Enseñar a escribir y escribir para enseñar
Pretexto
La brecha generacional se ha
acentuado durante las últimas décadas y las as nuevas tecnologías (video juegos
personales, consolas de videojuegos, internet y redes sociales en distintas
variantes) son causa de la falta de comunicación
y por ende del distanciamiento familiar.
Por una parte el padre generalmente no está al tanto del “mundo desconocido”
donde su hijo se desenvuelve la mayor parte del día, esto lo lleva a pensar en
los jóvenes como seres pasivos, flojos, apáticos y faltos de interés en las
cuestiones que para él (padre o padres) son importantes, sin olvidar la
preocupación e impotencia ante todas las amenazas que acechan a los jóvenes dentro
de estas nuevas tecnologías. En contracara el hijo percibe en estos nuevos
medios “su realidad” pues es aquí donde todos o la mayor parte de los jóvenes se
desarrollan diariamente y ante la negativa de los padres a entenderlos ellos se
crean a su vez la imagen de un padre carente de interés ante las cosas que a él
le atraen, incapaz de entender sus gustos y ante esa ignorancia e incomprensión
pueden llegar a ver a un ser cerrado y autoritario capaz de restringirle o prohibirle el uso de
la nueva realidad.
Cuando el prejuicio y el
desconocimiento asaltan las familias tenemos casas con hijos ajenos y distantes
al cotidiano familiar, al mismo tiempo, padres preocupados, inseguros y muchas
veces ante los ojos del hijo: aburridos y pasados de moda.
¿Cómo romper o acortar una brecha
que nos distancia cada día más? Entendiendo en la escritura esa forma de auto
explorar y explicar pasajes generalmente ocultos a nosotros mismos, expresar
aquello que nuestra boca se niega a hacer a pesar de estar convencidos de su
conveniencia, de compartir ante nosotros mismos aquellos que duele y preocupa
realmente pero que callamos ante los demás. Por eso entiendo en la escritura
una alternativa real ante la problemática antes planteada, pero
desafortunadamente sólo escribimos por pedido especial o para comunicarnos en
forma básica pues al crecer se nos
enseña a escribir pero ese proceso, una vez cumplido, no recibe continuidad
alguna, dejando a la acción de escribir como una variante más de la
comunicación, delimitándola así de gran forma. Olvidamos la función educadora
de la escritura, hacia uno mismo y los demás, por eso debemos evolucionar la
escritura, dejando atrás la antigua forma de enseñar a escribir e iniciando a
escribir para enseñar. Escribir para enseñar a expresar lo que realmente
sentimos ante aquellos a quienes amamos, pero no dejándolo en mera letra que se
encarga al olvido, es también aprender mediante la escritura a hablar y
escuchar lo que siente el de enfrente. Quizá sea mediante este diálogo que
logremos ganarle espacio a esta distancia que actualmente nos devora.
Actividades dentro del contexto familiar
Dedicar una hora de tiempo al día para
compartir intereses e inquietudes.
Mediante sesiones de escritura
(en un primer momento para después dialogarlas) explicar el porqué de su interés
o desinterés (gusto o disgusto) hacia las actividades del “otro” y así mismo el porqué del gusto por las
suyas.
Lectura familiar de los escritos
y explicación verbal de los mismos.
Redacción contextualizadora:
mediante escritos, el padre explica al hijo cómo era su ciudad o pueblo durante
su infancia, con qué recursos materiales se contaba, cuáles eran las tecnologías
de punta de aquella época, cómo impactaban en ellos y que postura tenían sus
padres con estas mismas. A su vez el hijo explica los beneficios de la tecnología
actual: acceder a videos y música de distintas épocas, contactar a familiares
distantes mediante correos electrónicos o videollamadas, búsqueda eficiente de información
actual, el ahorro económico de las distintas alternativas de comunicación, a su
vez pueden intentar jugar juntos algunos juegos de video.
Elaboración de
manuales sencillos para desarrollar las actividades seleccionadas: el padre le enseña
al hijo juegos y actividades que prácticamente se encuentran en desuso en la
actualidad y de las cuales joven no se haya interesado o no conozca (juegos
antes tradicionales: amoato, ladrones y policías, basta, etc. todos estos de acuerdo
a la edad de los hijos), también el hijo puede hacer lo mismo con los temas
mencionados anteriormente.
Contexto escolar
Conversar e interesar a los
padres de las nuevas problemáticas que acechan a sus hijos en y debido a las
nuevas tecnologías. Durante las juntas de padres escribir cual es la situación familiar
real ante esta problemática y las acciones tomadas en relación a éstas,
compartiendo los resultados obtenidos para luego compartirlos mediante charlas
grupales.
Plantear la alternativa de
interesarse en ellas, entendiéndolas primero para luego definir una postura
informada.
Creación de un blog escolar para
padres, donde puedan socializar la información y avances.
Charlas a los estudiantes para
enseñarles el manejo adecuado del internet.
Creación de un blog escolar para
estudiantes donde se compartan intereses y experiencias positivas y negativas
en relación a las nuevas tecnologías.
Charlas entre padres e hijos
convocadas por la escuela con la finalidad de ejercitar el interés y
conocimiento mutuo.
Agendar y proporcionar un espacio
para los padres interesados en aprender a hacer uso de las nuevas tecnologías y
alternativas.
Contexto social
Buscar el establecimiento de vínculos
con asociaciones o instituciones oficiales que pudieran explicar y plantear
soluciones ante su problemática.
Buscar expositores que expliquen
a los jóvenes los riesgos y medidas preventivas ante las amenazas de las nuevas
tecnologías.
Buscar el establecimiento espacios
comunitarios donde los padres puedan ser asesorados y capacitados en el manejo
eficiente de las nuevas tecnologías.
Política pública
Establecer espacios de uso y capacitación permanentes para que los padres e
hijos que no cuenten computadora en casa puedan acceder a las nuevas tecnologías.
Campañas mediáticas de concientización
en cuanto a los riesgos y beneficios de las nuevas tecnologías.
Seguramente el mero acto de escribir no enseñará a los padres a usar una computadora o a compartir sinceramente, con los padres de los compañeros de escuela de sus hijos, la problemática y preocupación vivida en su familia, tampoco hará de los muchachos personas más sensibles en el ambiente familiar y conscientes de los riesgos que acompañan a las tecnologías actuales. Veo en la función de la escritura algo más simple y a la vez complejo: procesos que entrañan conciencia y participación familiar; desprendimiento de ese papel casi canónico de padre, y turbulento y rebelde del hijo. Es aprender a expresar consigo mismo primero eso que se quiere, duele y preocupa, para después practicar el diálogo solucionador, si esto se logra, entonces seguramente el hijo enseñará con gusto al padre y compartirá sus gustos, intereses y expectativas, el padre por su parte, también podrá renunciar a su indiferencia por lo nuevo y dedicarse a aprender, quizá no tanto por el gusto de conocer, sino por acercarse y compartir con su hijo.
Seguramente el mero acto de escribir no enseñará a los padres a usar una computadora o a compartir sinceramente, con los padres de los compañeros de escuela de sus hijos, la problemática y preocupación vivida en su familia, tampoco hará de los muchachos personas más sensibles en el ambiente familiar y conscientes de los riesgos que acompañan a las tecnologías actuales. Veo en la función de la escritura algo más simple y a la vez complejo: procesos que entrañan conciencia y participación familiar; desprendimiento de ese papel casi canónico de padre, y turbulento y rebelde del hijo. Es aprender a expresar consigo mismo primero eso que se quiere, duele y preocupa, para después practicar el diálogo solucionador, si esto se logra, entonces seguramente el hijo enseñará con gusto al padre y compartirá sus gustos, intereses y expectativas, el padre por su parte, también podrá renunciar a su indiferencia por lo nuevo y dedicarse a aprender, quizá no tanto por el gusto de conocer, sino por acercarse y compartir con su hijo.
Hola doctora, antes de redactar tenía dos escritos afines que se movian a la par y no sabía cuál de los dos subir al blog. El primero trataba de la brecha que se abre entre los jovenes y sus padres debido a las nuevas tecnologias y el otro giraba en torno a cómo involucrar a los padres en los nuevos intereses de sus hijos. Al final opté por fusionarlos pues vi un mismo hilo conductor, tengo muchas dudas con respecto a la efectividad de la fusión pero me pareció interesante tratar de hacerlo.
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