DEFINICIÓN
DE DICCIONARIO ESPECIALIZADO:
El diccionario menciona que “El
ensayo es uno de los textos más
flexibles y adaptables de todas formas literarias”, y agrega enseguida que
el ensayo, “es una reflexión personal e informal”. Una palabra que de
entrada se entendería como queja, termina por revelar una virtud: la
informalidad. Porque las palabras significan cosas diferentes en contextos
diferentes y, aquí, "informalidad" no tiene el sentido de algo dejado
en la superficie del agua, sino de algo que se zambulle con movimientos
gráciles. La gracia es importante cuando se definen los movimientos de ese ente
peculiar llamado "ensayo".
J. A. CUDDON, Dictionary
of Literary Terms and Literary Theory, p. 307.
DEFINICIÓN
DE UN AUTOR
Arturo Souto menciona que el
ensayo es uno de los géneros literarios que requiere de mayor madurez, es un
producto de largas meditaciones, es un texto aparentemente sencillo pero su
producción requiere un gran esfuerzo, además añade que no consiste en la exposición
de conocimientos o en el ordenamiento de datos sino en la generación de ideas
nuevas sobre algo que se creía ya conocido.
“Lo esencial en el ensayo es
su sentido de exploración, su audacia y su originalidad. Lo demás, que sea
breve, que carezca de aparato erudito, que sea híbrido entre la imaginación y
el razonamiento, entre la fantasía y la exploración, no son sino rasgos
secundarios.”
Souto Arturo, EL ENSAYO, Complejo editorial
latinoamericano, SA., México, 1973.
TEORÍA
LITERARIA
En el caso del ensayo, pues,
parece claro que la determinación de su estatuto debe ser objeto de una poética
condicionalista, la única capaz de acoger textos cuya pertenencia a la
literatura no es un rasgo esencial (en el sentido de que este rasgo no es
“dado” por la institución literaria), pero que pueden ser interrogados a la luz
de la función poética jakobsoniana (de forma amplia). De este modo, pueden ser
“recuperados” para la literatura, textos en principio escritos para la moral,
la filosofía o la religión de autores tan diversos y dispares como Platón, La
Rochefoucauld, Michelet, Sade, Fourier o Loyola.
La heterogeneidad de los
textos que componen el ensayo y su resistencia o rechazo a pertenecer a ningún
género repertoriado, lejos de haber frenado la emergencia de teorías del ensayo
como género, parece haberlas estimulado (a partir del romanticismo alemán y la
eclosión del pensamiento teórico a que este dio lugar). El ensayo es más bien
un “género fuerte” que obliga a una drástica reconfiguración del campo literario
y de la idea misma de literatura y de lo que esta puede o debe abrazar.
El ensayo como género mestizo
La
resistencia del ensayo a adoptar ninguna norma de escritura en particular
determina una apertura que no excluye a priori forma alguna y que favorece
entre ciertos teóricos un pensamiento de lo mixto que se plasma en la búsqueda
de afinidades electivas entre el ensayo y los demás géneros. Es significativa,
en este sentido, la profusión de “formas próximas” o afines, tanto ficcionales
como no ficcionales, con las que se ha comparado o de las que se ha distinguido
el ensayo. En calidad de texto no ficcional, el ensayo suscita su confrontación
con los textos científicos, filosóficos y periodísticos que, como el tratado,
el panfleto, la biografía, el artículo o el folletín, hablan del mundo sin
filtrarlo a través de la creación de un nuevo mundo posible, lo que por tanto
sitúa el ensayo, en mayor o menor medida, en el campo de los discursos de
realidad. Pero, como se distingue visiblemente de estos géneros por su ambición
estética, se lo compara asimismo con las formas ficcionales de la prosa (del
diario íntimo al autorretrato y todos los géneros del vasto ámbito de la
literatura del “yo”, pasando por la novela, el poema en prosa e incluso el
drama).
Los
teóricos que han formulado la tesis del ensayo como género mestizo oscilan
entre una valoración positiva que se plasma en el uso de metáforas
favorecedoras como la del camaleón o el mosaico, o una valoración peyorativa
que subyace en el uso de imágenes despectivas como la del bastardo, la quimera,
el popurrí o el cajón de sastre. En su vertiente positiva, el ensayo es el
género que utiliza todas las formas y modalidades de los demás géneros en una
mezcla que da lugar a un resultado único y particular. En este sentido, el
ensayo no sería tanto “un poco de todos los géneros” sino un género con
identidad propia.
Aullón
de Haro, Pedro (1992), Teoría del ensayo como categoría polémica y
programática en el marco de un sistema global de géneros, Madrid, Verbum.
Me
quedo en mi canasta con la falsa creencia de las clasificaciones genéricas
puras y de la búsqueda misma de la “esencia” y propiedades intrínsecas de los
géneros, y a atender más bien a su “funcionamiento”. Sin embargo, el mayor
fruto del pensamiento sobre el ensayo es en mi opinión el de haber incidido en
la cuestión del “valor”, cualidad que sin duda el ensayo comparte con todas las
formas condicionalmente literarias, y que en los tiempos duros de la teoría se
vio arrinconada por su carácter acategórico. Los teóricos raramente explicitan
este desplazamiento contemporáneo de la genericidad a la literariedad. Pero es
fundamental, ya que induce o incita a pensar que “a menos género, más
literatura”.
Rocio: Es un recorrido por diversas definiciones del ensayo. Creo que la característica principal del ensayo es su cualidad de ensayar, probar, explorar un asunto, sin la intención de emitir juicios definitivos, sino ser el punto de partida para la reflexión y el análisis. Y el ensayo es un escrito que sirve al arte literario y al conocimiento científico.
ResponderEliminarRocío,la definición que más acertada me pareció al concepto que yo tengo de ensayo fue la del autor. Pero me surgió una duda: ¿es finalmente el ensayo un género antiguo o moderno? Por otra parte no creo que se le pueda clasificar como híbrido sino más bien como un medio como dice Hernán para explorar, exponer, teorizar, analizar y finalmente, aportar a cualquier rama del conocimiento a la que se aplique.
ResponderEliminarRocío,la definición que más acertada me pareció al concepto que yo tengo de ensayo fue la del autor. Pero me surgió una duda: ¿es finalmente el ensayo un género antiguo o moderno? Por otra parte no creo que se le pueda clasificar como híbrido sino más bien como un medio como dice Hernán para explorar, exponer, teorizar, analizar y finalmente, aportar a cualquier rama del conocimiento a la que se aplique.
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