Trabajo Final de Canasta Básica del
profesor de literatura IV
INTRODUCCION
A lo largo de cuatro semestres hemos
conocido y construido los elementos o características deseables que se espera
tenga un docente de literatura. En este semestre el objetivo central ha sido
conocer la parte teórica de las actividades que realizamos con nuestros
alumnos. Si bien se cree la teoría es algo que viene implícito dentro de las
actividades resulta interesante conocer el proceso desde la gestación porque
nos ayuda a no perder de vista cual es el objetivo central de estas actividades.
Esto nos da una herramienta muy valiosa para la planeación ya que al conocer la
parte teórica podemos diseñar actividades propias obteniendo mejores resultados
que las que nos proponen los libros de texto porque tanto su diseño como su
ejecución están pensadas para un fin específico y un grupo específico de
alumnos, todo es cuestión de que nos atrevamos a experimentar pero desde una
base sólida que en este caso es el conocimiento.
Otro rasgo importante del trabajo de
este semestre fue el descubrimiento que muchas veces las prácticas pedagógicas
se encuentran llenas de paradigmas que no necesariamente contribuyen al buen
aprovechamiento y aprendizaje de los alumnos. Algunos de ellos son los
siguientes.
El docente es el único que puede
aportar el conocimiento a la clase.
Las fuentes autorizadas para obtener
el conocimiento son los libros de texto.
El conocimiento sólo se puede dar en
el interior de la escuela.
El conocimiento es absoluto y nuestra
meta es acceder a él.
Si bien el docente es el encargado de
guiar y orientar a los alumnos pero no debería ser la única voz autorizada para
proporcionar el conocimiento. Los alumnos también desde sus ideas y experiencias
pueden aportar conocimiento lo cual ayudará a enriquecer más la clase que si el
docente es el único que da ese conocimiento ya que este puede darse en
cualquier lugar o circunstancia, no es necesario estar en un modo o lugar
determinado para conseguirlo.
Como docentes no sabremos enseñar de
una manera útil si no utilizamos el conocimiento del cómo se aprende. La
formación y generación del conocimiento es un proceso en el cual todo,
incluyendo lo empírico también pertenece. [1],
Lo importante no es lo que se va obteniendo si no la forma en que se hace este
procedimiento de manera que resulta algo iluso pensar que los alumnos sólo
aprenden en el aula con su maestro.
Todos tenemos la capacidad suficiente
para aprender del entorno que nos rodea y también para buscar de manera
autónoma el conocimiento. Nuestro trabajo debe incluir ayudar a los alumnos a
fortalecer las capacidades y habilidades personales que le permitan lograrlo y
más aún generarlo.
El docente no debería considerarse un
producto terminado del cual los demás deben aprender, quien piense de esta
manera cierra la puerta a su propio aprendizaje. El conocimiento está siempre
en movimiento, lo que antes era considerado verdadero hoy deja de serlo, los
nuevos descubrimientos en todas las áreas del saber ayudan a su constante
renovación.
BOLSA 1
Habilidades
básicas del profesor de literatura
1.- Conocer
el tema: Es
demasiado obvio este punto pero de aquí depende en buena medida el éxito de la
clase. ¿Cómo voy a enseñar a mis alumnos si no se de lo que hablo? El docente
debe estar preparado para lo que va a enseñar en el aula, de no ser así caemos
en situaciones rutinarias que derivan en el rechazo del alumno hacia la
materia. Se debe investigar ampliamente el tema para no llegar con las manos
vacías ante los alumnos. Por ejemplo, si quiero trabajar con la estructura de
un cuento presento uno que tenga una narración clara y sea fácil de comprender
para los alumnos.
Tomemos ahora el cuento clásico de
Caperucita Roja. - En general los cuentos de los hermanos Grimm funcionan bien
para este propósito.- Antes de iniciar la lectura hacemos las preguntas de
predicción que nos permitan saber que tanto conocen los alumnos del cuento: ¿De
qué creen que va a tratar este cuento? ¿Quiénes creen que sean los personajes
del cuento? Posteriormente los alumnos escuchan la lectura presentada por el
docente y se muestran imágenes de con los momentos clave de la historia.
Ahora hacemos algunas preguntas
generales: ¿Por qué fue Caperucita a ver a su abuelita? ¿Qué le dijo su mamá a
Caperucita? ¿Dónde encontró al lobo? ¿Qué le dijo? También podemos hacer otras
preguntas que ayuden a los alumnos a reflexionar sobre la estructura del
cuento: ¿Cómo inicia la historia? ¿Cuál es el problema que surge? Al final,
¿Cómo se resolvió? Ordenamos las imágenes y escribimos a un lado el momento que
está representando. En un tercer momento de la actividad ¿Podría iniciar de
otra manera esta historia? ¿Y si el lobo fuera bueno, que pasaría? ¿Podría
tener un final diferente? ¿Cuál sería?
Posteriormente entregamos a los
alumnos una tarjeta con la palabra Inicio
en ella anotará su versión del inicio
del cuento y la ilustrará con un dibujo. En una segunda tarjeta anotará el Desarrollo y en una tercer tarjeta El final que desee para el cuento.
Finalmente se recogen las tarjetas y se engargolan en tres paquetes; En uno las
que tratan el Inicio, en otro las que
habla del desarrollo y el final en el
último paquete. Se llevan al grupo y
se explica que la historia que ellos hicieron se puede leer de otra forma, es
decir, que el inicio que escribió un primer alumno, puede llevar el desarrollo
de un segundo y el final de un tercer compañero, dando origen a una nueva o a
muchas nuevas versiones de la historia, según la combinación que se elija.
Con estas actividades explicamos lo
que Jan Mukarovsky (1891 - 1975) citado por la Dra. Ethel Krauze en su libro Desnudando a la musa: ¿Qué hay detrás del
talento literario? En donde menciona la
estructura es más que la suma total de sus partes, y cada elemento tiene una
función específica a través de la cual se conecta con el todo, que está en
movimiento permanente.[2]
de manera que las mismas partes del cuento, integrándolas de manera diferente
derivan en versiones distintas del mismo cuento.
2.-
Planeación: Este punto avanza paralelamente con el anterior, no es suficiente saber
el tema si no también hacer una planeación detallada las actividades que se
desean realizar con los alumnos en la clase. Para ello debemos considerar lo
siguiente: ¿Qué espero que los alumnos logren al trabajar con este tema? Las
actividades que deseamos realizar y sus momentos: inicio, desarrollo o cierre de
la sesión. Los materiales que vamos a necesitar para desarrollarlas y el tiempo
disponible para llevarlas a cabo, si se realizará en una o en varias sesiones y
finalmente si se logró el objetivo esperado. Si no fue así hacer una revisión
de la clase y analizar los motivos por los que no se logró el propósito del
tema. Diseñar nuevas actividades, desarrollarlas con los alumnos y esperar los
resultados. En esto tomamos en cuenta lo dicho por la Dra. Ethel Krauze La palabra suena y la palabra dice. Suena y dice
simultáneamente.[3]
Cada palabra es individual y tiene su
propio matiz[4].
Cada palabra es, pues, un mundo[5]
de ahí la importancia de saberlas escribir correctamente. En este sentido
la planeación es flexible pues muchas veces aún con todos los elementos calculados
habrá situaciones que escapan a nuestras manos, es aquí donde entra la tercera
habilidad del profesor.
3.-
Improvisación: El docente debe tener la capacidad de aprovechar cualquier momento para
enseñar, eso implica que en ocasiones tenga que modificar su planeación a la
hora de desarrollarla o incluso salirse de ella si la ocasión lo amerita. El
detalle de esto es aprovechar el interés que muestra el alumno en un
conocimiento. Les comparto una experiencia. En una ocasión pedí a mis alumnos
que hiciéramos un cuento, quedamos de vernos el fin de semana en casa de una
niña. Me esforcé en organizar el material con el que trabajaríamos en la clase
cuando llegué encontré a las niñas muy entretenidas jugando con unas muñecas,
fue entonces que les propuse que si querían hicieran su cuento de un juguete de
los que ahí tenían. Les encantó la idea y el resultado fue muy bueno, vi que
realmente se interesaron por crear una historia para ese juguete, fue como si
continuaran el juego que habían iniciado. Esto lo propone la Dra. Krauze en su
libro Como acercarse a la poesía. Las clases de literatura deberían ser
talleres de lectura y de creación. Nada más. Un tiempo dedicado a jugar con las
palabras, leyéndolas y escribiéndolas, descubriendo como suenan y lo que dicen
y por qué encontrando nuestras propias palabras, las que son capaces de
expresar lo que llevamos dentro.[6]
4.- Comunicación: Es importante
saber si el alumno está o no aprendiendo, para ellos debemos establecer una
clara comunicación con el grupo que nos permita detectar cuando deja de
hacerlo. La confianza es un elemento indispensable para que los alumnos puedan
manifestar sus intereses o dudas respecto al tema, esto nos ayudará a mejorar
el ambiente de aprendizaje de forma significativa. La evaluación por parte de
los alumnos es una buena herramienta para lograr mejorar nuestro desempeño
docente porque nos permite ver nuestras debilidades y fortalezas.
5.-
Creatividad: Tanto en el diseño como en la aplicación de las actividades es importante
no solo el qué si no también el cómo. Buscar la manera más original y
divertida en la que el alumno se motive y aprenda. Por ejemplo podemos ocupar
algún disfraz que nos ayude a generar expectativa al iniciar una clase, si
vamos a trabajar con la composición de las calaveritas podemos ambientar con
unas velas, unas calaveritas de azúcar o de chocolate y vestirnos de negro o
pintarnos como calavera. Para las adivinanzas podemos invitar a los niños a
descubrir pistas escondidas en el aula o incluso en la escuela. También podemos
decorar nuestro salón con objetos representativos del tema o si vamos a
trabajar con la metáfora pedir que lleven a la clase su objeto favorito.
6.-
Sensibilidad: El docente debe de tener la capacidad de entender y comprender que no
todos los alumnos aprenden de la misma forma ni al mismo ritmo y que tampoco
todos tienen ni todas ni las mismas habilidades; habrá unos que les guste más
uno que otro tema lo cual es perfectamente válido ya que estamos tratando con
personas con entornos, características y personalidades diferente. Por lo tanto
los resultados que obtengan no serán iguales y también tener en cuenta que
siempre habrá un alumno que necesitará más de nuestro apoyo que otro y debemos
estar dispuestos a dárselo y a ayudarlo a superar sus dificultades.
7.-
Autonomía: El docente debe garantizar la libertad al alumno de aprender
según sus necesidades. Más que un transmisor de conocimientos debe ser un guía
que ayude a llegar al grupo a buen puerto. Motivar a los alumnos a que generen
sus propios conocimientos; la investigación, reflexión y el trabajo
colaborativo son algunas de las herramientas que se deben favorecer
permanentemente. La Dra. Ethel Krauze nos lo explica:
Este saber lingüístico es para Coseriu, un saber hacer, un saber
técnico perfectamente […] el hablante no solo sabe qué dice, sino cómo se dice y cómo no se
dice, pues de otro modo no podría ni siquiera hablar; el hablante no necesita
ser lingüista para “saber emplear el instrumento lingüístico […] pero una
aproximación más dinámica, didáctica con la lengua y sus posibilidades,
probablemente convierta al sujeto en un hablante cada vez más consiente, y por
ende, creador.[7]
9.-
Compromiso: Cada clase debe iniciar con un sincero compromiso de nuestra parte a que
el alumno aprenda. Es muy fácil perder esto de vista cuando tenemos la presión
sobre nosotros de desarrollar los temas en tiempos ridículamente cortos que son
los que alguien más ya dijo que se puede aprender. Aquí entra nuestro propio
criterio para desarrollar los temas en los tiempos que consideremos
convenientes, una herramienta muy eficaz para lograr esto es la transversalidad
de los temas. Para nosotros debe ser
importante que los alumnos salgan adelante en su aprendizaje y no solamente
asignar una calificación. Debemos emplear estrategias favorezcan todas las
oportunidades de lectura, escritura y creación literaria, por ejemplo podemos
hacer un taller adicional a las asignaturas para trabajar cuento y poesía. También podemos hacer carteles con poemas que
hablen del cuidado del medio ambiente, ahí trabajamos con Español y Ciencias
Naturales. Es decir ir más allá de los lineamientos establecidos para lograr
resultados que aseguren que los alumnos sean competentes es sus habilidades
básicas de comunicación y creación, así nos lo explica la Dra. Ethel Krauze en
su libro:
La intención básica de estas aproximaciones teóricas y didácticas es
que la creación literaria adquiera el estatus de una actividad susceptible de
ser desarrollada por medio del proceso enseñanza – aprendizaje a través de
modelos metodológicos como una competencia indispensable ante los retos del
mundo contemporáneo.[8]
10.-
Orientación: Considero que este es un punto vital y muy difícil de lograr también pero
debemos intentarlo. Lo queramos o no somos influencia para nuestros alumnos; el
interés o desinterés con que abordamos un tema, las actitudes y comportamientos
que tenemos ante ellos y ante los demás, son cosas que se observan y aprenden.
Si un tema nos apasiona y disfrutamos enseñarlo es muy probable que también
termine gustándoles a nuestros alumnos. Esto lo vemos en nosotros mismos
incluso, nuestros intereses y preferencias muchas veces corresponden a la
semillita que alguien sembró en nosotros en nuestra época de estudiantes. De
ahí la importancia de contar con un amplio acervo bibliográfico para orientar a
nuestros alumnos en las lecturas acorde a sus intereses o sus características
personales, en ocasiones solo se tiene una pequeña oportunidad para despertar
el aprecio por la literatura y debemos asegurarnos de que esa oportunidad no se
pierda. La Dra. Ethel Krauze nos hace mención de esto: Para la mayoría, la escuela es el primer contacto con los libros, y las
materias de literatura, la única rendija posible hacia la poesía.[9]
BOLSA 2
Relación entre el cuento “En el
rincón más lóbrego de un salón de clases” y “Cómo acercarse a la poesía” de la
escritora Ethel Krauze.
El cuento “En el salón más lóbrego de
un salón de clases” de la escritora Ethel Krauze es un claro ejemplo de la
disociación que existe entre la enseñanza de la literatura en el ámbito escolar
y la manera como es concebida por los profesionales en la materia. En este
cuento la literatura es representada por una anciana la cual está abandonada en
un rincón, apenas visible debido a la gran cantidad de polvo y telarañas que
tiene encima. Al percatarse de su presencia los docentes se horrorizan, y a
pesar de decir conocerla y enseñarla no reconocen en ella al objeto de su
estudio, entonces ella les reprocha el haber entrado a su palacio encantados
por su esencia para después volverse
ingratos y querer sacarla del lugar que le
corresponde.
Esta alegoría no resulta alejada de la
realidad; actualmente nos encontramos con la situación que algunos de los
docentes de educación básica no cuentan con los elementos básicos indispensables
para trabajar con literatura de forma positiva y que sea de interés para los
alumnos, es más a varios de ellos ni
siquiera les gusta la lectura, algo que de por sí ya resulta gravísimo en
cualquier persona pero en el caso de los docentes que son personas que son guía en el camino de la construcción de capacidades,
habilidades y destrezas a las generaciones más jóvenes esta situación resulta
imperdonable.
Esta es solo una parte de la cuestión,
en la otra tenemos el diseño de los Planes y Programas de estudio con los
cuales la Secretaría de Educación Pública indica a los docentes de educación
básica de todo el país lo que desea que los niños aprendan durante el ciclo
escolar. Estos Planes y Programas se enfocan en los aprendizajes esperados. Cómo su nombre lo dice, estos aprendizajes
son los deseables que se pretende tenga el alumno al término del cada ciclo
escolar y finalmente al término su educación básica.
En ellos se favorece el qué en vez del cómo lograr que el alumno logre estos aprendizajes. Es decir se
privilegia la cantidad de conocimientos, en lugar de la calidad de los mismos, la manera como los alumnos llegan a
ellos.
Esta mancuerna formada por un Docente
sin herramientas más Planes y Programas de Estudio diseñados para educar a granel son lo que no permite
que haya una verdadera experiencia literaria dentro de las aulas escolares. La Doctora Ethel Krauze en su libro Cómo acercarse a la poesía nos habla de
esta situación y las consecuencias derivadas de ella:
Después de 20 años de leer y escribir como único oficio, puedo decir
claramente, que no sirve para nada. Lo único que si consiguen los programas
escolares es despertar miedo y asco por la literatura, en ese afán por
despojarla de su libertad creadora, de su vuelo lúdico, para aprisionarla entre
“parámetros”, “contextos”, “coordenadas”, en un archivero mohoso, rimbombante y
totalmente innecesario. Para la mayoría, la escuela es el primer contacto con
los libros, y las materias de literatura, la única rendija posible hacia la
poesía. Pero si esa rendija es turbia y abierta por quienes dictan
burocráticamente los programas escolares, el resultado es el que ya conocemos:
la gente en México no lee, y eso, fatalmente, la convierte en servidora de
otros. [10]
Aquí nos encontramos ante la urgente
necesidad de encontrar las mejores maneras para poder ayudar a los alumnos a
consolidar su interés y apreciación por la literatura, sin ello será sumamente
difícil que logren su máximo aprovechamiento escolar y al mismo tiempo que se
consoliden como personas integrales en los demás aspectos de su vida. “Un
lector es más que un hombre que no lee, es más ser humano porque se ha ido
poblando de las muchas vidas que transitan en las páginas y no sólo se ha
reducido a su experiencia personal, fatalmente pobre.” [11]
A partir de nuestra experiencia
personal con obras literarias podemos hacer un correcto acompañamiento al
alumno en su proceso de exploración, conocimiento y apropiación de la
literatura para ello es fundamental que estemos familiarizados con los diversos
géneros literarios y sus obras, al menos las más representativas, esto para que
el alumno identifique las características de cada una de ellas, aunque esto lo
proponemos de una manera secundaria, después
que haya saboreado -por
decirlo de alguna manera- la obra en sí misma, después de su experiencia
lectora y de ser posible también creadora.
Las clases de literatura deberían ser talleres de
lectura y de creación. Nada más. Un tiempo dedicado a jugar con las palabras,
leyéndolas y escribiéndolas, descubriendo como suenan y lo que dicen y por qué
encontrando nuestras propias palabras, las que son capaces de expresar lo que
llevamos dentro. [12]
La sugerencia es cambiar la manera en
la que hemos venido trabajando en esta área, ya que no se asemeja a ninguna
otra materia de estudio por lo que el tratamiento que se le dé será
personalísimo acorde a las características y necesidades de cada grupo y de
forma más precisa de cada alumno.
Estamos de acuerdo con la Doctora
Krauze cuando menciona que la poesía (entiéndase de manera genérica) es una
manera de estar, es algo visceral y sensitivo
que no podemos encajonar en conceptos y definiciones, es algo que va más allá
de eso porque abre nuestra mente y toca nuestra alma si tiene los elementos
adecuados. “[…] en la poesía, las palabras no aluden únicamente a un
objeto determinado, sino que encierran significados múltiples y animan nuestra
memoria para hacerlos presentes y simultáneos; esto es lo que da unidad y
riqueza a nuestra visión del mundo.”[13]
De ahí la importancia de apoyar a los
alumnos a tener estas experiencias y asegurarnos que sean grata para ellos,
favorecer la mayor cantidad de oportunidades literarias dentro y fuera del
aula.
BOLSA 3
Relacionar
una teoría literaria, una cita y un ejercicio didáctico.
En la segunda bolsa hemos analizado algunos
elementos que influyen para que la aproximación de los alumnos a la literatura
sea de una manera positiva, en esta bolsa propondremos una actividad para
llevar a cabo con nuestros alumnos que favorezca dicha aproximación.
Esta actividad está diseñada para
alumnos de Educación Primaria del medio rural con pocas o nulas experiencias literarias.
1. Acondionaremos un aula
para desarrollar esta actividad ya que la escuela no cuenta con un espacio
especializado para llevarla a cabo. Trataremos de que el ambiente sea agradable
para que los alumnos quieran estar en ese lugar, podemos decorar con algunas
elementos representativos de la lectura que vamos a trabajar, incluso podemos
aromatizar el lugar con esencias para una lograr una experiencia más grata.
2. Previamente se pedirá a
los alumnos que lleven un cojín de su casa o un tapete para poder sentarse
cómodamente en el suelo, se planea trabajar en esta actividad por la mañana
cuando recién se va a iniciar con las clases ya que a esta hora lograremos una
mejor concentración por parte de los alumnos y mejores resultados.
3. Se les proporcionará un
fragmento del cuento: El Ángel Caído
de Amado Nervo. El cuál a continuación se presenta:
El Ángel Caído
Amado Nervo
Érase un
ángel que, por retozar más de la cuenta sobre una nube crepuscular teñida de
violetas, perdió pie y cayó lastimosamente a la tierra.
Su mala
suerte quiso que, en vez de dar sobre el fresco césped, diese contra bronca
piedra, de modo y manera que el cuitado se estropeó un ala, el ala derecha, por
más señas.
Allí quedó
despatarrado, sangrando, y aunque daba voces de socorro, como no es usual que
en la tierra se comprenda el idioma de los ángeles, nadie acudía en su auxilio.
En esto
acertó a pasar no lejos un niño que volvía de la escuela, y aquí empezó la
buena suerte del caído, porque como lo niños sí suelen comprender la lengua
angélica (en el siglo XX mucho menos, pero en fin), el chico allegóse al mísero
y sorprendido primero y compadecido después, tendióle la mano y le ayudó a
levantarse.
Los ángeles
no pesan, y la leve fuerza del niño bastó y sobró para que aquél se pusiese en
pie.
Su salvador
ofrecióle el brazo y vióse entonces el más raro espectáculo: un niño
conduciendo a un ángel por los senderos de este mundo.
Cojeaba el
ángel lastimosamente, ¡es claro! Acontecíale lo que acontece a los que nunca
andan descalzos: el menor guijarro le pinchaba de un modo atroz. Su aspecto era
lamentable. Con el ala rota, dolorosamente plegada, manchado de sangre y lodo
el plumaje resplandeciente, el ángel estaba para dar compasión.
Cada paso le
arrancaba un grito; los maravillosos pies de nieve empezaban a sangrar también.
—No puedo
más —dijo al niño.
Y, este, que
tenía su miaja de sentido práctico, respondióle:
—A ti
(porque desde un principio se tutearon), a ti lo que te falta es un par de
zapatos. Vamos a casa, diré a mamá que te los compre.
—¿Y qué es
eso de zapatos? —preguntó el ángel.
—Pues mira
—contestó el niño mostrándole los suyos—: algo que yo rompo mucho y que me
cuesta buenos regaños.
—¿Y yo he de
ponerme eso tan feo...?
—Claro...,
¡o no andas! Vamos a casa. Allí mamá te frotará con árnica y te dará calzado.
—Pero si ya
no me es posible andar... ¡cárgame!
—¿Podré
contigo?
—¡Ya lo
creo!
Y el niño
alzó en vilo a su compañero sentándolo en su hombro, como lo hubiera hecho un
diminuto San Cristóbal.
—¡Gracias!
—suspiró el herido—; qué bien estoy así... ¿Verdad que no peso?
—¡Es que yo
tengo fuerzas! —respondió el niño con cierto orgullo y no queriendo confesar
que su celeste fardo era más ligero que uno de plumas.
En esto se
acercaban al lugar, y os aseguro que no era menos peregrino ahora que antes el
espectáculo de un niño que llevaba en brazos a un ángel, al revés de lo que nos
muestran las estampas.
Cuando
llegaron a la casa, sólo unos cuantos chicuelos curiosos le seguían. Los
hombres, muy ocupados en sus negocios, las mujeres que comadreaban en las plazuelas
y al borde de las fuentes, no se habían percatado de que pasaban un niño y un
ángel. Sólo un poeta que divagaba por aquellos contornos, asombrado clavó en
ellos los ojos y sonriendo beatamente los siguió durante buen espacio de tiempo
con la mirada... Después se alejó pensativo...
Grande fue
la piedad de la madre del niño, cuando éste le mostró a su alirroto compañero.
—¡Pobrecillo!
—exclamó la buena señora—; le dolerá mucho el ala, ¿eh?
El ángel, al
sentir que le hurgaban la herida, dejó oír un lamento armonioso. Como nunca
había conocido el dolor, era más sensible a él que los mortales, forjados para
la pena.
Pronto la
caritativa dama le vendó el ala, a decir verdad, con trabajo, porque era tan
grande que no bastaban los trapos; y más aliviado y lejos ya de las piedras del
camino, el ángel pudo ponerse en pie y enderezar su esbelta estatura.
Era
maravilloso de belleza. Su piel translúcida parecía iluminada por suave luz
interior y sus ojos, de un hondo azul de incomparable diafanidad, miraban de
manera que cada mirada producía un éxtasis.
4. Posterior a su lectura se
les harán a los alumnos de forma oral las siguientes preguntas:
a) ¿Te gustó el cuento? SI/NO
¿Por qué?
b) ¿Cuál es el personaje principal del cuento?
c) ¿Crees que los existen
ángeles?
d) ¿Qué hubieras hecho tú si
te encuentras uno?
e) ¿Cómo es el comportamiento del el ángel que
aparece en el cuento (es un ángel amistoso, huraño, valiente, cobarde etc.)?
f) ¿Crees que podría tener
algún otro título el cuento? ¿Cuál sería?
g) ¿Cuál crees que sea el final de la historia?
Escríbelo en tu cuaderno.
Elegimos este cuento porque evoca
indudablemente la época de la infancia donde creemos que una situación de esta
naturaleza es posible en algún momento. Esto nos ayuda crear una identificación
con la historia y lograr una experiencia literaria significativa que parte de
la época donde los alumnos se encuentran en este momento. El cuento nos presenta una situación
increíble haciéndola parecer creíble, gracias tanto a los recursos literarios
que maneja como a los demás elementos que la conforman. Esto lo vemos desde el
lenguaje que se maneja en el texto, ya que resulta sencillo y claro para los
lectores a los que será dirigido, hasta la construcción de personajes y escenarios
cotidianos que se presentan. Esta
actividad está basada en la propuesta de la Doctora Ethel Krauze la cual indica
que para lograr una aproximación favorable de los alumnos con la literatura
esta debe de ser una experiencia viva donde
ellos puedan adentrarse a lo que la obra está diciendo, para ello debemos hacer
a un lado todo tipo de artificios y datos innecesarios que impiden tener la
experiencia y enfocarnos únicamente en lo que de manera personal me significa
esa obra, las emociones y sensaciones que percibo dentro de mí cuando leo ese
poema, cuento u obra de teatro.
3. Para finalizar nuestra actividad
los alumnos elaborarán un modelo de cómo se imaginan que es el Ángel
físicamente, puede ser con un dibujo o diseñado con plastilina, concluido esto haremos
una exposición de todos los modelitos a la comunidad escolar.
BOLSA 4
Buscar tres
definiciones de teoría literaria y confrontarlas, para extraer la propia con
base en dicha confrontación
¿Qué es una teoría? Definicion-concepto-significado-ciencia-filosofía-lógica.
Una teoría es una hipótesis que se ha comprobado con buenos resultados. En todo caso, una hipótesis no se comprueba por el realismo de sus supuestos sino por su capacidad para predecir con exactitud o explicar.
Hace abstracción de los detalles de un acontecimiento, simplifica, generaliza y trata de predecir y explicar el acontecimiento.[14]
Una teoría es una hipótesis que se ha comprobado con buenos resultados. En todo caso, una hipótesis no se comprueba por el realismo de sus supuestos sino por su capacidad para predecir con exactitud o explicar.
Hace abstracción de los detalles de un acontecimiento, simplifica, generaliza y trata de predecir y explicar el acontecimiento.[14]
El Diccionario de la Real
Academia Española de la lengua también maneja estas definiciones:
1. f. Conocimiento especulativo
considerado con independencia de toda aplicación.
2. f. Serie de las leyes que
sirven para relacionar determinado orden de fenómenos.
3. f. Hipótesis cuyas
consecuencias se aplican a toda una ciencia o a parte muy importante de ella.[15]
Primera definición de teoría
literaria
La teoría literaria es la
disciplina científico-filosófica que tiene como objeto de estudio la obra
literaria (discurso lingüístico artístico, creación artística manifestada por
medio de los signos verbales o, de otra manera, discurso lingüístico que
alcanza la categoría de expresión artística), pero, como bien lo dice la
Introducción, ninguna de las teorías literarias ha podido determinar la
especificidad del discurso literario frente a otros textos que utilizan signos
lingüísticos (a no ser diciendo que es artístico), ni la especificidad de la
obra literaria frente a otras creaciones artísticas (a no ser diciendo que es
lingüística).[16]
Segunda definición de teoría
literaria
La Teoría de la Literatura es, en
sus términos específicos, los propios de la Ciencia de la literatura, la
disciplina general, constructiva, descriptiva y teorética que se ocupa de la
Literatura. Constituye, pues, y en modo establecido secularmente por la "ciencia
real", el criterio teórico junto al diacrónico de la Historia de la
literatura y el aplicativo de la Crítica literaria. En su primordial sentido
fuerte, la Teoría de la Literatura se identifica con la techne milenaria y
tradicional tratadísticamente iniciada para Occidente por Aristóteles mediante
sus tratados de Retórica y Poética, es decir las teorías constructivas del
discurso y la obra literaria.[17]
Tercera definición de teoría
literaria
¿Qué es teoría literaria? Lo que se
denomina teoría literaria se constituye con la intersección de diversos ámbitos
del saber, algunos de los cuales son: metodologías de análisis literario;
teorías del lenguaje, filosofía y epistemología.[18]
METODOLOGIAS
FILOSOFIA
Formalismo
Positivismo
Estructuralismo
Fenomenología
Semiótica
Pragmática
Hermenéutica
Deconstruccionismo
Teoría de la recepción
Análisis del discurso
TEORIA LITERARIA
ASPECTOS
TEORIAS DEL
EPISTEMOLIGICOS
LENGUAJE
Inductivismo
Saussure
Hipotético – deductivismo Benveniste
Modelos de cambio (Kuhn – Lakatos –
Laudan)
Hjelmslev
Austin – Searle
Bajtín
Lacan
Definición personal de teoría
literaria
Después de analizar las definiciones
anteriores y por la subjetividad de la materia de estudio considero que no es
fácil encontrar una definición lineal de lo que es la teoría literaria. Incluso
en las definiciones que encontré me di cuenta que los autores no se aventuraron
a dar una definición absoluta ni coincidente en las características que debería
tener. Esto a mi forma de entender comprueba la complejidad y la amplitud del
concepto.
Personalmente explicaría el concepto
de “teoría literaria” como una estructura flexible que contiene todos los
elementos relacionados con la lengua y el lenguaje llámense metodologías,
filosofías, teorías o epistemologías -por citar algunos-. Esta estructura al
mismo tiempo nos servirá como andamiaje para lograr una interrelación de estos
elementos según sea el tema que se vaya a analizar.
Podríamos ejemplificar esto de la
siguiente manera: La teoría sería un telar gigante donde están los hilos de
todos los colores (elementos teóricos) listos para ser usados, pero no todos
estos hilos se pueden ocupar a la vez si no dependiendo la trama que se
necesite esto es, a la obra literaria que se quiera responder es la combinación
de hilos que se hará en ese telar para que juntos; el telar y los hilos logren
crear una tela única.
CONSTRUCCION DE UN MODELO
Si bien el concepto de teoría es algo
abstracto para desarrollarlo con los alumnos de educación básica podemos
apoyarlos a acceder a él mediante su aplicación en una obra literaria,
retomemos nuevamente el cuento de “El ángel caído” de Amado Nervo que es un
cuento con el que nuestros alumnos ya están familiarizados. Como ya se tiene la
experiencia con esta obra ahora trataremos de analizarlo desde afuera es decir ahora si podremos hacer un análisis basándonos
en la forma, es decir desde las
características externas de la obra si así se desea pero después de haber
trabajado con el fondo, que es la
esencia de la obra.
La teoría literaria nos sirve para
encuadrar la obra literaria desde un
marco, un punto o una estructura – como queramos llamarlo- según lo que
queramos analizar. Por ejemplo, si queremos saber que fue lo que provocó en el
lector la lectura de este cuento lo analizaremos con el enfoque de la “Teoría
de la recepción”. En cambio si
queremos conocer las
implicaciones sociales e ideológicas de la obra literaria en determinado
periodo recurriremos al “Marxismo”.
Ahora bien si necesitamos explorar las interrelaciones (las estructuras)
de la obra entre los elementos de, por ejemplo, una narración, más que enfocarse
en el contenido necesitamos hacerlo desde el “Estructuralismo”. Así cada una
tendrá elementos que nos ayudará según lo que se desee analizar por lo que no
existe un modelo único que sea útil para el análisis de todas las obras y sus características,
este se crea en base a las necesidades que el docente demande de la obra.
BOLSA 5
Resumen del prefacio de Una introducción a la teoría literaria
de Terry Eagleton y una conclusión propia.
¿Qué es literatura?
SEGÚN LOS FORMALISTAS RUSOS:
·
La
literatura consiste en una forma de escribir, según palabras textuales del
crítico ruso Roman Jakobson, en la cual "se violenta organizadamente el
lenguaje ordinario". La literatura transforma e intensifica el lenguaje
ordinario, se aleja sistemáticamente de la forma en que se habla en la vida
diaria.
·
La
literatura era una organización especial del lenguaje. Tenía leyes propias
específicas, estructuras y recursos, que debían estudiarse en sí mismos. La
obra literaria era un hecho material cuyo funcionamiento puede analizarse como
se examina el de una máquina. La obra literaria estaba hecha de palabras, no de
objetos o de sentimientos, y era un error considerarla como expresión del
criterio de un autor.
·
Los
formalistas hicieron a un lado el análisis del "contenido" literario
(donde se puede sucumbir a lo psicológico o a lo sociológico), y se concentraron
en el estudio de la forma literaria. Afirmaron que el contenido era meramente
la "motivación" de la forma, una ocasión u oportunidad conveniente
para un tipo particular de ejercicio formal. El formalismo era esencialmente la
aplicación de la lingüística al estudio de la literatura; y como la lingüística
en cuestión era de tipo formal, enfocada más bien a las estructuras del
lenguaje que a lo que en realidad se dijera.
·
Los
formalistas principiaron por considerar la obra literaria como un conjunto más
o menos arbitrario de "recursos", a los que sólo más tarde estimaron
como elementos relacionados entre sí o como "funciones" dentro de un
sistema textual total. Entre los "recursos" quedaban incluidos
sonidos, imágenes, ritmo, sintaxis, metro, rima, técnicas narrativas, en
resumen, el arsenal entero de elementos literarios formales. Estos compartían
su efecto “enajenante” o “desfamiliarizante”.
·
Lo
específico del lenguaje literario, lo que lo distinguía de otras formas de
discurso era que "deformaba" el lenguaje ordinario en diversas
formas. Sometido a la presión de los recursos literarios, el lenguaje literario
se intensificaba, condensaba, retorcía, comprimía, extendía, invertía.
·
Reconocían
que tanto las normas como las desviaciones cambiaban al cambiar el contexto
histórico o social y que, en este sentido, lo "poético" depende del
punto donde uno se encuentra en un momento dado. Suponían que la
“rarefacción" era la esencia de lo literario. Por decirlo así,
"relativizaban" este empleo del lenguaje, lo veían como contraste
entre dos formas de expresarse.
SEGÚN JOHN M. ELLIS:
·
Cualquier
texto que, por tal o cual razón, alguien tiene en mucho. Se refieren al papel
que desempeña un texto o un cardo en un contexto social, a lo que lo relaciona
con su entorno y a lo que lo diferencia de él, a su comportamiento, a los fines
a los que se le puede destinar y a las actividades humanas que lo rodean. En
este sentido, "literatura" constituye un tipo de definición hueca,
puramente formal. son términos más funcionales que ontológicos, se
refieren a lo que hacemos y no al ser fijo de las cosas.
SEGÚN TERRY EAGLETON:
·
“Literatura” es una forma de escribir
altamente estimada, pero encierra una consecuencia un tanto devastadora
significa que podemos abandonar de una vez por todas la ilusión de que la
categoría “literatura” es “objetiva”, en el sentido de ser algo inmutable, dado
para toda la eternidad. Cualquier cosa puede ser literatura, y cualquier cosa
que inalterable e incuestionablemente se considera literatura-Shakespeare,
pongamos por caso— puede dejar de ser literatura.
·
Los
juicios de valor tienen ciertamente mucho que ver con lo que se juzga como
literatura y con lo que se juzga que no lo es, si bien no necesariamente en el
sentido de que un escrito, para ser literario, tenga que caber dentro de la
categoría de lo “bien escrito”, sino que tiene que pertenecer a lo que se
considera “bien escrito” aun cuando se trate de un ejemplo inferior de una
forma generalmente apreciada.
·
Los
juicios de valor son notoriamente variables, por eso se deduce de la definición
de literatura como forma de escribir altamente apreciada que no es una entidad
estable. Así, como en una época la gente puede considerar filosófica la obra
que más tarde calificará de literaria, o viceversa, también puede cambiar de
opinión sobre lo que considera escritos valiosos. Más aun, puede cambiar de
opinión sobre los fundamentos en que se basa para decidir entre lo que es
valioso y lo que no lo es.
·
Por otra
parte, esto no significa que el llamado “canon literario”, la intocable
“gloriosa tradición” de la “literatura nacional” tenga que tomarse como un
concepto —una “construcción”— cuya conformación estuvo a cargo de ciertas
personas movidas por ciertas razones en cierta época. No hay ni obras ni
tradiciones literarias valederas, por sí mismas, independientemente de lo que
sobre ellas se haya dicho o se vaya a decir. “Valor” es un término transitorio,
significa lo que algunas personas aprecian en circunstancias específicas,
basándose en determinados criterios y a la luz de fines preestablecidos.
·
El que
siempre interpretemos las obras literarias, hasta cierto punto, a través de lo
que nos preocupa o interesa (es un hecho que en cierta forma “lo que nos
preocupa o interesa” nos incapacita para obrar de otra forma), quizá explique
por qué ciertas obras literarias parecen conservar su valor a través de los
siglos. Las sociedades “rescriben”, así sea inconscientemente todas las obras
literarias que leen. Más aun, leer equivale siempre a “rescribir”. Ninguna
obra, ni la evaluación que en alguna época se haga de ella pueden, sin más ni
más, llegar a nuevos grupos humanos sin experimentar cambios que quizá las
hagan irreconocibles. Esta es una de las razones por las cuales lo que se
considera como literatura sufre una notoria inestabilidad.
CONCLUSION:
La literaria es un concepto se ha ido conformando en base a
las necesidades e inquietudes en diferentes épocas. El concepto engloba tanto
la forma, el fondo, a quienes va dirigido como los parámetros para que un
determinado texto pueda llamarse “literario”. Dichos parámetros parten de los juicios de valor o valores literarios que tienen un papel fundamental en la
clasificación que se hará del texto pues ellos serán el indicador que defina si
se considera o no literario. Cabe mencionar que estos juicios no son patrones
inamovibles, estos van cambiando acorde las personas, los lugares y las épocas
en que se desarrollan de ahí que dentro de las características de la literatura
también encontremos el término de “inestabilidad” como un elemento permanente
en la historia literaria.
Es importante conocer esto porque dentro del aula nosotros
junto con nuestros alumnos podemos definir los juicios de valor que
consideremos importantes en la elaboración y clasificación de un texto, por ejemplo
si analizamos una poesía los alumnos pueden determinar qué características
serán las deseables para considerarla o no literarias. En tercer grado de
educación primaria los niños ya están familiarizados con las definiciones de verso,
estrofa, rima consonante, rima asonante, aliteración, onomatopeya y símil de
manera que estos -todos o algunos de ellos - se podrían tomar como juicios de
valor. Lo importante es que el alumno tenga la libertad y la confianza
suficiente para saber que él también puede decidir que sí y que no entra en la
clasificación de una obra, que esto no corresponde únicamente al docente, si no
que él también puede ser un participante activo en sus conocimientos. La idea es, más que enseñar es acercar al
alumno los elementos necesarios para que sea autónomo en la construcción sus
aprendizajes.
BOLSA 6
ACTIVIDAD A DESARROLLAR: Análisis del cuento “El escarabajo”
de Federico Gana por parte de diferentes grados de alumnos del Educación Primaria.
El trabajo que realizaremos tiene dos propósitos, por un
lado el cuento servirá para los alumnos como modelo para el análisis de “descripción
de escenarios y personajes de un cuento” que es un tema propio del tercer
grado, por otra parte saber cómo reaccionan diferentes lectores a una misma
obra, con lo cual estaremos aplicando la teoría literaria de la recepción.
Elegimos el cuento de “El escarabajo” por sus “brillantes imágenes poéticas,
vívida construcción de colores, obsesivo movimiento y atracción por lo
intenso”. (Mentón pág. 167). La descripción que presenta de los escenarios y
personajes es detallada y de fácil comprensión algo que buscamos para trabajar
con los niños de edad escolar. La narración es lineal y el final contiene
elementos que dan lugar a una interpretación personal de manera que esto nos
servirá a la hora de analizar la recepción de la obra.
Para iniciar la actividad propondremos a los alumnos conocer
el cuento a través de una lectura por turnos que se hará en un espacio
acondicionado especialmente para tal fin. Después de esta lectura comentaremos
de qué ha tratado el cuento, si fue fácil de entender, si les ha gustado,
quienes serían sus personajes favoritos y porque. Es importante prestar
especial atención a las respuestas dadas ya que estas nos servirán para el
punto comparativo de la recepción del cuento. También es importante ayudar a
los alumnos a identificar que aun siendo el mismo cuento el que han leído cada
uno de ellos tiene una opinión particular y posiblemente diferente sobre el
mismo.
Esta actividad la
haremos con tres grados diferentes de la misma escuela. Lo que nos interesa
descubrir de la aplicación de esta actividad es establecer si hay una relación
entre la edad de los alumnos y la interpretación del cuento. Según la semiótica
el papel del lector en la interpretación de un texto es muy importante, el
texto no puede estar completo si el lector no le da un significado propio de
tal suerte que un mismo texto puede tener diferentes interpretaciones según sea
la persona que lo esté leyendo, incluso puede significar algo que el autor ni
siquiera imagina o algo totalmente opuesto a la idea original, esto va a
depender completamente del lector. Para ello debemos también el aspecto
sociocultural de los alumnos que es lo que también nos dará una interpretación
diferente del cuento.
El
contenido de la obra no aparece explícito en la superficie significante del
texto y, por esto, el lector es postulado como un principio activo de la
interpretación. Su trabajo de cooperación es fundamental para extraer aquello
no dicho, pero implicado; para llenar los espacios vacíos y conectar lo que
aparece en la obra con el tejido de la intertextualidad. [19]
En la segunda parte de esta actividad trabajaremos el aspecto
estructural del cuento, aquí analizaremos los elementos que puede tener una
descripción, conocer las estructuras que lo conforman. En la medida de posible
intentaremos practicar con los alumnos algunas de estas técnicas que hacen
posibles que los lectores vean lo que
el autor está narrando. De esta manera hacemos que la experiencia literaria sea
disfrutable a nuestros sentidos y al mismo tiempo didáctica.
No debemos olvidar que el primer paso para desarrollar este
trabajo es disfrutar de la obra de una manera libre, sin buscar ni analizar
nada previamente. Debemos privilegiar la experiencia literaria antes que algún
análisis de cualquier tipo. Es importante tener esto en cuenta para lograr que
los alumnos estén más interesados y receptivos a entrar en el aspecto didáctico
de la obra.
[1] González Jiménez Félix e. Generación
del conocimiento y actividad educativa, Revista Complutense de Educación.
Disponible en: https://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/viewFile/RCED0101220427A/16728
[2] KRAUZE Ethel, Desnudando a la
musa: ¿qué hay detrás del talento literario?, México DF/ Conaculta, 2011,
p. 37.
[3] KRAUZE Ethel, La casa de la
literatura, México DF/UACM, 2009, p. 7.
[4] Ibíd. p. 9
[5] Ibíd. p. 11
[6] KRAUZE. Como acercarse a la
poesía México DF/NORIEGA, 2002, p. 39.
[7] KRAUZE. Desnudando a la musa:
¿qué hay detrás del talento literario? Op. Cit., p. 50
[8] Ibíd. p. 16
[9] KRAUZE. Cómo acercarse a la
poesía Op. Cit., p. 40
[10] Ibíd. p. 37 - 40
[11] Ibíd. p. 74
[12] Ibíd. p. 39
[13] Ibíd. p. 47
[14]Teoría literaria, definición. [consulta en línea] http://pcweb.info/teoria/
[15] Diccionario de la
Real Academia Española http://dle.rae.es/?id=ZVMWXKy
[16] Carrasco Ivan. Estudios
Filológicos, N° 36, 2001, pp. 191-192. [consulta en línea] http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0071-17132001003600015&script=sci_arttext
[17] Teoría literaria, definición. [consulta en línea] https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_literaria
[18] Introducción a las Teorías
literarias. [Consulta en línea] http://letras-uruguay.espaciolatino.com/teoria_literaria/dos.pdf
[19] Castro O., Posada C., (1994). “Semiótica y literatura” en Manual de teoría literaria. Pág. 149. Colombia.
Universidad de Antioquía.
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