viernes, 21 de febrero de 2014

1a. prueba de fuego... Amado Ocampo Bahena

1a. prueba de fuego... Amado Ocampo Bahena
Lluvia de ideas:
1. Reconocimiento personal
2. Encuentro con el otro
4. El otro como experiencia  de un ángel anunciador
5. Un gesto solidario engendra una actitud agradecida.
6. El otro como experiencia de un ángel sin alas-actitud negativa
7. Actitud de bondad aparente
8. Asombro de un extremo agradecimiento.
9. Admiración pública-respeto social.conversión personal-honestidad comprometida.
10. Frente a los celos sociales-aprobación solidaria,
11. Caridad social en la sencillez de la vida. 
12. Ideales nobles: compromiso social, defensa de los débiles.
13. Experiencia del drama humano: un hombre bueno, sufre con los otros y por los otros.
14. Agobiante carga.
15. Una teodramática de salvación: la casa como tierra prometida. 
16. Responsabilidad nacida por la confianza que han puesto en tí los otros: débiles.
17. Profetismo real: coherencia de vida-ideales nobles puestos en práctica. 
18. Reflexión interior: atreverse a la aventura de ser un bien para los otros.
19. Soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas no me salvo yo.
20. Experiencia de salvación engendra un beso agradecido. 
21. La transformación social motivada por la entrega generosa de un ser humano.
22. La suerte del profeta en su terruño: sin aplauso, sin reconocimiento social.
23. El profeta, al fin, es símbolo de esperanza para otros y aquí encuentra su dicha. 

b. Ordenar por jerarquía.

Al seguir el texto, en realidad, para mi gusto, esta es una experiencia humana que manifiesta el proceso complejo, sin orden fijo, de conversión personal hacia un verdadero humanismo y compromiso por el otro. Sin embargo, expongo una jerarquía lógica-ética:

1. Encuentro con el otro.
2. Reconocimiento personal. 
4. El otro como experiencia  de un ángel anunciador
5. El otro como experiencia de un ángel sin alas-actitud negativa
6. Un gesto solidario engendra una actitud agradecida.
7. Actitud de bondad aparente
8.  Asombro de un extremo agradecimiento.
9. Ideales nobles: compromiso social, defensa de los débiles.
10. Caridad social en la sencillez de la vida. 
11. Admiración pública-respeto social.conversión personal-honestidad comprometida.
12. Frente a los celos sociales-aprobación solidaria,
13. La transformación social motivada por la entrega generosa de un ser humano.
14. Agobiante carga.
15. Experiencia del drama humano: un hombre bueno, sufre con los otros y por los otros.
16. Una teodramática de salvación: la casa como tierra prometida. 
17. Responsabilidad nacida por la confianza que han puesto en tí los otros: débiles.
18. Profetismo real: coherencia de vida-ideales nobles puestos en práctica. 
19. Reflexión interior: atreverse a la aventura de ser un bien para los otros.
20. Soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas no me salvo yo.
21. Experiencia de salvación engendra un beso agradecido. 
22.  La suerte del profeta en su terruño: sin aplauso, sin reconocimiento social.
23.  El profeta, al fin, es símbolo de esperanza para otros y aquí encuentra su dicha. 

c. Conclusión.

El presente texto describe una experiencia humana que manifiesta el proceso complejo, sin orden fijo, a veces espontáneo, pero racional, de conversión personal hacia un verdadero humanismo y compromiso por el otro. Es decir, en el encuentro constante con el otro, siempre existe un reconocimiento personal, pues se manifiesta como un espejo y como el puente o espacio privilegiado para practicar el bien. Pueden ser dos caminos de experiencia. Por un lado, el otro se presenta como experiencia  de un ángel anunciador, con el que será muy fácil obrar un gesto solidario y que a su vez,  engendrará una actitud agradecida. En cambio, en la experiencia con el otro como manifestación de un ángel sin alas, con vicios o errores públicos, el obrar el bien, es muy complicado, y si se hace, se da con una actitud de bondad aparente. Sin embargo, se caen nuestros prejuicios, cuando dicha persona de apariencia negativa, se expresa con extremo agradecimiento. Esta la belleza de la complejidad humana, indescriptible en muchas ocasiones, que provoca asombro al admirarse. 
Pero ante todo, la vocación del hombre en este mundo, es un descubrimiento paso a paso, es un reconocimiento de un llamado a ser: humano de verdad. De modo, que los ideales nobles: compromiso social, defensa de los débiles, son expresión de la caridad social  encontrada en la sencillez de la vida. Cuando se obra según esta vocación, surge la admiración pública, el respeto social, una constante conversión personal y a su vez, la honestidad comprometida. En otras palabras, la vivencia auténtica de lo humano. Puede ser también que existan los celos sociales, por parte de aquellos que aún no deciden vivir dicha vocación. Y  esto causa en el esforzado, agobiante carga.  Pero el único sostén será la aprobación solidaria y la experiencia de hacer el bien a otros.
En fin, las presentes líneas manifiestan, como la transformación social es motivada por la entrega generosa de un ser humano. Es una travesía del drama humano: un hombre bueno, sufre con los otros y por los otros, como muchos profetas del ayer y del hoy. Es una teodramática de salvación: la casa como tierra prometida, pero no para él solo, sino para todos y en toda circunstancia. El profeta verdadero experimenta una responsabilidad nacida por la confianza que han puesto en él, los otros: los débiles. Dicha experiencia de salvación engendra por parte de los débiles, un beso agradecido.  Esto,le  exige una coherencia de vida, de ideales nobles puestos en práctica; también una constante reflexión interior: atreverse a la aventura de ser un bien para los otros. Y se dice a sí mismo: Soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas, no me salvo yo. Sin embargo, la suerte del profeta en su terruño es sin aplauso, sin reconocimiento social por parte de los suyos. Pero el profeta, al fin, es símbolo de esperanza de humanidad para otros y aquí encuentra su dicha.  












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