Primer puerto de Hernán Cortes
No es la primera clase, pero es una clase
con un nuevo espíritu. Enseguida describo lo que ocurrió. Propuse a mis
estudiantes que buscaran un poema de autor reconocido para leerlo en la
siguiente clase. El poema sería elegido por cada uno de acuerdo a sus gustos e
intereses. Yo llevé algunos de mis libros que contienen poemas para que ellos
eligieran alguno.
Llegamos a la siguiente clase y los invité
a ir al atrio de la iglesia del pueblo
donde hay un jardín hermoso y algunos árboles. Allí, sentados en el jardín con
el sol sobre nosotros, cada uno leyó el poema que había elegido. Antes de
ellos, yo comencé repitiendo uno de mis poemas favoritos: “Cultivo una rosa
blanca…” Les dije que la literatura no pretendía ser una carga para ellos, sino
que la literatura sería un refrigerio para su espíritu. Recordé cuando una
alumna me preguntó para qué servía la literatura. Ella esperaba-les comenté a
mis alumnos allí- que yo le dijera algún beneficio concreto, alguna utilidad
atractiva, semejante a los beneficios que brindan materias como matemáticas o
informática. Sin embargo, yo contesté que la literatura era para el corazón,
que le daría fortaleza a su alma, que confortaría su espíritu. También
cité la frase del poeta Pablo Neruda que
me conmueve: “Y el verso cae al alma como al pasto el rocío”. Les dije que allí
en su pueblo-Hueyapan-el sereno o el rocío hacía reverdecer el pasto y hacía
crecer las plantas; así también nuestras almas se fortalecían con los versos,
con los poemas, con la literatura. Entonces les pedí que no vieran a la
literatura como una carga pesada, sino como una oportunidad de refrescar el
alma y el espíritu.
Aunque ya les había encargado un
cuestionario para reconocer el género literario, les dije que lo importante era
encontrarse con la literatura, “tocarla”. Les dije que para conocer a una mujer
había que tocarla, mientras una joven interrumpió para decir que así también se
conocía a los hombres. Les comenté que yo les presentaría a la literatura desde
mi experiencia, los textos que he “tocado” y que me han “tocado”; pero que cada
uno tendría su propia experiencia con la literatura. Cada uno tendría que
formar su acervo, su repertorio, como las canciones que ellos conocen y guardan
en su memoria y las recuerdan y las cantan en cualquier momento. De esa misma
manera haríamos nuestra colección de poemas favoritos. Les dije que acercarse a
la literatura era semejante a acercarse a la comida: Cada uno disfruta el
platillo que le gusta y se le hace agua la boca al desearlo y luego probarlo.
La literatura es para que la disfrutemos, afirmé. Acercarse a la literatura es
una experiencia estética. Toca nuestra sensibilidad y la cautiva. Y también les
dije que en algún momento también podríamos crear poemas, porque como dice el
dicho mexicano-les recordé-: “De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco”.
Después de la lectura de poemas y observar
que algunos tenían imágenes que mostraban un clímax o una escalera o que otros
nos hacían oír el canto de los pájaros, uno de los jóvenes me mostró que ya
había escrito algunas palabras propias que eran una composición amorosa en
varios versos. Me sorprendí y pensé que a los jóvenes la literatura los
enciende, que tienen la sensibilidad a flor de piel y que solamente hay que
soplarles para que se encienda su talento literario. Fue una experiencia
placentera en el jardín de aquella iglesia enorme del pueblo. Es más agradable
encontrarse con la literatura en el jardín-pensé-, que encontrarse con ella en
las aulas cerradas en las que a veces no entra el sol. Todavía espero que se
repitan momentos en los cuales los jóvenes se entusiasmen con las palabras de
los poetas muertos y de los vivos.
6 de febrero del 2015
Segundo puerto de Hernán Cortes Romero
El defensor del arte literario podría llamarme como maestro. Salí al
encuentro de mis alumnos para reivindicar al arte literario. Primero les
advertí que no se trataba de ver a la literatura como un conjunto de nombres,
datos, obras y conceptos. No tendrían que ver a la literatura como una carga
pesada o aburrida, sino que la literatura es una de las bellas artes. Es para
el goce y la contemplación, no para ser una carga. No es importante que yo
tenga conocimiento de la literatura, sino que yo me vista de literatura, me la
apropie, la haga mía, la coma, la disfrute, que sea parte de mí, o yo sea parte
de ella. De nada sirve que aprenda literatura si no hago mías algunas palabras que he escuchado o que he
leído. Les recordé que alguna vez la maestra Ethel nos preguntó qué era
cultura. Y todos tratamos de buscar una definición sofisticada. Pero ella
contestó: “La cultura es aquello que queda cuando todo lo demás se ha
olvidado”. Les pregunté a mis alumnos
con qué se quedarían después de terminar
el bachillerato. Los invité a hacer suyo un poema, un cuento, una frase, que
buscaran y encontraran. Yo encontré un poema que me llegó al corazón, que es
parte de mí, que es mío; pero no es mío
porque yo lo haya escrito. Es mío porque lo hice mío. Lleva conmigo muchos
años. Ya no le pertenece al autor, ahora me pertenece a mí. Y es que la
literatura no es de los escritores, sino de los lectores, aquellos que la tomen
y la incorporen a su vida. Los exhorté a
buscar un poema y hacerlo suyo. Comencé a repetir el poema “Cultivo una rosa
blanca en julio como en enero…” y les dije que ese poema ya no era del autor,
sino que ahora era mío, que era parte de mi corazón y de mi carne. ¿Cuál es la
parte de la poesía que van a hacer suya?-les pregunté. Propuse que la siguiente clase vinieran con
un poema aprendido para declamarlo. Un poema que le haya llegado a su corazón,
que le haya marcado su vida… Nos encontramos en la siguiente clase y
observé a mis alumnos disfrutando las
palabras, comiendo la literatura, apreciando el arte.
Me propongo o propongo a la literatura como la clase de arte…
Tercer
puerto de Hernán Cortes
Tipos de aprendizaje
Jerárquico individual
El objetivo es el análisis de los diversos
elementos de un poema.
El profesor propone a los alumnos un
poema que ya ha analizado previamente. Nos acercamos al poema, lo observamos
desde tres perspectivas o niveles: nivel fónico, nivel morfosintáctico y nivel
semántico. El poema es arte, la forma es lo importante. Así que vamos a
observar la forma principalmente, y luego iremos al fondo. Dos caras del poema:
forma y fondo.
Primero veremos el nivel fónico: cómo suena, la rima y el ritmo. En la lectura en
voz alta se distingue la rima y la alternancia de sonidos y silencios que
constituyen el ritmo.
Luego veremos el nivel morfosintáctico, es
decir, la forma y el orden en el que está escrito el poema. ¿En qué orden está
escrito? ¿Puede estar escrito en otro orden? Entonces hay diversas figuras
retoricas que sirven para cambiar el orden de las palabras y del pensamiento,
como el hipérbaton, epíteto, elipsis, personificación, paradoja, etc.
Enseguida está el nivel semántico. Es el
significado de las palabras. ¿Cómo se dicen los significados? ¿Se dicen de un
modo directo o indirecto? ¿Hay connotación o denotación? También se usan
diversas figuras retoricas para mostrar significados, como la metáfora, la
metonimia o la sinécdoque.
Esta primera parte es una demostración del
análisis de un poema por el profesor. Se trata de un poema previamente analizado
por el profesor.
Jerárquico
colectivo
Objetivo: Los alumnos van a aplicar las
herramientas teóricas para el análisis de un poema.
Propongo a los alumnos asociarse con una
pareja para ejercitar el análisis de un poema, siguiendo el ejemplo que el
profesor ha presentado en clase. Les recomiendo que vean otro ejemplo de
análisis de un poema consultando el sitio profesor en línea. Luego van a elegir
un poema en parejas y van a aplicar los tres niveles de análisis vistos. Los
alumnos van a utilizar las herramientas teóricas comprendidas para el análisis
de un poema.
Enseguida van a presentar el poema y su
análisis a todos los compañeros de clase. Van a utilizar una cartulina o un
formato power point para demostrar el análisis. Esta será un primer borrador
del análisis que será compartido en clase. El profesor y el grupo harán
observaciones a cada análisis y cada pareja tendrá la oportunidad de revisar su
aproximación para enriquecerla o corregirla.
Cuarto
Puerto de Hernán Cortes
El espacio y el modo de aprendizaje
Me temo que hemos seguido un modo de
aprendizaje y de liderazgo jerárquico individual. Estamos acostumbrados a
seguir la dirección de un maestro que tutela nuestro aprendizaje. La forma
individual es más común que la colectiva.
Hemos crecido en un modelo de aprendizaje jerárquico individual que nos
aprisiona y nos condiciona. Quisiéramos escapar de la inercia, pero no es tan
fácil. Nuestros salones, las bancas, nuestras escuelas y nuestras mentes están
organizados a la manera jerárquica individual. Los alumnos y los maestros
estamos troquelados para conducirnos en un modo de aprendizaje y de enseñanza
jerárquico individual.
Recuerdo que en la Universidad Autónoma
Metropolitana Xochimilco comenzamos a transitar a otro modelo de
aprendizaje-enseñanza. Las bancas individuales no existían, la tarima del
maestro tampoco existía, nos sentábamos en una mesa alrededor del maestro que
estaba al mismo nivel-me refiero sentado-que nosotros; el trabajo académico se
organizaba en equipos de investigación y el maestro proponía un lineamiento
general de investigación. En ese momento inicié a dialogar o colaborar en
equipos de investigación. Fue una experiencia radical en mi aprendizaje:
Aprendí a leer y dialogar acerca de lo leído con mis compañeros y mi maestro.
Volvimos-después de muchos años- a la
escuela, ya no como alumnos, sino como maestros. Y nos encontramos que no había
mesas, sino bancas individuales para alumnos, que las decisiones se tomaban de
una manera jerárquica individual, que los alumnos no hacían algo distinto a lo
que el maestro les instruyera, en fin, que la escuela seguía siendo al estilo
jerárquico individual. La rigidez en la escuela volvía a condicionarnos y
nosotros nos volvíamos repetidores del modo de aprendizaje que habíamos
introyectado desde la infancia.
Es el momento de ser conscientes que los
resultados de un modo de aprendizaje jerárquico individual no han dado grandes
beneficios a la sociedad mexicana. Ha creado alumnos dependientes, profesores
autoritarios, escuelas jerárquicas, individualismo en el trabajo académico,
competencia entre los alumnos, etc. Conviene ahora que cambiemos la escuela,
que los maestros permitamos que los alumnos se autorregulen, se expresen,
dialoguen, critiquen, lean y se organicen para aprender. Que los maestros
permitamos que el aprendizaje se distribuya entre los alumnos, que realicen sus
iniciativas, que se muevan del lugar acostumbrado, que tomen la palabra, que
vuelvan la escuela suya y no de los maestros. Este tránsito de un modo de
aprendizaje y enseñanza jerárquico individual
y colectivo a un modo de aprendizaje distribuido individual y colectivo
es el reto que ahora enfrentamos.
Quinto
puerto de Hernán Cortes
Después de comprender la sociología y de
vislumbrar la belleza literaria al leer a algunos escritores famosos de México
y el mundo, me ha despertado una gran curiosidad descubrir el cuerpo humano. Mientras
más conozco cómo funciona el cuerpo humano, me siento perplejo de la
inteligencia maravillosa del Creador que
diseño cada célula, cada miembro, cada órgano, cada sistema y su interrelación
con los demás sistemas del cuerpo humano. Acaso pueda ser tarde, pero deseo
estudiar anatomía, fisiología, y cada órgano del cuerpo humano. Estoy
sorprendido de la forma en que están
ordenados los órganos que componen nuestro cuerpo.
Iniciaré asistiendo a la Facultad de
medicina de la Universidad autónoma del
estado de Morelos. Allí voy a seleccionar algunas materias para conocer
los principales órganos del cuerpo humano y sus funciones. Quiero escuchar a
aquellos médicos especialistas que allí enseñan. Voy a acercarme a la
biblioteca de la facultad de medicina para indagar y luego describir las
funciones de cada aparato que conforman los sistemas del cuerpo humano. También
deseo observar el cuerpo humano por dentro. A través del Ultrasonido y otras
tecnologías pretendo mirar el interior del cuerpo humano. Espero tener una
comprensión teórica clara de las principales funciones del cuerpo humano.
Enseguida, quiero ser discípulo de un
médico especialista en el estómago, un gastroenterólogo. Ser residente en un
hospital de especialidad en gastroenterología en la ciudad de México. Acompañar
al médico cuando atiende a cada paciente, escuchar sus explicaciones, observar
sus intervenciones y luego presenciar sus cirugías. Quiero ser un testigo de
aquellas operaciones en las que se tiene que recortar un colon que ya está
erosionado por las diversas infecciones intestinales que los pacientes han
sufrido desde la infancia. Luego quiero preguntar al médico acerca del proceso
de la enfermedad que conocemos como colitis o inflamación del colon: ¿Cuál es
el proceso de una infección estomacal? ¿Cómo funciona el colon? ¿Cuáles son los
alimentos que benefician una dinámica saludable del colon? ¿Cómo mantener la
salud estomacal? ¿Cuáles son las medicinas que, sin dañar el estómago, pueden
ayudarle en sus funciones?
También quisiera entrevistar a un médico
homeópata y a un médico herbolario acerca de la enfermedad llamada colitis. Me
acercaría a comprender los componentes de la medicina homeopática y sus efectos
en el cuerpo humano. Preguntaría por aquellos elementos naturales que pueden
servir para regenerar las funciones del estómago y del colon. Me acercaría a
los pacientes que han recibido un tratamiento homeopático y herbolario para
saber los resultados que han visto después de un tratamiento de la enfermedad
llamada colitis o colon irritable.
Tal vez así llegue a satisfacer mi
curiosidad, a comprender a cabalidad la función del aparato digestivo, del
estómago, del proceso de la enfermedad llamada colitis, y luego pueda elegir
una dieta adecuada para evitar enfermar de colitis y mantener la salud por más
tiempo.
Sexto
puerto de Hernán Cortes Romero
El ensayo literario es la expresión más
profunda de un escritor. Revela sus pensamientos, sus dudas, sus inquietudes,
sus esperanzas, su malestar, su satisfacción,
su experiencia, su ignorancia, su gusto por el lenguaje, su posición política,
su fe, su enfermedad, su pasión, su amor y su desamor, en fin, todo el ser del
hombre puede ser volcado en palabras que se escriben con libertad y compromiso.
Pintar con palabras un ensayo literario es
mencionar que su tema son las letras, las expresiones escritas, esos elementos
que constituyen el lenguaje y construyen la comunicación. ¿Puede haber un
ensayo del ensayo? Sí, Alguien podría
reflexionar acerca del ensayo literario y mostrarnos en un texto la forma en
que se escribe un ensayo. El ensayo pretende ensayar un asunto, probarlo,
explorarlo, analizarlo, evaluarlo, criticarlo, juzgarlo, cuestionarlo, etc. Ha
de ser objetivo en su expresión, pero es subjetivo al mostrar la postura del
escritor.
Leer un ensayo es acercarse al pensamiento
de un escritor. Indagar en sus argumentos, la experiencia del autor, sus ideas
claras y distintas, su estilo, su belleza, sus palabras clave, su preocupación
profunda, su interés, etc.
No hay mejor forma de enseñar un ensayo que
leyendo varios ensayos de escritores famosos. Puede ser que viendo la forma en
que se escribe, también podamos escribir con un cierto orden, con libertad, con
precisión, con honestidad, con valentía, etc.
Recientemente leí a Carlos Fuentes y afirmó que la novela debe
mostrar lo que no puede mostrar la
historia. Vale para toda la literatura, entre ella, el género ensayístico. Si
bien la historia se restringe y se sujeta a los hechos, la literatura o el
ensayo, se ocupan de imaginar. La imaginación y el lenguaje son el componente
de la literatura-afirma Fuentes. Entonces en un ensayo puede caber todo lo que
no dijo o no puede decir la historia.
Creo que Carlos Fuentes es un ejemplo de
ensayista, también lo es Octavio Paz, o aquel ensayo “Esto matará a aquello” en
la obra Nuestra Señora de Paris de Víctor Hugo. O también recuerdo aquel ensayo
de Sor Juana Inés de la Cruz titulado “
Carta a Sor Filotea de la Cruz” que en algún momento leímos en un seminario con
la maestra Ethel Krauze.
Analizar un ensayo es encontrar su
estructura, sus ideas principales, sus comparaciones, sus figuras retoricas, su
subjetividad y su objetividad.
Escribir un ensayo consiste en expresar tu
mundo interior. No es tan importante el recipiente o el formato-como dice la
maestra Ethel-, sino la revelación personal que se manifiesta en un ensayo.
Comienza con dudas, preguntas, afirmaciones, observaciones, que descubren la
personalidad del escritor, sus creencias y sus certezas, su conocimiento y su
ignorancia, en fin, todo su ser.
Séptimo
puerto de Hernán Cortés
¿Cuál es el concepto de ensayo literario?
María Belén Hernández recupera diferentes ideas de varios autores para proponer
un panorama amplio del concepto de ensayo.
Enumero algunas características del ensayo que
ella menciona:
a)
Es
polivalente y mixto
b)
Algunos poseen literariedad y otros no.
c)
Plantean cuestiones, señalan caminos más que
asentar soluciones firmes.
d)
Tienen una intención modesta.
e)
Es una divagación, es decir, es cierta libertad
teórica y licencia para la digresión y el desorden en la exposición del
pensamiento.
f)
Lo literario reside en la finalidad estética y
en el estilo.
g)
Pueden ser ensayos de confesión: novel, romance,
confesión y anatomy.
h)
Hay ensayos artísticos y otros cercanos a la erudición científica y
doctrinal.
i)
Es un género hibrido, que oscila entre la pura
filosofía y la pura literatura.
j)
Hay dos tipos: El ensayo poético y el ensayo
científico. El primero tiene una meta de intelección metafórica y el segundo
una de intelección conceptual.
k)
Es un género mixto.
l)
Es una forma móvil: a través de la obra se va a
descubrir no solo al autor, sino la atmosfera en la que surgió.
m)
Su carácter literario no se logra por el tema
que aborda, sino el tratamiento estilístico del texto, el uso de recursos
lingüísticos con pretensión estética.
n)
“La única momia que embalsama por los siglos de
los siglos la momia de las ideas es el estilo”.
o)
Son textos en prosa.
p)
El ensayo artístico es un género polémico: se desarrolla
como agitador social.
q)
Es un discurso reflexivo que incluye una
hibridación de discursos y así posibilita la multiplicidad de los modos de
confrontación entre el sujeto ensayista y el mundo.
r)
Es un horizonte que alcanza desde la sensación e
impresión, de funcionalidad imaginativa, hasta la opinión y juicio lógico, de
mayor funcionalidad racional.
s)
El discurso crítico del autor ensayístico
moderno renuncia a los métodos de razón científica y acepta la intuición como
elemento cognoscitivo.
t)
Tiene procedimientos retóricos de seducción.
u)
Ha sido un género didáctico menor y ha sufrido
profundas transformaciones en los últimos dos siglos.
v)
Tiene un papel importante en la sociedad
moderna: Estimula culturalmente a los lectores y expresa una línea critica de
pensamiento, a menudo opuesta al pensamiento sistemático de la época en la que
surge.
w)
Su función no se limita a la pedagogía.
x)
Siendo literario, expresa genuinamente la
subjetividad del autor.
y)
El autor condensa múltiples puntos de vista en
un discurso crítico para mostrar una perspectiva artística y teórica sobre un
tema y sobre el mundo.
z)
Son discurso breves y de temática variada. Es
una crítica radical que no excluye la sensibilidad y la intuición.
Mis compañeras presentaron varias
características del ensayo. Enseguida también las enumero:
a)
Es conceptual, objetivo y reflexivo.
b)
Parte de las vivencias del autor.
c)
No debe ser una fórmula matemática, sino da
margen a la libertad del ensayista.
d)
Es un texto en el que se comprueba una idea o
una postura ante el lector.
e)
Expresa un punto de vista.
f)
Es crítico, analítico y reflexivo.
g)
Amplia, explica y compara ideas sobre el tema
tratado.
h)
El autor atrapa al lector con anécdotas,
emociones e ideas.
i)
Debate un tema de relevancia teorica con base en
teoría de libros.
j)
Exposición de ideas de un autor o varios sobre
un tema.
k)
Presenta información clara, al alcance del
lector.
l)
Es formulación de conocimiento.
m)
Si es literario, se encarga de analizar una obra
literaria, sus personajes, etc.
n)
Considera al lector al que va dirigido.
o)
Transmite una idea central con argumentos
fundamentados.
p)
Es como un “ciempiés”: tiene cabeza o inicio,
cuerpo o desarrollo y cola o conclusión.
q)
Tiene oraciones cortas.
r)
Usa vocabulario adecuado.
s)
Es subjetivo o expresa estados de ánimo.
t)
Su extensión es variable.
u)
Incluye datos, opiniones y argumentos.
v)
Incluye anécdotas y aparato crítico.
w)
Parte de la opinión y experiencia personal.
x)
Tiene un tema central
y)
Está ligado a lo estilístico.
Si pudiéramos hacer una síntesis de las
características del ensayo, podríamos decir que es un texto con una gran
complejidad y variedad. Oscila entre lo científico y lo artístico. La frase de
mi compañera Silvia lo resume muy bien: “No es una fórmula matemática”, sino
que permite la libertad del escritor. El estilo lo hace literario y lo
inmortaliza. Nada nuevo se dice, pero la forma en que se dice es lo que hace
único a un escritor y a su obra.
Puerto 8
El papel del profesor de Literatura
Por
Hernán Cortés Romero
Ser profesor de literatura es una misión
especial. De inmediato pensamos que un profesor solamente se ocupa de
transmitir aquellos conocimientos que ya posee. Pareciera que el profesor es
una jarra de conocimientos que vacía en las cabezas huecas de sus alumnos, que
no tienen noción de la literatura. ¿Qué hace un profesor de literatura? ¿Cuáles
son las acciones de un profesor de literatura? ¿Es diferente un profesor de
literatura a un profesor de matemáticas o de química? ¿Cuál es el papel del
profesor de literatura en la educación media superior? ¿Cómo enseñar la
literatura? ¿Para qué sirve la clase de literatura a los alumnos? En el
presente escrito pretendo responder a estas preguntas, considerando la herencia
de algunos célebres profesores de literatura en México como Erasmo Castellanos
Quinto, Arqueles Vela, Ethel Krauze, y de Juan de Mairena, maestro apócrifo de
Antonio Machado. También pretendo recuperar la experiencia de mis compañeras de
seminario, quienes diariamente se
ejercitan en el oficio de profesoras de literatura y que han innovado su
ejercicio didáctico.
Comencemos con el profesor Erasmo
Castellanos Quinto. Nació en
Santiago Tuxtla, Veracruz, en 1879 y murió en la ciudad de México en 1955,
indica el cronista Efraín Becerra Juárez. El genial
profesor de literatura de la Escuela Nacional Preparatoria fue conocido por sus
clases que “eran
representaciones, improvisados espectáculos en los que él era todo: actor,
director, apuntador, público y empresario. De memoria, sin la ayuda de los
libros, explicaba los textos inmortales: La Ilíada y la Odisea, La Divina
Comedia y el ingenioso hidalgo Don quijote de la Mancha, trances en que se manifestaba como actor extraordinario. Quien
le vio representar esas obras, y le oyó la explicación de ellas, las recordará
para siempre,” según el Maestro Efraín Becerra Juárez (http://biblio.unam.mx:8030/index.php/la-biblioteca/7-historia-de-la-biblioteca).
Según el diccionario de escritores mexicanos del siglo XX, “su vocación y
reconocido prestigio los adquirió en la docencia-que ejerció durante más de
cincuenta años primero en Orizaba, al sustituir en sus cátedras a don Rafael
Delgado, y después en la ciudad de México, al sustituir a Amado Nervo cuando
éste salió del país para cumplir con sus misiones diplomáticas. En la Escuela
Nacional Preparatoria, en 1906, ocupó la catedra de Lengua Castellana hasta su
muerte.” (https://books.google.com.mx/books?id=A7ir9AOBqDsC&pg=PA343&dq=Castellanos+Quinto&hl=es&sa=X&ei=OEFlVZ_BDMSHsAXa2oO4DQ&ved=0CDYQ6AEwBQ#v=onepage&q=Castellanos%20Quinto&f=false)
Una mente
brillante, como la del maestro Erasmo Castellanos Quinto, pudo conocer de un
modo profundo las obras literarias clásicas griegas, de tal manera que pudo
transportar a sus alumnos a visualizar la atmósfera, la mitología, el contexto,
los personajes, el ambiente y la trama de aquellas épicas memorables. Además,
con capacidad histriónica, pudo despertar la atención y la curiosidad de sus
alumnos que quedaron fascinados por su estilo único de narrar, de contar la
historia de la guerra de Troya y los personajes que participaron en ella. El
profesor Castellanos Quinto contaba todo desde el origen y los oyentes podían
vivir e imaginar aquellas entusiastas
narraciones, dice la maestra Ethel Krauze, a cuya madre el maestro Erasmo
enseñó. El maestro Erasmo Castellanos Quinto primero creaba la atmósfera y
luego contaba a sus alumnos todo lo que sucedió, describe la maestra Ethel
Krauze. La maestra Krauze resume en dos verbos la tradición didáctica de Erasmo
Castellanos Quinto: “Encarnar y experimentar”, “hacer del texto una
experiencia”.
Otro profesor mexicano es Arqueles Vela
(“Silvestre Paradox”) (1899-1977). Según el diccionario de escritores mexicanos
del siglo XX, Arqueles Vela “nació en Tapachula, Chiapas el 2 de diciembre.
Murió en la ciudad de México, el 25 de septiembre. Obtuvo el título de maestro
en letras, por la Escuela Normal Superior, en 1939. Se inició como periodista
en El demócrata (1920) y como
secretario de redacción de El Universal
Ilustrado (1921). Fue fundador del movimiento literario estridentista, al
lado de Manuel Maples Arce y German LIst Arzubide”.
“Fue catedrático de historia del arte y de
literatura en la Escuela Normal de Maestros (1935), donde participó en la elaboración de los programas de
estudio; profesor de ética y estética en la Escuela Nacional Preparatoria;
fundador de las Escuelas Nocturnas de Arte para trabajadores (1935), de los
“Cursos para Postgraduados” (1936), antecedente de la Escuela Normal Superior,
y del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República; director de la
Escuela Secundaria Nocturna, numero 1 (1939-1958), de la Escuela Secundaria
Experimental (1939-1958) y de la Escuela Normal Superior. Arqueles Vela cultivó
la poesía, el cuento, la novela corta y el ensayo.” (https://books.google.com.mx/books?id=449Pz69H1J4C&pg=PA53&lpg=PA53&dq=Arqueles+Vela+en+el+diccionario+de+escritores+mexicanos+del+siglo+XX&source=bl&ots=DlUgT9EBcf&sig=Tf2C0e_1oukgtzJDwvxgo31Hpc&hl=es&sa=X&ei=c0hlVda1IIjRtQXyo4FQ&ved=0CBwQ6AEwAA#v=onepage&q=Arqueles%20Vela%20en%20el%20diccionario%20de%20escritores%20mexicanos%20del%20siglo%20XX&f=false)
La tradición de Arqueles Vela fue la de
leer, comentar y crear literatura, según la maestra Ethel Krauze. De la
tradición didáctica de Arqueles Vela surge un libro: “El Galano arte de
leer” de los profesores Manuel Michaus y Jesús Domínguez R. En este libro
se proponen diversos tipos de lectura oral o en silencio. Hay lectura práctica,
comentada, para que el alumno las reproduzca sintetizadas en forma oral o
escrita; lectura de auditorio, expresiva, dramatizada, para diferenciar
entonaciones, con ademanes, comprensiva; lectura en que hay varias
interrogaciones, lectura de atención, coral, para hacer paráfrasis, para buscar
sinónimos, para ejercitarse en el manejo del diccionario, para encontrar
adjetivos; para analizar el fondo y la forma en un escrito, para identificar
categorías gramaticales, para hacer ejercicios de oratoria, etc. ( Manuel Michauss y Jesús Domínguez R.: El
Galano arte de leer, Trillas, México, 1966, pp. 13,14)
La maestra
Ethel Krauze resume la tradición de Arqueles Vela en los verbos escucharse y
descubrirse: “Escucha tu propia voz y comenta tu voz”.
Otro paladín de la literatura es un personaje creado por Antonio
Machado, Juan de Mairena, a quien le
enseña su maestro Abel Martin. Juan de Mairena es “nacido en Sevilla en
1865. Su biógrafo y presunto creador, Antonio Machado, lo describe como
"poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Cantar", y lo
presenta como alumno de otro autor apócrifo, el maestro Abel Martín, también sevillano,
nacido en 1840 y fallecido en Madrid en 1898.” (http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Mairena)
La maestra
Ethel Krauze considera que la tradición de Juan de Mairena es la de observar y
sentir la vida y lo que lees. Carlos Mata Induráin señala lo siguiente acerca
de Antonio Machado, creador de Juan de Mairena: “Rechaza tajantemente
a través de su Mairena el culto a la dificultad, a lo difícil artificial, el uso de
imágenes rebuscadas que solo sirven, en su opinión, para disfrazar conceptos
fríos. Por el contrario, en la escritura poética deben prevalecer las intuiciones.
Por eso para él el Barroco, por lo general, no tiene la gracia y sencillez de lo espontáneo (le gustan, eso sí, los autores
populares, cercanos al pueblo, o mejor dicho, que son voz del pueblo:
especialmente Cervantes y Lope de Vega).”
(https://insulabaranaria.wordpress.com/2012/08/28/ensenanzas-de-juan-de-mairena-antonio-machado-sobre-la-sencillez-expresiva/)
Otra maestra mexicana de Literatura es
Ethel Krauze. “Nació en la ciudad de México, el
14 de junio de 1954. Poeta, ensayista, narradora y dramaturga. Radica en
Cuernavaca, Morelos. Estudió lengua y literaturas hispánicas y una maestría en
letras mexicanas en la FFyL de la UNAM. Ha sido profesora en el CCC, la SOGEM y
maestra de tiempo completo en la Academia de Creación Literaria de la
Universidad de la Ciudad de México; coordinadora de talleres literarios en el
INBA, ISSSTE, CONACULTA y CCH-Sur; conductora y guionista de diversos programas
de radio y de los programas de televisión “De Cara al Futuro” en el C–11 y
“Para Gente Grande”, de Televisa. Becaria del INBA/FONAPAS, 1978. Miembro del
SNCA desde 2000. Colaboradora de Diálogos, El Día, El Sol de México, El Universal, Excélsior, La
Semana de Bellas Artes, Plural, Proceso, Puro Cuento, Tri Quaterly yUnomásuno.”
(http://www.literatura.bellasartes.gob.mx/acervos/index.php/catalogo-biobibliografico/575)
La
tradición de la maestra Ethel Krauze es interesante y creativa.
Enseguida cito algunas frases que describen el acercamiento a la literatura de
la maestra Ethel Krauze: “La poesía, más que conocimiento del mundo, es
experiencia entrañable, es una manera de estar en el mundo”. “Los libros no
sólo se leen con los ojos, hay que tentarlos como se tienta un cuerpo hermoso y
muy amado, al desnudo, sin pudores, sin reticencias”. “Solo se aprende a leer,
leyendo”. “Para leer un buen poema hay que “entrar” en él, tomando como se toma
un buen vino… ¿Qué importa su añada, su cosecha, su región? Vas haciendo camino
al andar como quiere Machado. Cuando un rostro de hipnotiza, no tratas de entenderlo,
te sumerges en su contemplación.”
(http://dietraferit.estigia.net/acercate.htm) La maestra Ethel ve a la literatura o
contempla a la literatura con una perspectiva estética y se aproxima a la literatura como una vivencia, no como un
texto ajeno al lector.
Sigo con la cita de algunas frases de la
maestra Ethel: “La poesía es para todos los ojos que quieran mirarla… es un
dialogo personal entre el poema y tú. El poeta estará hablándote a ti, a tus
propias emociones, a tus secretos inconfesados, y tú le responderás con tu voz
interior, que es la verdadera, la que saldrá a la luz para tu propia sorpresa.
En realidad, es todo lo que hay que saber para acercarse a la poesía.”
“Los poetas no son vacas sagradas…son
como tú y como yo, sólo escuchan su voz interior y la expresan con palabras, y
esas palabras nos hacen descubrir nuestra propia voz”. “El arte es sólo forma:
cuando contemplamos un cuadro, vemos un lienzo, líneas y colores; en la música
oímos sonidos y silencios; en la danza hay movimiento, y en la poesía,
palabras. Nada más. Es la forma la que separa a la poesía del lenguaje
común, es la forma la que da hondura y
vastedad a la emoción que uno quiere comunicar con las palabras.” “La poesía no
está en lo que dice, sino en cómo lo dice; gracias a esta determinada manera de
decirlo, lo que se dice se nos vuelve transparente, las orejas se alegran con
la música de las palabra, y el corazón se llena de suavidades y frescuras.” “En
la poesía las palabras encierran significados múltiples y anima a nuestra
memoria para hacerlos presentes y simultáneos.”
“Eso de llamar “ficción” a la literatura es
una pobre y malévola deformación. Parecería el reino de lo falso, de lo inocuo.
Parece que la literatura nada tiene que ver con la carne y los huesos nuestros
de cada día. Y es, sin embargo, todo lo contrario. En ella se encuentran las
verdades fundamentales de la condición humana.” La literatura no es ficción,
sino conocimiento profundo del ser humano. No inventa, descubre; no copia,
crea; es una lente de aumento, muy ancha y microscópica, donde nos miramos
nosotros.” “La poesía era un juego, pero un juego que hace temblar el corazón”.
La tradición de la maestra Ethel propone que
la literatura se experimenta, se vive, y que todos tenemos la capacidad de
crear poesía si escuchamos nuestra voz interior. Ella resume su propuesta en
dos verbos: decidir y crear. “La base de la creación literaria es recuperar la
noción de que tienes capacidad de decidir” (Apuntes en la clase del 25 de
febrero del 2015 en el CIDHEM). La escritora afirma que la educación te mella
la creatividad, nos coarta la capacidad de decisión para crear. Entonces hay
que recuperar el poder de expresar con palabras lo que sentimos, lo que somos,
lo que queremos. Eso es el ejercicio de la creación poetica y literaria.
También quisiera describir el las diversas
maneras en que algunas compañeras han orientado su labor como profesoras de
literatura. La compañera Edith Nancy Flores Piedra, maestra de literatura en
secundaria, propuso leer y crear. Ella mostró a cada uno de sus alumnos un Haiku y les pidió que
parafrasearan cada poema. Luego les propuso una frase para completar. La frase
decía: “Cuando tú me miras”… La maestra Nancy compartió primero su frase
completa. Luego los alumnos comenzaron a compartir, sin tener pena, cada una de
las frases. Fue una experiencia-dice la maestra- en la que se divirtieron
creando y compartiendo ideas (Blogger: El Juego de la creación, 2º
puerto, 25 de febrero del 2015).
La compañera Karla Guerrero S. también
describió la experiencia de leer con niños de primaria. Ella primero entregó a
los niños distintos objetos. Al recibir un objeto los niños lo comparaban con
otra cosa que tuviera características similares. Por ejemplo: ¿Cómo es la
manzana?-preguntó la maestra. Los niños dijeron que es dulce y roja. Entonces
diremos-dijo la maestra-que las mejillas de una persona son como una manzana.
Enseguida leyeron el poema Sonatina de Rubén
Darío y la maestra Karla les propuso que buscaran las comparaciones.
Encontraron los niños las comparaciones y luego sustituyeron las palabras que
hacían la comparación por otras. El resultado fue un poema diferente al
original. Fue otra historia. (Blogger: El
Juego de la creación, 2º puerto, 25 de febrero del 2015)
La compañera Marli Camargo propuso a
algunos niños la lectura de un poema de amor de San Juan de la Cruz. Luego cada
uno, a partir de su experiencia, escribió un poema o algunas frases acerca de
lo que ellos reconocen como el amor. (Blogger: El juego de la creación,
2º puerto, 25 de febrero del 2015)
Por último, la compañera Silvia Vargas
Luviano, también compartió su provocadora forma de orientar a los alumnos a la
lectura. Ella imitó al maestro Erasmo
Castellanos Quinto al capturar la medula de una obra literaria y después
presentar una situación semejante a sus alumnos. Ella escogió el texto de “Las
mil y una noches”. En ese cuento, Scherezada está en suspenso porque está
condenada a morir cada noche. Entonces tiene que contar un cuento cada noche
para no ser condenada a muerte. Primero la maestra sentenció a una de sus alumnas a ser reprobada y le
exigió que hiciera algo para no sufrir ese destino. La alumna se sintió
amenazada y en grave riesgo. La maestra actuó con inflexibilidad y seriedad, de
tal manera que los alumnos creyeron que era un asunto real. Luego la maestra
fue al texto de “Las mil y una noches” y sus alumnos comprendieron que la
situación de Scherezada era semejante a la situación que había vivido su
companera. Entonces el teatro sirve en
la clase de literatura, el maestro que está dispuesto a actuar frente a sus
alumnos para hacerlos vivir una situación semejante a la que narra la obra
literaria. (Blogger: El juego de la creación, 2º puerto, 24 de febrero
del 2015)
Para concluir, quisiera afirmar que no hay un
solo camino para la enseñanza de la literatura. Hay una gran variedad de acercamientos a la literatura, que por
tratarse de una de las bellas artes, no tiene una perspectiva única y
definitiva. Acercarse a la literatura de un modo vivencial, lúdico o
histriónico es muy atractivo para los alumnos y para el profesor. Una lectura
que se hace sin emoción, sin movimiento, sin el cuerpo, mata la literatura. La
literatura pretende encarnarse en los seres humanos y los seres humanos han de
encarnar la literatura. La maestra Ethel ha dicho que la historia de la
literatura no es literatura, tampoco lo es la teoría literaria; sino que la
literatura son los textos literarios con los cuales ha de encontrarse el
maestro y el alumno. Privar al alumno del encuentro vivencial con la literatura
es impedirle que sienta y que goce de los placeres estéticos que ofrece la
literatura. La literatura-como decía Neruda- cae al alma, como al pasto el
rocío. Entonces es la literatura
frescura para el alma y para los huesos, y los maestros hemos de ser quienes conectemos
a los alumnos con esa frescura.
Puerto 9 de Hernán Cortés Romero
Ha sido muy interesante navegar de puerto en puerto. Y de inmediato
pensé en Odiseo en su viaje de regreso a casa. Se enfrentó con lo desconocido,
lo peligroso, lo hermoso, la soledad, la fuerza del mar, la oposición, los
monstruos, el bello canto de las sirenas, el amor, los muertos, los dioses, el
destino, los pretendientes de su esposa, en fin, y luego llegó a casa. Y creo
que la travesía de un profesor de literatura pasa por todas estas situaciones y
experiencias que hacen emocionante el viaje. Acaso mi aprendizaje significativo
sea que la trayectoria de un profesor de literatura no es uniforme, no es fija,
no es inflexible, no es única; sino que la ruta de la enseñanza de la
literatura comienza con una experiencia propia, con una vivencia personal de la
literatura, y luego se va abriendo camino o “se hace camino al andar” al
compartir la emoción, el deleite estético, la verdad, la profundidad del ser
humano y tantas cosas más que encierra la literatura. Y que solamente aquellos
que se atrevan a tocar la literatura
podrán vivir y disfrutar esta experiencia. Porque la literatura es para
encarnarse en ella y para que ella se encarne en nosotros. Recuerdo aquel
célebre cuento de Cortázar llamado “La continuidad de los parques”. Aquel
lector que disfrutaba leyendo la obra
luego, de manera inesperada e inexplicable, aparece dentro de la obra
que está leyendo. Entonces aquel lector llega a confundirse con el personaje
protagonista y participa en las acciones y se vuelve parte del relato
literario. De lector se vuelve asesino. De estar fuera del texto ahora está
dentro del texto. ¡Qué osadía! ¡Qué milagro! ¡Qué emoción! ¡Qué transformación!
Esta es la maravilla que puede operar la literatura en sus lectores. La clase
de literatura no tiene que ser pasiva, estática, lejana, insensible, fría,
inflexible o aburrida. Invitar a los jóvenes a la literatura es abrir la puerta
para que ellos y nosotros transitemos un viaje que nos va a transformar, que
nos llevará a puertos desconocidos y lugares remotos y luego, después de muchas
sorpresas y emociones, llegaremos a casa. Es decir, llegaremos a encontrarnos
con lo profundo de nuestra naturaleza, lo más hondo de nuestro ser, lo más
cierto de nuestra existencia como seres humanos. Agradezco mucho a la capitana,
la maestra Ethel Krauze, que nos orientó en la ruta que navegamos en este
semestre; también agradezco a mis compañeras y compañeros de viaje, la
tripulación, que compartimos emociones, experiencias, conocimientos y destrezas
para sobrevivir el viaje.
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