miércoles, 25 de abril de 2012

Haikús de Hermes, el Mensajero

Doroteo
Tu canto y aleteo
abren la puerta de mi infancia.
¡Eres ternura!


Arles
Remolino 
de terciopelo gris.
Ágil pirueta:
incansable amor.



Argos
El ayer
habita en tus ojos
eternamente tristes
como yo.


Los haikós se crean con la mente y la emoción. La materia prima es la propia vida del autor. Éste vuelve consciente la belleza en su decir cotidiano y lo ordena en versos. Abreva el arte que per se existe en su palabra y lo muestra intencionalmente: en chispazos de poesía. En una versión condensada del torrente que le dicta el corazón.





1 comentario:

  1. El de Argos es bellísimo compañero, mas tengo unas dudas que me gustaría que murieran y se anidaran en ti, para que después me entregues al Fénix:

    ¿No crees en dado caso que la herramienta del escritor ante el haikú es la pureza de su mirada (lo contemplado), antes que ahondar en su vida (lo vivido)?

    ¿Es el ser en su máximo esplendor o es el corazón en su viciado juicio quien dicta la palabra exacta para el haikú?

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