viernes, 12 de junio de 2015

FINAL_ SILVIA

CANASTA BÁSICA II.   
Silvia Vargas Luviano.
Enero – junio 2015.

El curso de “Canasta básica II” inició con una gran travesía hacia diferentes puertos, donde sus faros nos guiaron en el anclaje, para que encontráramos muchas riquezas, joyas, oro y sobre todo sabiduría de grandes maestros. Este viaje fue posible a la orientación del timonel por la capitana, la Dra. Ethel Krauze.
Nos mostró que la literatura es el centro de mi clase, por lo que el espíritu que la guíe es el que yo determino, el que provee una atmósfera encantadora, que refleja mi  ser.

PRIMER PUERTO.
En mi primera sesión de un nuevo semestre, el día 10 de febrero, di la bienvenida a los estudiantes con una lluvia de mini pelotas, todos pasaron al centro del salón y recibieron un pequeño aguacero de pelotitas, (hubo mucho entusiasmo en la actividad, ellos manifestaron asombro y alegría). Tres de los estudiantes tomaron más de una pelota, a ellos les pedí que regalaran al grupo un poema. De momento causó sorpresa el pedimento, además de nerviosismo y titubeo, pero algunos agarraron valor y por fin se decidieron a compartir lo que sabían.
Todos estábamos emocionados, uno de los estudiantes (Eder) declamó “Cuando llegue a amar” de Rubén Darío:
Cuando llegues a amar. Rubén Darío.
Cuando llegues a mar, si no has amado,
sabrá que en este mundo
es el dolor más grande y más profundo
ser a un tiempo feliz y desgraciado.
Corolario: el amor es un abismo
de luz y sombra, poesía y prosa,
y en donde se hace la más cosa
que es reír y llorar a un tiempo mismo.

Lo peor, lo más terrible,
es que vivir sin él es importante.
              
Otra alumna (Jessica) dijo un fragmento de “Nocturno a Rosario” de Manuel Acuña:
Nocturno a Rosario. Manuel Acuña.
Pues bien, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
y al grito que te imploro
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

Y otra más (Grecia) “Cultivo una Rosa blanca” de José Martí.
Cultivo una rosa blanca. José Martí.
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo una rosa blanca.

El estudiante que declamó el primer poema, dijo que el autor era Pablo Neruda, más tarde al buscarlo, me di cuenta de que es de Rubén Darío, (yo desconocía el poema, por lo que no pude corregir de inmediato el error, lo haré la siguiente sesión). Al comentar este poema, dijeron que les causó agrado y compatibilidad con los sentimientos que algunos ya han sentido respecto al amor.
Los comentarios del fragmento del segundo poema se centraron en el desamor y el amor, además de recordar, el próximo 14 de febrero “día del amor y la amistad”, expresaron.
El tercer poema, comentaron que es muy conocido por todos en el grupo, pero que no se lo sabían completo y que por pena o por considerar que no saben declamar no se animaban a pasar. De igual forma, la estudiante que lo declamó, dijo que no sabía declamar; yo sólo le dije que tratara de sentir las palabras del poema.
Conclusiones de la sesión:
-      La sesión fue diferente a lo que usualmente se realiza.
-      A pesar de haber seleccionado a algunos alumnos, otros tuvieron una participación espontánea y de mayor confianza.
-      El tiempo no fue suficiente para fortalecer el aspecto teórico de la actividad. (deje de tarea investigar algo de los autores)
-      Me quedé con una gran satisfacción por la iniciativa y entusiasmo hacia la actividad.
-      La siguiente sesión, la iniciaré con lo planeado en el curso anterior: elaborar autorretratos, a partir de leer a Pablo Neruda y a Rosario Castellano.

SEGUNDO PUERTO:   La clase Encantadora
Decidí llamar a mi espíritu de Literatura “Espíritu Encantador”, porque su magia no sólo asombra sino también encanta, y quiero eso, que mi clase encante.
El lunes 16 de febrero inicié mi práctica del primer encantamiento, la clase de ese día fue dedicada al texto de “Las mil y una noches”, así es que busqué el punto medular de la obra: “El suspenso. La posición de Sherezada ante el conocimiento de que sólo tiene una noche de vida”.
Quiero señalar que tomé el consejo de la Dra. Ethel, (llegar al aula y decirle a una alumna que estaba reprobada haciendo la comparación con Sherezada quien está a punto de morir).
Aprovechando de que no había entregado evaluaciones del semestre anterior a los alumnos, llegué al salón muy seria y le dije a los alumnos que les haría llegar  las calificaciones, pero que entregaría una sola calificación a una alumna y en una tarjeta anoté la calificación de “5”, sin esperar alguna reacción cuestioné a la alumna ¿qué vas a hacer?, ¿cómo me convencerías de que no coloque esa evaluación?
Los estudiantes me preguntaron si era en serio lo que yo estaba haciendo, porque no me conocían en ese momento. Contesté _¡claro que es en serio_ aun con la cara seria. Entonces un silencio ensordecedor se hizo presente, mi alumna me miraba asombrada, sorprendida y muda… nadie hablaba. Nuevamente se escuchó mi voz y dije ¡convénceme de que no haga eso! (hasta ese momento nadie relacionaba el hecho con Sherezada) La alumna sólo atinó a decirme: déjeme un trabajo extraclase. Entonces le dije a otra alumna ¿qué harías tú?, ¿qué me puedes decir para convencerme?, trató de darme explicaciones y empezaron a intervenir otros alumnos, buscando argumentos para que yo no reprobara a Itza. Ella no pudo más y soltó el llanto. Alguien dijo: ¡ella era Sherezada!, estaba a punto de ser reprobada.
Ante la reacción de Itza, yo dije: ¡Sí, ella estaba en la posición de Sherezada!, Itza me pregunta incrédulamente ¿entonces no estoy reprobada?, los demás contestaron ¡nooo! Se escuchó a coro un respiro y pareció que todos descansaron. Iniciamos una charla más directa de quién era Sherezada. Algunos no tenían conocimiento de quién era Sherezada y los que sí, enriquecieron la clase diciendo lo que sabían de cómo Sherezada había mantenido el suspenso en Schariar (su esposo). Dimos lectura a un fragmento de libro “Las mil y una noche” y se quedaron encantados con ese inicio, van a leer por su cuenta la continuación del fragmento para saber a bien qué pasa con Sherezada.
Al finalizar la clase los estudiantes me dijeron sentirse sorprendidos, yo les dije que lo que quería era encantarlos con la literatura.

TERCER PUERTO  de Un espíritu Mágico.
Experiencia en los diferentes Modelos de aprendizaje:
Modelo Jerárquico individual. (Clase tradicional)
El tema a tratar fue conocer un poema vanguardista, en particular los Haikús, para ello seguí la secuencia que a continuación presento:
1.   Les di a conocer a los estudiantes qué era un Haikú (poesía japonesa) y sus principales características.
2.   Leímos en voz alta algunos Haikús de autores reconocidos para identificar sus características.
3.   A partir de escuchar música de la Naturaleza, les pedí que crearan un Haikú.
4.   Los Haikús deberían de cumplir principalmente con las características: tema y reglas de versificación que lo caracterizan (tres versos, uno de cinco y dos de siete sílabas)
Ejemplo de un Haikú, es el siguiente:
La guerra llegó,
azotó nuestra ciudad
ensangrentada quedó.
(Autor: Irving)

Modelo Jerárquico colectivo. (El trabajo por equipos)
Pareados.
Para esta actividad integré equipos de 4 elementos, salieron del aula e hicieron un recorrido por la escuela. Les pedí que fueran observadores de lo que había.
Al llegar nuevamente al aula, solicité que dialogaran para seleccionar algo, ya sea una cosa, objeto o situación que haya atraído su atención. A partir de ahí les dije que crearan un texto o poema de aquello seleccionado.
Un equipo decidió crear un poema, a partir de elaborar algunos pareados Al libro:

Escritos inesperados
por su gran valor buscados.

Esconden letras mágicas,
plasmados con tintas magníficas.

En sus páginas he encontrado
un tesoro oculto para ser aprovechado,

guardan infinitos saberes
para hacer posibles nuestros menesteres.

Y en sus hojas cada renglón,
llega a lo profundo de nuestro corazón.
                   (Equipo: Grecia, Ebena Y Lorena)


Modelo Distribuido individual

Objetos con valor.

Un día antes de la clase solicité a los estudiantes que llevaran al aula un objeto, que tuviera algún valor para ellos, emocional, sentimental, familiar, etc.
Ese día habían llegado todos muy emocionados con sus objetos (perfumes, tarjetas figuras de cerámica, muñecos de peluche, dulces y chocolates entre otros).
Les pedí que aún no comentaran por qué lo que habían llevado tenía un gran valor para ellos, que eso lo haríamos a través de la escritura. Hubo poemas y textos libres, como este texto que rescato aquí:

Buenos días, mi nombre es Grecia y soy adicta. La primera vez que probé esta sustancia era demasiado pequeña para recordarlo, así que, se puede decir que llevo muchos años consumiéndola.
Siempre fue parte de mi rutina, por lo menos una dosis al día tenía que probar. Después de un largo día en la escuela su sabor era toda una recarga de energía, cada vez era más difícil permanecer sin tan fantástica droga, sí droga, porque mi organismo la necesitaba. Pronto me di cuenta de que no podía seguir en tales condiciones, decidí que tenía que hacer algo para ayudarme a mí misma. Investigué y descubrí una manera de moderar su consumo. Aprendí algunos de sus miles de beneficios, siendo estimulador de sonrisas y antioxidante natural, los más importantes.
Esta es mi historia y por ello la comparto con ustedes que, ya sea en una taza humeante o en un delicioso pastel, no hay placer mejor que él. ¡TE AMO: CHOCOLATE!
(Autora: Grecia Gabriela)

Modelo Distribuido Colectivo.

Esta actividad aún la tengo pendiente.

Comentarios: La literatura debe contener siempre algo mágico. En los ejercicios que realicé con los diferentes modelos teóricos, sólo pude sentir la magia con el modelo Distribuido personal. Desde el momento en que los estudiantes se presentaron al salón con algo estimado para ellos, emocionados por dar a conocer aquello que les cautivaba, o que guardaban un sentimiento muy personal, en la clase respiró una atmósfera diferente, de compañerismo, de alegría, de entusiasmo y de confidencialidad, porque en esos momentos estaban dispuestos a compartir parte de ellos.
Los otros métodos al analizarlos me doy cuenta de que fueron muy metódicos, con poca imaginación y creatividad.
Me falta poner en práctica uno de los modelos (el Modelo Distribuido Colectivo) espero que mi actividad sea todo un éxito para los alumnos. 


CUARTO PUERTO de un espíritu encantador.
Los espacios de la literatura:
Mis espacios de estudio y de aprendizaje:
-      Un sillón
-      Mi cama
-      Una colchoneta
-      Mi comedor
-      Central de autobuses
-      Mi escritorio en la escuela.
Mis espacios de enseñanza:
-      Aula
-      Patio de la escuela
-      Biblioteca
-      Cafetería
-      Escaleras

A.  Espacio: el patio de la escuela.
Modelo DISTRIBUIDO COLECTIVO

Reunidos en el patio de la escuela, indagué acerca de cuál es el saber que poseen mis estudiantes y cómo lo podrían compartir con sus compañeros.
Para ello, les pedí que pensaran en la o las cosas que saben y que les gustaría que también sus compañeros conocieran o aprendieran (ellos infirieron que se tenía que tratar de algo relacionado con la literatura, pues de esto se trata la clase)
Esta actividad fue un poco complicada, las primeras respuestas fueron: yo sé poco o sabemos lo mismo (minimizando sus conocimientos).

Hasta que un alumno dijo: yo conozco una palabra, que mis compañeros desconocen y me gustaría compartirla.
Jitanjáfora: son palabras que no tienen un significado, inventadas y pueden ser parte de un poema.
Por ejemplo: las que se usan en un juego de manos:
Una gallina ética, pelempempética
Pelada, peluda, pelempempuda.

Otra alumna dijo conocer una estrategia para motivar a la escritura de historias insólitas.
Solo preguntó ¿Cuándo lanzan una moneda al aire qué pasa?, sus compañeros respondieron a coro, que cae al piso y que se muestra una sola cara de la moneda. ¿Y si cayera “parada”?, eso no pasa, pero si sucediera sería algo raro, algo fuera de lo común o insólito. Piensen en algo insólito o raro que hayan vivido.
Surgieron varias historias, que fueron expresadas de manera oral. Posteriormente se les pidió que escribieran dicha historia.

B.  Espacios diversos (aula, patios de la escuela y biblioteca)
Modelo JERARQUICO COLECTIVO
Propósito: invitar a la lectura y a la escritura de textos literarios.
Se integran 3 equipos de trabajo, todos tienen un propósito en común, diseñan actividades integrando a los demás elementos del grupo o de la institución.
Equipo 1. Observa y escribe.
Invitó a los compañeros de su grupo a hacer un recorrido por las diferentes áreas de la institución, les pidieron que observaran.
Ya de regreso en el aula, solicitaron a los compañeros que elaboraran una lista de todo aquello que les atrajo su atención y escribieran un adjetivo para explicar el por qué fue de su interés.
Como siguiente paso, organizaron las palabras en un texto coherente y con sentido, que reflejara aquello que más les gustaba de su escuela.
Equipo 2. Biblioteca de aula.
Este equipo solicitó a sus compañeros que llevaran a la sesión, uno o dos libros que ya hubiesen leído.
Ubicados en círculo, al interior del aula, les pidieron a los compañeros que expresaran qué les había gustado del libro que habían llevado y por qué lo recomendarían.
Al término de esta actividad, el equipo presentó otros libros. Organizó al grupo para que intercambiaran aquellos libros que quisieran leer y para que integraran una pequeña biblioteca de aula, la cual está a disposición de los estudiantes interesados en la lectura de otro libro.
Equipo 3. Visita a la Biblioteca “José Vasconcelos” en la ciudad de México.
Este equipo tiene planeado hacer un recorrido en la Biblioteca “José Vasconcelos” de la ciudad de México.
Es una actividad que aún está pendiente por realizarse.

Quinto Puerto: Un pueblo real y mágico.
Recientemente descubrí que cuando me piden que recomiende algún libro, siempre inicio recomendando aquellos títulos que pertenecen al Colombiano Gabriel García Márquez: La hojarasca, Cien años de soledad, Del azúl y otros demonios, Crónica de una muerte anunciada, Un hombre muy viejo con alas enormes, entre otros. Libros que han perpetuado a Macondo, un pueblo irreal, con características singulares o similares a muchos pueblos de Latinoamérica, con sus costumbres, tradición, supersticiones, alegrías y sinsabores de los que ahí viven; hasta algunos piensan que ahí se retrata a Aracataca, su pueblo natal. Sin embargo, Macondo es un pueblo fantástico, que llena de magia las obras de García Márquez.
Esta reflexión me ha hecho trasladarme a esos pueblos: uno ficticio y otro real, pero sólo uno (aparentemente) fuera de mi alcance. Para ir a Macondo sólo tengo que recordar o releer principalmente Cien años de soledad en la quietud de mi habitación. Para ir a Aracataca, Colombia, el  pueblo que sirvió de escenario y de inspiración para García Márquez, requiero de un plan más elaborado.
Así es que dije: ¿por qué no?, ¿por qué no ir a un pueblo real, que vio nacer a un gran escritor?, ¿por qué no mirar aquellas calles empedradas? Indagar de fuentes cercanas acerca de él y recorrer las calles que lo vieron caminar algún día.
Mi plan es el siguiente:
Definir un propósito: Conocer el lugar donde nació Gabriel García Márquez y sus obras. Saber qué o quiénes lo inspiraron  a escribir. Conocer más de su obra literaria.
Definir acciones previas: Leer las obras que no he leído de él. Releer aquellas que me han marcado. Leer las críticas que han hecho su obra para conocer otros puntos de vista. Hacer un seguimiento de su vida o mejor dicho de sus obras, para saber si hay una secuencia en ellas o para identificar con más claridad el paralelismo en algunos personajes y/o lugares.
Investigar acerca del recorrido que tendría que realizar (Iguala – México – Colombia – Aracataca). Apoyarme de mapas que faciliten mi desplazamiento.
Revisar los gastos que haría de transporte, alimentos y hospedaje; lo cual no me preocuparía mucho porque tengo una beca con doble sueldo.
Partiría con la seguridad de que encontraré cosas insospechadas del escritor, cosas poco comunes de su vida, para ello mis únicas herramientas serían mi cuaderno, lapicero, laptop, videograbadora, cámara fotográfica y mi deseo de conocer un pueblo real y mágico.

Sexto Puerto:
El ensayo: una idea: muchas formas de escribir.
En un simposio se presentó el ensayo como tema de un trabajo de investigación. Los resultados fueron las siguientes: en una sola institución, a pesar de haber definido un concepto de lo que era el ensayo, las versiones elaboradas por estudiantes y maestros eran diferentes. Los investigadores señalaron puntualmente que el problema radicaba a la hora de evaluar, ya que, a pesar de  haber establecido criterios contenidos en el ensayo, tanto alumnos como estudiantes tenían su propia interpretación.
Esa experiencia causó en mi muchas interrogantes, como ¿por qué unificar un ensayo?, ¿debe éste tener una estructura única?, ¿dónde queda la libertad del ensayista?, entre otras; si bien, Souto sugiere ciertas características ineludibles del ensayo, considero que no deben ser una fórmula matemática.
En mi institución la palabra ensayo tiene connotaciones diferentes, de acuerdo a la formación de cada docente. Por ejemplo: el maestro de ciencias considera que debe ser ampliamente conceptual, con el pretexto de que la ciencia requiere de un conocimiento objetivo, conceptual y reflexivo. El maestro de historia, considera que debe partir de las vivencias, de lo experiencial y que se debe articular a la historia. El maestro de español busca que el ensayo articule la experiencia y los saberes, sin embargo da mucha importancia a la estructura. Lo que es importante para unos, para otros es irrelevante.
Comparando los dos ejemplos, me di cuenta de que la libertad del escritor puede ser innata, puede haber una sola idea – tema, y ésta se va a convertir en algo versátil a los ojos de los escritores, eso es lo maravilloso del ensayo.
¿El ensayo literario es diferente? No. Un ejemplo de un ensayo literario que cumple con las condiciones de Arturo Souto, es “antología del Pan” de Salvador Novo: (Variedad y Libertad temática, Prueba, Hipótesis, Originalidad, Ciencia y Literatura, Madurez, Tono polémico, Subjetivo y estilo)
Cuando trabajo el tema del ensayo inicio con la lectura de este ensayo, porque considero que es un bello ejemplo literario y didáctico. Posteriormente les pido a los estudiantes que comenten acerca del texto, si les gustó, qué características tiene, definan por qué es literario, si cumple con las características anteriores, etc. Enseguida les pido que seleccionen algo de lo que les gustaría hablar: un objeto, una comida, una situación entre otras cosas. Les pido que elaboren su ensayo recordando sobre todo el uso del lenguaje literario.

Séptimo puerto: Desandando mi idea de ensayo.

Mi noción de ensayo se ha venido modificando con el paso del tiempo, de las experiencias y a partir del conocimiento de otros. Ha sido significativo poner a prueba aquellas ideas que me han compartido compañeros de trabajo y de estudio.
Así puedo decir que ésta no puede ser la excepción, pues el concepto de ensayo es un mar de significados, algunos claros e ilustrativos como las aguas transparentes de las playas y otros profundos e inexplorables; pero todos ellos integran la inmensidad de su conocimiento.
Por ello, retomo aquí aquellas ideas con las que concuerdo o son nuevas para mí con el fin de desandar esta idea que ya había construido.
Por ejemplo; si bien para Montaigne, el ensayo no tenía un fin intelectual sino el de dar a conocer su condición y humor, éste se volvió una herramienta de su vida para que los demás conocieran su manera simple y sencilla de vivir. En una cátedra impartida por la Dra. Eliana A. Albala, explicaba que “ensayo” se derivaba del verbo “probar”, “ejercitar” y que en la época de Montaigne con éste término sólo se aludía a probar la comida que estaba envenenada. Este dato era muy curioso, porque se deducía que Montaigne no trazó ningún concepto, él hacía ensayos de su vida. Actualmente, la palabra “ensayar” o “ensayo” tiene más voz, porque el ensayo se considera algo a punto de quedar bien.
El asunto es, que con el afán de perfeccionar un ensayo se han construido una inmensidad de conceptos alrededor de él, así como de sus características, claro algunas o casi todas indispensables. Pero, ¿Cómo evitar no perdernos en ellas? o ¿cómo olvidarlas al momento de escribir sin obviarlas en el ensayo mismo?, creo que a veces pueden ser un obstáculo en la construcción de un ensayo, pues la preocupación de incluir todas las características, puede acabar con la finalidad y la belleza de éste.

Coincido con el concepto de Hernán, cuando expresa que: “el ensayo literario es la expresión más profunda de un escritor. Revela sus pensamientos, sus dudas, sus inquietudes, sus esperanzas, su malestar, su satisfacción, su experiencia, su ignorancia, su gusto por el lenguaje…”, porque expresa la libertad que tiene el ensayista y no puedo dejar pasar el concepto de Nancy “el tema debe ser conocido y dominado por ensayista…atrapa al lector y lo hace cómplice…partícipe de emociones, anécdotas, ideas, de modo que el contenido del ensayo se vuelva significativo en quien lo lee”, siendo ésta una idea que toma en cuenta a quien leerá el ensayo y si se piensa, sobre todo, en un ensayo literario.
La variedad temática hacen del ensayo un “género híbrido” (Eduardo Nicol), pues éste puede responder interrogantes que desvelan al hombre  y estar entrelazado con la literatura. Y puede sugerir al mismo tiempo metas distintas (Pedro Laín Entralgo): la intelección metafórica y la intelección conceptual.
Así pues, considero que lo “literario” de un ensayo, (Hernández Gonzáles Ma. Belén) reside más bien en la finalidad estética de las obras y por tanto en la voluntad de creación y en el cuidado del estilo”. Esto sin olvidar su carácter reflexivo, polémico, estimulador, es decir sin olvidar que es algo a probar, a disfrutar, a completar, discutir y hasta a discrepar.



Octavo Puerto:
Pasión o Razón…una difícil decisión.
Silvia Vargas Luviano.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón... […]
Aguda espina dorada
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.”
(Fragmento)
Antonio Machado
(Sevilla 1875 – Francia 1939)[1]

¿Cómo decidir, cuando se trata de la pasión o la razón? La pasión es aquello que me motiva, me mueve, me “cala los huesos”, me estremece y hasta pudiera decir,  me hace sentir viva; la razón me lleva a pensar, a ser práctica, a hacer interminables listas de pros y contras cuando se trata de decidir; son dos conceptos propios en donde se ponen en juego, por un lado: el corazón, y por otro: el cerebro.
Son dos conceptos que últimamente me han atormentado, al igual que la tempestad abruma al mar, y puede ser tan grande como el horizonte o tan pequeño, como un insecto que da vueltas alrededor de la cabeza y no me deja concentrar. Esto porque fue consigna de la Dra. Ethel Krauze[2], Catedrática del Centro  de Investigación  y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM) elaborar un ensayo literario en donde se exprese aquello que sería mi ideal y lo señalado en mi proyecto de tesis.
Por lo que, antes de tratar de responder a cuestionamientos como ¿Por qué se tiene que hacer aquello que está motivado por la razón? (refiriéndome al proyecto de tesis), ¿cómo hacer coincidir estos dos elementos de la vida misma?, (la pasión _ mi ideal_ y la razón), ¿por qué hablar de pasión y razón?; interrogantes centradas en la temática de este texto; y además, a pesar de haber elaborado un breve ensayo con las nuevas ideas que lo reconstruyeron, nuevamente se agolparon en mi mente todas esas concepciones que hay en torno a él. Creo que cuando no se escribe por elección propia, la inspiración se esconde en lo más recóndito del corazón y de la mente; las ideas, aunque existan en demasía, se atropellan unas con otras, complicando su ilación y en consecuencia la culminación del escrito.
Me di cuenta, de que esos dos elementos no pueden ir  separados o enfrentados, son dos palabras con muchos motivos para ir juntos, para ir de la mano, entrelazados uno al otro. Esto es porque no se puede actuar con uno a la vez, el razonar, pensar que tal vez impliquen analizar, reflexionar respecto a algo requieren en  todo momento de la emoción, el sentimiento y el corazón; palabras envueltas en la suave pero arrebatadora pasión.
El motivo central, que da fe a todo esto,  el siguiente: ¿qué pasa cuando se tiene que decidir entre dos caminos a seguir?, ¿entre dos cosas que pueden ser parte de una balanza?; por un lado aquello que me apasiona y por otro aquello que pareciera ser más práctico para realizar.  La primera es mí recién descubierta pasión por conocer el lugar donde nació Gabriel García Márquez[3] y sus obras, saber qué o quiénes lo inspiraron  a escribir, conocer más de su obra literaria. Y la segunda, tiene que ver con el tema elegido para la elaboración de una tesis doctoral (la enseñanza de la literatura en la licenciatura de educación secundaria con especialidad en español).
El inglés Christopher Day (Nottingham 1942), en su libro “Pasión por enseñar”, al citar a Antonio C. Rosa Damásio (Portugal 1994, 2000), (uno de los neurólogos más destacados del mundo), señala que la emoción forma parte de la cognición. Este referente integra los dos puntos señalados anteriormente, no obstante, en algunos momentos los separamos por comodidad y otras porque es indispensable distanciarnos de uno o de otro según sea conveniente.
Los motivos que mueven mi primera opción, están más implicados en mi sensibilidad emocional, el gusto por la lectura que ofrece el autor, por estar en lugares mágicos e inspiradores. En la segunda opción, estoy cómoda porque podría hacer una investigación en la institución donde trabajo, podría proponer el diseño de algún curso especializado en la literatura.
Efectivamente tengo dos opciones, pero las dos finalmente son movidas  por la razón y la pasión, no importa cual elija, lo que importa es que puedo hacer  cualquiera de la dos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
Day, Chistopher, “Pasión por enseñar”. La Identidad personal y profesional del docente y sus valores, Capítulo 3, Narcea S.A. de Ediciones, Madrid, 2006 pp.59-147
Machado, Antonio. “Yo voy soñando caminos”, Antología. Poesía Mexicana y Española Amorosa. Grupo Editorial Tomo S. A de C. V., primera edición, enero 2005, México D. F

ENSAYOS DE MIS ESTUDIANTES: 

“G” de Grecia
Grecia Gabriela Delgado Vargas.
Mi inicial comenzó todo. Conocí las letras de una manera muy peculiar, ¿y quién no?; a la mayoría de nosotros nos las presentaron en preescolar, a todos nos emocionaba cuando conocíamos a la “a” de agua,  la “m” de mamá, a la “p” de papá, y sin embargo el encuentro más importante de todos, al menos en mi caso, fue la “G” de Grecia. Cuando la conocí pensé “Que bonita letra, se ve tan difícil, ¿de verdad podré escribirla? Recuerdo que ésta fue una de las primeras cosas que aprendí a escribir, mi nombre completo, con todo y apellidos. Era un reto poder plasmar sus 27 letras en un cuaderno de forma italiana sin salirte del renglón, sin tocar raya y que todas estuvieran parejitas. A pesar de todo escribir era una simple acción que debía realizar, algo que la escuela enseñaba y yo debía de aprender, más o menos este fue mi concepto hasta que descubrí algo que cambiaría todo lo que sabía de las letras.
La mayoría de las personas que conozco considera que escribir es una actividad tediosa y aburrida, no les gusta hacerlo, relacionan esta acción con momentos negativos o al menos poco agradables. Recuerdan al maestro de primaria que les pedía 30 planas de una palabra mal escrita, al maestro de secundaria que al dejarles escribir algún texto para el día siguiente los aturdía pidiéndoles un mínimo de hojas-claro, sin contar la portada-, incluso al estudiar la licenciatura vemos este tipo de casos cuando un maestro pide elaborar un texto y la primera pregunta que surge entre los alumnos es ¿cuántas hojas tenemos que escribir?, aún más curioso es ver su reacción cuando el maestro responde “700 palabras” y su cara da a conocer el “mini infarto”  que les dio al escucharlo. Podría seguir contándoles muchas situaciones así, que aunque les sorprenda, consideran que escribir es sinónimo de sufrir.
Pero “el león no es como lo pintan”,  la escritura inició en el hombre como algo primordial, el habla posiblemente ya existía pero requerían de algo más, los guiaba algo más potente, el querer prevalecer. Con la escritura como «segunda memoria» el habla fue reforzada por los escritos, más aún la escritura permite una reflexión adicional y esto hace que el lenguaje escrito pueda tener una clara estrategia de la cual carece el lenguaje oral. Como en latín dijo Cayo Tito: Verba volant scripta manent (las palabras se vuelan lo escrito se mantiene) o como dirían en otro contexto “las palabras se las lleva el viento”.
El hombre quizá inventó la escritura por necesidad, sí, pero no se trató de una necesidad económica, sino espiritual, la arraigada y muy humana necesidad de comunicarse. Quiero decir que la escritura es algo inherente en nuestra naturaleza y que debemos considerarla como algo mucho más importante. A lo largo de mi vida me he encontrado con personas que les temen a las letras, y sí, podríamos pensar que debemos temer pues nos encontramos frente a una de las armas más poderosas del planeta, sin embargo ese es el primer obstáculo que debemos vencer para poder apreciar la verdadera esencia de las palabras: el miedo. Este miedo es como todos los miedos, no sabemos cómo es y eso nos asusta, creemos que no somos los suficientemente buenos y eso no detiene, o pensamos que es algo que no vale la pena hacer y eso nos aleja.
Deseo que las personas dejen de pensar en la escritura cómo quien piensa en una piedra en el zapato o una mosca en su sopa. Por ello comparto este escrito, al escribir me di cuenta que la escritura nos abre las puertas a partes de nuestro mundo que no conocíamos, al menos todos lo habrán experimentado una vez, con algún texto escolar, una nota para mamá o una carta de amor, nada se compara con la sensación de las ideas fluyendo en tu cabeza, tus dedos formando las palabras, cuando te das cuenta no sabes cómo detenerte o cuando te bloqueas pero haces todo por poder seguir. Muy a menudo las personas subestimamos su poder, Rudyard Kipling, un famoso narrador solía decir: "Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad." Al menos los que por menos una vez hayan experimentado estas sensaciones estarán de acuerdo conmigo, escribir en sí es una posibilidad infinita, “Todo escritor necesita una inspiración y yo encontré la mía” (Marlowe, 2009) Los invito a encontrar su inspiración pues escribir es sinónimo de crear.

BIBLIOGRAFÍA


MI GUSTO POR LOS GALLOS.
Irving Gilberto Díaz Román 
Miles de años antes de nuestra era, ya se realizaban la crianza, reproducción y distracción de los gallos de pelea. El gallo ha estado vivo y presente en toda la historia de la humanidad, ya sea  como ave que espanta los males como en Irán, ave sagrada en el código Manu de la India, modelo e inspiración de artistas y colección de arte en los museos de Turín, Génova, Valencia, New York, Madrid, Louvre o en Grecia en la cimera de Minerva, al lado de los dioses Marte o Mercurio, en millones de monedas, en escudos, así como está presente en el cristianismo entre San Pedro y Jesucristo.
En la actualidad, la vieja práctica y el gusto por las peleas de gallos, sigue vigente y se ha hecho muy común y popular en las fiestas de las comunidades.
Mi gusto por estos ejemplares, es por sus grandes hazañas dentro del redondel, y es que es digno de admirar toda la bravura con la que se aferran a la vida de manera inconsciente, pues ellos no saben que, “si no patean duro, difícilmente saldrán vivos”. Es difícil para mí, asimilar estos actos como un arte o un deporte. Habrá gente que diga que los gallos nacieron para eso, pero, ¿los humanos nacimos para hacer que se maten por dinero que ni siquiera será para ellos?
Naturalmente, estos valientes de los palenques,  se pelean para reclamar y defender su territorio, no para ganar apuestas, y difícilmente un gallo de buena casta se “rajará” a la batalla. Tal como se escucha en el mundo de los palenques “mi gallo no se raja, podrán quitarle la vida, pero no lo valiente” y es una frase muy atinada, pues los gallos luchan hasta que el filo de las navajas definen su suerte.
En mi sentir, aventar al combate a un gallo que he criado desde polluelo, sería como ver pelear a muerte a un amigo. Sería ver cómo lo maltratan, cómo lucha para no caer vencido, sería ver cómo alardea de su victoria o cómo sufre su agonía.
Una vez, tuve un encuentro muy cercano con un gallo, un gallo de “pelea”, y aunque aún era pequeño, lo recuerdo  claramente: yo jugaba en el patio de mi casa, corriendo por todos lados, tratando de no toparme con el gallo amarrado del tronco de un árbol. Todo estaba perfecto, yo jugaba feliz hasta que pasé demasiado cerca del gallo, en ese instante, el fino animal, de un fuerte aleteo, se desató y probó su potencia de patada en mis escuálidas piernas. Salí corriendo y gritando desesperadamente tratando de que mi padre me escuchara, afortunadamente, me escuchó, pero no fue para impedir que el gallo me pegara, sino para que no continuara haciéndolo. Tal vez, ese suceso hubiese desencadenado un trauma en mí, pero sucedió todo lo contrario, pues ese primer acercamiento, despertó mi gusto y admiración por los gallos de “combate”. Pero mi gusto no es por las peleas de estos animales, mi gusto es  apreciar su “estampa”, su finura, su valentía por defender lo que es suyo. Me llena de gozo escuchar el revoloteo de sus alas, seguido del fervoroso canto en las mañanas. Me encanta escuchar el cacareo cuando les doy su comida, es como una señal de agradecimiento que me alegra todo el día.

Noveno puerto:
¿Fin o inicio de una travesía?
Hace unos meses inicié una travesía, junto con otros atrevidos navegantes y una excelente capitana abordo (la Dra. Ethel Krauze). Una travesía que nos llevó a diferentes puertos, con el propósito de salvaguardar un invaluable tesoro, una hermosa perla: la literatura.
Este viaje me llevó a puertos de aguas tranquilas que me dejaron conocer mi propio espíritu, lo llamé mi espíritu encantador. Un puerto que me orientó hacia una ruta donde la literatura se volvió divertida y encantadora.
Arribamos a puertos importantes, de grandes Astilleros, donde  magnos maestros nos compartieron sus enseñanzas, entre ellas: La creatividad de la enseñanza de  Antonio Machado y  Arqueles Vela, así como la versatilidad de las actividades y sobre todo, el saber que hay un punto medular del cual se puede desprender todo un mar de acciones, de Erasmo Castellanos Quinto.
Los faros nos llevaron a puertos de acceso escabroso, la entrada fue dolorosa, pus me llevó a reconocer cuál era el espíritu y modelo de mi clase de literatura, y más aún, que salir de él no era sencillo. Por lo que ahí nos detuvimos un poco más, pues la capitana hacía esfuerzos por salvarnos del canto de las sirenas y hacernos recapacitar acerca  del espíritu libre y encantador que debería de tener la clase de literatura.
Lo logró, de pronto no vimos navegando en aguas tranquilas que permitían que viéramos nuestro reflejo en las olas, así experimenté y saqué a flote mi espíritu en escritos que mostraron el verdadero yo. Éramos nosotros mismo, lo que nos mueve, lo que nos gusta, lo que nos apasiona y hasta lo que soñamos. Como estar en un paraíso real. La capitana, nos hizo saber que esa era nuestra verdadera esencia, que la conserváramos en todas nuestras clases de literatura.
El último puerto me enseñó que el final, es el inicio de otras aventuras.








 [1] Antonio Machado. “Yo voy soñando caminos”, Antología. Poesía Mexicana y Española Amorosa. Grupo Editorial Tomo S. A de C. V., primera edición, enero 2005, México D. F., p. 149
[2] La Dra. Ethel Krauze, es coordinadora del Curso “Canasta Básica II”. Seminario: Didáctica teórica y práctica de la creación literaria. Campo de conocimiento: Proceso creador y didáctica teórica y práctica de la Creación en Literatura, en el CIDHEM.

[3] Gabriel José de la Concordia García Márquez (Aracataca, 6 de marzo de 1927 - México, D. F., 17 de abril de 2014), más conocido como Gabriel García Márquez. fue un escritor, novelista, cuentista, guionista, editor y periodista colombiano.

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