lunes, 1 de diciembre de 2014

TRABAJO FINAL. SILVIA VARGAS LUVIANO

CANASTA BÁSICA DEL PROFESOR DE LITERATURA
PREGUNTA 1. ¿A qué voy al mercado?
¿Cuáles son mis plasmidios?
¿Metería alguno a la canasta?
Nueva respuesta: Voy al mercado a encontrar más plasmidios que no sólo me “llenen”, sino que sean parte de mí.
Mi primer intento de buscar mis plamidios fue erróneo, lo que yo había conceptualizado de éstos me hizo ver mi exterior y no mi interior como persona y como maestra. Debo reconocer que mi relación con la literatura está basada en un plasmidio, porqué éste es el que me ha motivado a seguir leyendo y me ha alimentado, por eso busqué dentro de mí para encontrar el texto que me “marcó” y a su vez me motivó. Cuando vi los plasmidios desde este punto de vista lo primero que vino a mi mente fue el cuento “un señor muy viejo con unas alas enormes” de Gabriel García Márquez, pues fue un cuento que me estremeció desde la primera lectura que hice de él, me conmovió y asombró, así como también contradijo mis mitos en relación a los ángeles.
SEGUNDA PREGUNTA: ¿Qué contenido nutricional debo buscar en el menú?
Un señor muy viejo con unas alas enormes”, es el texto que elegí como mi plasmidio, porque pocos textos como éste me han sacudido y asombrado, porque lo vuelvo a leer y experimento nuevamente las diferentes emociones a las que me lleva el cuento. Ahora intentaré identificar el valor nutricional de éste, a partir de cuatro posturas de la literatura.
Primera: Conocimiento del mundo.
La realidad humana está retratada aquí, muestra lo humano y lo inhumano que se puede ser. Si para Aristóteles la literatura es una imitación de la realidad, la conducta de Pelayo y Elisenda lo muestran, primero al sentir miedo por el viejo con alas, y después pasar de la lástima al desinterés por ese ser. Así como también deja ver la curiosidad de la gente, el morbo por lo desconocido y el desacuerdo ante lo que contradice las ideas.
Segunda: Experiencia estética.
La magia del cuento está en el ángel, todo gira a su derredor, lo mágico: el ángel sólo está, no se comunica con nadie pero todos se mueven ante su presencia, por eso es bello. La historia es bella, contradictoria a los ángeles que comúnmente nos representan en los mitos, en los cuentos o cualquier otro texto del que podemos hacer una imagen mental de los mismos.
Tercera: Producto nuevo.
El cuento de “Un señor muy viejo con unas alas enormes” se dio a conocer en el año de 1968, no obstante se puede leer en cualquier tiempo y lugar y continuará dejando un “buen sabor de boca”, por ser un cuento diferente al considerar un ángel viejo en el patio de una casa, o saberlo sucio y sin hablar la lengua de los que están ahí, cuando lo común es lo contrario.  Además de que permite ver conductas comunes en una historia diferente.
Cuarta; Relación Metafísica.
El cuento narra una historia de un ser místico, fantástico e irreal: un ángel, que llegó a cambiar la vida de Pelayo y de Elisenda, así como la vida de la gente del lugar. También, en lo personal, me puso en contacto con ser místico que al leer el cuento,  se hace realidad.

Tercera pregunta: ¿Por qué tendríamos que leer/ingerir/saborear estos textos?

Receta de Macario, El Llano en llamas de Juan Rulfo.
La receta de “Macario” es la siguiente:
1.   En el orden clásico del conocimiento lleva 100 gramos de idea Aristotélica, pues retrata una reiterada realidad de la vida, esto se refleja en la narración de todo el texto, es ver la vida de Macario en cuestión de minutos, como dice él: en una plática. Una plática que cuenta la historia de alguien común a esta vida, que es protegido (a su manera) por un familiar, y sobrevive con lo que le dan. (inicio: Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas / final: Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando)
Es necesario sazonar con tres elementos: Arte como conocimiento, es decir un saber y Arte como como una obra; un hacer, así como con Vasos comunicantes. De los tres mencionaré los ingredientes requeridos.
Ingredientes del saber:
2.   75 gramos de la estética de Baumgarten, porque es un texto que hace perceptiva la inocencia de un ser humano ante las situaciones que vive, que siendo adversidades, él no las ve así.
3.   50 gramos de la filosofía de Schellig, pues Macario, es una obra que brinda como conocimiento la idea de qué es la vida, qué es lo bueno y lo malo, cuáles son los gustos y los miedos, (…A veces no le tengo tanto miedo al infierno. Pero a veces sí)
4.    80 gramos de la “visión simpática” de las cosas de Casirer, ya que al leerse permite que el lector se compenetre en la historia, pues ésta pareciera algo común de la vida, es decir una verdad objetiva (Casirer).
5.   60 gramos de la tesis de Heidegger, la cual dice que la literatura es la verdad de las verdades (Ethel Krauze), que ésta muestra lo que sucede y se vive; Macario es un texto que permite ver la realidad de una vida y de lo que hay su alrededor.
6.   60 gramos de Whitehead, quien dice que la realidad se está creando y el arte es una realidad consciente; “Macario”  pareciera ser una creación que es parte de una realidad observada y vivida por el autor y al mismo tiempo por el lector, pues éste recrea lo leído.
7.   45 gramos del lenguaje discursivo y símbolos de Langer. La obra de Macario, se enriquece con el uso de descripciones y comparaciones sencillas: Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros, / Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos Por otra parte, muestra símbolos de la vida, como en: Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo que yo hago y ella nunca anda con mentiras (Respeto).
Ingredientes del hacer:
8.   90 gramos de  lenguaje originario de Collingwood, porque a través de esta obra es posible experimentar diversas emociones (es divertido, despierta la piedad en el ser y el horror _ante las cucarachas y alacranes_)
9.   40 gramos de elementos tomados de la realidad de acuerdo a Kant, pues la obra es una creación del hombre mismo.
Ingredientes de Vasos comunicantes:
10.                50 gramos de El arte es una toma de conciencia de la realidad o de la vida. Macario inspira al lector a observar su realidad, qué tiene, cómo vive y de dónde lo obtiene.
11.               50 gramos de Transformar lo percibido en la esfera de la imaginación para crear nuevos mundos. Si bien Macario, retrata parte de la vida real, contiene una dosis de imaginación, de curiosidad y de expectativa por lo que podría continuar.

Receta de Una rosa amarilla de Jorge Luis Borges,
Esta receta requiere un cuidado especial, porque Una rosa amarilla, es un texto que necesita de una lectura minuciosa y un detenido análisis para lograr la cocción correcta.
Iniciar marinando el texto en el origen clásico, con un poco de la idea de Aristóteles, porque la literatura es un conocimiento perfecto para la historia. Jorge Luis Borges hace alusión aquí, a la muerte de un hombre, pero no de cualquier hombre, de un poeta italiano.
A continuación los ingredientes:
1.   Ingredientes del saber.
a)   Espolvoreado completamente de la Estética de Baumgarten, pues de una manera bella nos hace imaginar la muerte de Giambattista Marino, una muerte que aún no ha podido ser, porque a través de su poesía el estará.
b)   70 gramos de la filosofía de Schelling, propugnando por el conocimiento del sentido de la vida, Una rosa amarilla muestra una vida en la víspera de la muerte, y el momento mismo en que comprendió que su legado al mundo era parte de éste.
c)   Un pizca de la visión simpática de Casirer, porque me fue un texto difícil de entrar en él, hubo necesidad de releer varias veces para saber de qué está hablando.
Ingredientes del hacer.
d)   100 gramos de la imaginación creadora de Bachelard, en Una rosa amarilla, se hace una exaltación al poeta y a su obra, así como también se le compara con otros grandes que estaban en espera de ver la iluminación en víspera de la muerte.

CUARTA PREGUNTA: ¿QUÉ ES UNA PALABRA Y QUÉ HACE?

Una Rosa Amarilla

Ni aquella tarde ni la otra murió el ilustre Giambattista Marino, que las bocas unánimes de  la Fama (para usar una imagen que le fue cara) proclamaron el nuevo Homero y el nuevo  Dante, pero el hecho inmóvil y silencioso que entonces ocurrió fue en verdad el último de  su vida. Colmado de años y de gloria, el hombre se moría en un vasto lecho español de  columnas labradas. Nada cuesta imaginar a unos pasos un sereno balcón que mira al  poniente y, más abajo, mármoles y laureles y un jardín que duplica sus graderías en un agua rectangular. Una mujer ha puesto en una copa una rosa amarilla; el hombre murmura los versos inevitables que a él mismo, para hablar con sinceridad, ya lo hastían un poco:

Púrpura del jardín, pompa del prado,
 gema de primavera, ojo de abril...

Entonces ocurrió la revelación. Marino vio la rosa, como Adán pudo verla en el Paraíso, y sintió que ella estaba en su eternidad y no en sus palabras y que podemos mencionar o  aludir pero no expresar y que los altos y soberbios volúmenes que formaban en un ángulo  de la sala una penumbra de oro no eran (como su vanidad soñó) un espejo del mundo, sino una cosa más agregada al mundo.
Esta iluminación alcanzó Marino en la víspera de su muerte, y Homero y Dante acaso la  alcanzaron también.

LA DOS FÁBRICAS PRINCIPALES DE LAS PALABRAS
Palabras seleccionadas:
La fábrica del ser (qué es y cómo es): Giambattista Marino, bocas unánimes, Colmado de años y de gloria, el hombre, sereno, una rosa amarilla, versos inevitables, iluminación, Homero y Dante.

La fábrica del hacer (qué hace y cómo y dónde y cuándo lo hace): aquella tarde, murió, el último de  su vida, mira al  poniente, murmura, hablar con sinceridad, en su eternidad, sus palabras, un espejo del mundo.

En busca de la eternidad.

Giambattista Marino las bocas hace vibrar,
de Homero y Dante al unánimes sus versos cantar,
Él Colmado de años y de gloria,
hombre sereno que decidió con sinceridad hablar;
estaba ante el día último de su vida
y todavía en busca de la verdad.
Mira al poniente…y a una rosa amarilla oye murmurar,
la revelación él logró escuchar:
la verdad está en la eternidad de sus palabras
pues un espejo del mundo serán.


Quinta Pregunta: El Rey, la Reyna y los súbditos.

Carta I
Queridos amigos: Heme aquí transportado de la noche a la mañana a mi escondido valle de Veruela; heme aquí instalado de nuevo en el oscuro rincón del cual salí por un momento para tener el gusto de estrecharos la mano una vez más, fumar un cigarro juntos, marchar un poco y recordar las agradables aunque inquietas horas de mi antigua vida. Cuando se deja una ciudad por otra, particularmente hoy que todos los grandes centros de población se parecen, apenas se percibe el aislamiento en que nos encontramos, antojándosenos al ver la identidad de los edificios, los trajes y las costumbres, que al volver la primera esquina vamos a hallar la casa a que concurríamos, las personas que estimábamos, las gentes a quienes teníamos costumbres de ver y hablar de continuo. En el fondo de este valle, cuya melancólica belleza impresiona profundamente, cuyo eterno silencio agrada y sobrecoge a la vez, diríase, por el contrario, que los montes que lo cierran como un valladar inaccesible nos separan por completo del mundo. Tan notable es el contraste de cuanto se ofrece a nuestros ojos, tan vagos y perdidos quedan al confundirse entre la multitud de nuevas ideas y sensaciones los recuerdos de las cosas más recientes.
Desde mi Celda.
Gustavo Adolfo Bécker.

En el texto Desde mi celda, El Rey y la Reyna tienen el mismo poder, se observan tantos sustantivos y adjetivos como verbos; de tal manera que lo narrado no deja de tener un tono rítmico, gracias a la conjugación y variedad que Bécker hace de los sustantivos con los adjetivos. Además, la Reyna no se queda atrás, está rodeada de sus pajecitos, ya que en cada verbo, los adverbios de lugar, modo o tiempo no se hacen esperar. Me parece que es esta la particularidad del texto: el equilibrio que hay entre el Rey y la Reyna.


Los enigmas
Yo que soy el que ahora está cantando
Seré mañana el misterioso, el muerto,
El morador de un mágico y desierto
Orbe sin antes ni después ni cuándo.
Así afirma la mística. Me creo
Indigno del Infierno o de la Gloria,
Pero nada predigo. Nuestra historia
Cambia como las formas de Proteo.
¿Qué errante laberinto, qué blancura
Ciega de resplandor será mi suerte,
Cuando me entregue el fin de esta aventura
La curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
Ser para siempre; pero no haber sido.
(De «El otro, el mismo»)
Jorge Luis Borges.

En el poema de Borges, el que se impone es el Rey, cada sustantivo es custodiado de uno o más adjetivos. La Reyna participa menos, pero de manera contundente y necesaria para dar realce a los mismos sustantivos, los pajecitos apenas se hacen notar, no obstante, sin ellos el poema no sería igual. La participación activa del Rey es la virtud de Borges.

TEXTO NUEVO  (Silvia Vargas Luviano)
Salí muerto
del errante laberinto,
recordar es el infierno,
vivir, la gloria.
Hablar de lo sucedido es indigno,
ellos ofrecen una idea mágica
diríase mística y sin resplandor,
nuestra historia la saben todos
algunos volvieron, y otros no.

v Traté de utilizar únicamente a la Reyna del primer texto (Verbos) y del segundo, las palabras del Rey (sustantivos y adjetivos), pero no pude lograrlo, tuve que hacer uso de algunos de los pajecitos para darle coherencia a las ideas.

Sexta pregunta: ¿Hay tablas de multiplicar en la escritura?

El “coco” de mis alumnos.
El “coco” ortográfico que utilicé fue la palabra “práctico, practico y practicó”, debido a que, por las actividades que los alumnos realizan, dichas palabras son de uso común de manera oral y escrita (siendo en lo escrito en donde no hay un uso correcto de ellas). Debo mencionar que realicé dos ejercicios con las mismas palabras.
Primer intento:
Tomé como pretexto una actividad antes realizada, les pedí que escribieran tres preguntas que les dicté, cada una tenía una de las palabras: ¿fue práctico hacer una  mini radionovela casera?, ¿practicó cada participante, las voces antes de grabarlas? Y ¿yo practico otras voces?

Conclusiones: de 18 estudiantes, 5 de ellos escribieron de manera incorrecta al menos una de las palabras. Cuando les dije que en sus escritos no decía lo que les había dictado, se sorprendieron y me afirmaron que sí, al mismo tiempo que leían en voz alta lo escrito por ellos; curiosamente al leer, sí lo hacían de manera correcta. Nuevamente les dije: “ahí no dice lo que tú lees”. Algunos de sus compañeros se acercaron y simplemente dijeron: “está incorrecta la posición del acento” o “le falta acento a tu palabra” (No mencionaron regla alguna).

Segundo intento:
Para el segundo intento, tomé de referencia una actividad que los alumnos realizan en las escuelas de práctica.
La indicación fue la siguiente: Elaborar un texto práctico de cómo practico cuando estoy en la escuela secundaria, agregar alguna observación de cómo practicó alguno de mis compañeros.
En el segundo intento ya no hubo errores al escribir la indicación, sin embargo, al desarrollar el texto, algunos alumnos escribieron “prácticar”, “prácticaron”, al preguntar sobre esas palabras, nuevamente las leyeron correctamente sin entender qué era lo que yo les pedía. Les expliqué que el acento es parte de una palabra y que si éste no está presente correctamente, tal palabra no existe. No es una explicación común, pues ellos esperaban que les recordara las reglas ortográficas, así me lo hicieron saber algunos de ellos al término de la clase.

Séptima pregunta: ¿Puedo escribir el texto más bello del mundo?
La literatura y el árbol de la vida.
Silvia Vargas Luviano.
La literatura es cómo el árbol de la vida, compuesto de esferas y senderos que llevan a la creación, las interconexiones que de ella emanan, conducen por  espacios y tiempos alternos, visibles e imaginarios; provocadores de emociones diversas y encontradas, como: amor y odio, alegría y tristeza, alivio y dolor, risa y llanto, entre otras. Con infinidad de vías que unen con la vida, la muerte, lo divino,  lo interno y externo del mundo.

Así es la literatura. Creadora, insinuadora, filosófica, social, romántica, apasionada, habladora, indiscreta, atrevida, a veces irreverente, otras educada, pero siempre reveladora de verdades y sueños.

Tal como el árbol de la vida se afianza a una primera esfera: una Corona, una providencia equilibrante; cada persona, escritor o maestro de literatura se enraíza a un texto diferente; a aquel texto literario que “cimbra”, que “mueve” o “toca” lo más profundo de las emociones; es un plasmidio, en palabras de Ethel Krauze (agosto 20, 2014) “ese texto literario que me ha dado algo… que me  ha dejado un legado en el ADN, que me ha modificado…que me alimenta”, haciendo alusión al ser maestro de literatura. ¿Cuál es mi providencia equilibrante o mi plasmidio? “Un hombre muy viejo con alas enormes”, un cuento del escritor colombiano Gabriel García Márquez. No era el primer libro que leía, pero sí el primero que me “movió”. Pasó a formar parte de mí, me hizo experimentar emociones que me marcaron tanto, que no lo olvido, es un texto bello y cruel al mismo tiempo. Por eso, cuando se habla de literatura no puedo evitar recordarlo, y nuevamente mirar al hombre viejo con alas enormes, maltrecho, viviendo en un gallinero, y al mismo tiempo imaginar su mirada transparente y angelical.

La Sabiduría no puede faltar en el árbol de la vida, es una esfera que en la literatura es la gnosis traducida por Platón y Aristóteles, en dos posturas con un punto en común: permite el conocimiento del mundo, y puntos discordantes: Platón es un detractor de la literatura y Aristóteles un exaltador de la misma. Para Aristóteles la literatura es una imitación de la realidad, la conducta de Pelayo y Elisenda lo muestran, primero al sentir miedo por el viejo con alas, y después pasar de la lástima al desinterés por ese ser. Así como también, deja ver la curiosidad de la gente, el morbo por lo desconocido y el desacuerdo ante lo que contradice las ideas. Para Platón, el mundo verdadero es el mundo de las ideas, entonces, lo que sucede en “Un hombre muy viejo con alas enormes”, sólo es la sombra de la realidad.

La literatura mantiene la inteligencia siempre activa (tercera esfera del árbol de la vida), una esfera, que a través de sus senderos une en el arte a dos elementos fundamentales: un saber y un hacer; dos fábricas principales de la palabra. El saber es la interconexión en el arte, en la obra que define: qué es y cómo es. El hacer, permite la producción del qué hace y cómo, dónde y cuándo lo hace. Toda obra literaria cuenta con productos de estas dos fábricas de palabras, hay teóricos que permiten identificar estos vasos conductores en las mismas, por ejemplo: (del saber) Baumgarten, Schelling, Casirer, Dilthey, Heidegger, Bergson, Maritain, Whitehead, Langer, quiénes miran la literatura como un conocimiento. (Del hacer) Gilson,   Collingwood, Kant, Bachelard, Ingarden, la ven como una obra.

Las ramificaciones del árbol de la vida al igual que en la literatura, orientan a La Grandeza, La fuerza y La Belleza de las palabras (más esferas del árbol de la vida), es como si formaran parte de un castillo imperial, en donde estas virtudes están representadas por el Rey y la Reyna (los sustantivos y adjetivos), las doncellas (adverbios, pronombres y artículos) y pajes (conjunciones y preposiciones); mismos que al deslizarse por corredores y habitaciones van creando las interconexiones correctas que llevan a la producción de textos inesperados, dando lugar a la literaturización. (conjunto de acciones con las que se adquiere la capacidad de leer obras literarias y de escribir textos de carácter literario. Es decir, un paso más en el acceso a la cultura escrita, a la literatura”)[1]. En el cuento de Gabriel García Márquez imperan el Rey y la Reyna, pues hace uso constante de sustantivos y adjetivos que dan fuerza al texto y al mismo tiempo definen su estilo de escritor.
La Victoria de la vida sobre la muerte (séptima esfera), se gana en la literatura con la inmortalización de las obras, sus creadores morirán pero la obra literaria permanecerá; así, sigo leyendo a grandes que un día quisieron escribir de su propia muerte, así lo expresa el propio García Márquez en No se preocupe; tenga miedo:  Yo, por mi parte, me conformé con admitir que el sentimiento más nítido que me suscita la idea de mi muerte no es tanto de miedo como de rabia por su tremenda injusticia. Peor aún en un escritor que vive de contar sus experiencias, y que, sin embargo, tiene que vivir resignado al desastre final de no poder contar la más importante y dramática de todas: la experiencia de la muerte[2].

Finalmente, las bifurcaciones del árbol de la vida, se convierten en vasos comunicantes que llevan a la Eternidad del Ser y al Fundamento, es decir a la Generación o piedra angular (octava y novena esferas), definiendo éstos al arte, como una toma de conciencia de la realidad o de la vida, una oportunidad de practicar la escritura y lograr la libertad para encontrar el Reyno propio (décima esfera), la creación personal.


La experiencia:
Escribir este texto ha sido todo un reto, sobre todo porque fue difícil el pensar, el hacer y el creerme que el texto fuera el más bello, pero… el más bello para mí. Repasé por varios días una idea, pero ésta no daba frutos al momento de sentarme a escribir. Veía que tenía muchas cosas que articular para tomarlas en cuenta en el texto y ése era mi principal problema: quería escribir todo lo que vimos en el curso, escribirlo de una manera diferente y entendible. Finalmente agobiada por la presión del tiempo que se consumía, decidí darle ilación a las ideas, algunas surgieron dócilmente, otras de manera atropellada, así hasta terminar.
Envié por correo el texto a algunos compañeros de trabajo para que le dieran lectura e hicieran comentarios al mismo. Considero aquí, algunas de sus respuestas:
Rafael (Maestro de literatura):
Tuve que leer el texto tres veces. No sé para qué tipo de lectores esté pensado. No me parece un texto fácil de entender. Requiere cierta formación literaria. Sin embargo, es un texto que reta al lector a hurgar en sus conocimientos sobre literatura. Algunas ideas y analogías que se expresan sobre la literatura son interesantes. Creo también que puede corregirse la puntuación en algunos párrafos para darle mejor fluidez.
Pedro (Maestro de historia):
Hola: me parece un texto muy bien elaborado, hay saber, emoción y sentido. Yo recomendaría únicamente mencionar todas las esferas juntas para después presentarlas como lo haces. Felicidades.
Ariadna (Maestra de español)
¡Bien!, sólo algo, para mi gusto personal en todo el eclecticismo que maneja el texto no encuentro cabida para enumerar las esferas. Me gusta.
Nidia (Maestra de español)
Me llevé una gran sorpresa por el estilo en que escribió este texto. Desde el inicio me atrapó el título, por la analogía que hace de la literatura con el árbol de la vida. Estoy de acuerdo en que la literatura provoca y mueve sentimiento y quien escribe busca trascender con su texto.
También considero muy importante que todo maestro de literatura debe despertar la pasión de cada alumno por leer y producir literatura, como lo refiere en su texto cuando habla de modificar su ADN. Por último, tomo el concepto de literaturización para unirlo al de culturización, para complementar lo que usted menciona y afirmar que son dos conceptos que deben formar parte de la esencia  (ADN) de todos los docentes, sean de español, en particular de literatura o de cualquier asignatura.
Opinión personal: Como puede leerse, algunos comentarios se detuvieron en la estructura de mi texto y no en el contenido. Para otros, fue interesante porque se identifican con la literatura. Para mí es el texto más bello que he creado.
Nota: A pesar de las observaciones, por el momento, no hice cambio alguno al texto.

Octava Pregunta: ¿QUÉ NECESITO SACAR DE MI CANASTA?
Después de hacer una introspección acerca de las actividades que realizo como maestra de literatura, decidí que era primordial deshacerme de varios utensilios, unos estaban ahí (en mi canasta), arraigados por la formación y la costumbre, y otros  “casi obligados” por los programas:
MAQUINARIA DESCONTINUADA.
Dos lecturas de mi programa de literatura: la primera “teatro y espectáculo (semiología del discurso dramático)” y la segunda “biblioteca escolar y centro de documentación”.
Las saco de mi canasta porque son maquinaria descontinuada y por lo tanto sin utilidad.
La primera sólo presenta conceptos técnicos del discurso de los actores de teatro, esto no resulta interesante para los estudiantes y lo más importante no les permite apreciar la literatura a través de las representaciones teatrales.
La segunda, define la organización de una biblioteca resaltando la ubicación de los libros que pueden ser de interés para los niños y los jóvenes. Inicié parte de la sustitución de esta lectura por la asistencia a la pasada Feria Internacional del Libro (FIL) en la ciudad de México.
FIERROS OXIDADOS E INOPERANTES.
Un fierro oxidado es la revisión ortográfica de los textos. Al solicitarles un texto, revisaba y corregía, recordándoles la regla ortográfica. Ahora me doy cuenta de que es una actividad oxidada e inoperante que obstaculiza la creatividad de los estudiantes.
CACHARROS CONTAMINANTES.
Desecho una dinámica contraproducente  y contaminante, que es la de elaborar un texto al mismo tiempo que los alumnos.
En cierta ocasión, después de una actividad previa, les pedí a los estudiantes que elaboraran un texto, al mismo tiempo yo elaboré el mío. Lo contraproducente fue que, a mi juicio, había textos mejores que el mío. Algunos alumnos también se dieron cuenta de ello, y sus comentarios no fueron muy halagadores. Ahora que hago la introspección de esta situación, llego a la conclusión con la respuesta de la séptima pregunta: “Si no puedes escribir el texto más bello de este mundo, no lo exijas”
¡Voy a escribir el texto más bello, primero Yo! Y después guiaré a mis estudiantes hacia la creación del suyo.
Novena Pregunta: ¿Qué es lo indispensable para mi canasta?

1.   La lista de lo que metería:

ü Mi plasmidio: “Un señor muy viejo con alas enormes” de Gabriel García Márquez. Lo meto a mi canasta porque un maestro de literatura no puede enseñarla sin amarla, con esto quiero decir que debemos de tener algo que nos motive a ello y ese algo puede ser un cuento, un poema, una novela o cualquier  texto literario que nos despierta ese amor por la literatura. Además, de que llevar mi plasmidio no sólo tiene la intención de mantener la flama de pasión por la literatura, sino también de que sirva de ejemplo para descubrir cuál es el plasmidio de los alumnos.
ü Las fábricas de las palabras: El ser y el hacer de las palabras. Porque son la parte gramatical de la literatura, que permiten un análisis interesante, fácil y al  mismo tiempo estimulador para la  creación literaria.
ü Una mirada diferente de ver y enseñar la ortografía. Ésta la integro porque “cada palabra es una unidad de doble cara, (concepto y grafía)” (Ethel Krauze), concepto más razonable, que puedo retomar en lugar de “tachar” o sancionar aquellas palabras mal escritas. Es una enseñanza nueva para mí, por lo que la estoy practicando cada vez que hay oportunidad.
ü El contenido nutricional de la canasta básica del profesor: Incorporo la teoría que me permite identificar a la literatura como un espacio de saber y como un espacio de hacer. Así pretendo que las dos posturas enriquezcan mi saber para que yo logre la enseñanza de la creación literaria, por ello, aunque no estoy de acuerdo con todos los autores considero que deben ser parte de mi conocimiento. Principalmente quiero apoyarme de Baumgarten, Heidegger, Collingwood y de los vasos concomitantes: El arte es una toma de conciencia de la realidad o de la vida y Es el terreno de la amplificación de la conciencia y un campo de entrenamiento de la libertad.
ü Los mandamientos de la compañera Patricia. Si ella lo permite, los tomo porque me identifiqué con algunos de ellos y además son cosas que un maestro debe de tener presente antes de entrar al aula, me gustaría compartirlos con aquellos estudiantes que van a ser futuros maestros de la asignatura de español.
ü La afirmación: ¡Puedo escribir el texto más bello del mundo!: Para exigirlo, tengo que escribirlo, me parece que es lo justo. Además de que esta afirmación es la seguridad de los estudiantes y mía de que todos podemos escribir un texto bello si así nos lo proponemos.

2.   Mi primera clase:
La descripción de mi primera sesión es ésta:
*    Llegaré muy feliz de estar en el grupo que me asignen,  les diré que nos presentaremos. Para eso, leeremos dos textos: uno es Autorretrato de Gabriela Mistral y otro Autorretrato de Pablo Neruda.
*    Los estudiantes leerán cada uno de los Autorretratos y les pediré que ellos tomen como ejemplo esos textos para escribir su autorretrato.
*    Se compartirán todos los textos, con la finalidad de presentarnos y al mismo tiempo conocer un poco más de los estudiantes.
*    Para finalizar, realizaré una pequeña plenaria para comentar la actividad y sus expectativas del curso.

3.   Materiales bibliográficos:
a)   Textos literarios:
 Cuento de Julio Cortázar (Casa tomada)
Cuentos de Gabriel García Márquez (Un señor muy viejo con alas enormes, ladrón de sábado)
b)   Soporte teórico: El próximo semestre tiene como contenido central: La interpretación de los textos literarios, por lo que pienso retomar elementos y actividades que la Dra. Ethel Krauze nos compartió en el curso pasado: Criterios críticos para juzgar un texto, en específico “Análisis y crítica literaria, Métodos, instrumentos y técnicas” y “la crítica literaria, hoy”.






[1] Ethel Krauze. “Literaturizar…para educar”, en revista de Ciencias y Humanidades Temoachan.
[2] Gabriel García Márquez, “No se preocupe: tenga miedo” en El País. Artículo de opinión. 3 de agosto 1983.

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