domingo, 3 de enero de 2016

Trabajo Final Patricia Suarez

Juana Patricia Suárez Ornelas

Trabajo final: La canasta básica del profesor de Literatura III

Tienda 1: Los géneros literarios
¿Qué me enseñaron en la educación básica?
Estudié la primaria en el periodo de 1990 a 1996. No recuerdo que en aquel entonces se haya hablado mucho de géneros. El único recuerdo que tengo es que una maestra insistía en que un cuento debía tener inicio (o planteamiento) nudo y desenlace. Escribíamos muy poco, según mi memoria. En la secundaria (1996-1999) el primer año tuve un profesor que era abogado, creo, y siempre nos ponía a buscar palabras en el diccionario y a escribirlas todas en el cuaderno. Además hubo una tarea en la que tuvimos que investigar qué significaba plusvalía, capitalismo, globalización. La recuerdo por lo extraña que me resultó. Por supuesto que de géneros, nada. Ya en segundo año vimos historia de la literatura española, y en el tercer año, historia de la literatura universal. No recuerdo ninguna clasificación de los géneros.
Aprendí esto de los géneros en la prepa, en el primer año en Lengua Española. Bueno, solo me dijeron que había narrativa y lírica. 

¿Qué aprendí en mi formación cómo profesora?
Estudié Literatura Dramática y Teatro, por lo que mi formación se basó en este género, y ahí vimos muchos subgéneros. Como subgéneros mayores estaban la comedia y la tragedia; los menores eran farsa, pieza, melodrama, drama brechtiano, tragicomedia, teatro didáctico, etcétera. Solo en una asignatura que se llamaba Teoría y Composición Dramática vimos géneros literarios: lírica, narrativa, drama. Pero no fue hasta que empecé a dar clases cuando conocí esta clasificación de géneros:
Narrativa:
            Menores
                        Fábula
                        Epopeya
                        Leyenda
                        Mito
            Mayores
                        Cuento
                        Novela
Lírica
Dramática
                        Tragedia
                        Comedia
                        Drama

¿Qué les enseño a mis alumnos?
Nivel preparatoria. Básicamente, me centro en el esquema anterior, pero agrego algunos subgéneros líricos como la oda, la elegía, la égloga, el haikú. También agrego algunos dramáticos. La forma de “enseñarles” es leyendo algunos ejemplos de cada uno y encontrando semejanzas y diferencias. Luego hacemos una lista de ellas y confrontamos con alguna definición de algún teórico.

Definiciones de cada uno:
Fábula: “Apólogo, es decir, breve narración en prosa o en verso de un suceso de cuya ocurrencia se desprende una enseñanza para el lector, llamada moraleja. Se trata pues de un género didáctico mediante el cual suele hacerse crítica de las costumbres y de los vicios locales o nacionales, pero también de las características universales de la naturaleza humana en general”. (Beristáin, 207)
Epopeya: Es una extensa composición poética en verso, recitada, que da cuenta de acciones memorables por heroicas, que pueden ser humanas, divinas, populares y nacionales, pero ejemplares, poseedoras de un significado simbólico monumental, sobre todo para el pueblo que las genera, y de un valor didáctico universal”. (Beristáin, 195)
Mito: “Es la narración de acontecimientos sagrados y primordiales ocuerridos en el principio de los tiempos entre seres de calidad superior: dioses, héroes arquetípicos, civilizadores, legendarios y simbólicos de aspectos de la naturaleza humana”. (Beristáin, 334)
Cuento: “El cuento se caracteriza porque en él, mediante el desarrollo de una sucesión de acciones interrelacionadas lógica y temporalmente, la situación en que inicialmente aparecen los protagonistas es objeto de una transformación”. (Beristáin, 126)
“El cuento es un género en vilo, anda por la cuerda floja, con la gracia perfecta del equilibrista, la caída es mortal e inapelable. Nada debe sobrar, nada debe faltar y sin embargo debe sobrar una prosa tersa y fluida. La dosis entre lo descarado y lo oculto es facultad de la intuición y el oficio”. (Lavín, 7)
Novela: “Relato extenso, narrado, generalmente en prosa, que da cuenta de una cadena de acciones cuya naturaleza en buena medida es la de la ficción (inclusive cunado el narrador autor afirma lo contrario) y cuya intención dominante consiste en producir una experiencia artística estética”. (Beristáin, 263)
“La crítica revolucionaria condena la novela pura como la evasión de una imaginación ociosa. La lengua común, a su vez, llama «novela» al relato engañoso del periodista torpe. Hace unos lustros, la costumbre quería asimismo, contra la verosimilitud, que las jóvenes fuesen «novelescas». Se daba a entender con ello que tales criaturas ideales no tenían en cuenta las realidades de la existencia. De manera general, siempre se ha considerado que lo novelesco se apartaba de la vida y que la embellecía al mismo tiempo que la traicionaba. La manera más simple y la más común de entender la expresión novelesco consiste, pues, en ver en ella un ejercicio de evasión. El sentido común se suma a la crítica revolucionaria”. (Camus)
Lírica: “[…] enunciación (reservada al poeta) que manifiesta la intimidad del sujeto de la enunciación, que es la autoexpresión de un estado de ánimo, de ‘una emoción en que lo objetivo y lo subjetivo se han compenetrado’, de un yo, de una interioridad anímica”. (Beristáin, 236)
“Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio”. (Lorca)
Tragedia: “Es, pues, tragedia reproducción imitativa de acciones esforzadas, perfectas, grandiosas, en deleitoso lenguaje, cada peculiar deleite en su correspondiente parte; imitación de varones en acción, no simple recitado; e imitación que determine entre conmiseración y terror el término medio en que los afectos adquieren estado de pureza”. (Aristóteles, 8-9) 
“El gran teatro clásico ya no existe”. (Miller)
Comedia: “Es reproducción imitativa de hombres viles o malos, y no de los que lo sean en cualquier especie de maldad, sino en la de maldad fea, que es, dentro de la maldad, la parte correspondiente a lo ridículo”. (Aristóteles, 7)
“Y, cuando he de escribir una comedia,
encierro los preceptos con seis llaves;
saco a Terencio y Plauto de mi estudio,
para que no me den voces (que suele
dar gritos la verdad en libros mudos),
y escribo por el arte que inventaron
los que el vulgar aplauso pretendieron,
porque, como las paga el vulgo, es justo
hablarle en necio para darle gusto”. (Lope de Vega)
Drama: “Se caracteriza […] porque en él se cuenta una historia, pero a diferencia de estos otros géneros, en el drama no se presentan los hechos a través de la narración sino mediante la representación”. (Beristáin, 161)

¿Qué me llevo en la canasta?
A veces nos quedamos con una sola forma, no solo de transmitir la Literatura a otros, sino de acercarnos a ella. Nos dedicamos a la docencia por muchas razones, pero olvidamos la pasión y el disfrute; o bien, solo nos quedamos en el placer. Es necesario confrontar varias partes de este arte para tener y poder ofrecer un panorama más amplio del fenómeno literario. Como maestra, me llevo muchas referencias teóricas y opiniones de autores en su propio quehacer para incluirlas en mis clases y en mi propio aprendizaje, además de lo que podré leer en las  referencias de mis compañeros…

Bibliografía
—Aristóteles, Poética (versión de Juan David García Bacca), UNAM, 2000.
—Beristáin, Helena, Diccionario de retórica y poética, 8ª ed, 3ª reimpresión, Porrúa, México, 2001.
—Camus, Albert, “Novela y rebeldía”, Ciudad Seva (en línea) [http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/camus1.htm]
— García Lorca, Federico, frases en Proverbia [http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=110]
— Lavín, Mónica, Cuento sobre cuento, “EL cuento es lo que calla”, Lectorum, México, 2014.
—Miller, Arthur, frases en Proverbia [http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=1114&page=2]
—Vega, Lope de, El arte nuevo de hacer comedias, Ciudad Seva (en línea) [http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/vega1.htm]

Rectificación y definición sintética
Tienda 1, (versión 2) con rectificación y definición sintética. 

Partiendo de que a mí nunca me enseñaron qué era un género literario, y de que yo también di por hecho que mis propios alumnos lo sabían (y que yo lo sabía), busqué las definiciones de teóricos y escritores que pudieran ayudarme a saber cómo voy a entrar a un tema que parece tan sencillo, pero es muy difícil de explicar.
            Según Helena Beristáin un género es una “clase o tipo de discurso literario —determinado por la organización propia de sus elementos en estructuras— a que puede pertenecer una obra. Espacio configurado como un conjunto de recursos composicionales, en el que cada obra ‘entra en una compleja red de relaciones con otras obras’ (Corti) a partir de ciertos temas tradicionales y de su correlación, en un momento dado, con determinados rasgos estructurales (prosa, verso, narración, etc.) y con un específico registro lingüístico”. (Beristáin, 231)
            Ahondando un poco más encontré “El origen de los géneros de Todorov” en que se explica la historia de lo que durante mucho tiempo se consideró género, pero retoma las ideas de varios escritores a quienes ya no les gusta esa clasificación. Uno de ellos, Maurice Blanchet dice que “un libro ya no pertenece a un género, todo libro remite únicamente a la literatura, como si ésta contuviese de antemano, en su generalidad, los únicos secretos y fórmulas que permiten dar a lo que se escribe realidad de libro. (Todorov)
          
Rectificación y redefinición
Al incluir en mi reflexión con la definición de Blanchet no intento salirme del tema ni cuestionar la existencia de los géneros, sino confrontar dos ideas que me llevarán a abrir el abanico de posibilidades que ofrece un concepto tan vago para mí.
Como principio, los géneros son una clasificación que se ha formado y modificado con el pasó de los años y con la intervención de la tradición, como lo dice Beristáin, pero en la actualidad, si se redefine y se experimenta con la literatura misma, es necesario hacerlo también con el concepto, como dice Blanchet, y como lo apunta Todorov hacia el final de su recopilación histórica del origen del género. El género como clasificación puede ser un punto de partida, pero un texto se transformará y moverá no solo desde la perspectiva del autor sino también del lector, para lo cual el género no debe una camisa de fuerza, ni una caja cuadrada donde meter una masa modelable. El resultado, supongo, será el mismo: una red de estructuras y temas que la relacione la obra con otras similares, como también lo señala Corti.

—Beristáin, Helena, Diccionario de retórica y poética, 8ª ed, 3ª reimpresión, Porrúa, México, 2001.

—Todorov, Tzvetan, “El origen de los géneros”, en Scribd (en línea) http://es.scribd.com/doc/34401172/Todorov-Tzvetan-El-origen-de-los-generos#scribd

Segunda tienda
El género dramático
Según el diccionario de Helena Beristáin…
El drama es una “forma genérica básica de la creación literaria, junto con la épica y la lírica. Constituye uno de los tipos de relato. Se caracteriza (como el cuento, la novela, la leyenda, el mito y fábula) porque en él se cuenta una historia; pero, a diferencia de estos otros géneros, en el drama no se presentan los hechos a través de la narración sino mediante la representación. Por ello el texto de la obra dramática es —como dice Greimas— una ‘especie de partitura dispuesta para ejecuciones variadas’… un ‘discurso a varias voces’, una ‘sucesión de diálogos erigida en género’”. (Beristáin, 161)

Según Rodolfo Usigli, visto desde la perspectiva de teórico del género, una obra dramática debe tener los siguientes elementos constitutivos:
a)         Anécdota o trama,
b)         Caracteres
c)         Idea central o filosófica
d)        Situación, tesis.
Todos los elementos  corresponden por igual a cualquiera de los géneros [dramáticos]. El menos importante es la tesis o doctrina que se pretende sustentar, pues en principio toda buena producción dramática contiene una tesis implícita y subordinar la acción a la tesis impedirá el libre movimiento de aquella, falseará casi siempre los caracteres y mermará la calidad artística de la obra. (Usigli, 10)

A su vez reconoce como géneros dramáticos la tragedia, la comedia, la tragicomedia, la farsa y la pieza, y como géneros menores el melodrama, el sainete y la sátira.
Para un dramaturgo como Xavier Villaurrutia es importante diferenciar la novela del drama:
Podemos decir que la tarea del novelista termina al mismo tiempo que concluye su obra. En cambio el autor dramático, en el momento de terminar su obra escrita, no hace sino proponer idealmente y posponer la realización de su obra hasta el momento en que los actores habrán de presentarle, frente a un auditorio, la animación sin la cual la obra dramática no es —en el texto— sino una obra latente, lo que equivale a decir que no se manifiesta exteriormente, o, dicho de otro modo, que permanece oculta, como una veta preciosa en el interior de una mina, esperando a quienes habrán de sacarla de la oscuridad voluntaria en que se halla, a la luz que, nunca como en este caso, podemos llamar la luz pública. (Villaurrutia, 97)

“El teatro no puede desaparecer porque es el único arte en el que la humanidad se enfrenta a sí misma”. (Arthur Miller)
“Si es absolutamente necesario que el arte o el teatro sirvan para algo, será para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haya”. (Eugene Ionesco)

Definición propia
Teóricamente comparto la idea de Helena Beristáin en cuanto a que el drama no es la narración de los hechos sino la representación de ellos; también la de Usigli en tanto que los elementos que propone pueden aplicarse a cualquier tipo de texto literario. Creo también que es necesario que el drama tenga una tesis y algo que transmitir, pero que la acción dramática no puede supeditarse a la idea filosófica porque perdería su arte. Sin embargo, creo que el arte en el teatro tiene más posibilidades de expresión, porque, como dice Villaurrutia, el texto dramático es solo el comienzo. Para que una obra dramática esté completa tiene que ser representada, pero no solo con un actores y sobre un escenario, sino que al leer el texto, los lectores tendríamos que imaginarlo en un espacio teatral dado por las acotaciones. Así podremos asistir al fenómeno teatral aunque no estemos presenciando una puesta en escena.
            Al igual que Arthur Miller creo firmemente que el teatro no es, como comúnmente se dice, el reflejo de la sociedad. No, el teatro, el drama, es una confrontación, una lucha de unos seres humanos que se identifican y se reconocen en otros.
—Beristáin, Helena. Diccionario de retórica y poética. Porrúa, México, 2001.
El lenguaje y los géneros literarios, Letra y número editores, México, 1998.
—Usigli, Rodolfo, Itinerario del autor dramático, en Biblioteca virtual Miguel de Cervantes. Consultado en IX/2015 [www.cervantesvirtual. com]

Tercera tienda
Elección de una corriente y una obra

Los decadentistas (José Juan Tablada, “Misa Negra”)
La corriente que elegí fue la poesía decadentista mexicana; el autor, José Juan Tablada. Los poetas que se llamaron decadentistas tuvieron sus antecedentes en la corriente parnasiana y simbolista.
En específico, elegí el poema “Misa negra”, que se publicó por primera vez en 1893, en México en la sección cultural de El País, la cual dirigía el mismo Tablada. Fue un poema que causó un escándalo debido al tema que abordaba. Al respecto, nos dice Esther Hernández Palacios:
Las indignadas protestas llegaron a tal punto que el poeta se vio obligado a renunciar a su cargo. Y el asunto no acabó ahí, sino que llegó hasta las más altas camarillas políticas; la misma esposa de Porfirio Díaz, Doña Carmen Romero Rubio, ordenó que se rechazaran los escritos de Tablada en todas las publicaciones.
Según la misma autora, Tablada se nombró decadentista, y otros de sus contemporáneos no se aceptaron como parte de eso, pero algunos otros, como Alberto Leduc, sí lo hicieron. Todo este movimiento se dio gracias al poema en cuestión y, años más tarde surgió la Revista Moderna, que fue la culminación de ese camino rebelde que inició Tablada.
            La historia de esta corriente literaria es muy amplia, y ojalá que haya momento de ahondar en ella porque está íntimamente ligada con la vida política de México. Pero por ahora, se abordarán las definiciones del género que se han abordado en el seminario.
Según el diccionario Oxford, que mencionó Kyra Galván en el blog Teoría y Didáctica de la Creación Literaria, la poesía es la expresión artística de la palabra, la cual “se sujeta a la medida y cadencia del verso”. En este caso, “Misa negra”, tiene diez estrofas (cuartetos) y una métrica regular en eneasílabos. La rima es “abrazada, flanqueando los cuartetos” (Beristáin, 445) y las figuras retóricas son variadas.
Comparto además la visión de Octavio Paz, en la cita que también menciona Galván, pues el orden de las palabras en la poesía sí altera el producto y puede ligarse con la rima porque “La importancia de la rima trasciende el orden fónico/fonológico de la lengua, pues influye en la distribución sintáctica de las palabras en el verso, y en la selección de las que deben rimar”. (Beristáin, 444)
Aunado a esto, cuando Paz dice que “El poeta no habla del horror, del amor o del paisaje: los muestra, los recrea” (Galván), es por demás gráfico. No habría manera de cambiar una sola palabra en la recreación de lo siguiente:
“Toma el aspecto triste y frío
de la enlutada religiosa
y con el traje más sombrío
viste tu carne voluptuosa.” (Tablada)
No hay otra manera de decirlo ni de recrearlo. La sonoridad, la cadencia, el ritmo se logra tan perfectamente por la elección del orden de las palabras. Además, las imágenes que dibuja son claras e imponentes.
            A lo largo del poema se encuentra una mezcla de aspectos eróticos y religiosos, lo cual fue uno de los motivos del escándalo.
*He de confesar que esta ha sido una de las tareas más difíciles porque hay que elegir entre grandes cantidades de información. Me angustió mucho saber que dejo fuera mucho de lo que quisiera compartir con ustedes, pero no deseaba agobiarlos con tanta cosa ni de eso se trataba la tarea, pero espero que podamos comentar esta experiencia de hurgar en las corrientes literarias.
—Beristáin Helena, Diccionario de retórica y poética, Porrúa, México, 2001
—Galván, Kyra, Teoría y Didáctica de la creación literaria (Blog) http://literaturizandoconethelkrauze.blogspot.mx/2015_09_01_archive.html
—Hernández Palacios, Esther, “Misa negra” o el sacrilegio inacabado del Modernismo, (PDF) http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/1630/1/199177P5.pdf

Cuarta tienda: Elección de otro texto e inicio de la comparación
(Después de la quinta tienda está la comparación completa)

Quinta tienda: Tema y trama

Definiciones de tema y trama
A mí siempre me ha costado mucho trabajo definir y explicar cómo encontrar un tema a mis alumnos, puesto que no sé bien a qué se refiere el concepto. En cuanto a la trama, siempre digo que es “de lo que trata el texto”, lo cual es sumamente ambiguo y seguramente confunde a los alumnos.
En el Diccionario de retórica y poética de Helena Beristáin podemos leer las siguientes definiciones:
Cuando buscamos “tema” nos manda a ver “motivo”. En motivo aparecen entre paréntesis (tema, argumento, intriga, fábula, trama, “leitmotiv”, tópico. “Es una unidad sintáctico/temática recurrente en la tradición merced a que ofrece algo inusual y sorprendente que la hace distinta del lugar común”. No es muy claro, pero más adelante dice: “Pero tema y motivo son conceptos diferentes. En realidad el motivo es una unicidad que resulta de la observación, durante el análisis, del texto a partir de una doble perspectiva: sintáctica, si se ve como proposición, atendiendo a sus relaciones de contigüidad y encadenamiento; semántica si se atiende a las relaciones de semejanza y de oposición que establece con otras unidades próximas o distantes. Es decir, motivo es aquella ‘cierta construcción’ cuyos elementos ‘se hayan unidos por una idea o tema en común’”. (Beristáin, 350)
También recurre a otros autores para ampliar la información. Por ejemplo, cita a Tomachevski, quien “clasifica los motivos en dinámicos (los que cambian de situación) y estáticos (los que no la cambian)”. (Beristáin, 350)  También dice Tomachevski (mediante Beristáin) que “los motivos ‘combinados entre sí, constituyen el armazón temático de la obra’, es decir, lo que él llama argumento: serie de acontecimientos considerados en el orden artístico, en el orden en que aparecen en la obra, lo que hoy suele llamarse intriga (opuesto a lo que hoy suele llamarse fábula) y que Tomachevski llama trama: los acontecimientos considerados en un orden cronológico, ideal, establecido por el análisis”. (Beristáin, 350) 
“Tomachevski llama motivos asociados a los que no pueden excluirse sin perturbar la sucesión lógico/temporal de las acciones, y motivos libres los que sí pueden excluirse. Los motivos asociados son los que forman la trama y los motivos dinámicos ‘son los centrales o motores de la trama’. Precisamente la trama resulta posible, es decir, ‘las inversiones temporales en la narración’ son posibles ‘en virtud del vínculo que los motivos establecen entre las partes’”. (Beristáin, 350)
Aristóteles nos habla de la trama como elemento de la tragedia: “La más importante de todas es, sin embargo, la trama de los actos, puesto que la tragedia es reproducción imitativa no precisamente de hombres sino de sus acciones: vida, buenaventura y malaventura; y tanto malaventura como bienandanza son cosas de acción, y aun el fin es una cierta manera de acción, no de cualidad”. (Aristóteles, 10)
En cuanto a la definición de un autor literario, encontré algo mejor: Edgar Allan Poe describiendo su proceso creativo para la creación del cuervo y cómo utiliza su necesidad de plasmar una idea, en este caso una palabra, para llegar al tema del poema.
“El siguiente fue éste: ¿cual será el pretexto útil para emplear continuamente la palabra nevermore? Al advertir la dificultad que se me planteaba para hallar una razón válida de esa repetición continua, no dejé de observar que surgía tan sólo de que dicha palabra, repetida tan cerca y monótonamente, había de ser proferida por un ser humano: en resumen, la dificultad consistía en conciliar la monotonía aludida con el ejercicio de la razón en la criatura llamada a repetir la palabra. Surgió entonces la posibilidad de una criatura no razonable y, sin embargo, dotada de palabra: como lógico, lo primero que pensé fue un loro; sin embargo, éste fue reemplazado al punto por un cuervo, que también está dotado de palabra y además resulta infinitamente más acorde con el tono deseado en el poema.
”Así, pues, había llegado por fin a la concepción de un cuervo. ¡El cuervo, ave de mal agüero!, repitiendo obstinadamente la palabra nevermore al final de cada estancia en un poema de tono melancólico y una extensión de unos cien versos aproximadamente. Entonces, sin perder de vista el superlativo o la perfección en todos los puntos, me pregunté: entre todos los temas melancólicos, ¿cuál lo es más, según lo entiende universalmente la humanidad? Respuesta inevitable: ¡la muerte! Y, ¿cuándo ese asunto, el más triste de todos, resulta ser también el más poético? Según lo ya explicado con bastante amplitud, la respuesta puede colegirse fácilmente: cuando se alíe íntimamente con la belleza. Luego la muerte de una mujer hermosa es, sin disputa de ninguna clase, el tema más poético del mundo; y queda igualmente fuera de duda que la boca más apta para desarrollar el tema es precisamente la del amante privado de su tesoro.
”Comprendí que podía hacer formular la primera pregunta por el amante, a la que respondería el cuervo: nevermore; que de esta primera pregunta podía hacer una especie de lugar común, de la segunda algo menos común, de la tercera algo menos común todavía, y así sucesivamente, hasta que por último el amante, arrancado de su indolencia por la índole melancólica de la palabra, su frecuente repetición y la fama siniestra del pájaro, se encontrase presa de una agitación supersticiosa y lanzase locamente preguntas del todo diversas, pero apasionadamente interesantes para su corazón: unas preguntas donde se diesen a medias la superstición y la singular desesperación que halla un placer en su propia tortura, no sólo por creer el amante en la índole profética o diabólica del ave (que, según le demuestra la razón, no hace más que repetir algo aprendido mecánicamente), sino por experimentar un placer inusitado al formularlas de aquel modo, recibiendo en el nevermore siempre esperado una herida reincidente, tanto más deliciosa por insoportable”. (Poe)

Mi definición integradora
Al parecer el concepto de tema y de trama están estrechamente ligados y no pueden separarse. Me genera confusión la idea de motivo (que nunca había escuchado) y su relación con el tema. Estructuralmente, creo que hay elementos que se repiten y que construirán el tema y las series de esos elementos, que pueden ser descriptivos, de carácter, de espacio, de tiempo o incluso semióticos o de léxico son las que generan motivos. Así hay algunos que no pueden quitarse de su lugar porque afectarían la trama y otros que estarán de manera inherente y no la modificarán, atendiendo a la clasificación de Tomachevski. Entonces, creo que la narración de Allan Poe es un ejemplo de un tema llevado a la obra artística, puesto que es una repetición de una palabra que se relaciona con el tema de la muerte y la melancolía. Y, por ende, la manera de construir la estructura a partir de preguntas es la trama. Es elegir la sucesión de los hechos que, como dice Aristóteles, es la acción, lo que tiene que suceder en el texto literario.

Una vez socializado el tema con los compañeros y la doctora en el seminario La canasta básica del profesor de Literatura, se aclararon las definiciones anteriores y la doctora Ethel Krauze explicó que el motivo es solo un instrumento de análisis que está fuera del texto. Lo que está dentro es el tema. La trama es la estructura, por lo que el tema y la trama pueden extrapolarse a otras obras. Por eso no hay que confundir trama con anécdota, que es la que cuenta los detalles que hacen que esa obra sea ella misma y no otra.

—Aristóteles, Poética, (versión de Juan David García Bacca), UNAM, México, 2000.
—Beristáin, Helena, Diccionario de retórica y poética, Porrúa, 8ª ed., México, 2001.
—Poe, Edgar Allan. Filosofía de la composición, en línea [http://aletheiamuip.com/escritores/edgar-allan-poe/]

Sexta tienda: Comparación completa    

Los textos que se eligieron para su comparación fueron “Misa negra” de José Juan Tablada y “Amor condusse noi ad una morte” de Xavier Villaurrutia.



Misa negra
¡Emen Hetan!                      
(Cri des stryges au sabbat)  
¡Noche de sábado! Callada
está la tierra y negro el cielo,
palpita en mi alma una balada
de doloroso ritornelo.

El corazón desangra herido
por el cilicio de las penas
y corre el plomo derretido
de la neurosis en mis venas.

¡Amada, ven! Dale a mi frente
el edredón de tu regazo,
y a mi locura, dulcemente,
lleva a la cárcel de tu abrazo.

¡Noche de sábado! En tu alcoba
flota un perfume de incensario,
el oro brilla y la caoba
tiene penumbras de santuario.

Y allá en el lecho do reposa
tu cuerpo blanco, reverbera
como custodia esplendorosa
tu desatada cabellera.

Toma el aspecto triste y frío
de la enlutada religiosa
y con el traje más sombrío
viste tu carne voluptuosa

Con el murmullo de los rezos
quiero la voz de tu ternura,
y con el óleo de mis besos
ungir de Diosa tu hermosura.

Quiero cambiar el beso ardiente
de mis estrofas de otros días
por el incienso reverente
de las sonoras letanías.

Quiero en las gradas de tu lecho
doblar temblando la rodilla...
Y hacer el ara de tu pecho
y de tu alcoba la capilla.

Y celebrar ferviente y mudo,
sobre tu cuerpo seductor
¡lleno de esencias y desnudo,
la Misa Negra de mi amor!


Amor condusse noi ad una morte

Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.

Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras,
y pretender seguir tu pensamiento
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.

Amar es una cólera secreta,
una helada y diabólica soberbia.

Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.

Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa,
el rumor de tu sangre y la marea
de tu respiración acompasada.

Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce 
hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.

Amar es una envidia verde y muda,
una sutil y lúcida avaricia.

Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta;
saciar a un tiempo la avidez nocturna
y morir otra vez la misma muerte
provisional, desgarradora, oscura.

Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse,
y el hambre de una boca atormentada
que pide más y más y no se sacia.

Amar es una insólita lujuria
y una gula voraz, siempre desierta.

Pero amar es también cerrar los ojos,
dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
como un río de olvido y de tinieblas,
y navegar sin rumbo, a la deriva:
porque amar es, al fin, una indolencia.








Género
Ambas obras elegidas pertenecen al género de la poesía y su elemento constitutivo más importante es la palabra, el uso del lenguaje.
Según el diccionario Oxford, que mencionó Kyra Galván en el blog Teoría y Didáctica de la Creación Literaria, la poesía es la expresión artística de la palabra, la cual “se sujeta a la medida y cadencia del verso”. En este caso, “Misa negra”, tiene diez estrofas (cuartetos) y una métrica regular en eneasílabos. La rima es “abrazada, flanqueando los cuartetos” (Beristáin, 445) y las figuras retóricas son variadas. Por otro lado, “Amor condusse noi…” está compuesto por seis cuartetos, dos quintetos endecasílabos y tres estrofas de dos versos cada una, intercaladas. Todos los versos son endecasílabos.
Comparto además la visión de Octavio Paz, en la cita que también menciona Galván, pues el orden de las palabras en la poesía sí altera el producto y puede ligarse con la rima porque “La importancia de la rima trasciende el orden fónico/fonológico de la lengua, pues influye en la distribución sintáctica de las palabras en el verso, y en la selección de las que deben rimar”. (Beristáin, 444)
“Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo”. (Villaurrutia)
Este poema no tiene rimas como normalmente tienen los cuartetos, o como está en “Misa negra”. No tiene rimas abrazadas pero el ritmo y el lugar en que están ubicadas las palabras hace que la cadencia sea elegante.
Aunado a esto, cuando Paz dice que “El poeta no habla del horror, del amor o del paisaje: los muestra, los recrea” (Galván), es por demás gráfico. No habría manera de cambiar una sola palabra en la recreación de las imágenes de nuestros poemas elegidos:
“Toma el aspecto triste y frío
de la enlutada religiosa
y con el traje más sombrío
viste tu carne voluptuosa.” (Tablada)
No hay otra manera de decirlo ni de recrearlo. La sonoridad, la cadencia, el ritmo se logra tan perfectamente por la elección del orden de las palabras. Además, las imágenes que dibuja son claras e imponentes, sobre todo porque nos describe el aspecto de alguien, sus ropas y cómo luce su piel.
Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse,
y el hambre de una boca atormentada
que pide más y más y no se sacia.
Pero en Villaurrutia también las imágenes están perfectamente logradas, aun cuando se trata de una definición alegórica de lo que significa amar.
Helena Beristáin cita a Jakobson, quien dice que “La función poética consiste en utilizar la estructura de la lengua transgrediendo de manera intencional y sistemática la norma estándar que la atañe, y también la norma del lenguaje literario instituido”. (Beristáin 226)
De este modo pienso en versos de “Misa negra” como “palpita en mi alma una balada”. Palpitar es un verbo intransitivo, por lo que no acepta complemento directo, pero se transgrede esta regla y se agrega este último “una balada de doloroso ritornelo”. O bien, en el caso de “El corazón desangra herido”. El verbo desangrar está utilizado en su forma pronominal pero se suprimió el pronombre se.
El poema de Villaurrutia carece de ese aspecto pues está construido con una sintaxis básica y no transgrede el lenguaje ni las reglas de redacción en sí. Lo que creo que transgrede es la estructura en que acomoda las estrofas, pues no tienen una lógica aparente.

Corriente
Las dos corrientes que elegí son los decadentistas y los contemporáneos. Ambas son románticas; es decir, que están en contra de las reglas y que buscan la libertad y el enaltecimiento del Yo, pero lo buscan de distinta manera porque cada una obedece a ciertos sucesos históricos.
Los poetas que se llamaron decadentistas tuvieron sus antecedentes fueron la antítesis de los parnasianos. Surgen en las dos últimas décadas del siglo XIX. Entre sus precursores están Paul Verlaine y Charles Baudelaire.   
La ideología decadentista surge a partir de los cambios que generó la modernidad en el mundo y la incertidumbre del hombre al no saber qué cambios seguirían ni con qué rapidez se efectuarían. Nos dice Gerard Vilar en su artículo “El decadentismo como doctrina estética”, que el decadentismo es una ideología que se fundamenta especialmente en una condena del mundo moderno y para la cual, por tanto, el concepto de decadencia se convierte en central, una ideología que apenas ya ve el lado positivo de la modernización y sus promesas”. (Vilar 24-25)
Entre las características del decadentismo están las siguientes:
   —caída hacia el interior de uno mismo.
—Los decadentes sienten su condición de seres humanos como degeneración constante; se ven pequeños ante el mundo y buscan objetos de culto que adorar y admirar, o por los cuales ser admirados.
— Búsqueda de un vínculo más fuerte que el de la realidad.
—Se deriva del romanticismo y tuvo como padre espiritual a Charles Baudelaire y se caracteriza por defender la evasión de la realidad cotidiana y la celebración de la individualidad aislada de su entorno social.
—Forma de vida sensualista, hedonista, de excesos de diversa índole: en el vestir, en el beber, en el uso de drogas estimuladoras, así como una falta de fe religiosa y un constante sentimiento de pesadumbre universal.[1]
José Juan tablada perteneció a esta corriente y tuvo muchos problemas con la publicación del poema “Misa negra”, pues transgrede la moral imperante de su época.
En el poema se ven las características ya mencionadas, pues el Yo poético se aprecia como una persona en degeneración, por lo menos moral, al ilustrar un amorío, una relación pasional con un cadáver. Además, el mismo título ya es una provocación a la sociedad católica, que ya era la mayoría en ese momento. Esto mismo hace que el Yo poético se entienda como un ser apartado de la sociedad que celebra rituales amorosos con una mujer muerta y compara su cuerpo con lugares sagrados. Por supuesto que se ve la vida sensualista y hedonista, así como la falta de fe religiosa.
“Y celebrar ferviente y mudo,
sobre tu cuerpo seductor
¡lleno de esencias y desnudo,
la Misa Negra de mi amor!”
Este poema se publicó por primera vez en 1893, en México en la sección cultural de El País, la cual dirigía el mismo Tablada. Fue un poema que causó un escándalo debido al tema que abordaba. Al respecto, nos dice Esther Hernández Palacios:
Las indignadas protestas llegaron a tal punto que el poeta se vio obligado a renunciar a su cargo. Y el asunto no acabó ahí, sino que llegó hasta las más altas camarillas políticas; la misma esposa de Porfirio Díaz, Doña Carmen Romero Rubio, ordenó que se rechazaran los escritos de Tablada en todas las publicaciones.

Según la misma autora, Tablada se nombró decadentista, y otros de sus contemporáneos no se aceptaron como parte de eso, pero algunos otros, como Alberto Leduc, sí lo hicieron. Años más tarde surgió la Revista Moderna, que fue la culminación de ese camino rebelde que inició Tablada.

Xavier Villaurruitia, por su parte, perteneció al grupo de los Contemporáneos, junto con Salvador Novo, Jorge Cuesta y Jaime Torres Bodet, Gilberto Owen, entre otros. Este grupo surge ya en el siglo XX, y publicaron tres revistas literarias: La Falange, Ulises y Contemporáneos.
A ellos les tocó vivir una época en la que ya se había acabado la Revolución y había una necesidad literaria de fundar el nacionalismo mexicano. En este tiempo surgió algo a los que Ignacio M. Sánchez Prado en su libro Naciones intelectuales llama literatura “viril”, y que trataba temas de la revolución, de los hombres que la habían hecho posible. El grupo de los Contemporáneos se ocupaba de la literatura escrita en otros idiomas, la cual traducían, y estaban cansados del enaltecimiento de la guerra. Por eso Francisco Monterde y Jiménez Rueda los llamaron afeminados.  (Sánchez Prado)
Sin embargo, gracias a la importancia que le dieron la poesía intimista, a sus sentimientos sin censura (pues algunos de ellos eran homosexuales) y a la publicación de las revistas lograron tener un lugar dentro la literatura mexicana de la vanguardia.
  Las obras del grupo principal tienen extensiones diversas. Las más numerosas son las de Torres Bodet y Novo, con alrededor de cincuenta libros cada uno; las de Pellicer y Villaurrutia tienen extensiones medias, con unos quince títulos cada uno, de los cuales, los de Pellicer se han concentrado recientemente en los tres gruesos volúmenes de su poesía y los de Villaurrutia en el tomo antiguo del FCE. Las obras de Cuesta se han reunido en cinco tomos. Los libros de Ortiz de Montellano, de Gorostiza, de González Rojo y de Owen caben en un volumen cada uno. (Martínez)

Entre las características que utiliza el grupo de los Contemporáneos están el uso del lenguaje elegante y formal (en algunos casos con despliegue de erudición). Se preocupan meramente por la expresión literaria, están influidos por los temas surrealistas del momento y algunos tomaron a la muerte como tema: “Nacidos en su mayoría en los primeros años del siglo XX, los libros culminantes de poesía de los Contemporáneos, obsesionados por la muerte, aparecen cerca del año de 1937, en el mediodía de sus vidas, en una nómina de calidad impresionante”. (Martínez)
Xavier Villaurrutia es del grupo principal de los Contemporáneos y en el poema que nos atañe se ve la exacerbación de los sentidos, el enaltecimiento de los sentimientos y uno de sus temas principales: la muerte. Se le adjudican influencias de autores más clásicos, de los cuales toma elementos y les da un giro que les da un sello especial:
Pero si para este poeta el soñar es una "técnica" para ahondar en el misterio y descubrir lo impensado, para Villaurrutia el sueño es una cosa desligada del soñador, una construcción que se erige a sí misma por medio de imágenes que son, a su vez, el resultado de una combinación verbal. La preeminencia de la sensación como valor poético y del juego de palabras y la redundancia expresiva son, en la poesía de Villaurrutia, la reminiscencia de la manera más consumada de López Velarde. (Elizondo)
Así, creo que elegí a dos autores por demás escandalosos  

Tema y trama
El tema de “Misa negra” es la invocación del amor pasional que se realiza físicamente aún luego de la muerte.
El tema de “Amor condusse noi ad una morte” es la contradicción que se siente al amar, la vida y la muerte en el acto físico del amor.
A lo largo de ambos poemas se encuentra una mezcla de aspectos eróticos y religiosos. Los dos están llevados por la simbiosis del amor y de la muerte, en cual podemos encontrar la trama. Aquí es fácil distinguir cómo los dos poemas comparten el entramado, los motores que desencadenan los hechos, pero son muy diferentes en la anécdota.
Creo que se parecen en el tono porque los dos son festivos y apasionados, aunque el primer yo poético esté deseando a un cadáver y el segundo desee morir con la otra persona en el acto mismo del amor.
Lenguaje
“Misa negra” está compuesto por oraciones sintéticas y eso hace que se sienta acción. Es decir, que el poema está contando un hecho también y hay acciones que van sucediendo. Se nota un avance de principio a fin.
“Amor condusse noi ad una norte” está compuesto completamente por oraciones analíticas pues se vale del verbo copulativo ser para definir las contradicciones del amor.
Conclusiones de la comparación
Es curioso lo que me sucedió durante esta comparación. En lugar del poema de Villaurutia, yo había escogido un poema de Charles Baudelaire: “Letanías de Satán”, y en cuanto comencé a comparar me di cuenta de que José Juan Tablada era un autor decadentista y de que Baudelaire era un precursor de los decadentistas, de que los dos poemas hablaban de una invocación: el primero a un cadáver y el otro al diablo. Entonces era prácticamente la misma corriente, el mismo género y el mismo tema. Pensé que no tenía sentido compararlos así.
Elegí entonces a Xavier Villaurrutia, y me di cuenta de que Tablada fue un precursor de las ideas de los Contemporáneos; es decir, que era casi el mismo caso que con Baudelaire. Esta vez decidí dejarlo porque entendí que justamente para eso nos sirve la literatura comparada, para encontrar los puentes entre dos obras o autores o tiempos que pensábamos que no estaban relacionados. Me gustó esta experiencia porque me ayudará mucho en mi tesis.
Me di cuenta demás de cómo la literatura puede dar tantas formas de expresión como personas hay en el mundo, que hay elementos que pueden transpolarse fácilmente de una obra a otra y que el estilo y la anécdota es la obra de arte del autor.  

Bibliografía general

—Aristóteles, Poética (versión de Juan David García Bacca), UNAM, 2000.
—Beristáin, Helena, Diccionario de retórica y poética, 8ª ed, 3ª reimpresión, Porrúa, México, 2001.
—Camus, Albert, “Novela y rebeldía”, Ciudad Seva (en línea) [http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/camus1.htm]
—El lenguaje y los géneros literarios, Letra y número editores, México, 1998.
—Elizondo, Salvador, Los Contemporáneos y sus contemporáneos en Revista La Máquina del Tiempo, en línea: http://www.lamaquinadeltiempo.com/elizondo/contempo.htm
—Galván, Kyra, Teoría y Didáctica de la creación literaria (Blog) http://literaturizandoconethelkrauze.blogspot.mx/2015_09_01_archive.html
— García Lorca, Federico, frases en Proverbia [http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=110]
—Hernández Palacios, Esther, “Misa negra” o el sacrilegio inacabado del Modernismo, (PDF) http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/1630/1/199177P5.pdf
—Literatura comparada, Decadentismo. III/2010, en línea: https://literaturacomparadagpo4.wordpress.com/category/decadentismo/
— Lavín, Mónica, Cuento sobre cuento, “EL cuento es lo que calla”, Lectorum, México, 2014.
—Martínez, José Luis, El momento literario de los Contemporáneos, en Letras Libres en línea: http://www.letraslibres.com/revista/convivio/el-momento-literario-de-los-contemporaneos
—Miller, Arthur, frases en Proverbia [http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=1114&page=2]
—Poe, Edgar Allan. Filosofía de la composición, en línea [http://aletheiamuip.com/escritores/edgar-allan-poe/]
—Tablada, José Juan, “Misa negra”, en Material de lectura UNAM, en línea:
—Todorov, Tzvetan, “El origen de los géneros”, en Scribd (en línea) http://es.scribd.com/doc/34401172/Todorov-Tzvetan-El-origen-de-los-generos#scribd
—Vilar, Gerard, “El decadentismo como doctrina estética”, en línea:
https://upcommons.upc.edu/bitstream/handle/2099/1266/El%20decadentismo.pdf?sequence=1
—Villaurrutia, Xavier, “Amor condusse noi ad una morte”, en Ciudad Seva, en línea:http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/ha/villaurrutia/amor_condusse_noi_ad_una.htmn
—Vega, Lope de, El arte nuevo de hacer comedias, Ciudad Seva (en línea) [http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/vega1.htm]

Qué me llevo a mi canasta…
La realización de este trabajo me gustó mucho. Durante el semestre hubo un par de entradas que no hice, pero ya en vacaciones me apasionó y me encantó hacerlo por muchas razones.
            En cuanto a conocimiento, me llevo la certeza de que no tengo certezas. No volveré a dar por hecho que yo o mis alumnos sabemos términos y teorías. Nunca debemos perder esa antigua costumbre de preparar las clases, de leer de estar seguros de que hemos desmembrado el concepto y de nosotros lo tenemos claro para poder partir de algo concreto. Pero tampoco hay que olvidar que trabajamos en una disciplina que permite la flexibilidad, la movilidad y la multiplicidad, por lo que no es muy buena idea casarse con ninguna teoría, sino dar libertad a la coexistencia de saberes. También es necesario que nuestros alumnos sepan que estamos en constante formación, en constante aprendizaje y que ellos con parte de eso, que nos formamos mutuamente,
En general, el trabajo de los seminarios me gusta porque hacemos trabajo colaborativo. Aprendí que en un grupo todos debemos funcionar por igual para que todos podamos aprender y avanzar. Los momentos en que teníamos que leer lo que habíamos escrito y confrontarlo con lo que habían escrito otros compañeros fueron enriquecedores, porque uno logra ver otros puntos de vista. Este trabajo en especial, por ejemplo, yo no hubiera podido hacerlo, o por lo menos me hubiera tardado el doble, si Kyra no hubiera investigado las definiciones del género lírico. Nadie escogió el dramático, así que no pude ayudar directamente a nadie, pero sé que algunas de mis otras entradas y la bibliografía que utilicé sirvió a mis compañeros.
            Me llevo muchas ganas de que mis alumnos prueben esta forma de trabajo, porque además parte de un conocimiento o desconocimiento previo y un proceso de investigación que llevará a la generación de un conocimiento nuevo. Esto, incluso es la nueva tendencia de la educación y creo que es indispensable que nosotros, los maestros de Literatura lo hayamos probado antes de querer implementarlo.
            También me llevo mucha bibliografía de teoría literaria que proporcionaron los compañeros, pues había títulos que ni siquiera conocía. Estos me servirán para mi tesis. ¡Ah!, eso también es algo que me llevo de este trabajo, la pasión que necesitaba para emprender mi trabajo de investigación, pues como se dice: “me quedé picada”.
            Pero lo más grande que me llevo es la experiencia de un semestre caótico en el que necesité más tiempo para hacer lo que realmente quería hacer, para lograr la calidad de los trabajos que deseaba. Fue un semestre en el que no brillé mucho, porque el que mucho abarca poco aprieta. Pero es algo que me sirvió también de aprendizaje y de revalorización de mi vida académica. ¡Gracias, compañeros! ¡Mil gracias, doctora Ethel!   




[1] Literatura comparada, Decadentismo. III/2010, en línea: https://literaturacomparadagpo4.wordpress.com/category/decadentismo/

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