jueves, 27 de septiembre de 2012

Mi aportación al zoológico literario


El zoológico literario

Este tipo de cuentos tienen la intención de desarrollar la imaginación de los niños a través de una figura literaria conocida como personificación o prosopopeya , con el fin de darles atributos de humanos a animales u objetos que no la tienen en verdad. Espero que disfruten esta historia.


 

La pequeña tortuga Mabel.

Un día, la pequeña tortuga Mabel  iba caminando muy tranquila y admiraba todo su entorno, su paso, era como el de todas las tortugas, lento pero seguro. De pronto, vio brillar muy cerca de ella un objeto de forma triangular. Mabel no lo sabía, pero se encontró un trozo de espejo.

  Ella, que nunca había visto algo  semejante, quiso saber qué era  ese objeto brillante que reflejaba con gran entusiasmo los rayo de sol. Tímidamente, Mabel se acercó, y de pronto ¡Los rayos habían desaparecido y en su lugar se reflejaba una cara verde muy extraña!

¡Qué raro! – dijo Mabel - de lejos, este triángulo brilla mucho, pero cuando me acerco veo un ojo que me observa.

Cuando se alejaba, Mabel volvió a ver el brillo del sol en el trozo de vidrio y regresó a verlo, pero nuevamente desapareció. Así permaneció durante algún tiempo, hasta que llegó su amiga el águila (sí, ésa que un día la ayudó a ir más allá del suelo).

 ¿Qué haces tortuguita? -Dijo el águila.-

 Observo esto, no sé qué es, pero cuando estoy lejos brilla con una fuerza enceguecedora, pero al acercarme,  un ojo me mira acusadoramente. – Respondió Mabel-

El águila, que se preciaba de conocer a los seres humanos, le dijo a la tortuguita. –Mira Mabel, esto que encontraste , se llama espejo y refleja lo que tú quieres ver.  Si quieres ver un ojo acusador, lo verás, pero si quieres encontrarte a ti misma, también lo harás.

Entonces –dijo Mabel- ese ojo acusador ¿es el mío?

Velo con tus propios ojos. –Respondió el águila.

Mabel  regresó a donde estaba el espejo y ahora vio reflejado su propio ojo. Ya no tenía la mirada acusadora,  ahora había una mirada de confianza.

Mabel miró al águila y le preguntó - ¿ésta soy yo?

Así es – le respondió el águila- esa es la cara que proyectas al mundo, puedes ser una luz de lejos, pero al acercase a ti, puedes reflejar miedo, incertidumbre  e incluso vanidad. Tú puedes cambiar tu imagen sé fuerte, ten confianza y lograrás que todos te conozcan y aprecien. Ya no serás sólo una tortuga,  serás la tortuga Mabel,  aunque sea lento tu caminar, es firme y te llevará a la meta, que es una vida limpia y sin engañosos actos.

Mabel le dijo al águila –qué sabias son tus palabras, de ahora en adelante procuraré ser amable con los demás para que ellos me acepten de buen grado. ¿puedo llevarme el espejo?

Sí Mabel, pero recuerda, que la vida es más que apariencias, lo más importante es tu alma el espejo refleja tu exterior, pero tus ojos reflejan tu alma. Ahora, tortuguita, es tarde te acompañaré a tu casa y te ayudaré con el espejo.

Y la tortuga y el águila se fueron hacia el pantano que era el hogar de la tortuguita Mabel.

FIN

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