Silvia Vargas Luviano.
Recientemente descubrí que
cuando me piden que recomiende algún libro, siempre inicio recomendando
aquellos títulos que pertenecen al Colombiano Gabriel García Márquez: La hojarasca, Cien años de soledad, Del azúl
y otros demonios, Crónica de una muerte anunciada, Un hombre muy viejo con alas
enormes, entre otros. Libros que han perpetuado a Macondo, un pueblo
irreal, con características singulares o similares a muchos pueblos de Latinoamérica,
con sus costumbres, tradición, supersticiones, alegrías y sinsabores de los que
ahí viven; hasta algunos piensan que ahí se retrata a Aracataca, su pueblo
natal. Sin embargo, Macondo es un pueblo fantástico, que llena de magia las
obras de García Márquez.
Esta reflexión me ha hecho
trasladarme a esos pueblos: uno ficticio y otro real, pero sólo uno
(aparentemente) fuera de mi alcance. Para ir a Macondo sólo tengo que recordar
o releer principalmente Cien años de
soledad en la quietud de mi habitación. Para ir a Aracataca, Colombia,
el pueblo que sirvió de escenario y de
inspiración para García Márquez, requiero de un plan más elaborado.
Así es que dije: ¿por qué
no?, ¿por qué no ir a un pueblo real, que vio nacer a un gran escritor?, ¿por
qué no mirar aquellas calles empedradas? Indagar de fuentes cercanas acerca de
él y recorrer las calles que lo vieron caminar algún día.
Mi plan es el siguiente:
Definir un propósito:
Conocer el lugar donde nació Gabriel García Márquez y sus obras. Saber qué o
quiénes lo inspiraron a escribir.
Conocer más de su obra literaria.
Definir acciones previas:
Leer las obras que no he leído de él. Releer aquellas que me han marcado. Leer las
críticas que han hecho su obra para conocer otros puntos de vista. Hacer un
seguimiento de su vida o mejor dicho de sus obras, para saber si hay una secuencia
en ellas o para identificar con más claridad el paralelismo en algunos
personajes y/o lugares.
Investigar acerca del
recorrido que tendría que realizar (Iguala – México – Colombia – Aracataca). Apoyarme
de mapas que faciliten mi desplazamiento.
Revisar los gastos que haría
de transporte, alimentos y hospedaje; lo cual no me preocuparía mucho porque tengo
una beca con doble sueldo.
Partiría con la seguridad de
que encontraré cosas insospechadas del escritor, cosas poco comunes de su vida,
para ello mis únicas herramientas serían mi cuaderno, lapicero, laptop, videograbadora,
cámara fotográfica y mi deseo de conocer un pueblo real y mágico.
Muy puntual, preciso, claro. Es la idea del modelo.
ResponderEliminarEs un viaje interesante. Tal vez encuentres algo que te inspire a escribir como lo hizo García Márquez. Felicidades.
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