miércoles, 11 de septiembre de 2013

UNA TARDE PARA MORIR DE AMOR

En una puesta de sol que me consume,
tatúas sobre mi piel y ese dolor,
son las ropas de fuego que me cubren,
Jeroglíficos cubiertos de sangre.

Soy la hoguera que busca apagarse,
y en tu mirada no hay más que sequía.
Tu boca es una flor envenenada.
Tu cuerpo perdición del más honrado.

Y las hermosas formas de tu cuerpo,
son insensibles, boca sabor tierra
Cubierta de peligros que no veo,

laberintos que niegan la salida.

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