jueves, 13 de junio de 2013


Enseñar a escribir y escribir para enseñar
Pretexto
La brecha generacional se ha acentuado durante las últimas décadas y las  as nuevas tecnologías (video juegos personales, consolas de videojuegos, internet y redes sociales en distintas variantes)  son causa de la falta de comunicación y por ende del  distanciamiento familiar. Por una parte el padre generalmente no está al tanto del “mundo desconocido” donde su hijo se desenvuelve la mayor parte del día, esto lo lleva a pensar en los jóvenes como seres pasivos, flojos, apáticos y faltos de interés en las cuestiones que para él (padre o padres) son importantes, sin olvidar la preocupación e impotencia ante todas las amenazas que acechan a los jóvenes dentro de estas nuevas tecnologías. En contracara el hijo percibe en estos nuevos medios “su realidad” pues es aquí donde todos o la mayor parte de los jóvenes se desarrollan diariamente y ante la negativa de los padres a entenderlos ellos se crean a su vez la imagen de un padre carente de interés ante las cosas que a él le atraen, incapaz de entender sus gustos y ante esa ignorancia e incomprensión pueden llegar a ver a un ser cerrado y autoritario capaz de restringirle o prohibirle el uso de la nueva realidad.

Cuando el prejuicio y el desconocimiento asaltan las familias tenemos casas con hijos ajenos y distantes al cotidiano familiar, al mismo tiempo, padres preocupados, inseguros y muchas veces ante los ojos del hijo: aburridos y pasados de moda.

¿Cómo romper o acortar una brecha que nos distancia cada día más? Entendiendo en la escritura esa forma de auto explorar y explicar pasajes generalmente ocultos a nosotros mismos, expresar aquello que nuestra boca se niega a hacer a pesar de estar convencidos de su conveniencia, de compartir ante nosotros mismos aquellos que duele y preocupa realmente pero que callamos ante los demás. Por eso entiendo en la escritura una alternativa real ante la problemática antes planteada, pero desafortunadamente sólo escribimos por pedido especial o para comunicarnos en forma básica  pues al crecer se nos enseña a escribir pero ese proceso, una vez cumplido, no recibe continuidad alguna, dejando a la acción de escribir como una variante más de la comunicación, delimitándola así de gran forma. Olvidamos la función educadora de la escritura, hacia uno mismo y los demás, por eso debemos evolucionar la escritura, dejando atrás la antigua forma de enseñar a escribir e iniciando a escribir para enseñar. Escribir para enseñar a expresar lo que realmente sentimos ante aquellos a quienes amamos, pero no dejándolo en mera letra que se encarga al olvido, es también aprender mediante la escritura a hablar y escuchar lo que siente el de enfrente. Quizá sea mediante este diálogo que logremos ganarle espacio a esta distancia que actualmente nos devora. 

Actividades dentro del contexto familiar
Dedicar una hora de tiempo al día para compartir intereses e inquietudes.

Mediante sesiones de escritura (en un primer momento para después dialogarlas) explicar el porqué de su interés o desinterés (gusto o disgusto) hacia las actividades del “otro”  y así mismo el porqué del gusto por las suyas.

Lectura familiar de los escritos y explicación verbal de los mismos.

Redacción contextualizadora: mediante escritos, el padre explica al hijo cómo era su ciudad o pueblo durante su infancia, con qué recursos materiales se contaba, cuáles eran las tecnologías de punta de aquella época, cómo impactaban en ellos y que postura tenían sus padres con estas mismas. A su vez el hijo explica los beneficios de la tecnología actual: acceder a videos y música de distintas épocas, contactar a familiares distantes mediante correos electrónicos o videollamadas, búsqueda eficiente de información actual, el ahorro económico de las distintas alternativas de comunicación, a su vez pueden intentar jugar juntos algunos juegos de video.

Elaboración de manuales sencillos para desarrollar las actividades seleccionadas: el padre le enseña al hijo juegos y actividades que prácticamente se encuentran en desuso en la actualidad y de las cuales joven no se haya interesado o no conozca (juegos antes tradicionales: amoato, ladrones y policías, basta, etc. todos estos de acuerdo a la edad de los hijos), también el hijo puede hacer lo mismo con los temas mencionados anteriormente. 

Contexto escolar
Conversar e interesar a los padres de las nuevas problemáticas que acechan a sus hijos en y debido a las nuevas tecnologías. Durante las juntas de padres escribir cual es la situación familiar real ante esta problemática y las acciones tomadas en relación a éstas, compartiendo los resultados obtenidos para luego compartirlos mediante charlas grupales.

Plantear la alternativa de interesarse en ellas, entendiéndolas primero para luego definir una postura informada.

Creación de un blog escolar para padres, donde puedan socializar la información y avances.

Charlas a los estudiantes para enseñarles el manejo adecuado del internet.

Creación de un blog escolar para estudiantes donde se compartan intereses y experiencias positivas y negativas en relación a las nuevas tecnologías.

Charlas entre padres e hijos convocadas por la escuela con la finalidad de ejercitar el interés y conocimiento mutuo.

Agendar y proporcionar un espacio para los padres interesados en aprender a hacer uso de las nuevas tecnologías y alternativas.

Contexto social
Buscar el establecimiento de vínculos con asociaciones o instituciones oficiales que pudieran explicar y plantear soluciones ante su problemática.

Buscar expositores que expliquen a los jóvenes los riesgos y medidas preventivas ante las amenazas de las nuevas tecnologías.

Buscar el establecimiento espacios comunitarios donde los padres puedan ser asesorados y capacitados en el manejo eficiente de las nuevas tecnologías.

Política pública
Establecer espacios de uso y  capacitación permanentes para que los padres e hijos que no cuenten computadora en casa puedan acceder a las nuevas tecnologías.

Campañas mediáticas de concientización en cuanto a los riesgos y beneficios de las nuevas tecnologías.






 Seguramente el mero acto de escribir no enseñará a los padres a usar una computadora o a compartir sinceramente, con los padres de los compañeros de escuela de sus hijos, la problemática y preocupación vivida en su familia, tampoco hará de los muchachos personas más sensibles en el ambiente familiar y conscientes de los riesgos que acompañan a las tecnologías actuales. Veo en la función de la escritura algo más simple y a la vez complejo: procesos que entrañan conciencia y participación familiar; desprendimiento de ese papel casi canónico de padre, y turbulento y rebelde del hijo. Es aprender a expresar consigo mismo primero eso que se quiere, duele y preocupa, para después practicar el diálogo solucionador, si esto se logra, entonces seguramente el hijo enseñará con gusto al padre y compartirá sus gustos, intereses y expectativas, el padre por su parte, también podrá renunciar a su indiferencia por lo nuevo y dedicarse a aprender, quizá no tanto por el gusto de conocer, sino por acercarse y compartir con su hijo. 

1 comentario:

  1. Hola doctora, antes de redactar tenía dos escritos afines que se movian a la par y no sabía cuál de los dos subir al blog. El primero trataba de la brecha que se abre entre los jovenes y sus padres debido a las nuevas tecnologias y el otro giraba en torno a cómo involucrar a los padres en los nuevos intereses de sus hijos. Al final opté por fusionarlos pues vi un mismo hilo conductor, tengo muchas dudas con respecto a la efectividad de la fusión pero me pareció interesante tratar de hacerlo.

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