lunes, 24 de febrero de 2014

2a. Prueba de fuego. Amado Ocampo Bahena


2ª.Prueba de fuego-Amado Ocampo Bahena 

Conociendo las huellas de un amante creador de letras con vida… 

     Crear, inventar, arriesgarse a dar, proponer, alegrar y alegarse con las letras, son talentos que caracterizan a los grandes escritores. Uno de ellos, Juan José Arreola (1918-2001), escritor mexicano del s. XX. Las principales influencias de su pensamiento y obra literaria, son: Giovanni Papini y Marcel Schwob, desde su adolescencia y posterior formación. Sin embrago, es indiscutible su encuentro con las mayores figuras literarias de la América hispánica, desde Alfonso Reyes, que apoyó a Arreola en sus inicios como escritor; Jorge Luis Borges, quien saludó su obra como fruto de la libertad de ilimitada imaginación, regida por una lúcida inteligencia. Heredero de Julio Torri, y compañero de viaje de Monterroso, Juan Rulfo, Borges. Octavio Paz,  comenta sobre uno de sus libros posteriores: “Los pequeños textos de Bestiario son perfectos. Después de decir eso, ¿qué podemos agregar? No se puede añadir nada a la perfección”[1].
     La obra de Arreola se caracteriza por una inteligencia profunda y lúdica. Juega con los conceptos, con las situaciones, utiliza símbolos, parodia. Ama los textos breves y significativos. Su prosa es de estilo clásico. Arreola cultiva el cuento, los palíndromas, la crónica, la epístola, el poema en prosa, la novela, el diario y la pieza de teatro. Es un fundador y refundador de géneros. Pero es la maestría en la escritura del cuento lo que hace de Arreola un paradigma necesario para quien incursiona en la narrativa. En Arreola el cuento es una vía, entre otras, para representar la mismidad humana, con sus miserias y sus desesperanzas.

    Otra de las características de su obra es el formalismo, que caracteriza su espíritu ecléctico en el que se combinan desde las formas de la antigüedad clásica hasta el uso abierto y espontáneo del dialecto mexicano; sucesos, personajes y periodos históricos que son pretexto para el uso de una variedad de estilos. En cuanto al fondo, encontramos la angustia existencialista junto a la burla de la erudición, la ciencia y los adelantos de la vida moderna, el desprecio a la excesiva comercialización del mundo, el uso de la alegoría para describir los defectos del hombre y de sus instituciones, el misterio que subyace a las relaciones entre el hombre y la mujer, entre otros.
     Sus obras más importantes son: Varia invención (1949), Confabulario (1952), La feria (1963),siendo ésta su única novela;  Bestiario (1972), entre otras.  Con la aparición de Confabulario, Arreola se levanta como una de las figuras más importantes de la narrativa hispanoamericana. Entre los relatos breves del Confabulario, se encuentra “Una reputación”.
  • Aquí se demuestra el ingenio de Arreola en su capacidad para adaptar su estilo a cualquier tema, circunstancia humana, social, periodo histórico. En el presente relato, Arreola acerca al lector a contemplar una realidad social, cotidiana, muy sencilla, a veces desapercibida: la cortesía en el autobús.
  • Sugiere con estética del lenguaje, metafórico, crítico, realista, como el progreso técnico, no ha crecido a la par de lo verdaderamente humano. Así se apunta también, la relación entre la dimensión ética y lógica de la vida humana en su cotidianidad,  inmersa en el mundo moderno.
  • La narración está presentada en primera persona, es decir, quien escribe es uno de los personajes, sino es que el principal.  Esto denota una ambigüedad creada a propósito por el narrador o testigo, abriendo así el relato a la subjetividad y a la posibilidad de otros puntos de vista.
  • El lenguaje figurado se presenta en los siguientes ejemplos: ángel con alas, ángel sin alas, la casa como tierra prometida, coraza agobiante, responsabilidad que oprime, heroísmo sin empleo, etc.
  • La prosa elegida es siempre clara y adaptada al tema cotidiano; el estilo alegórico da por resultado un texto extremadamente breve, pero significativo, donde la trama desaparece y la construcción del símbolo gobierna la estructura del relato: ser caballeroso, no es solo un simple acto varonil, conlleva una reputación, como símbolo de la nobleza humana en lo más sencillo.

      Conclusión.
     Como filósofo y teólogo, comprendo a que estamos ante un escritor mexicano, que en su virtuosismo literario aporta y nos transporta hacia el viaje, vertical y horizontal de un misticismo en lo sencillo de la vida humana.  Muchos de sus cuentos parecen ensayos, y este es su propósito, pero en ellos siempre hay un sutil rasgo dramático que los mantiene dentro del género. Otro rasgo de su estilo es un humorismo muy personal que, aunque tiene sus antecedentes en la literatura realista, dibuja una caricatura acorde con la perspectiva existencialista del escritor: al burlarse de los defectos humanos. Arreola, contempla la vida con un cinismo templado por el estoicismo. Su actitud fundamental es burlarse de los defectos humanos, sin el genio mordaz de un Voltaire ni con la desilusión total de un Sartre, sino con compasión y una misión humanizante, de algo que pueda producir en los lectores novedad, frescura, ánimo, capacidad de pensar, de interiorizar sus actitudes.

       Bibliografía:
       ARREOLA, Juan José, Confabulario, México: Joaquín Mortiz, 1999.
      ARREOLA, Orso, El último juglar. Memorias de Juan José Arreola, Diana, México, 1998, pp. 286-    287
      PAZ, Octavio, “Corazón de León y Saladino: Jaime Sabines y Juan José Arreola”, en: Obras completas,    Tomo  4: Generaciones y semblanzas. Dominio mexicano, FCE, México, 1994, p. 297.
     POOT, Herrera, Sara, Un giro en espiral. El proyecto literario de Juan José  Arreola, Guadalajara:  Editorial Universidad de Guadalajara, 1992.




[1] PAZ, Octavio, “Corazón de León y Saladino: Jaime Sabines y Juan José Arreola”, en: Obras completas,  Tomo  4: Generaciones y semblanzas. Dominio mexicano, FCE, México, 1994, p. 297.

No hay comentarios:

Publicar un comentario