Mario Hernández
NOVENA PREGUNTA Y PROPUESTA FINAL
1.- ¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS INDISPENSABLES PARA LA
CANASTA?
La canasta básica para el profesor de
literatura, resultó una experiencia enriquecedora. Ese encuentro con la
palabra, fue el reencuentro con el verdadero lenguaje, con esa palabra por cuyo
uso cotidiano en ocasiones se diluye su sentido y su magia o por el mismo uso
inconsciente se olvida que es una forma de asir la realidad cambiante y que
después al volverla a su forma corpórea mediante una lectura plana no se le
reconstruya como debiera.
Por ello, en ese afán de recreación del mundo
con las palabras bellas, se deben considerar los siguientes elementos que se
abordaron a lo largo de este seminario denominado: “La canasta básica del profesor de literatura”. Y cuyo uso es
indispensable:
1. La experiencia de empezar por mi propio plasmidio
2. ¿Qué es una palabra y qué hace?
3. La idea de escribir siempre el texto más bello del mundo?
4. Aquellos elementos que es necesario sacar de la canasta
Los plasmidios, es claro que, constituyen el
punto de inicio de la actividad literaria vinculada a la docencia, de ese
compartir la afición o gusto dependerá la continuación agradable o torturante
durante el resto del curso.
Como la materia prima de esta actividad, es
siempre la palabra, resulta importante el conocimiento profundo de lo que son,
así como su forma de empleo. Por tal razón, en su diario encuentro conviene,
necesariamente, saber el arte de su combinación en aras de la construcción y
recreación de textos literarios siempre gratos, lo cual nos lleva a la
consideración del siguiente elemento.
En el trabajo constante con las palabras y
los textos literarios, deberá tenerse en cuenta la idea siempre generadora de
producir el texto más bello de nuestro mundo. Tal pretensión motiva a la
propuesta permanente de elaboración de textos agradables para quien se acerque
a su lectura y participe del quehacer de la palabra hablada y escrita vinculada
al goce estético.
Finalmente, para que lo anterior surta el
efecto deseado, es necesaria la eliminación del “ruido”. En ese aspecto, las
ideas y recursos que no contribuyan al logro de los propósitos señalados en el
inicio de este escrito, deberán desecharse. Lo anterior, con la finalidad de no
provocar más tropiezos en la búsqueda y construcción de los textos cuya
finalidad sea el deleite y convivencia con la belleza que producen la literatura.
2.-
¿CÓMO PRETENDO SEA MI PRIMERA CLASE? (SEMESTRE PRÓXIMO)
El intento de describir mi primera clase para
el próximo semestre, me pone de cara a una situación de reto conmigo mismo. El hecho
de haber realizado un recorrido por “el mercado” para surtir una canasta básica
para el profesor de literatura, implica un cuestionamiento interno respecto de
que algo debe cambiar en la forma de proponer esta actividad a los alumnos.
Tal compromiso, no es sólo una cuestión de
enunciarse, tampoco, un propósito como los de año nuevo, que después de
enlistarse se diluyen con el transcurrir de los días de enero. Ante esa
disyuntiva es necesario por tanto afianzar los detalles pequeños, esos que si
pueden lograrse y que pueden, por tanto, constituir la diferencia.
Esa diferencia radica en la propuesta de
compartir con quienes integran el grupo, la idea de que la literatura, no es
una asignatura programática más. Alimentar entonces el pensamiento de que dicha
actividad es una búsqueda constante y grata, un encuentro con quienes han
visualizado que las palabras y su uso no se limitan en el sólo uso instrumental
indispensable para la vida en sociedad.
El uso cotidiano de las palabras, debe hacerse
notar al grupo, es posible también en el decir y en la participación colectiva
de textos cuya finalidad no sea sólo el inventariado de autores y obras, u obediencia
ciega a unas reglas gramaticales que por reducción al absurdo terminan repudiándose
en el ambiente escolar y fuera de él.
A partir de la idea de que se está ya frente
a los alumnos, se propone iniciar con la experiencia de mi propio plasmidio,
ese pase mágico que llevó al conocimiento de la literatura, imprimir en cada
frase esa emoción que así como me transportó al mundo de la palabra hermosa,
sea susceptible de involucrar a los alumnos en la misma sintonía literaria.
“La madeja”, entonces deberá empezar a desenredarse
a partir de cambiar la expresión lean
por la de vamos a compartir esta lectura.
Compromiso que involucra el papel del profesor como un elemento más del grupo
con la responsabilidad de ir un paso adelante para la búsqueda y selección de
los materiales pertinentes capaces de mantener de manera permanente la atención
del grupo.
3.-
ELECCIÓN DE DOS MATERIALES CON LOS CUALES SE PIENSA TRABAJAR EN EL GRUPO Y LA
FORMA DE HACERLO
El material seleccionado para trabajar en el
grupo, el próximo semestre es un aporte de Juan José Arreola[1], contenido en su libro
Confabulario, denominado: “Carta a un zapatero que compuso mal unos zapatos”. De
este texto breve, se pretende trabajar el tema de la descripción.
Este recurso literario, es definido por
Adriana de Teresa Ochoa y Romeo Tello[2] como:
Una estrategia
discursiva que sirve para la presentación de personajes de ficción, objetos,
animales, épocas, conceptos, procesos, hechos, personas, etc. La descripción
puede proporcionar información sobre la personalidad y rasgos de carácter de
una persona o personaje, atendiendo únicamente a su aspecto físico, o bien
combinarlos, asimismo puede referirse a lugares reales o imaginarios, a una
época determinada, fenómenos naturales, paisajes, animales u objetos.
El objetivo de la
descripción es lograr que el receptor de dicha información pueda reconstruir la
imagen o las características de la persona u objetos descritos (p.118).
Con base en la cita, se pretende que mediante
el proceso de compartir la lectura en voz alta de Arreola, los alumnos sean capaces
de reconstruir el escenario descrito por el autor, sin embargo, dicha acción no
debe quedar en un cumplido tradicional, sino en una devolución a la lectura de
su verdadero sentido, capaz de despertar la emoción que puede despertarse al
escuchar gradualmente la parcela de la realidad que tan vívidamente describe su
autor.
Se propone como punto de partida para tal
efecto, una serie de comentarios generales del grupo, tales comentarios,
deberán estar relacionados con algunos oficios que ya no son tan comunes por la
acción misma de la modernidad. Contextualizarlos en la época en la cual era más
común la reparación de calzado es un buen pretexto para inducirlos a la lectura
del escrito. Dicha lectura invariablemente estará a cargo del profesor, el cual
deberá imprimir en la misma toda la emoción de la cual sea capaz para
involucrar a los alumnos en la reconstrucción de esa realidad que con humor
ácido plantea Arreola.
Al concluir se considera conveniente plantear
al grupo unas breves reflexiones sobre
el tema de la lectura y sobre esa base proponer la elaboración de una
descripción en la que se aborde una anécdota personal o bien un tema relacionado,
cuya sencillez en ocasiones parezca tan
obvia que no se toma en cuenta, pero, del cual puedan obtenerse resultados
inesperados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario