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miércoles, 26 de febrero de 2014
El ejemplo: tercera prueba de fuego:
Conectar teoría para desembocar en juicio/didáctico:
- ¿Cuál o cuáles enfoques voy a utilizar y por qué?
- ¿Qué es un juicio didáctico?
- Aplicación
Un texto libre (estudiante/16 años)
Cuando las luces se apagan y el sol baja, sucede lo inevitable y lo natural desde tiempos inmemorables; la caída de la noche. Un lado del mundo se apaga por unas horas y todo duerme, todo está en silencio. Pasan muchas noches tranquilas, enmarcadas por el murmullo de los grillos, del agua, y de uno que otro solitario pájaro nocturno. Es el momento en que el melancólico búho se posa en la rama de un viejo árbol que acompaña a sus demás compañeros en el corazón del bosque. Ahora todo es silencio, hasta que alguien se levanta y sale hacia la oscuridad, tranquila como nadie más.
–Definitivamente no dormiré hoy. –murmura Krista para sí misma, al tiempo que sale cubriéndose del frío únicamente con su corazón. Salió al encuentro de la luna, y al ver que mientras más caminaba, ésta parecía cada vez más reacia a responderle, supo que era el momento de dialogar con un intermediario entre ella y la sabia luna; el bosque. Caminó por una calle solitaria que parecía eterna, hasta llegar a la entrada de la arboleda. Una vez ahí, comenzó a relatar su historia a los árboles, al cielo, y a todos los demás presentes en aquel conjunto rodeado de oscuridad. Todos escuchaban atentamente. Se escuchó un ligero aleteo, cada vez más cerca de la chica de cabellos negros como el ébano, quién imploraba el calor de la melodía reconfortante del espeso verdor que la rodeaba.
El búho tomó un lugar en el hombro de Krista con la gracia y el misterio propio de éstas aves. –Puedes abandonar la angustia que te hace sentir tan fría –el ave comenzó. –La luna me ha dicho que éste no es el fin, más lo contemplas de esa forma porque nunca confiaste en lo que tu otro yo tenía que decirte. Lo preciso es decir que lo que tanto ansías siempre ha estado ahí y siempre estará contigo. Tu eterna hermana, el alma, te dijo una vez las mismas palabras que ahora yo te digo, pero no te dignaste a hacer caso, hasta ahora, que te lo digo yo, el espíritu de la noche. –¡Oh, fiel amante de la luna! Mi poca fe ha sido la causante de todos mis problemas, y la noche ha sabido darme las respuestas que el día jamas podría haberme dado. Y eso es porque la oscuridad de la noche otorga la serenidad y la oportunidad de reflexión que la luz del día no puede brindar.
Tercera prueba de fuego: teoría y aplicación didáctica
Breve historia del enfoque crítico:
- Descriptivo (Aristóteles): características de la obra
- Normativo: reglas y tradiciones
- Histórico: corrientes literarias
- Contextual (elementos biográficos, psicológicos, sociales, culturales, etc.)
- Formal/Estructural: análisis de texto
- Receptivos: situado en el lector/sociedad
- Genéticos: situado en el proceso de construcción del texto
Dos dimensiones:
- Dentro del texto (descriptivo, formal/estructural)
- Fuera del texto (normativo, histórico, contextual, receptivo, genético)
Tres figuras:
- Autor (emisor)
- Texto/obra literaria (producto/artefacto)
- Lector/sociedad (receptor individual/colectivo
Una creación/cocreación:
- El juicio estético
SEGUNDA PRUEBA DE FUEGO
SEGUNDA PRUEBA DE FUEGO (DE CABALLERO A HÉROE)
Juan José Arreola Zúñiga,
nacido en Zapotlán el grande, hoy, ciudad Guzmán, Jalisco; el 21 de septiembre
de 1918, fue un escritor, académico y editor mexicano.
En su libro Confabulario,
sacado a la luz en 1952 y compuesto por una serie de cuentos cortos, aparece un
cuento muy interesante: La reputación.
Este cuento relata sobre la
experiencia de un hombre en el autobús, trata sobre la reputación que le da a
un hombre ante las mujeres comportarse como todo un caballero, así mismo, sobre
el descontento que siembra en los demás varones y sobre todo, muestra como el
propio personaje se siente obligado para mantenerla.
El tema que trata el cuento es muy sencillo, pero Arreola
logra hacerlo interesante debido a la manera en que lo plantea, pues disfraza
una crítica social con un lenguaje claro y ameno que describe una experiencia
cotidiana, una situación tan común que aborda ciertos aspectos que conforman
nuestro comportamiento social.
En el cuento, se logra encontrar esas metáforas,
comparaciones, e ironía que lo vuelven un tanto chusco, así mismo, el manejo de
estereotipos que de alguna manera se vuelven comprometedores en nuestra vida
diaria.
Este cuento es un relato que vale la pena leer, ya que
nos permite analizar nuestro comportamiento no sólo con los desconocidos (como
le ocurrió al personaje principal), pues éste, se basa mucho en lo que creemos
que pueden llegar a pensar de nosotros (el qué dirán). Atrapa desde el
principio hasta el final, tanto así, que hasta al más exigente lector degustará
de él y cumplirá con sus expectativas.
martes, 25 de febrero de 2014
"Segunda prueba de fuego"
Leer a Juan José
Arreola es una experiencia
maravillosa, ya que se considera
como un clásico de la literatura mexicana del siglo XX, debido a su gran talento; ganador de Premios
de la literatura en Jalisco, Premio Nacional de Letras y
Premio de Juan Rulfo de la Literatura Latinoamericana.
Fue
alumno del gran literato Jorge Luis
Bogues y Octavio Paz fueron parte de su formación como escritor de cuentos y obras de teatro, tuvo un sin fin
de ocupaciones desde: vendedor ambulante
hasta traductor, es impresionante su talento y no dejo
de sorprenderme como una persona que
sólo hizo la primaria puede deleitar a un lector con tanta sabiduría y
tantos conocimientos, pero sobre todo, con tanta gracia para crear historias
amenas y agradables, es sin duda una artesano de la literatura,
En
su cuento “reputación” refleja la
cotidianidad del la cultura mexicana,
donde nos describe y nos narra un mundo contemporáneo y el comportamiento de
los humanos, con un toque de simpatía e
ironía y la critica que hace sobre
los pequeños aspectos de la vida (viaje en transporte público) y de las
cuales se puedan hacer reflexiones
profundas sobre ellas.
En
este caso el personaje principal del cuento
es un hombre que le preocupa lo que
otros piensan de él, debido a su
actitud negativa hacia la cortesía, pero conforme pasan los hechos el
protagonista de la historia cambia
radicalmente su actitud y su comportamiento. Dentro del texto implica también las
tradiciones y costumbres de la sociedad,
la cual ha marcado normas establecidas sobre el comportamiento dentro y fuera
de la casa (diversos contextos y situaciones).
Asimismo
nos encontramos con un vocabulario sencillo y fácil de comprender, en cuanto
a la redacción lo que abunda es la
prosa, y una que otra figura retorica (metáforas, imágenes, comparaciones), otra característica es la brevedad del
cuento, no necesita detallar tantos
aspectos para comprender el contexto, las características tanto físicas como
psicológicas de las personajes, porque sus descripciones nos lleva de la mano a
esa circunstancia que se plasmando en la
historia.
Conclusión acerca de la Reputación
Por Hernán
Cortés Romero
Siendo Juan José Arreola uno de los grandes
escritores mexicanos de la segunda mitad del siglo XX, su cuento “La
reputación” es un botón de muestra de una narrativa impecable, gradual, en
“crescendo”, divertida, que mantiene la tensión y la atención de principio a
fin.
La descripción del personaje principal que convive con un grupo de
pasajeros de un camión es una descripción clara, objetiva y exacta. La trama
del cuento mantiene en el lector el interés y atención. El narrador Arreola
convierte a un “Don Nadie” en un ser cuya reputación se consagró en un camión
de la calle. De un hecho cotidiano, Arreola construye un relato que marca el
destino de un personaje-que parece insignificante-, pero que al final será
aplaudido y “coronado” como un caballero héroe por las mujeres cercanas. La
forma del relato es fluida, breve, simple y fácil de leer, lo que lo hace un
escritor espléndido. La construcción de los párrafos es ascendente, desde el inicio hasta el final: De un desconocido a
un hombre caballero o un caballero hombre.
Segunda prueba de fuego de José arreola
Segunda prueba de fuego
de José Arreola
“Una Reputación”
El 21 de septiembre de 1918 Cd.
Guzmán, Jalisco fue testigo del nacimiento de un gran escritor Juan José
Arreola Zúñiga. Su primer trabajo fue de encuadernador a la corta edad de 12
años. La primera obra que publicó “Sueño de Navidad” a la edad de 23 años.
En 1952 publicó su obra maestra “Confabulario” y
recibió el premio Jalisco de literatura. Tiene varias obras publicadas. Murió el 3 de
diciembre del 2001.
El cuento “Una Reputación” es sin duda alguna, algo real que hizo José
Arreola por el gran interés que tuvo por la creación de un nuevo humanismo y una
nueva ética. En la que propone que seamos obreros calificados de acciones
humanas. En este cuento nos muestra como un hombre que no era cortés y que para
ocultar esto leía en los autobuses, de pronto tuvo la gran idea de la verdadera
evolución hacia una mayor realización del ser humano como persona y que llevó a la práctica en todos los actos
que llevó a cabo en el autobús en que viajaba. Cedió su asiento a una mujer que
iba de pie, y al lograr otro asiento, nuevamente lo ofreció a otra mujer a la
que le ayudó con sus hijos y las cosas que llevaba y por si fuera poco logro la
exención de pago de los niños.
Con estas acciones realizadas
él se sentía satisfecho, tenía la vista de todos los demás sobre él, pero no
era esto lo que lo movía sino que personalizaba los ideales femeninos de
caballerosidad y de protección a los débiles. En este cuento José Arreola dio
muestras de heroísmo recibiendo la simpatía de los pasajeros, sintiéndose adherido
a las causas populares por la sencilla razón de que él siempre dijo que
pertenece al pueblo.
Difiero de Julio Suárez
Anturi cuando dice que José Arreola no es un escritor reconocido. Porque sí obtuvo
varios premios por sus obras literarias.
Magdalena Guzmán
Alvarado.
Segunda prueba de fuego (Silvia)
Leí “Confabulario” de Juan José Arreola, a razón de leer por separado uno
de sus cuentos: “El Guardagujas”, un
cuento con una historia inusual, ilógica y tan parecida a lo que sucede en una
estación real, no recordaba la presencia del cuento “una reputación” hasta hace poco que lo volví a leer, y es que
Arreola no sólo se caracteriza por diversidad temática en los cuentos, sino
también por su pluralidad de escritura; tal vez se deba a que esto era su signo de presentación, “Desde 1930 hasta la ¡echa he desempeñado más
de veinte oficios y empleos diferentes... He sido vendedor ambulante y
periodista; mozo de cuerda y cobrador de banco. Impresor, comediante y
panadero. Lo que ustedes quieran”[1].
El escritor Jalisciense (1918 -2001), se autorretrata así, de manera peculiar
en “memoria y olvido”.
El cuento de “una reputación”, me llevó a hacer un
recorrido en el autobús, un viaje fuera de lo cotidiano e irónico, como el
protagonista lo manifiesta al decir, “la cortesía no es mi fuerte”, muestra
una actitud obligada por la presión de las mujeres del autobús; una paradoja
lejos de vivirse en la realidad social.
Está escrito de manera muy
sencilla y clara, no utiliza un lenguaje rebuscado, pero si hace uso de
metáforas agradables, como “Un angelito en brazos”…, “En mi espíritu había grandes reservas de heroísmo
sin empleo…”, Arreola tiene un estilo
literario simple pero elegante, a veces irónico pero sin herir, divertido pero sin ser sarcástico y demandante pero sin
agredir.
lunes, 24 de febrero de 2014
2a. Prueba de fuego. Amado Ocampo Bahena
2ª.Prueba
de fuego-Amado Ocampo Bahena
Conociendo las
huellas de un amante creador de letras con vida…
Crear,
inventar, arriesgarse a dar, proponer, alegrar y alegarse con las letras,
son talentos que caracterizan a los grandes escritores. Uno de ellos, Juan
José Arreola (1918-2001), escritor mexicano del s. XX. Las principales
influencias de su pensamiento y obra literaria, son: Giovanni Papini y
Marcel Schwob, desde su adolescencia y posterior formación. Sin embrago,
es indiscutible su encuentro con las mayores figuras literarias de la
América hispánica, desde Alfonso Reyes, que apoyó a Arreola en sus inicios
como escritor; Jorge Luis Borges, quien saludó su obra como fruto de la
libertad de ilimitada imaginación, regida por una lúcida inteligencia.
Heredero de Julio Torri, y compañero de viaje de Monterroso, Juan Rulfo,
Borges. Octavio Paz, comenta sobre uno de sus libros posteriores:
“Los pequeños textos de Bestiario son perfectos. Después
de decir eso, ¿qué podemos agregar? No se puede añadir nada a la
perfección”[1].
La obra
de Arreola se caracteriza por una inteligencia profunda y lúdica.
Juega con los conceptos, con las situaciones, utiliza símbolos, parodia.
Ama los textos breves y significativos. Su prosa es de estilo
clásico. Arreola cultiva el cuento, los palíndromas, la crónica,
la epístola, el poema en prosa, la novela, el diario y la pieza de teatro.
Es un fundador y refundador de géneros. Pero es la maestría en
la escritura del cuento lo que hace de Arreola un paradigma necesario para
quien incursiona en la narrativa. En Arreola el cuento es una vía, entre
otras, para representar la mismidad humana, con sus miserias y sus
desesperanzas.
Otra
de las características de su obra es el formalismo, que caracteriza su
espíritu ecléctico en el que se combinan desde las formas de la antigüedad
clásica hasta el uso abierto y espontáneo del dialecto mexicano; sucesos,
personajes y periodos históricos que son pretexto para el uso de una
variedad de estilos. En cuanto al fondo, encontramos la angustia
existencialista junto a la burla de la erudición, la ciencia y los
adelantos de la vida moderna, el desprecio a la excesiva comercialización
del mundo, el uso de la alegoría para describir los defectos del hombre y
de sus instituciones, el misterio que subyace a las relaciones entre el
hombre y la mujer, entre otros.
Sus
obras más importantes son: Varia invención (1949), Confabulario (1952), La
feria (1963),siendo ésta su única novela; Bestiario (1972),
entre otras. Con la aparición de Confabulario, Arreola
se levanta como una de las figuras más importantes de la
narrativa hispanoamericana. Entre los relatos breves del Confabulario,
se encuentra “Una reputación”.
- Aquí se demuestra el ingenio de Arreola en su capacidad para adaptar su estilo a cualquier tema, circunstancia humana, social, periodo histórico. En el presente relato, Arreola acerca al lector a contemplar una realidad social, cotidiana, muy sencilla, a veces desapercibida: la cortesía en el autobús.
- Sugiere con estética del lenguaje, metafórico, crítico, realista, como el progreso técnico, no ha crecido a la par de lo verdaderamente humano. Así se apunta también, la relación entre la dimensión ética y lógica de la vida humana en su cotidianidad, inmersa en el mundo moderno.
- La narración está presentada en primera persona, es decir, quien escribe es uno de los personajes, sino es que el principal. Esto denota una ambigüedad creada a propósito por el narrador o testigo, abriendo así el relato a la subjetividad y a la posibilidad de otros puntos de vista.
- El lenguaje figurado se presenta en los siguientes ejemplos: ángel con alas, ángel sin alas, la casa como tierra prometida, coraza agobiante, responsabilidad que oprime, heroísmo sin empleo, etc.
- La prosa elegida es siempre clara y adaptada al tema cotidiano; el estilo alegórico da por resultado un texto extremadamente breve, pero significativo, donde la trama desaparece y la construcción del símbolo gobierna la estructura del relato: ser caballeroso, no es solo un simple acto varonil, conlleva una reputación, como símbolo de la nobleza humana en lo más sencillo.
Conclusión.
Como filósofo y teólogo, comprendo a que estamos ante un escritor
mexicano, que en su virtuosismo literario aporta y nos transporta hacia el viaje,
vertical y horizontal de un misticismo en lo sencillo de la vida humana. Muchos
de sus cuentos parecen ensayos, y este es su propósito, pero en ellos
siempre hay un sutil rasgo dramático que los mantiene dentro del género.
Otro rasgo de su estilo es un humorismo muy personal que, aunque tiene sus
antecedentes en la literatura realista, dibuja una caricatura acorde con
la perspectiva existencialista del escritor: al burlarse de los defectos
humanos. Arreola, contempla la vida con un cinismo templado por el
estoicismo. Su actitud fundamental es burlarse de los defectos humanos,
sin el genio mordaz de un Voltaire ni con la desilusión total de un
Sartre, sino con compasión y una misión humanizante, de algo que pueda
producir en los lectores novedad, frescura, ánimo, capacidad de pensar, de
interiorizar sus actitudes.
Bibliografía:
ARREOLA,
Juan José, Confabulario, México: Joaquín Mortiz, 1999.
ARREOLA,
Orso, El último juglar. Memorias de Juan José Arreola, Diana,
México, 1998, pp. 286- 287
PAZ,
Octavio, “Corazón de León y Saladino: Jaime Sabines y Juan José Arreola”,
en: Obras completas, Tomo 4: Generaciones y
semblanzas. Dominio mexicano, FCE, México, 1994, p. 297.
POOT, Herrera,
Sara, Un giro en espiral. El proyecto literario de Juan José
Arreola, Guadalajara: Editorial Universidad de Guadalajara,
1992.
[1]
PAZ, Octavio, “Corazón de León y
Saladino: Jaime Sabines y Juan José Arreola”, en: Obras completas,
Tomo 4: Generaciones y semblanzas. Dominio mexicano, FCE,
México, 1994, p. 297.
domingo, 23 de febrero de 2014
Segunda prueba de fuego.
UN CABALLERO EN EL CAMIÓN.
Graciela Zamora
En el libro de cuentos Confabulario de Juan José Arreola
(1918-2001), editado en 1952, aparece el relato Una reputación. El texto es una moderna aventura de
caballería que acontece en un autobús citadino narrado con un lenguaje
coloquial. El personaje protagónico por un rasgo involuntario de ceder el asiento a una mujer, empieza a
construir, en ese viaje trasatlántico, el prestigio de ser un caballero.
Conforme avanza la historia, el héroe intenta regresar a su descortesía usual
pero su incipiente reputación de caballero ganada entre algunos pasajeros lo
desanima a retroceder.
Arreola crea un héroe cuyo heroísmo
germina no por un esfuerzo de intención abnegado para favorecer al prójimo,
sino por un interés motivado en mantener la reputación recién estrenada de hombre cortés. La
disparidad de realidades entre el exceso emotivo del caballero trastocado y su
atmósfera delirante, y la realidad cotidiana en el camión de pasajeros, alterada
por el caballero con tizona imaginaria en el costado, llenan de humor este
pequeño cuento y le otorgan un encanto lúdico al contraponer esas dos
realidades. De ahí que la aventura
del héroe dibuje la risa. “El chofer ¡santo Dios! acercaba el vehículo junto a
la acera, lo detenía completamente y esperaba a que las damas pusieran sus dos
pies en tierra firme.
Una reputación es
también un lúdico y sutil toque en la antropología cultural del mito del caballero.
La tizona imaginaria que le
gustaría portar al protagonista del relato nos transporta al medioevo. A la
leyenda del Cid Campeador; personaje histórico y figura literaria del caballero
sin batalla perdida.
Al igual que el Cid, el
protagonista libra su batalla con la asamblea de pasajeros quien finalmente lo
consagra con la reputación de caballero. La mirada y la palabra de los otros en
la construcción de una reputación.
sábado, 22 de febrero de 2014
Segunda prueba de fuego (Patricia Suárez)
Entre lo cotidiano y lo inusual
Todos nos hemos subido a un autobús y
nos hemos sentido un poco culpables cuando nos sentamos en el asiento reservado
para mujeres embarazadas o ancianos. Aunque simulemos el agotamiento o la
lectura sabemos que alguien nos observa con ojos acusadores. Pero ¿qué pasaría
si un día decidiéramos cambiar de actitud, tomáramos valor, nos levantáramos y
ofreciéramos el lugar a alguien que lo necesitara más que nosotros? ¿Nos
convertiríamos en héroes o el acto pasaría inadvertido por todos los
observadores?
En
el cuento “Una reputación”, el escritor Juan José Arreola nos ofrece una aventura
marcada por las ironías y la presión constante de la sociedad en que vivimos,
misma que nos obliga en muchas ocasiones a cambiar nuestro rumbo habitual y
nuestra personalidad.
El
relato de lo cotidiano, muy utilizado por el autor aunque de distintas formas
en sus cuentos, hace que uno, como lector, se identifique de inmediato; además,
el suceso resulta divertido por la variedad de sentimientos que se manifiestan
entre los pasajeros y que todas las personas que hemos viajado en transporte
público hemos sentido. Desde el inicio, el hecho de que el personaje tome una
decisión diferente a la normal nos engancha en la curiosidad.
Durante
la lectura se mantiene la tensión, pues uno nunca sabe hacia dónde irá el
desenlace y se deja sorprender en todo momento. Quizás, un relato de este tipo
nos resulta atractivo porque vemos cómo el reconocimiento social se convierte
en una droga que nos hace desear cada vez un poco más. Sin duda, el texto
aborda un tema común en nuestra sociedad mexicana porque todos nos hemos dejado
llevar en algún momento por el qué dirán.
Así,
con el estilo elegante pero sencillo y con ese uso impecable, soberbio del
lenguaje, Arreola eleva con eficacia un simple y burdo suceso cotidiano a una
aventura de caballería.
viernes, 21 de febrero de 2014
1a. prueba de fuego... Amado Ocampo Bahena
1a. prueba de fuego... Amado Ocampo Bahena
Lluvia de ideas:
1. Reconocimiento personal
2. Encuentro con el otro
4. El otro como experiencia de un ángel anunciador
5. Un gesto solidario engendra una actitud agradecida.
6. El otro como experiencia de un ángel sin alas-actitud negativa
7. Actitud de bondad aparente
8. Asombro de un extremo agradecimiento.
9. Admiración pública-respeto social.conversión personal-honestidad comprometida.
10. Frente a los celos sociales-aprobación solidaria,
11. Caridad social en la sencillez de la vida.
12. Ideales nobles: compromiso social, defensa de los débiles.
13. Experiencia del drama humano: un hombre bueno, sufre con los otros y por los otros.
14. Agobiante carga.
15. Una teodramática de salvación: la casa como tierra prometida.
16. Responsabilidad nacida por la confianza que han puesto en tí los otros: débiles.
17. Profetismo real: coherencia de vida-ideales nobles puestos en práctica.
18. Reflexión interior: atreverse a la aventura de ser un bien para los otros.
19. Soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas no me salvo yo.
20. Experiencia de salvación engendra un beso agradecido.
21. La transformación social motivada por la entrega generosa de un ser humano.
22. La suerte del profeta en su terruño: sin aplauso, sin reconocimiento social.
23. El profeta, al fin, es símbolo de esperanza para otros y aquí encuentra su dicha.
b. Ordenar por jerarquía.
Al seguir el texto, en realidad, para mi gusto, esta es una experiencia humana que manifiesta el proceso complejo, sin orden fijo, de conversión personal hacia un verdadero humanismo y compromiso por el otro. Sin embargo, expongo una jerarquía lógica-ética:
1. Encuentro con el otro.
2. Reconocimiento personal.
4. El otro como experiencia de un ángel anunciador
5. El otro como experiencia de un ángel sin alas-actitud negativa
6. Un gesto solidario engendra una actitud agradecida.
7. Actitud de bondad aparente
8. Asombro de un extremo agradecimiento.
9. Ideales nobles: compromiso social, defensa de los débiles.
10. Caridad social en la sencillez de la vida.
11. Admiración pública-respeto social.conversión personal-honestidad comprometida.
12. Frente a los celos sociales-aprobación solidaria,
13. La transformación social motivada por la entrega generosa de un ser humano.
14. Agobiante carga.
15. Experiencia del drama humano: un hombre bueno, sufre con los otros y por los otros.
16. Una teodramática de salvación: la casa como tierra prometida.
17. Responsabilidad nacida por la confianza que han puesto en tí los otros: débiles.
18. Profetismo real: coherencia de vida-ideales nobles puestos en práctica.
19. Reflexión interior: atreverse a la aventura de ser un bien para los otros.
20. Soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas no me salvo yo.
21. Experiencia de salvación engendra un beso agradecido.
22. La suerte del profeta en su terruño: sin aplauso, sin reconocimiento social.
23. El profeta, al fin, es símbolo de esperanza para otros y aquí encuentra su dicha.
c. Conclusión.
El presente texto describe una experiencia humana que manifiesta el proceso complejo, sin orden fijo, a veces espontáneo, pero racional, de conversión personal hacia un verdadero humanismo y compromiso por el otro. Es decir, en el encuentro constante con el otro, siempre existe un reconocimiento personal, pues se manifiesta como un espejo y como el puente o espacio privilegiado para practicar el bien. Pueden ser dos caminos de experiencia. Por un lado, el otro se presenta como experiencia de un ángel anunciador, con el que será muy fácil obrar un gesto solidario y que a su vez, engendrará una actitud agradecida. En cambio, en la experiencia con el otro como manifestación de un ángel sin alas, con vicios o errores públicos, el obrar el bien, es muy complicado, y si se hace, se da con una actitud de bondad aparente. Sin embargo, se caen nuestros prejuicios, cuando dicha persona de apariencia negativa, se expresa con extremo agradecimiento. Esta la belleza de la complejidad humana, indescriptible en muchas ocasiones, que provoca asombro al admirarse.
Pero ante todo, la vocación del hombre en este mundo, es un descubrimiento paso a paso, es un reconocimiento de un llamado a ser: humano de verdad. De modo, que los ideales nobles: compromiso social, defensa de los débiles, son expresión de la caridad social encontrada en la sencillez de la vida. Cuando se obra según esta vocación, surge la admiración pública, el respeto social, una constante conversión personal y a su vez, la honestidad comprometida. En otras palabras, la vivencia auténtica de lo humano. Puede ser también que existan los celos sociales, por parte de aquellos que aún no deciden vivir dicha vocación. Y esto causa en el esforzado, agobiante carga. Pero el único sostén será la aprobación solidaria y la experiencia de hacer el bien a otros.
En fin, las presentes líneas manifiestan, como la transformación social es motivada por la entrega generosa de un ser humano. Es una travesía del drama humano: un hombre bueno, sufre con los otros y por los otros, como muchos profetas del ayer y del hoy. Es una teodramática de salvación: la casa como tierra prometida, pero no para él solo, sino para todos y en toda circunstancia. El profeta verdadero experimenta una responsabilidad nacida por la confianza que han puesto en él, los otros: los débiles. Dicha experiencia de salvación engendra por parte de los débiles, un beso agradecido. Esto,le exige una coherencia de vida, de ideales nobles puestos en práctica; también una constante reflexión interior: atreverse a la aventura de ser un bien para los otros. Y se dice a sí mismo: Soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas, no me salvo yo. Sin embargo, la suerte del profeta en su terruño es sin aplauso, sin reconocimiento social por parte de los suyos. Pero el profeta, al fin, es símbolo de esperanza de humanidad para otros y aquí encuentra su dicha.
jueves, 20 de febrero de 2014
Segunda versión de la primera prueba de fuego (Joaquín)
Una reputación que cuidar…
Joaquín Martínez Miramontes
El texto
que a continuación comentaré es “Una reputación”, del escritor mexicano Juan
José Arreola nacido en 1918 en Zapotlán el Grande, hoy Ciudad Guzmán. Hombre de
múltiples oficios y autodidacta, ganador de premios literarios entre los que
destacan el Xavier Villaurrutia (1963), el Nacional de Letras y Lingüística
(1979) y el Internacional de Literatura Juan Rulfo (1992).
“Una
reputación” forma parte de Confabulario,
editado por primera vez por el Fondo de la Cultura Económica en 1952. Este
cuento trata de un pasajero de autobús que cede su asiento, y posteriormente
tiene que seguir cediéndolo para no terminar con su reputación que recién ha
iniciado, dejándose arrastrar por las expectativas de las mujeres que viajan en
el mismo autobús.
El texto
inicia con una frase corta “La cortesía no es mi fuerte.” Frase que de cierta
manera hace que el cerebro se plante las siguientes preguntas: ¿De quién, no es
su fuerte la cortesía? ¿Por qué tendría que ser cortés? Preguntas que nos
obligan a interesarnos en la narración de forma inmediata, no por la
información que poseemos sino más bien, por la que desconocemos.
El
lenguaje utilizado es formal, con frases cortas que dan tensión y ritmo a la
narración, haciendo del texto un “pequeño mundo”, en el cual, cada personaje se
integra perfectamente a ese “mundo” que el escritor se propuso en conformar.
El cuento
está narrado en primera persona, lo que le da, ese elemento de hacernos sentir
que hemos entrado a ese pequeño mundo del cual pudimos haber formado parte.
El
escritor maneja la ironía durante todo el cuento, es como si con un pincel nos
fuera dibujando una sonrisa, que conforme avanzamos en la lectura ese esbozo de
sonrisa crece y nos hace explotar en una carcajada, quizá al recordarnos a
nosotros mismos, ese ridículo compromiso que adquieres al ser caballero y te
pone en circunstancias que si cediste el asiento una vez, tienes que continuar
haciéndolo, es decir nos toca como seres humanos, y toca también a nuestros
sentimientos encontrados que alguna vez hemos experimentado, quizá este
sentimiento es lo que los críticos expertos han calificado como la creación de un
nuevo humanismo “en el que seamos obreros calificados de acciones humanas”. Es
aquí, la forma de Arreola de revelarse de acuerdo con De Mora “contra la
enajenación y la disolución de la personalidad individual en unos moldes
generales y colectivos”.
El texto
está salpicado de figuras retoricas, como comparaciones, metáforas,
enumeraciones, etopeyas metonimias, preguntas retóricas, exclamaciones retóricas
que nos provocan imágenes que nos transportan al autobús y nos hace compañeros
de viaje.
De los planos
del lenguaje: fónico/fonológico, léxico/semántico, morfo/sintáctico y
lógico/contextual, sobresale el plano léxico/semántico, para lograrlo, utiliza
metáforas como en la frase “…una mujer que estaba de pie, con un vago aspecto
de ángel enunciador.”, así como la pregunta y la exclamación retórica, también
una sutil dosis de ironía casi imperceptible
como en la frase “La dama beneficiada por ese rasgo involuntario lo
agradeció con palabras tan efusivas…”. Sin dejar de lado el símil o comparación
como la siguiente: “La responsabilidad oprimía mi cuerpo como una coraza
agobiante…”
Por medio
de su cuento “Una reputación”, Arreola nos hace sentir la pérdida de la
individualidad, ante la enajenación de la sociedad, ¿somos realmente lo que
queremos ser? O ¿somos lo que otros quieren que seamos?, todo ello por medio
del uso de recursos retóricos muy bien empleados.
Bibliografía
Arreola, Juan, J. Confabulario,
México, Booket, 2012.
De Mora, Carmen. Las confabulaciones de Juan José Arreola,
en En breve estudios sobre el cuento hispanoamericano contemporáneo, España,
Universidad de Sevilla. 2000. Consultado en línea http://books.google.com.mx/books?id=cs9mSdjHV8IC&pg=PA135&lpg=PA135&dq=De+Mora,+Carmen.+Las+confabulaciones+de+Juan+Jos%C3%A9+Arreola.&source=bl&ots=U27pd-g5n7&sig=RQ3uiKH09Asyw22ZFMWN3XBZ5yI&hl=es&sa=X&ei=NswGU5PsD4yFogSIi4DoAQ&ved=0CDQQ6AEwAQ#v=onepage&q=De%20Mora%2C%20Carmen.%20Las%20confabulaciones%20de%20Juan%20Jos%C3%A9%20Arreola.&f=false.
miércoles, 19 de febrero de 2014
2da prueba Alexander
2da prueba... viaje en autobús... Alexander AA
En el cuento “Una reputación” de Juan José Arreola, encontramos una
fina obra de arte que refleja aspectos de la vida cotidiana y nos muestra la
posibilidad de hacer crítica social en un lenguaje sencillo, inteligente, de
muy buen humor; con una narrativa y uso del discurso, mezcla del reflejo de la
epopeya medieval del quijote, pero dentro del espacio en el lenguaje de la vida cotidiana.
El multi-premiado autor nos presenta un contexto ubicado en el ambiente
de un viaje de autobús de cualquier ciudad; un hombre envuelto en el asedio de
la vida cotidiana, quien pretende pasar desapercibido y al mismo tiempo busca
ignorar lo que pasa a su alrededor. Sin embargo, la mirada de una mujer a quien
él ve con un ángel (recurso literario de la comparación), lo vuelca en un
ánimo de héroe, que lo hacen experimentar una aventura moderna de caballería.
Su honor se ve envuelto en la aceptación o más bien condicionamiento de
la aprobación de la figura femenina y a veces la infantil, y la desaprobación
de sus congéneres; que lo van metiendo a una encrucijada donde al narrador
(intradiegético y protagonista), no le queda otra más que someterse o
resignarse a la situación, asumiendo una actitud protectora de los débiles o quizá
viéndose obligado por la presión social, dejando que las miradas se apoderen de
su personalidad y se va modelado a tal grado que no se reconoce así mismo. Al final
ni siquiera puede abandonar la situación con la idea de perder lo ganado en esa
breve encrucijada al modo de Cervantes.
Con una narración ligera e interesante que también nos puede hacer
reflexionar sobre las formas de convivencia humana ante la vida cotidiana. Recomendable
por demás, este cuento dejará un sabor de boca agradable ante la curiosidad de
la ironía, manejada dentro de un relato organizado en un serie de hechos que
atraparan hasta al más áspero lector, quien encontrará una identificación
natural en la veracidad de saber ¿Quién no ha viajado en autobús?.
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