Octavo puerto
El papel del profesor de Literatura
Por
Hernán Cortés Romero
Ser profesor de literatura es una misión
especial. De inmediato pensamos que un profesor solamente se ocupa de
transmitir aquellos conocimientos que ya posee. Pareciera que el profesor es
una jarra de conocimientos que vacía en las cabezas huecas de sus alumnos, que
no tienen noción de la literatura. ¿Qué hace un profesor de literatura? ¿Cuáles
son las acciones de un profesor de literatura? ¿Es diferente un profesor de
literatura a un profesor de matemáticas o de química? ¿Cuál es el papel del
profesor de literatura en la educación media superior? ¿Cómo enseñar la
literatura? ¿Para qué sirve la clase de literatura a los alumnos? En el
presente escrito pretendo responder a estas preguntas, considerando la herencia
de algunos célebres profesores de literatura en México como Erasmo Castellanos
Quinto, Arqueles Vela, Ethel Krauze, y de Juan de Mairena, maestro apócrifo de
Antonio Machado. También pretendo recuperar la experiencia de mis compañeras de
seminario, quienes diariamente se
ejercitan en el oficio de profesoras de literatura y que han innovado su
ejercicio didáctico.
Comencemos con el profesor Erasmo Castellanos
Quinto. Nació en Santiago Tuxtla, Veracruz,
en 1879 y murió en la ciudad de México en 1955, indica el cronista Efraín
Becerra Juárez. El genial profesor de
literatura de la Escuela Nacional Preparatoria fue conocido por sus clases que “eran representaciones,
improvisados espectáculos en los que él era todo: actor, director, apuntador,
público y empresario. De memoria, sin la ayuda de los libros, explicaba los
textos inmortales: La Ilíada y la Odisea, La Divina Comedia y el ingenioso
hidalgo Don quijote de la Mancha, trances en que se manifestaba como actor extraordinario.
Quien le vio representar esas obras, y le oyó la explicación de ellas, las
recordará para siempre,” según el Maestro Efraín
Becerra Juárez (http://biblio.unam.mx:8030/index.php/la-biblioteca/7-historia-de-la-biblioteca).
Según el diccionario de escritores mexicanos del siglo XX, “su vocación y
reconocido prestigio los adquirió en la docencia-que ejerció durante más de
cincuenta años primero en Orizaba, al sustituir en sus cátedras a don Rafael
Delgado, y después en la ciudad de México, al sustituir a Amado Nervo cuando
éste salió del país para cumplir con sus misiones diplomáticas. En la Escuela
Nacional Preparatoria, en 1906, ocupó la catedra de Lengua Castellana hasta su
muerte.” (https://books.google.com.mx/books?id=A7ir9AOBqDsC&pg=PA343&dq=Castellanos+Quinto&hl=es&sa=X&ei=OEFlVZ_BDMSHsAXa2oO4DQ&ved=0CDYQ6AEwBQ#v=onepage&q=Castellanos%20Quinto&f=false)
Una mente
brillante, como la del maestro Erasmo Castellanos Quinto, pudo conocer de un
modo profundo las obras literarias clásicas griegas, de tal manera que pudo
transportar a sus alumnos a visualizar la atmósfera, la mitología, el contexto,
los personajes, el ambiente y la trama de aquellas épicas memorables. Además,
con capacidad histriónica, pudo despertar la atención y la curiosidad de sus
alumnos que quedaron fascinados por su estilo único de narrar, de contar la
historia de la guerra de Troya y los personajes que participaron en ella. El
profesor Castellanos Quinto contaba todo desde el origen y los oyentes podían
vivir e imaginar aquellas entusiastas
narraciones, dice la maestra Ethel Krauze, a cuya madre el maestro Erasmo
enseñó. El maestro Erasmo Castellanos Quinto primero creaba la atmósfera y
luego contaba a sus alumnos todo lo que sucedió, describe la maestra Ethel
Krauze. La maestra Krauze resume en dos verbos la tradición didáctica de Erasmo
Castellanos Quinto: “Encarnar y experimentar”, “hacer del texto una
experiencia”.
Otro profesor mexicano es Arqueles Vela
(“Silvestre Paradox”) (1899-1977). Según el diccionario de escritores mexicanos
del siglo XX, Arqueles Vela “nació en Tapachula, Chiapas el 2 de diciembre.
Murió en la ciudad de México, el 25 de septiembre. Obtuvo el título de maestro
en letras, por la Escuela Normal Superior, en 1939. Se inició como periodista
en El demócrata (1920) y como
secretario de redacción de El Universal
Ilustrado (1921). Fue fundador del movimiento literario estridentista, al
lado de Manuel Maples Arce y German LIst Arzubide”.
La tradición
de Arqueles Vela fue la de leer, comentar y crear literatura, según la maestra
Ethel Krauze. De la tradición didáctica de Arqueles Vela surge un libro: “El
Galano arte de leer” de los profesores Manuel Michaus y Jesús Domínguez R.
En este libro se proponen diversos tipos de lectura oral o en silencio. Hay
lectura práctica, comentada, para que el alumno las reproduzca sintetizadas en forma
oral o escrita; lectura de auditorio, expresiva, dramatizada, para diferenciar
entonaciones, con ademanes, comprensiva; lectura en que hay varias
interrogaciones, lectura de atención, coral, para hacer paráfrasis, para buscar
sinónimos, para ejercitarse en el manejo del diccionario, para encontrar
adjetivos; para analizar el fondo y la forma en un escrito, para identificar
categorías gramaticales, para hacer ejercicios de oratoria, etc. ( Manuel Michauss y Jesús Domínguez R.: El
Galano arte de leer, Trillas, México, 1966, pp. 13,14)
La maestra
Ethel Krauze resume la tradición de Arqueles Vela en los verbos escucharse y
descubrirse: “Escucha tu propia voz y comenta tu voz”.
Otro paladín de la literatura es un personaje creado por Antonio
Machado, Juan de Mairena, a quien le
enseña su maestro Abel Martin. Juan de Mairena es “nacido en Sevilla en
1865. Su biógrafo y presunto creador, Antonio Machado, lo describe como
"poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Cantar", y lo
presenta como alumno de otro autor apócrifo, el maestro Abel Martín, también sevillano, nacido en 1840 y fallecido
en Madrid en 1898.” (http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Mairena)
La maestra
Ethel Krauze considera que la tradición de Juan de Mairena es la de observar y
sentir la vida y lo que lees. Carlos Mata Induráin señala lo siguiente acerca
de Antonio Machado, creador de Juan de Mairena: “Rechaza tajantemente
a través de su Mairena el culto a la dificultad, a lo difícil artificial, el uso de
imágenes rebuscadas que solo sirven, en su opinión, para disfrazar conceptos
fríos. Por el contrario, en la escritura poética deben prevalecer las intuiciones.
Por eso para él el Barroco, por lo general, no tiene la gracia y sencillez de lo espontáneo (le gustan, eso sí, los autores
populares, cercanos al pueblo, o mejor dicho, que son voz del pueblo:
especialmente Cervantes y Lope de Vega).”
(https://insulabaranaria.wordpress.com/2012/08/28/ensenanzas-de-juan-de-mairena-antonio-machado-sobre-la-sencillez-expresiva/)
Otra
maestra mexicana de Literatura es Ethel Krauze. “Nació en la ciudad de México, el 14 de junio de 1954.
Poeta, ensayista, narradora y dramaturga. Radica en Cuernavaca, Morelos.
Estudió lengua y literaturas hispánicas y una maestría en letras mexicanas en
la FFyL de la UNAM. Ha sido profesora en el CCC, la SOGEM y maestra de tiempo
completo en la Academia de Creación Literaria de la Universidad de la Ciudad de
México; coordinadora de talleres literarios en el INBA, ISSSTE, CONACULTA y CCH-Sur;
conductora y guionista de diversos programas de radio y de los programas de
televisión “De Cara al Futuro” en el C–11 y “Para Gente Grande”, de Televisa.
Becaria del INBA/FONAPAS, 1978. Miembro del SNCA desde 2000. Colaboradora de Diálogos, El Día, El Sol de México, El
Universal, Excélsior, La Semana de Bellas Artes, Plural, Proceso, Puro
Cuento, Tri Quaterly yUnomásuno.”
(http://www.literatura.bellasartes.gob.mx/acervos/index.php/catalogo-biobibliografico/575)
La
tradición de la maestra Ethel Krauze es interesante y creativa.
Enseguida cito algunas frases que describen el acercamiento a la literatura de
la maestra Ethel Krauze: “La poesía, más que conocimiento del mundo, es
experiencia entrañable, es una manera de estar en el mundo”. “Los libros no sólo
se leen con los ojos, hay que tentarlos como se tienta un cuerpo hermoso y muy
amado, al desnudo, sin pudores, sin reticencias”. “Solo se aprende a leer,
leyendo”. “Para leer un buen poema hay que “entrar” en él, tomando como se toma
un buen vino… ¿Qué importa su añada, su cosecha, su región? Vas haciendo camino
al andar como quiere Machado. Cuando un rostro de hipnotiza, no tratas de
entenderlo, te sumerges en su contemplación.” (http://dietraferit.estigia.net/acercate.htm) La maestra Ethel ve a la literatura o
contempla a la literatura con una perspectiva estética y se aproxima a la literatura como una vivencia, no como un
texto ajeno al lector.
Sigo con la cita de algunas frases de la
maestra Ethel: “La poesía es para todos los ojos que quieran mirarla… es un
dialogo personal entre el poema y tú. El poeta estará hablándote a ti, a tus
propias emociones, a tus secretos inconfesados, y tú le responderás con tu voz
interior, que es la verdadera, la que saldrá a la luz para tu propia sorpresa.
En realidad, es todo lo que hay que saber para acercarse a la poesía.”
“Los poetas no son vacas sagradas…son
como tú y como yo, sólo escuchan su voz interior y la expresan con palabras, y
esas palabras nos hacen descubrir nuestra propia voz”. “El arte es sólo forma:
cuando contemplamos un cuadro, vemos un lienzo, líneas y colores; en la música
oímos sonidos y silencios; en la danza hay movimiento, y en la poesía,
palabras. Nada más. Es la forma la que separa a la poesía del lenguaje común, es la forma la que da hondura y vastedad a la
emoción que uno quiere comunicar con las palabras.” “La poesía no está en lo
que dice, sino en cómo lo dice; gracias a esta determinada manera de decirlo,
lo que se dice se nos vuelve transparente, las orejas se alegran con la música
de las palabra, y el corazón se llena de suavidades y frescuras.” “En la poesía
las palabras encierran significados múltiples y anima a nuestra memoria para
hacerlos presentes y simultáneos.”
“Eso de llamar “ficción” a la literatura es
una pobre y malévola deformación. Parecería el reino de lo falso, de lo inocuo.
Parece que la literatura nada tiene que ver con la carne y los huesos nuestros
de cada día. Y es, sin embargo, todo lo contrario. En ella se encuentran las
verdades fundamentales de la condición humana.” La literatura no es ficción,
sino conocimiento profundo del ser humano. No inventa, descubre; no copia,
crea; es una lente de aumento, muy ancha y microscópica, donde nos miramos
nosotros.” “La poesía era un juego, pero un juego que hace temblar el corazón”.
La tradición de la maestra Ethel propone que
la literatura se experimenta, se vive, y que todos tenemos la capacidad de
crear poesía si escuchamos nuestra voz interior. Ella resume su propuesta en
dos verbos: decidir y crear. “La base de la creación literaria es recuperar la
noción de que tienes capacidad de decidir” (Apuntes en la clase del 25 de
febrero del 2015 en el CIDHEM). La escritora afirma que la educación te mella
la creatividad, nos coarta la capacidad de decisión para crear. Entonces hay
que recuperar el poder de expresar con palabras lo que sentimos, lo que somos,
lo que queremos. Eso es el ejercicio de la creación poetica y literaria.
También quisiera describir el las diversas
maneras en que algunas compañeras han orientado su labor como profesoras de
literatura. La compañera Edith Nancy Flores Piedra, maestra de literatura en
secundaria, propuso leer y crear. Ella mostró a cada uno de sus alumnos un Haiku y les pidió que
parafrasearan cada poema. Luego les propuso una frase para completar. La frase
decía: “Cuando tú me miras”… La maestra Nancy compartió primero su frase
completa. Luego los alumnos comenzaron a compartir, sin tener pena, cada una de
las frases. Fue una experiencia-dice la maestra- en la que se divirtieron
creando y compartiendo ideas (Blogger: El Juego de la creación, 2º
puerto, 25 de febrero del 2015).
La compañera Karla Guerrero S. también
describió la experiencia de leer con niños de primaria. Ella primero entregó a
los niños distintos objetos. Al recibir un objeto los niños lo comparaban con
otra cosa que tuviera características similares. Por ejemplo: ¿Cómo es la
manzana?-preguntó la maestra. Los niños dijeron que es dulce y roja. Entonces
diremos-dijo la maestra-que las mejillas de una persona son como una manzana.
Enseguida leyeron el poema Sonatina de Rubén
Darío y la maestra Karla les propuso que buscaran las comparaciones.
Encontraron los niños las comparaciones y luego sustituyeron las palabras que
hacían la comparación por otras. El resultado fue un poema diferente al
original. Fue otra historia. (Blogger: El
Juego de la creación, 2º puerto, 25 de febrero del 2015)
La compañera Marli Camargo propuso a
algunos niños la lectura de un poema de amor de San Juan de la Cruz. Luego cada
uno, a partir de su experiencia, escribió un poema o algunas frases acerca de
lo que ellos reconocen como el amor. (Blogger: El juego de la creación,
2º puerto, 25 de febrero del 2015)
Por último, la compañera Silvia Vargas
Luviano, también compartió su provocadora forma de orientar a los alumnos a la
lectura. Ella imitó al maestro Erasmo
Castellanos Quinto al capturar la medula de una obra literaria y después
presentar una situación semejante a sus alumnos. Ella escogió el texto de “Las
mil y una noches”. En ese cuento, Scherezada está en suspenso porque está
condenada a morir cada noche. Entonces tiene que contar un cuento cada noche
para no ser condenada a muerte. Primero la maestra sentenció a una de sus alumnas a ser reprobada y le
exigió que hiciera algo para no sufrir ese destino. La alumna se sintió
amenazada y en grave riesgo. La maestra actuó con inflexibilidad y seriedad, de
tal manera que los alumnos creyeron que era un asunto real. Luego la maestra
fue al texto de “Las mil y una noches” y sus alumnos comprendieron que la
situación de Scherezada era semejante a la situación que había vivido su
companera. Entonces el teatro sirve en
la clase de literatura, el maestro que está dispuesto a actuar frente a sus
alumnos para hacerlos vivir una situación semejante a la que narra la obra
literaria. (Blogger: El juego de la creación, 2º puerto, 24 de febrero
del 2015)
Para concluir, quisiera afirmar que no hay un
solo camino para la enseñanza de la literatura. Hay una gran variedad de acercamientos a la literatura, que por
tratarse de una de las bellas artes, no tiene una perspectiva única y
definitiva. Acercarse a la literatura de un modo vivencial, lúdico o
histriónico es muy atractivo para los alumnos y para el profesor. Una lectura
que se hace sin emoción, sin movimiento, sin el cuerpo, mata la literatura. La
literatura pretende encarnarse en los seres humanos y los seres humanos han de
encarnar la literatura. La maestra Ethel ha dicho que la historia de la
literatura no es literatura, tampoco lo es la teoría literaria; sino que la
literatura son los textos literarios con los cuales ha de encontrarse el
maestro y el alumno. Privar al alumno del encuentro vivencial con la literatura
es impedirle que sienta y que goce de los placeres estéticos que ofrece la
literatura. La literatura-como decía Neruda- cae al alma, como al pasto el
rocío. Entonces es la literatura frescura
para el alma y para los huesos, y los maestros hemos de ser quienes conectemos
a los alumnos con esa frescura.