Se me ocurre que el poemínimo funcione como un enlace visual del contenido semántico con la estructura de la lengua escrita. ¿Qué pasaría si, a través de la creación de poemínimos, se enseñara ortografía y semántica con ello?
Se me ocurre para esto un tema: "la distinción entre sustantivo y verbo a través de la distinción fónica y semántica de las palabras". A lo cual podría compartir con mis estudiantes los siguientes poemínimos:
Marco
me
marcó
la cara,
¡madre!
¡Yo
lo
madreé!
--- Santhony, feb. de 2012.
¿Cuál
fue
el
costo
de
nuestro
divorcio,
examado?
¡Que
te
costó
mucho
el
Juez
que
nos
divorció,
tarado!
--- Santhony, febrero de 2012.
En ambos casos visualmente hay una distinción entre los sustantivos y los verbos con respecto al acento escrito. A pesar de que la semántica varía por una cuestión lógica, hay que recordarles o hacerles ver (de nuevo) a los estudiantes que el español posee una variación semántica dependiendo de la sílaba tónica (variación y distribución fónica). Esta distinción de los diacríticos permite reapropiarse del sentido de la palabra (competencia comunicativa en el orden escrito) y permitiría al estudiante una readecuación al estandar lingüístico escrito de nuestra lengua.
Juan Sevilla G.
CIDHEM
Cuernavaca, Mor., Méx.,
abril de 2012.
Creo que el acento no es un accesorio, es el calzón de la ropa.
ResponderEliminar¿Te atreverías a salir sin calzón a la calle?
¡Yo no!
A veces, en sueños, me ha ocurrido, y me despierto
temblando...
por todo, por todo, por todo