QUINTA PARADA: El derecho de soñar

Soñar no cuesta nada, es la plataforma para cambiar nuestra propia realidad, para buscar ser mejores. Nadie sabe qué puede pasar en diez años, en veinte o veinticinco. Sin embargo todos podemos imaginar un mundo increíble.

Imagino que para el 2025, el hombre será el mejor amigo del perro. No habrá perros ni gatos callejeros, quienes no tengan uno en casa, podrán adoptar uno por familia. Se evitarán las ventas de cachorros. Por algunos años se mantendrán esterilizados  y así se evitará que se sigan reproduciendo para poder darles un hogar a lo que no tengan.

Para ser presidente de México, tendrán que haber leído por lo menos las obras completas de 20 escritores.

El gobierno rendirá cuentas claras, cobrará lo justo y ninguno de los burócratas obtendrá sueldos excesivos. Disminuirá el número de diputados y senadores y no se inventarán puestos.

Los narcotraficantes donarán su dinero para hacer buenas obras a la ciudadanía y en lugar de vender drogas se convertirán en excelentes agrónomos que apoyen al campo.

No habrá más sicarios, y quienes lo hayan sido, se convertirán en policías y cuidarán de la ciudadanía.

Habrá trabajo para todos, se buscará ser equitativo en la repartición de tierras y de bienes, por lo mismo, nadie tendrá necesidad de robar.

Las prisiones se convertirán en centros recreativos y los ex presidiarios se reivindicarán y darán clases de yoga y otros deportes que alimenten el espíritu y la mente.

Las personas aplicarán la regla de las tres “R” y serán más consciente a la hora de tirar basura.

Los autos sólo se ocuparán para recorrer distancias lejanas y con la utilización de celdas solares. Para distancias cortas sólo se permitirán la utilización de la bicicleta o en su caso, caminar.

Será una regla en las familias ejercitarse 30 minutos todos los días e incluir en su alimentación frutas y verduras.

El refresco y la comida chatarra desaparecerán y se cambiará por agua simple y cocteles de frutas.

No habrá más paros magisteriales, se cumplirá con los 200 días de clases. Los maestros obtendrán un sueldo justo pero también estarán obligados a leer una obra completa cada año. Harán un examen de conocimientos, de manejo de las TICS y uno de literatura. Los primeros dos exámenes, servirán para seguir conservando su empleo y el examen de literatura, le otorgará bonos especiales.

Habrá más lectores y escritores. La poesía será un motivo de encuentro entre amigos los fines de semana.

Los programas baratos de televisión se vetaran, tan sólo pasaran noticias, programas culturales y pedagógicos.

La vida animal se respetará y en los circos ya no utilizarán animales para sus shows.

Será requisito que las mujeres antes de casarse tengan un poco de experiencia sexual y conozcan todas las posiciones de Kama Sutra aunque sea en teoría.

A partir de los quince años, tanto hombres como mujeres tendrán que cargar en sus mochilas condones y pastillas anticonceptivas.

 


SEXTA PARADA: Continuidad de los parques.

Morir en una noche lluviosa.

Jade, sentada frente a su escritorio, decidió quedarse a revisar algunos de los trabajos de sus alumnos. Era un poco tarde y la torrencial lluvia parecía interminable.

Estiró un poco los brazos, contorsionó la espalda y masajeo un poco su cuello y cabeza para relajarse y disponerse a leer.

Tomó el primer trabajo del montón que tenía ordenado en la orilla de su escritorio. Le pareció muy simple, con muchas deficiencias y confusiones en la trama. Antes de terminarlo de leer, suspiró un poco, un tanto enfadada. Lentamente se paró frente a uno de los ventanales mientras contemplaba la lluvia que no cesaba. Abrió un poco la ventana para sentir la frescura de la noche y de repente, un leve aire logró colarse tirando al suelo alguno de los trabajos de sus muchachos.

Inmediatamente caminó hacia los textos, y al comenzar a levantarlos llamó su atención el título de uno de ellos, “Morir en una noche lluviosa”. Era un título con letra grande en negritas que simulaba una gota de sangre al final. Incorporó nuevamente los trabajos al escritorio pero dejó encima el de la gota de sangre.

Hacía un poco de frío, así que abrió su bolso y sacó un cigarrillo que encendió mientras cerraba la puerta del salón. Se acomodó en la silla, echó a un lado el fleco de su cabello, tomó las hojas del texto.

Pobre sujeto, pensó que nunca llegaría el día, pero al parecer, esa noche la suerte lo acompañaba. Era un tipo alto, fornido, de mirada un tanto perdida, con rasgos grotescos a quién le había llevado mucho tiempo planear la muerte de la mujer de quien siempre había estado enamorada y quien lo toda la vida lo rechazó.

Eran casi las diez de la noche. Las luces de la institución permanecían prendidas y le permitían su paso para poder llegar a su objetivo. A simple vista no había nadie, tan sólo su sombra lo acompañaba en el transcurso del camino mientras una diabólica sonrisa enmarcaba su rostro por lo que iba a suceder esa noche.

Comenzó a subir las escaleras con gran dificultad porque cojeaba de un pie. En la mano llevaba tan sólo una lámpara y un cuchillo, con la cual pensaba cometer el asesinato. La lluvia parecía ser su cómplice, no cesaba. Por fin logró subir al último piso. Recorrió con lentitud cada uno de los salones. Antes de llegar al salón en el que se encontraba su amada tomó un poco de aire y con las yemas de sus dedos saboreó el filo de su arma y prosiguió su camino.

La pobre mujer, víctima de su fechoría, ni siquiera sabía que su final estaba a punto de llegar. Ella, seguía en su salón de clases revisando algunas tareas mientras esperaba a que parara la lluvia. Estaba tan metida en la lectura de la historia,  que ni siquiera se dio cuenta de que el asesino se encontraba parado en su puerta…

Ella, sintiendo un escalofrío en el cuerpo y alma,  soltó las hojas y volteó la cabeza hacía la puerta rápidamente. Tan sólo logró sentir una luz en los ojos que la cegó.

 

SÉPTIMA PARADA: LA FÁBULA

EL CABALLO Y EL LEÓN.

 

Hubo un tiempo en que los leones se cansaron de ser sanguinarios cazadores y trataron de enmendar su camino convirtiéndose en vegetarianos y haciendo labores altruistas.

Cierta ocasión, un caballo que se encontraba por el campo, alcanzó a ver a un león a lo lejos. Le llamó la atención la cantidad de verduras frescas que llevaba en un costal.

El caballo era muy flojo como para ir a buscar su propia dotación, así que acostumbraba robar los alimentos de los animales con engaños.

Sabía que el león no era cualquier animal, así que se le ocurrió fingir estar enfermo para atraer la atención del león, y una vez que este se descuidara, robar su costal de verduras.

Enseguida se tiró al suelo y gritó:

─¡Auxilio, auxilio, que alguien me ayude, por favor!

El león, con el buen oído que tenía, logró escuchar los gritos del caballo y acudió enseguida hasta donde se encontraba.

─¿Qué te ha ocurrido? Preguntó al caballo.

─No puedo caminar, me enterré una enorme espina en la pata desde ayer y heme aquí tendido sin poder comer ni beber. Te agradecería que me la sacaras.

─Esta bien, ─ contestó el león.

Sin embargo, el león, quien todos los días transitaba por ahí, se dio cuenta de que el caballo estaba mintiendo, pues ni siquiera por la mañana se lo había topado.

El caballo se levantó enseguida, se colocó en muy buena posición y le dijo:

─Te recomiendo que me saques la espina con tus filosos dientes, será más rápido y menos doloroso que con tus garras.

El león, asombrado todavía por la manera tan rápida en la que se levantó el caballo para optar por una posición de ataque sin que se quejara de la espina, comprendió que lo que él quería, era propinarle unas buenas patadas para dejarlo inconsciente y robarle su comida.

Entonces dijo:

─Acepto, pero antes de que la saque cierra los ojos, cuenta hasta tres y enseguida me dispondré a sacarte la espina.

El caballo muy seguro de cometer su fechoría y preparándose para dejarlo tirado en el suelo, inició el conteo.

Apenas si alcanzó a decir ¡uno!, cuando echó un desgarrador grito por la tremenda mordida que le había propinado el león en su pata.

El león un poco burlón le dijo:

─Ahora sí, esperemos que pronto venga alguien en tu ayuda, porque no podrás caminar por algunos días.

Enseguida se echó su costal al lomo y se fue.

El pobre caballo con el llanto en los ojos, la pata hinchada y sin poder pararse dijo para sí:

“Con harta razón sufro esto, pues el caballo justamente me ha devuelto un engaño por otro”

 

OCTAVA PARADA: Cuentos (Literatura)

TEXTO 1. EL DESPERTADOR.

Mira de reojo su despertador y se levanta como resorte de muñeco en caja de sorpresa. Corrobora, son veinte para las 8:00 de la mañana. Es casi la hora de entrada de su nuevo trabajo que con mucho esfuerzo logró conseguir. Su pensamiento se atrofia, su corazón se acelera, un sudor frío recorre su frente, sabe que un retardo puede causar que lo despidan. No hay tiempo para bañarse, piensa. Corre a lavarse los dientes y toma el primer traje que encuentra en el clóset. Se lo pone enseguida, toma su portafolio y se peina en el elevador. Abre el carro y algo sucede, el carro no enciende, tira un golpe al volante y después un fuerte portazo al auto. Sale corriendo del estacionamiento en busca de un taxi, lo mira a lo lejos, corre a pararlo con la mirada fija, sin mirar a los lados, y justo cuando cruza la calle un motociclista lo atropella. Suena el despertador, son las 6:30 de la mañana. Qué bueno que fue sólo un sueño.

TEXTO 2. TRISTE REALIDAD.

Acostada en el patio, con la cara un poco sucia y mirando hacia cielo, Mónica imagina su vida entre nubes. Su blanca inocencia imagina hadas, carruajes y también castillos con bellos jardines y flores de muchos colores. Una nube nueva ha tomado forma, es el unicornio que siempre ha soñado. Se imagina linda, con hermosos rizos y luciendo como una princesa. Con cuanta ternura llama al unicornio quien presto se acerca, y antes de que suba, en sus piernas siente el latigazo del cinturón que le quema como aceite caliente. Un par de lágrimas escurren por sus mejillas mientras las nubes se difuminan formando sólo algodones de azúcar. Mónica limpia sus grandes ojos color miel y toma su caja de chicles, es hora de trabajar. Tenía que haberse levantado más temprano para seguir soñando, piensa.

 

NOVENA Y DÉCIMA PARADA: Ensayo a partir de frases obtenidas en tres lecturas.

Lección de cocina de “Rosario Castellanos”

“Él podía darse el lujo de portarse como quien es y tenderse boca a bajo para que no le rozara la piel adolorida. Pero yo, abnegada mujercita mexicana que nació como la paloma para el nido… boca arriba no sólo soportaba mi propio peso sino el de él encima del mío”

“Yo también soy una conciencia que puede clausurarse, desamparar a otro y exponerlo al aniquilamiento”

“Perdí mi antiguo nombre y aún no me acostumbro al nuevo, que tampoco es mío”

 “Ansiaba justificarme, explicar que si llegué hasta ti intacta no fue por virtud ni por orgullo ni por fealdad sino por apego a un estilo”

“¿Pero quién soy yo? Tu esposa, claro. Y ese título basta para distinguirme de los recuerdos del pasado… Llevo una marca de propiedad y no obstante me miras con desconfianza”

“Yo rumiaré, en silencio, mi rencor. Se me atribuyen las responsabilidades y las tareas de una criada para todo…. Pero no se me paga ningún sueldo, no se me concede un día libre a la semana, no puedo cambiar de amo”

“En mis ratos de ocio me transformo en una dama de sociedad que ofrece comidas y cenas a los amigos de su marido…que cuida su peso… que cree en las juntas nocturnas de ejecutivos, en los viajes de negocios y en la llegada de clientes imprevistos”

“De mí se puede decir se puede decir lo que Pfandl dijo de Sor Juana: que pertenezco a  la clase de neuróticos cavilosos.

 

Respuesta de la poetisa a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz.

“…para que se entienda que el callar no es haber que decir, sino, no caber en las voces lo mucho que hay que decir”

“Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar, sino sólo por ver si con estudiar ignoro menos”

“y sabe que le he pedido que apague la luz de mi entendimiento dejando sólo lo que baste para guardar su Ley, pues lo demás sobra, según algunos, en una mujer; y aún hay quien diga que daña”

“Entréme religiosa, porque aunque conocía que tenía el estado cosas… muchas repugnantes a mi genio, con todo, para la total negación que tenía al matrimonio, era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de seguridad que deseaba de mi salvación”

“En todo lo dicho… no quiero decir que me han perseguido por saber, sino sólo porque he tenido amor a la sabiduría y a las letras, no porque haya conseguido ni uno ni otro”

“Yo confieso que me hallo muy distante de los términos de la sabiduría y que la he deseado seguir… pero todo ha sido acercarme más al fuego de la persecución, al crisol del tormento; y ha sido con tal extremo que han llegado a solicitar que se me prohíba el estudio”

“…¿Que podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina?”

“Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito”

“Muchos quieren más dejar bárbaras e incultas a sus hijas que no exponerlas a tan notorio peligro como la familiaridad con los hombres, lo cual se excusa si hubiera ancianas doctas”

 

Virginia Woolf: Un cuarto propio

“… para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio…”

“A nadie le gusta que le digan que es naturalmente inferior a un hombrecito”

“Hace siglos que las mujeres han servido de espejos dotados  de la virtud mágica y deliciosa de reflejar la figura del hombre, dos veces agrandada”

“Golpear a la esposa, leí, era un derecho reconocido del hombre, y era ejercido sin recato por humildes y poderosos”

“Mr. John Langdon Davies nos advierte: que cuando los niños dejan de ser del todo deseables, las mujeres dejan de ser del todo necesarias”

 

De acuerdo a los textos leídos, a pesar de que todos son de diferentes épocas, las autoras indagan y analizan su papel como mujeres, mismo que la sociedad ha establecido desde hace muchos siglos. Un papel rutinario, que para el hombre, en particular, no ha tenido mucho significado.

Rosario Castellanos, hace referencia al papel de la mujer como simple ama de casa. Una mujer que no ejerce su propia libertad, una mujer con un destino marcado en el que el principal objetivo es ser madre de familia y esposa abnegada “Gracias por haberme abierto la jaula de una rutina estéril para cerrarme la jaula de otra rutina que, según todos los propósitos y las posibilidades, ha de ser fecunda”

Toca el tema de la virginidad de tal manera que una mujer se puede reconocer así misma cuando dice “Ansiaba justificarme, explicar que si llegué hasta ti intacta no fue por virtud ni por orgullo ni por fealdad sino por apego a un estilo” , y es precisamente porque llegar virgen, había sido hasta hace mucho, una exigencia, posiblemente para los demás, como el boleto que tienes que guardar celosamente para obtener respeto. Un respeto sólo de papel asume cuando reflexiona “¿Pero quién soy yo? Tu esposa, claro. Y ese título basta para distinguirme de los recuerdos del pasado… Llevo una marca de propiedad y no obstante me miras con desconfianza” Lo cual hace la hace sentir, una pertenencia más de su marido. Quien considerándola con falta de criterio, asume que es una tonta, y así lo menciona “En mis ratos de ocio me transformo en una dama de sociedad que ofrece comidas y cenas a los amigos de su marido…que cuida su peso… que cree en las juntas nocturnas de ejecutivos, en los viajes de negocios y en la llegada de clientes imprevistos”

En Carta a Sor Filotea, se deja ver la misma necesidad de la mujer de ser reconocida de  igual manera que el hombre, como un ser independiente e inteligente, capaz de tomar decisiones de vida. Una mujer que lucha por no tomar el mismo camino que las de su mismo género y en cambio, decide aprender y demostrar que la inteligencia no es sólo del hombre “Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar, sino sólo por ver si con estudiar ignoro menos”

Una mujer que sacrifica una libertad por otra “Entréme religiosa, porque aunque conocía que tenía el estado cosas… muchas repugnantes a mi genio, con todo, para la total negación que tenía al matrimonio, era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de seguridad que deseaba de mi salvación” pues por lo menos ahí tendría el tiempo y el espacio para dedicarse a lo que ella le gustaba y con más oportunidades de aprender.

Virginia Woolf, hace un excelente complemento a las anteriores autoras cuando menciona que “… para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio…”

Es un ensayo donde se abordan todos esos prejuicios y limitaciones que han tenido y que tienen las mujeres para dedicarse a la literatura o simplemente para integrarse a una sociedad en donde aún no se le reconoce el mismo valor que el hombre “A nadie le gusta que le digan que es naturalmente inferior a un hombrecito”

Habla del papel de la mujer en la sociedad como un ser invisible, y de esa necesidad que tienen por obtener una independencia económica y personal, en la que nadie les tenga que señalar cada paso que deban dar. Y se remonta a esos tiempos en que el hombre era amo y señor de la mujer cuando menciona haber leído que “Golpear a la esposa, era un derecho reconocido del hombre, y era ejercido sin recato por humildes y poderosos”, mismo que en la actualidad, en algunos países y algunos hombres lo sigue creyendo.

 

Llama mucho mi atención las coincidencias en cuanto a las reflexiones de estas tres autoras. Mientras Rosario Castellanos reflexiona para sí misma “Yo rumiaré, en silencio, mi rencor. Se me atribuyen las responsabilidades y las tareas de una criada para todo…. Pero no se me paga ningún sueldo, no se me concede un día libre a la semana, no puedo cambiar de amo”; En Carta a Sor Filotea escribe “…¿Que podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina?”; y Virginia Woolf, menciona una advertencia de Mr. John Langdon “que cuando los niños dejan de ser del todo deseables, las mujeres dejan de ser del todo necesarias”. Y llama mi atención porque son datos que me hacen corroborar que históricamente la diferencia entre el género humano ha sido marcada fuertemente desde el inicio de la vida social, económica y política.

En conclusión, considero necesario seguir luchando por esa justa equidad de género, porque representa nuestros derechos como seres humanos. Hay mucho que hacer,  sin embargo poco a poco las mujeres hemos ido demostrando tener la suficiente capacidad de actuar en la vida social, política y económica, y sobre todo, con aportes a la ciencia. No es demostrar que sabemos más, sino que somos iguales. Estoy segura que llegará el día en que la sociedad ría por leer que en algún tempo hubo desigualdad de género.

 

 

APRENDIZAJES OBTENIDOS:

PARADA 1.

Aprendí a utilizar algunos elementos de recursos retóricos, a identificar las acciones, a mantener el sujeto, a no perderlo de vista, en éste caso, el cohete.

PARADA 2.

Aprendí que un cuento plantea una situación, que está situado en una disyuntiva y que lo complejo es lo que le da sentido al mismo.

PARADA 3.

Aprendí a describirme, a hacer una autobiografía, tomando en cuenta mis singularidades que me diferencian de las demás personas y a escribir sin eufemismos para que la gente conozca quien soy en realidad.

PARADA 4.

A reconocer la complejidad de los poemas. Reconocer al verso como una unidad autónoma con significado y significante y que el número de sílabas nos dan el ritmo. El sentido de construcción, por ejemplo, en el poema Piedra de Sol, en el que también aprendí que hay rima interna y rima de vocales asonantes. Comprender que el ritmo es la combinación de la métrica y  cadencia.

PARADA 5.

Aprendí que el ensayo puede ser divertido y éste, en especial, utiliza recursos de otros géneros, aunque no por eso deja de serlo.

PARADA 6.

Aprendí que son importantes los elementos en una narración para atrapar al lector, así mismo una coherencia narrativa para poder realizar el juego de la fantasía con la realidad.

PARADA 7.

Aprendí a trabajar con las fábulas, intercambiando los valores, romper las normas para darle sentido a la comedia y así permitir que el texto tome otra forma al revisitarlo desde la modernidad, sin despegar el interés del autor.

PARADA 8.

Aprendí a cambiar los personajes, la situación y el escenario del cuento. Pero no estoy segura de haber logrado mantener la clave.

PARADA 9 Y 10.

En esta parada, al principio me causó algo de dificultad. Posiblemente por no estar acostumbrada a realizar ensayos. Sin embargo, después de haber leído el libro, la Carta y  la Lección de Cocina, se me facilitó realizar el ensayo sobre el concepto en que se tiene al género femenino. Dando también, mis puntos de vista y algunas conclusiones al respecto.

 

CONCLUSION.

El seminario me ayudó a realizar creaciones literarias y sobre todo, a aprender de mis compañeros. El compartir y dar nuestros puntos de vista para mejorar los textos es lo que enriquece cada uno de nuestros trabajos. Me quedaron enormes ganas de seguir en este camino el cual compartí con mucho gusto a lado de la Doctora Krauze y mis compañeros.

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