martes, 16 de septiembre de 2014

¿Por qué tendríamos que leer/ingerir/saborear estos textos?
                      Por Hernán Cortés Romero
  
   El cuento de Macario, de Juan Rulfo, parece retratar una relación estrecha entre un niño y una mujer adulta. Macario relata lo que ocurre en la casa de su madrina. Allí viven su madrina, la cocinera Felipa, y él. Hay un contacto físico entre Macario y Felipa, a quien quiere mucho. Macario es alimentado por Felipa, ya que Felipa comparte su comida con él, quien siempre tiene hambre. Macario relata que Felipa va a su habitación y se acuesta con él y le ofrece chupar sus “bultos” que ella tiene cerca de las costillas. “La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco”. La leche de Felipa es dulce y caliente y a Macario le gustaba mucho beberla, pues mientras bebía, Felipa le hacía cosquillas por todas partes. Esta forma de narrar y describir la relación entre Felipa y Macario suena como una expresión artística-que no usa lenguaje científico- para expresar la verdadera naturaleza de lo real, como diría Whitehead. El lenguaje en la obra literaria no transmite significado: provoca placer estético. No es ni verdadera ni falsa, según Gilson. La narración y la descripción no nos dice que se trata de un contacto físico inapropiado entre un adulto y un niño que no sabe distinguir las partes del cuerpo, sino que la narración provoca placer estético al “exacerbar nuestra sensibilidad” al leer que Macario chupa los “bultos” o, mejor dicho, los senos de Felipa. Tomamos conciencia de la emoción configurada en una imagen: Macario chupa la leche dulce de los “bultos” de Felipa. Esta toma de conciencia como lectores se llama emoción estética, según Collingwood. La descripción artística que hace Macario de su contacto físico con Felipa corresponde a la dinámica vital de sentimientos no traducibles al lenguaje discursivo, según Langer.
   Por otra parte, el niño Macario está atrapado en sus miedos. Le tiene miedo a su madrina y le tiene miedo al infierno. Aparece Felipa y calma la angustia de Macario por irse al infierno. Felipa chantajea a Macario cuando quiere estar con él, diciéndole que él tiene demonios, que está lleno de pecados, y que ella le pedirá al Señor que lo perdone. Ella le hará ese favor a Macario. También la madrina de Macario le ha dicho que si hay chinches, cucarachas y alacranes en su cuarto, se va a ir al infierno por su maña de pegarle al suelo con su cabeza. También Felipa le ha dicho a Macario que los grillos hacen ruido para que no se oigan los gritos de las ánimas que están penando en el Purgatorio. El día en que se acaben los grillos-dice Felipa-, el mundo se llenará de los gritos de las ánimas santas y todos echaremos a correr del susto. Macario dice que el día que deje de comer se irá al infierno y de allí no podrá sacarlo nadie, ni siquiera Felipa. Para Macario el infierno es parte de su vida, de su imaginación, de su destino. Bachelard ha dicho que la función de lo irreal es más humana que la función de lo real; sin la irrealidad el hombre no podría alcanzar el sentimiento de su propia existencia. Para Macario pesa mucho el infierno, que no es parte de la realidad, sino de la irrealidad. La creencia en el infierno, que comparten Macario, su madrina y Felipa, pone de manifiesto las “cualidades metafísicas”, son la atmósfera, según Ingarden.
  
   En cuanto al texto “La rosa amarilla” de Borges, Marino ve en la rosa la eternidad, no en sus palabras. Aquella rosa, para Marino, proyecta eternidad-que es irreal-, mientras sus palabras no lo hacen. La función de lo irreal es más humana que la función de lo real, según Bachelard. Hay un goce estético, que no es un placer fundado en la ficción: ficticios son los elementos que emplea el artista, en cuanto son supuestos o virtuales…la resultante es la expansión de la conciencia en la dimensión imaginaria. Marino vio aquella Rosa y su imaginación se expandió al ver en ella eternidad. La rosa amarilla impulsó su imaginación y el lector también ve en ella una dimensión imaginaria llamada eternidad. También Marino vio en aquella penumbra de oro una cosa que no formaba parte del mundo, sino algo agregado, fuera del mundo. Esta obra de arte-como diría Ingarden-pone de manifiesto las “cualidades metafísicas”: lo trágico, lo sublime, lo conmovedor, etc.
  


Tercera pregunta

“Una rosa amarilla”, de Jorge Luis Borges
¿Qué tipo de conocimiento conlleva la literatura?
500 gramos de Arte como conocimiento: un saber. Siguiendo la receta de Maritain: no es un saber de algo exterior, sino un conocimiento vivido por “connaturalización”. La expresión poética es, más que un canto, una revelación. La finalidad específica del arte no es el conocimiento, sino la producción o creación de obras: es en este ejercicio de creación que se convierte en ontología, y más aún, en teología: nace en el alma, en las fuentes misteriosas del ser y las revela por medio de su movimiento creador propio.
No podemos ver como Marino vio la rosa: en ella estaba en su eternidad y no en sus palabras. Una verdad le fue revelada. Las palabras son,  acompañan al ser humano, pero muy pocos logran ver de esa manera. Tal vez en la agonía la experiencia estética sea algo  sublime y nos pueda alcanzar en este mundo.
500 gramos de Arte como una obra: un hacer. Siguiendo la receta de Ingarden: en su conjunto, la obra pone de manifiesto fundamentalmente las “cualidades metafísicas”: lo trágico, lo sublime, lo temible, lo conmovedor, etc. No son propiedades o descripciones, sino emergen de situaciones y vivencias complejas y variadas, como una atmósfera. El arte permite el goce de estas cualidades metafísicas, pues no son “realizadas”, sino “concretizadas”. Ésta es su función estética.
3.    El último paso consiste en crear Vasos comunicantes: El arte es una toma de conciencia de la realidad o de la vida; de la muerte y la belleza; de la finitud y de la trascendencia.  Todo ello lo encontramos en el cuento de Borges. El cuento está muy bien equilibrado y nos deja con un buen sabor de boca.

"Macario", de Juan Rulfo
¿Qué tipo de conocimiento conlleva la literatura?
1.      500 gramos de Arte como conocimiento: un saber. Siguiendo la receta de Whitehead: la realidad es un proceso dinámico en constate creación de novedades y el arte es una continuación de este proceso en el plano de la conciencia. El cuento de Rulfo nos abre esa puerta para vislumbrar la verdadera naturaleza de lo real porque el narrador nos invita a conocer su historia en la cual la locura es algo que como la culpa, le viene de fuera.
2.    500 gramos de Arte como una obra: un hacer. Según la receta de Collingwood: el arte es lenguaje originario: expresa emociones en su genuina individualidad de imagen, no las clasifica en conceptos generales. La toma de conciencia de la emoción configurada en una imagen es la emoción estética. Configurar esas imágenes de manera que nos sean accesibles, es algo que podemos encontrar en el cuento de Rulfo.

3.    Lo anterior nos lleva a descubrir los Vasos comunicantes:  Es el terreno de la amplificación de la conciencia y un campo de entrenamiento de la libertad, libertad que no siempre llegará a lugares reales sino solo a los posibles, y ya que la literatura es posibilidad, esos lugares serán infinitos.  Aunque describir el inconsciente no siempre traiga un buen sabor de boca, un cuento equilibrado siempre nos hará bien.

Utilizar la siguiente lista de ingredientes para elaborar la mejor receta

Voy al mercado

Y si, me llevo a Macario en mi canasta, tengo interés de prepararlo, degustarlo y compartirlo; La Rosa, en una primera vista me resulta engañosa su extensión y pienso que sería fácil su preparación; sin embargo al revisarla detenidamente creo que su preparación me resultará laboriosa, complicada, no dudo en sus propiedades nutricionales, más bien en la cualidades como cocinera. 

Iniciaré con Macario que sin dudarlo me emocioné de leerlo, de ver las posibilidades de prepararlo y presentarlo para un suculento banquete.

Ingredientes:

Macario de Juan Rulfo

Preparación:

Conocimiento saber:
30 Gramos De Materia común. El cuento e Macario de Juan Rulfo nos obsequia los pensamiento de un loco, y nos enteramos de su inocencia, de su miedo al infierno; de las tareas que tiene en casa de su madrina y de su hambre interminable.

25 Gramos. De Aristóteles, la poesía es un conocimiento más perfecto que la historia, pues esta dice lo que ocurrió una vez, mientras que aquella habla de lo que es posible que ocurra reiteradamente (la esencia de la realidad); es los pensamientos de un ser huérfano, y no profundiza en su condición sino en la necesidad de comer esa hambre insaciable, que piensa que el día que deje de comer se muere, esa historia se repite cada vez que leamos el cuento; y nos regala perspectivas diferentes.

Arte como conocimiento un saber 

50 Gramos de Casirer: interpretación "peculiar" de la realidad: "La visión simpática" de las cosas: un sentimiento universal: una verdad objetiva; aquí viene el ingrediente que le dará sabor único a mi receta; ya que en mi plasmidio la perspectiva de presentar el engaño hasta con la existencia de Dios, aquí es una postura antagónica donde la existencia se vive en torno a la idea del castigo, el infierno; vemos como el ahijado ha sido recogido por la madrina en un acto piadoso, de ayudar a los más necesitados, le da de comer, la protege de sí mismo.

40 Gramos de Dilthey: el saber es más bien una producción que una copia: el genio descubre/revela el espíritu de una época histórica. Aquí el contexto de la religión esta muy presente, desde que la madrina se lo lleva a oír misa, Felipa se confiesa por él todos los días, porque está lleno de demonios y ella le prometió que cuando llegara al cielo iba a pedir por él, la madrina le "dice que si hay en su cuarto hay chinches y cucarachas y alacranes es porque me voy a ir a arder al infierno si sigo con mis mañas de pegarle a suelo con mi cabeza", y dice que nadie lo sacará del infierno ni siquiera Felipa que lo quiere tanto, ni el escapulario que le regaló la madrina. 
 
Arte como una obra: un hacer

30 Gramos de Bachelard. La imaginación creadora es la verdadera fuente de la intensificación de la vida anímica. La imaginación poética es una expansión de las potencias vitales y de ahí la dicha que proporciona y que comunica. La imagen es una novedad abre un porvenir del lenguaje. Me imagino los pensamientos de Felipa, los que Rulfo no insinúa ni escribe, me imagino el pueblo, la gente volcada en sus pensamientos y acciones de evitar el castigo, el infierno a toda costa, ir a misa, hacer obras buenas, adoptar a un demente. 

Vasos comunicantes
El goce estético no es un placer fundado en la ficción: ficticios son los elementos que emplea el artista, en cuanto son supuestos o virtuales; la resultante es un ejercicio real de la libertad/expansión de la conciencia en la dimensión imaginaria.  Le da al lector esa posibilidad divina de imaginar, de recrear sus pensamientos a partir de su obra. 


Una rosa amarilla, de Jorge Luis Borges.
Conocimiento: saber.
40 Gramos Origen clásico: la mímesis (el arte como imitación o copia de la realidad) de lo que un suceso se presenta y es reproducido en un cuento.

Arte como un conocimiento 
80 Gramos de Heiddenger. La obra de Borges nos lleva a conocer como el escritor Marino, tuvo la revelación en la víspera de su muerte, de la importancia de la existencia, del presente y no de la acumulación ni de riquezas, ni fama, ni gloria, expresa la verdad del ser. 

100 Gramos de Langer El arte no es una copia o reproducción, es símbolo de una estructura compleja que corresponde a la dinámica vital de sentimientos no traducibles al lenguaje discursivo, porque constituye una individualidad orgánica. Una metáfora desarrollada y articulada. Desde el inicio exprese mi temor al preparar esta receta, ya que en apariencia su brevedad da la impresión de su facilidad y en mi preparación no fue así; este ingrediente me parece el medular de la receta ya que está plasmados del lenguaje metafórico, partiendo más que su comprensión su deleite de su profundidad ante la revelación de su muerte. 

Reitero mi intención de ir al mercado a aprender, y en esa búsqueda de conocimiento presento mi recetas; y espero sus comentarios.





TERCERA PREGUNTA DE MARIO:
¿Por qué tendríamos que leer/ingerir/saborear estos textos?
Ingerir estos textos, constituye una acción que más allá de su mero consumo normal y acostumbrado, implica necesariamente un paladeo lento, pausado, palabra por palabra;  frase por frase, con un detenimiento necesario para la reconstrucción de todos los aromas de las especias con que ha sido cocinado. Ese trozo de lenguaje cuidadosamente elaborado involucra un proceso en el que se fueron depositando los viejos secretos de quienes en el arte de acomodar las palabras supieron dar a la presentación final, el toque de gracia capaz de despertar las reminiscencias de todo un mundo lleno de emotividad.

Una deglución apresurada limitaría el disfrute y llevaría necesariamente a una privación voluntaria del placer de evocación y recreación de todo un mundo aparte, de un agregado cuya luz permite la iluminación de todos los rincones de la conciencia.

“Imaginación rellena de palabras a la mexicana” (receta)
Ingredientes:

Cada ingrediente para la elaboración de este platillo debe ser cuidadosamente seleccionado si se quiere estimular cada una de las áreas que intervienen en el paladeo del mismo. Independiente de todos, se requiere una base que es el lenguaje, y por supuesto el secreto está en el sazón y la paciencia de tal forma que todos sus componentes expresivos puedan ser cuidadosamente agregados de manera oportuna según los requerimientos del pensar imaginativo.

En la elaboración de esta receta deberán incluirse todos los elementos cuya carga de sabor es producto de una larga tradición genética que introduce sus raíces en los más recónditos secretos de los cocineros de la palabra.

Así, la base que proporciona la confianza del sabor proviene de las costas griegas con sabor aristotélico, con olor a poesía y con un toque visual que permite las reconstrucción del lenguaje artístico tantas dosis como el consumo del comensal lo requiera.

Otro ingrediente que no debe omitirse, también producto de la experiencia culinaria de la palabra es una buena dosis de Baumgarten,  su aportación a la preparación permite un toque de belleza que al combinarse con con los manojos peculiares de Casirer, darán el toque universal de la objetividad al platillo.

Un ingrediente importante lo constituye el tanto Heideggeriano, este componente al mezclarse con los anteriores dará a la preparación la divinidad necesaria para hacer del platillo una tradición cultural sólo comparada con un bocado de Cardenal.

Finalmente se requieren dos pizcas de Maritain, este aporte es decisivo, pues su agregado dará el sentido de presentación bella y artística de las palabras, las cuales más allá de sus propiedades instrumentales racionales ofrecen la cualidad de conjuntar el alma con el ser en sus fuentes misteriosas.

Procedimiento:
El seguimiento del procedimiento debe ser cuidadosamente vigilado, dichos ingredientes deben ser oportunamente agregados, cualquier alteración del mismo produciría tantos cambios de sabro como recovecos tiene el pensamiento.

Por ello se sugiere de inicio, la mezcla de todos los ingrediente anteriores en una hoja blanca de papel reciclado, agregar una taza de collingwood y otra taza de Kant, la primera proporcionará las emociones genuinas al platillo y la segunda el toque que permita el sabor más allá de lo natural en su proceso.

Enseguida agréguese un manojo de Bachelard, remover con los demás ingredientes a fuego lento hasta alcanzar una consistencia "imaginativa" capaz de provocar la activación de las papilas gustativas del lenguaje.

Añada al gusto unas pizcas de Ingarden según el efecto que desee provocar en el paladar de los comensales, tome en cuenta que a mayor cantidad se acentúa el sabor y a menor cantidad su degustación será más suave.

Presentación.Finamente déjese reposar por espacio de treinta minutos, sírvase a temperatura ambiente y acompañe con una guarnición de vegetales comunicantes cuyo sabor hace posible    involucrar a todos los sentidos del comensal, por supuesto es conveniente resaltar que es necesaria la mano santa del cocinero (escritor) y de una paciencia divina pues sólo de esta manera es posible conseguir un nuevo modo de saborear el lenguaje literario.

Se recomienda como maridaje un vino suave cosecha amplificadora de la conciencia y entrenadora de la libertad.

Ahora sí,  disfrute de su platillo cuyo aroma y presentación es garantía de un sentir exquisito y promisorio , así como de dicha divina en esta sufrida época.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Una rosa Amarilla (Tercera Pregunta)

Silvia
Receta de Una rosa amarilla de Jorge Luis Borges.

Esta receta requiere un cuidado especial, porque Una rosa amarilla, es un texto que necesita de una lectura minuciosa y un detenido análisis para lograr la cocción correcta.

Iniciar marinando el texto en el origen clásico, con un poco de la idea de Aristóteles, porque la literatura es un conocimiento perfecto para la historia. Jorge Luis Borges hace alusión aquí, a la muerte de un hombre, pero no de cualquier hombre, de un poeta italiano.

A continuación los ingredientes:
1.   Ingredientes del saber.
a)   Espolvoreado completamente de la Estética de Baumgarten, pues de una manera bella nos hace imaginar la muerte de Giambattista Marino, una muerte que aún no ha podido ser, porque a través de su poesía el estará.
b)   70 gramos de la filosofía de Schelling, propugnando por el conocimiento del sentido de la vida, Una rosa amarilla muestra una vida en la víspera de la muerte, y el momento mismo en que comprendió que su legado al mundo era parte de éste.
c)   Un pizca de la visión simpática de Casirer, porque me fue un texto difícil de entrar en él, hubo necesidad de releer varias veces para saber de qué está hablando.
Ingredientes del hacer.

d)   100 gramos de la imaginación creadora de Bachelard, en Una rosa amarilla, se hace una exaltación al poeta y a su obra, así como también se le compara con otros grandes que estaban en espera de ver la iluminación en víspera de la muerte.

Nota: Todos estos ingredientes componen el fabuloso texto de Borges.

Tercera pregunta (Patricia Suárez)


Tercera pregunta: ¿Por qué saborear estos textos?

Respecto a los textos de Rulfo y de Borges voy a analizar uno por uno porque son muy diferentes.
          “Macario” es un cuento que leí en la infancia y en la adolescencia y ahora lo he leído varias veces más. Cada una de esas lecturas me ha aportado elementos diversos, que no había visto en cada vez anterior. Entonces, debo decir que esa es la primera razón por la que creo que debemos leer este texto.
          De manera teórica, creo que tiene que ver con lo que dice Aristóteles, pues nos muestra una copia de la realidad. En este caso, la copia sí se parece mucho a una realidad conocida, debido al lenguaje que utiliza Rulfo. En todos sus cuentos plantea el punto de vista de su personaje-narrador y lo respeta hasta el final. En este cuento uno puede ver la inocencia del niño y cuál es su perspectiva sobre temas que a muchas personas no nos parecen tan normales. Sí lo considero, como dice Schelling, como un documento artístico de la realidad y me remonta a una realidad del México de provincia, no hace tantos años. De hecho, creo que se parece a la realidad de muchos lugares actualmente.
          Por otro lado, también atiende a lo que dice Heidegger, porque en el cuento se ve toda una historia de la cultura mexicana matriarcal. Se dejan ver ideas religiosas, morales. Podemos saber mucho acerca de las costumbres del pueblo en que vive Macario gracias a la narración. Además, nos permite deducir el estado del personaje. Por ejemplo: él nunca dice que tenga alguna enfermedad mental, pero por su comportamiento, nosotros podemos deducirlo. El personaje-Ser nos cuenta su verdad y solo eso.
           De acuerdo con lo que dice Gilson, esta obra es un objeto nuevo y, fuera de expresar sentimientos, los provoca, puesto que Macario pocas veces hace grandes descripciones de lo que está sintiendo, pero toda su visión está acomodada de tal manera que a nosotros, lectores, nos hace pasar de una emoción a otra.  Además, no nos ponemos a pensar si la historia es la de un niño real o no, sino que entramos en la ficción y nos dejamos afectar por lo que leemos. Por eso mismo también tiene que ver con lo que dice Ingarden, pues el cuento no nos describe ni lugares ni emociones y a pesar de todo, si nos puede hacer sentir lo temible y lo sublime.
          En el texto de Borges los elementos no fueron tan claros y, como era un texto que no conocía, me fue muy difícil entrar en él. Primero, no creo que sea una representación ni copia de la realidad. Por el contrario sí veo una gran construcción del lenguaje para expresar ideas y conocimientos, pues el texto tiene varias referencias a otros autores, que es necesario aclarar para poder entender un poco más a qué se refiere.
          Es un texto muy bien estructurado en cuanto al lenguaje, la sintaxis, el tipo de referencias que utiliza. Según Schelling este texto puede ser mucho más un documento de conocimiento, no solo por ser un producto nuevo sino que tiene en su esencia otros pequeños documentos que el autor quiere compartirnos.
También, de acuerdo con Heidegger, es un testimonio de un mundo histórico y cultural, pues reúne muchos elementos de la literatura universal y que han sido canónicos para desarrollar un discurso, que une a esos autores de diferentes tiempos.
          De acuerdo con Bergson, esta obra también nos muestra una intuición metafísica que se relaciona con el momento de la muerte y que permite al poeta ver más alla, lo que no es visible para los ojos: incluso se pregunta si otros autores, en su momento, llegaron a esa misma verdad que a él se le acaba de revelar.
          En este texto se muestra de manera más clara la ausencia de descripciones de sentimientos y se basa más en ideas. Por último, creo que lo que sucede en el texto es un ejemplo de lo que dice Platón, respecto a que hay cosas que por más que se enuncien y se describan no pueden expresarse, porque es imposible expresar todo lo que le provoca a alguien una sola imagen.
          En conclusión, son dos textos muy distintos, pero importantes cada uno desde su trinchera. Mientras que el de Rulfo, nos invita a pasar de inmediato, el de Borges nos pone ciertas condiciones que hay que cumplir para empezar a comprender.

NOTA: Compañeros, doctora, una disculpa: me será imposible acompañarlos en esta sesión, pero estaré al pendiente de la plataforma y de sus textos para comentarlos. ¡Que tengan lindo y productivo seminario! 

Tercera pregunta (Silvia Vargas Luviano)

Receta de Macario, El Llano en llamas de Juan Rulfo.
La receta de “Macario” es la siguiente:

1.   En el orden clásico del conocimiento lleva 100 gramos de idea Aristotélica, pues retrata una reiterada realidad de la vida, esto se refleja en la narración de todo el texto, es ver la vida de Macario en cuestión de minutos, como dice él: en una plática. Una plática que cuenta la historia de alguien común a esta vida, que es protegido (a su manera) por un familiar, y sobrevive con lo que le dan. (inicio: Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas / final: Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando)

Es necesario sazonar con tres elementos: Arte como conocimiento, es decir un saber y Arte como como una obra; un hacer, así como con Vasos comunicantes. De los tres mencionaré los ingredientes requeridos.

Ingredientes del saber:
2.   75 gramos de la estética de Baumgarten, porque es un texto que hace perceptiva la inocencia de un ser humano ante las situaciones que vive, que siendo adversidades, él no las ve así.
3.   50 gramos de la filosofía de Schellig, pues Macario, es una obra que brinda como conocimiento la idea de qué es la vida, qué es lo bueno y lo malo, cuáles son los gustos y los miedos, (…A veces no le tengo tanto miedo al infierno. Pero a veces sí)
4.    80 gramos de la “visión simpática” de las cosas de Casirer, ya que al leerse permite que el lector se compenetre en la historia, pues ésta pareciera algo común de la vida, es decir una verdad objetiva (Casirer).
5.   60 gramos de la tesis de Heidegger, la cual dice que la literatura es la verdad de las verdades (Ethel Krauze), que ésta muestra lo que sucede y se vive; Macario es un texto que permite ver la realidad de una vida y de lo que hay su alrededor.
6.   60 gramos de Whitehead, quien dice que la realidad se está creando y el arte es una realidad consciente; “Macario”  pareciera ser una creación que es parte de una realidad observada y vivida por el autor y al mismo tiempo por el lector, pues éste recrea lo leído.
7.   45 gramos del lenguaje discursivo y símbolos de Langer. La obra de Macario, se enriquece con el uso de descripciones y comparaciones sencillas: Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros, / Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos Por otra parte, muestra símbolos de la vida, como en: Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo que yo hago y ella nunca anda con mentiras (Respeto).

Ingredientes del hacer:
8.   90 gramos de  lenguaje originario de Collingwood, porque a través de esta obra es posible experimentar diversas emociones (es divertido, despierta la piedad en el ser y el horror _ante las cucarachas y alacranes_)
9.   40 gramos de elementos tomados de la realidad de acuerdo a Kant, pues la obra es una creación del hombre mismo.

Ingredientes de Vasos comunicantes:
10.                50 gramos de El arte es una toma de conciencia de la realidad o de la vida. Macario inspira al lector a observar su realidad, qué tiene, cómo vive y de dónde lo obtiene.

11.               50 gramos de Transformar lo percibido en la esfera de la imaginación para crear nuevos mundos. Si bien Macario, retrata parte de la vida real, contiene una dosis de imaginación, de curiosidad y de expectativa por lo que podría continuar.