No es un juego de palabras... no, no,no.
Son las palabras con las que juego para iniciar esta nueva aventura.
Aventurémonos por la espesura
de la locura
de la cordura
que nos lleva a....
PRETEXTOS: ¿Qué podría ocurrir en tu vida que te empujara a escribir (escribir lo que sea, cualquier clase de escritura)?
Cosas malas:
- Un problema con la pareja
- Estar en una fiesta junto a personas desagradables
- La muerte de un familiar
- Terminar una relación amorosa
- Que las cosas se salgan de control o de lógica
- Sentir que la vida juega conmigo, primero sufro y luego descubro que fue para bien
- Perder el trabajo
- Abandono del padre
- Recibir una agresión, física, verbal, psicológica, sexual
- Un accidente
- Una enfermedad
- Enojo, frustración, impotencia ante las injusticias
- Un divorcio
- Situación de cárcel
- Un robo, secuestro, y ese tipo de delitos
- Depresión, tristeza
- Pérdida de amistades
- Soledad
- Desamor
- Desacuerdos (políticos, religiosos, ideológicos, etc.)
Cosas buenas:
- Éxitos de los hijos
- Dar una clase bien planeada
- Ver salir el sol
- Observar la caída de las hojas
- Descubrir que mi conducta se debe a un trauma: poner luz a mi vida
- El nacimiento de mis hijos
- Viajar y sus experiencias
- Comer chocolate
- Enviar un buen mensaje a la sociedad
- Enviar o solicitar información
- Amor, enamoramiento
- Alegría, felicidad
- Erotismo, deseo, pasión
Cualquier cosa que nos pase: que rompa la secuencia normal de nuestra vida, sea buena o mala, nos puede empujar a escribir...
Hay quienes escriben por oficio, vocación y profesión: los escritores son peritos en la caza del pre-texto y lo llevan de inmediato al texto. (Novela, poesía, cuento, crónica, ensayo, drama...)
IHay quienes escriben por gusto, de manera informal, como pasatiempo o acompañante de sus otras actividades: el pre-texto los alcanza con mayor o menor velocidad, y finalmente acceden al texto. (Cartas, relatos, anécdotas, versos, pensamientos, diarios, blogs, redes sociales...)
La mayoría sólo escribe recados, tareas, informes, oficios y documentos laborales. Pero también viven, como todo mundo, muchos pre-textos.... ¿cómo hacer para que accedan al texto?
HE AHÍ LA PREGUNTA.
Buen día. Espero pueda estar agregada.
ResponderEliminarSilencio
ResponderEliminarPor más que me acerco para escucharle, no puedo, sus balbuceos me impiden unir esos sonidos que en algún momento de su vida eran palabras. Su piel estaba grisácea, más bien seca, como esas hojas arrastradas por los ventarrones y que se van topando con toda esa suciedad. La verdad es que no pude verme jamás en sus ojos, ni aun cuando algunos decían que le brillaban cuando veía a una mujer. No, yo no pude. Eran más bien unos huecos entelarañados que me provocaban miedo, pero un miedo hastiado, de esos que no se tiene por ratitos sino por toda la vida.
Acercaba su mano y volvía a mover los labios, me imagino que dice perdón, pero la verdad no puedo jurar que eso quiere decirme, más bien es lo que yo quisiera que saliera de esa boca tan reacia y obscena con la que me besó tantas veces. Se ve que quiere decirme algo, aunque ya el aire no le sostiene ni su alma. ¿Será, que si la tiene? O es sólo un chisme más del padrecito que tanto viene a rogar por su descanso. No lo sé. No quiero creerlo, porque si no, en qué podría creer yo.
No puedo escucharlo, o será que no quiero, me doy cuenta hasta ahora que son tantos los años en que escuché palabras que fueron haciendo moronas todo mi cuerpo, sí, así regadita me siento por toda la habitación, qué si no, por todos los rincones de esta casa que aguarda serena cuando por fin él guarde silencio.