martes, 24 de mayo de 2016

Bolsa 6 Kyra Galván Haro


Tarea 6 Canasta Básica 4 Seminario dra. Ethel Krauze K.
Alumna: Kyra Galván Haro
Objetivo: Relacionar alguna obra literaria con la aplicación de alguna teoría literaria y diseñar un ejercicio didáctico. 

La Tercera Expedición - Cronicas Marcianas de Ray Bradbury

(Fragmento)

La nave vino del espacio. Vino de las estrellas, y las velocidades negras, y los movimientos brillantes, y los silenciosos abismos del espacio. Era una nave nueva, con fuego en las entrañas y hombres en las celdas de metal, y se movía en un silencio limpio, vehemente y cálido. Llevaba diecisiete hombres, incluyendo un capitán. En la pista de Ohio la muchedumbre había gritado agitando las manos a la luz del sol, y el cohete había florecido en ardientes capullos de color y había escapado alejándose en el espacio ¡en el tercer viaje a Marte!
Ahora estaba desacelerando con una eficiencia metálica en las atmósferas superiores de Marte. Era todavía hermoso y fuerte. Había avanzado como un pálido leviatán marino por las aguas de medianoche del espacio; había dejado atrás la luna antigua y se había precipitado al interior de una nada que seguía a otra nada. Los hombres de la tripulación se habían golpeado, enfermado y curado, alternadamente. Uno había muerto, pero los dieciséis sobrevivientes, con los ojos claros y las caras apretadas contra las ventanas de gruesos vidrios, observaban ahora cómo Marte oscilaba subiendo debajo de ellos.
-¡Marte! -exclamó el navegante Lustig.
-¡El viejo y simpático Marte! -dijo Samuel Hinkston, arqueólogo.
-Bien -dijo el capitán John Black.
El cohete se posó en un prado verde. Afuera, en el prado, había un ciervo de hierro. Más allá, se alzaba una alta casa victoriana, silenciosa a la luz del sol, toda cubierta de volutas y molduras rococó, con ventanas de vidrios coloreados: azules y rosas y verdes y amarillos. En el porche crecían unos geranios, y una vieja hamaca colgaba del techo y se balanceaba, hacia atrás, hacia delante, hacia atrás, hacia delante, mecida por la brisa. La casa estaba coronada por una cúpula, con ventanas de vidrios rectangulares y un techo de caperuza. Por la ventana se podía ver una pieza de música titulada Hermoso Ohio, en un atril.
Alrededor del cohete y en las cuatro direcciones se extendía el pueblo, verde y tranquilo bajo el cielo primaveral de Marte. Había casas blancas y de ladrillos rojos, y álamos altos que se movían en el viento, y arces y castaños, todos altos. En el campanario de la iglesia dormían unas campanas doradas.
Los hombres del cohete miraron fuera y vieron todo esto. Luego se miraron unos a otros y miraron otra vez fuera, pálidos, tomándose de los codos, como si no pudieran respirar.
-Demonios -dijo Lustig en voz baja, frotándose torpemente los ojos-. Demonios.
-No puede ser -dijo Samuel Hinkston.
Se oyó la voz del químico.
-Atmósfera enrarecida, señor, pero segura. Hay suficiente oxígeno.
-Entonces saldremos -dijo Lustig.
-Esperen -replicó el capitán John Black-. ¿Qué es esto en realidad?
-Es un pueblo, con aire enrarecido, pero respirable, señor.
-Y es un pueblo idéntico a los pueblos de la Tierra -dijo Hinkston el arqueólogo-. Increíble. No puede ser, pero es.
El capitán John Black lo miró inexpresivamente.
-¿Cree usted posible que las civilizaciones de dos planetas marchen y evolucionen de la misma manera, Hinkston?
-Nunca lo hubiera pensado, capitán.
El capitán se acercó a la ventana.
-Miren. Geranios. Una planta de cultivo. Esa variedad específica se conoce en la Tierra sólo desde hace cincuenta años. Piensen cómo evolucionan las plantas, durante miles de años. Y luego díganme si es lógico que los marcianos tengan: primero, ventanas con vidrios emplomados; segundo, cúpulas; tercero, columpios en ¡Os Porches; cuarto, un instrumento que parece un piano y que probablemente es un piano; y quinto, si miran ustedes detenidamente por la lente telescópica, ¿es lógico que un compositor marciano haya compuesto una pieza de música titulada, aunque parezca mentira, Hermoso Ohio? ¡Esto querría decir que hay un río Ohio en Marte!

Relaciono este fragmento de un texto de Ray Bradbury donde los exploradores llegan a Marte y se topan con un pueblo idéntico a los que se encuentran en Estados Unidos, específicamente en el estado de Ohio, con la teoría literaria de la Recepción.
En la teoría literaria de la recepción se estudia el papel del lector en la interpretación de la literatura. Ésta dice que los libros no existirían en sí mismos si no fuera por los procesos de significación “que sólo pueden materializarse mediante la lectura. Para que la literatura suceda, la importancia del lector es tan vital como la del autor.”[1] A través de la lectura, “el lector hace conexiones implícitas, cubre huecos, saca inferencias y pone a prueba sus presentimientos. Todo ello significa que recurre a un conocimiento tácito del mundo en general y en particular, de las prácticas aceptadas en literatura.”[2]
Uno de los principales exponentes de la ésta teoría, Wolfgang Iser, afirma que todos los textos literarios crean “espacios en blanco” que deben ser llenados por el lector a través de su imaginación[3], a través de, como ya mencionamos, conjeturas, inferencias y suposiciones.
Por lo que idee poner este fragmento del texto para que los alumnos llenen los “espacios en blanco” y traten de imaginar, suponer, conjeturar e inferir cuál es el desarrollo del relato y su final.
Aún no lo aplico pero pondré los resultados en el trabajo final.  



[1] Eagleton, Terry. Una introducción a la teoría literaria, FCE, México, 2014,7ª reimpresión,pág.95
[2] Op, cit, pág.97
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_la_recepci%C3%B3n

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