Primera clase
Llegada a puerto.
Mi primer puerto fue una experiencia única y se repite a cada instante.
Una mañana fría, salí de casa
con una felicidad que el frío quedo olvidado. En mi cuerpo se reflejaba mi
nerviosismo; un nerviosismo por que compartiría lo poco que se a estudiantes de
segundo grado del bachillerato, impartiría la clase de “Literatura II”. Después
de más de 8 años regresaba al colegio donde fui estudiante, donde tuve mi
primer acercamiento al mundo de la literatura. Ame con una gran necesidad las
letras, me inscribí a talleres de Declamación, Oratoria, ahí empezó todo lo hoy
soy; eso aumentaba mi nerviosismo, ver de nuevo a mis maestros, compartir ahora la experiencia
como docente. Había planeado la primera
clase con anticipación, mi reto era hacer que lo que a mí me fascinaba les
fuera atractivo, llamativo a mis estudiantes, lograr una experiencia
literaria. Mi primer puerto es una fecha
que no podré olvidar, 18 de febrero de 2013, entre al colegio a las 6:40 am,
abrí el salón, dejé mi maleta en el escritorio. Me dispuse a reacomodar las
butacas en círculo, dejé dos notas de
colores y una lluvia en cada una de las butacas. Escribí en el pintarrón con
letras grandes la fecha y un pequeño mensaje “Bienvenid@s al mundo fantástico
de la Literatura”. Transcurrieron los minutos y empezaron a
llegar poco a poco los jóvenes, un grupo de jovencitas, algunos jóvenes solitarios,
al momento de entrar les saludaba y daba los buenos días, me sonreían y
curiosos se reunían en pequeños grupitos, hasta que dieron el toque eran ya las
7:00 am y entonces al estar todos reunidos me presenté ante ellos,
posteriormente pedí que se presentarán desde sus lugares para ir poco a poco conociéndolos,
les indiqué que digieran su nombre, algún pasatiempo, libro favorito, película que más
les haya gustado. La mayoría tenía como pasatiempo escuchar música y hacer actividades
físicas, patinar, andar en bici, jugar baloncesto, practicar fútbol. Entre los
libros que más se repetía estaban “Romeo y Julieta”, “La Saga de Crepúsculo” algunos
habían leído “Diablo Guardián”, otros jóvenes por timidez me decían que habían leído
el mismo libro que ya habían dicho con antelación sus compañeros. Después les
pedí que escribieran en una de las notas tres palabras, las primeras que les
viniera a la mente sobre literatura, les
di unos minutos y pedí que las compartieran al grupo; entres sus respuestas
estuvo “Arte”, “Libros”, “Novelas”, “Poesía”,” “Literarios” cuando la última
participante dio las suyas les pedí que utilizaran la lluvia que ya tenían y
con ayuda de un palillo que les di hicieran un hoyito a la nota y el otro
extremo con un poco de papel humedecido lo arrojaran al techo, todos arrojaron
sus notas, el techo se lleno de vida y color, una lluvia de colores; y al final les dije que en la clase eso es lo haríamos, leer novelas,
leer poesía, hacer arte porque ellos también
harían poesía, crearían un poema, con múltiples temas. Estaban todos
emocionados. Les pedí que sacaran su cuaderno porque les daría a conocer el
programa general y las unidades que habríamos de ver durante el semestre, lo
que más les había llamado la atención fue saber que harían una representación
de una obra de teatro como actividad extra-clase. Esa fue mi primera clase. Una experiencia única..
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