UN CABALLERO EN EL CAMIÓN.
Graciela Zamora
En el libro de cuentos Confabulario de Juan José Arreola
(1918-2001), editado en 1952, aparece el relato Una reputación. El texto es una moderna aventura de
caballería que acontece en un autobús citadino narrado con un lenguaje
coloquial. El personaje protagónico por un rasgo involuntario de ceder el asiento a una mujer, empieza a
construir, en ese viaje trasatlántico, el prestigio de ser un caballero.
Conforme avanza la historia, el héroe intenta regresar a su descortesía usual
pero su incipiente reputación de caballero ganada entre algunos pasajeros lo
desanima a retroceder.
Arreola crea un héroe cuyo heroísmo
germina no por un esfuerzo de intención abnegado para favorecer al prójimo,
sino por un interés motivado en mantener la reputación recién estrenada de hombre cortés. La
disparidad de realidades entre el exceso emotivo del caballero trastocado y su
atmósfera delirante, y la realidad cotidiana en el camión de pasajeros, alterada
por el caballero con tizona imaginaria en el costado, llenan de humor este
pequeño cuento y le otorgan un encanto lúdico al contraponer esas dos
realidades. De ahí que la aventura
del héroe dibuje la risa. “El chofer ¡santo Dios! acercaba el vehículo junto a
la acera, lo detenía completamente y esperaba a que las damas pusieran sus dos
pies en tierra firme.
Una reputación es
también un lúdico y sutil toque en la antropología cultural del mito del caballero.
La tizona imaginaria que le
gustaría portar al protagonista del relato nos transporta al medioevo. A la
leyenda del Cid Campeador; personaje histórico y figura literaria del caballero
sin batalla perdida.
Al igual que el Cid, el
protagonista libra su batalla con la asamblea de pasajeros quien finalmente lo
consagra con la reputación de caballero. La mirada y la palabra de los otros en
la construcción de una reputación.
!Espléndida conclusión! Comparar al Cid campeador, sus batallas emprendidas por el honor, con el caballero del autobús, nos indica que no hay héroe sin honor y para ser héroe hay que luchar con honor.
ResponderEliminar