PREFACIO
Si se deseara señalar una fecha al cambio que
sobrevino en el campo de la teoría literaria en este siglo no sería del todo
desacertado decidirse por 1917, el año en que Viktor Shklovsky, joven
formalista ruso, publicó un ensayo que abrió brecha: "El arte como
recurso". Desde entonces, especialmente durante los dos últimos
decenios, las teorías literarias han proliferado extraordinariamente
incluso el significado de "literatura", "lectura" y
"crítica" ha experimentado cambios de fondo. Por otra parte,
aún no es mucho lo que de esta revolución teórica ha trascendido al círculo de
los especialistas y de los entusiastas, y todavía no repercute abiertamente en
los estudiosos de la literatura y en los lectores en general. El presente libro
busca proporcionar una relación razonablemente comprehensiva de la teoría
literaria moderna destinada a quienes poco o nada conocen sobre el tema.
Aunque, evidentemente, en un proyecto así la excesiva simplificación y las
omisiones son inevitables, he procurado, más que vulgarizar el tema,
popularizarlo. Como, según mi modo de ver, no existe una forma de
presentarlo "neutral" o ajena a los valores, he argüido en toda la
obra a favor de un caso particular, lo cual, así lo espero, aumenta el interés. J.
M. Keynes, el economista, observó una vez que los economistas a quienes
desagradan las teorías o que afirman que trabajan mejor sin ellas, simplemente
se hallan dominados por una teoría anterior. Esto también puede aplicarse a los
estudiosos de la literatura y a los críticos. Hay quienes se quejan de
que la teoría literaria es inasequiblemente esotérica y sospechan que
se trata de un enclave arcano y elitista más o menos emparentado con
la física nuclear. Es verdad que una "educación
literaria" no fomenta precisamente el pensamiento analítico; pero también
es un hecho que la teoría literaria no es más difícil que muchas
investigaciones teóricas, y bastante más sencilla que algunas de ellas. Espero
que este libro aclare que el tema está al alcance aun de aquellos que lo consideran
por encima de sus posibilidades. Hay también estudiosos y críticos que
protestan porque la teoría literaria "se interpone entre el lector y el
libro". A esto se responde sencillamente que sin algún tipo de teoría—así
sea irreflexivo e implícito— no sabríamos, en primer lugar, que es una obra
literaria ni cómo hemos de leerla. La hostilidad a lo teórico, por lo general,
equivale a una oposición hacia las teorías de los demás y al olvido de las
propias. Uno de los fines de este libro consiste en suprimir esa represión para
que podamos recordar.
Discutir en este blog el contenido
del prefacio.
Leer la introducción de este libro, viene el link
del PDF.
Escribir/subir un resumen y un comentario de esta
introducción (máximo dos cuartillas).
Diseñar un ejercicio/dinámica, con su justificación,
que pueda incluirse en aula sobre este asunto/tema. Adaptarlo al grado en el
que imparten clase cada quién. Aplicarlo. Comentar resultados.
Resumen del prefacio
El marco en la literatura fue 1917, el año en
que Viktor Shklovsky, joven formalista ruso, publicó un ensayo que abrió
brecha: "El arte como recurso".
Desde entonces, las teorías literarias han
proliferado extraordinariamente incluso el significado de
"literatura", "lectura" y "crítica" ha
experimentado cambios de fondo y se observa una considerable hostilidad hacia a
los teóricos.
La literatura dejó de ser campo único de los
especialistas y de los entusiastas, y todavía no repercute abiertamente en los
estudiosos de la literatura y en los lectores en general, porque muchos
piensan que ellos quieren:
· Popularizar la teoría;
· otros vulgarizar;
· muchos creen que la teoría literaria es esotérica, difícil de conseguir;
· es un enclave arcano y estilista;
· otros creen que la teoría literaria no es formador de opinión o crítica;
· es también considerada por algunos como sencilla;
· se interpone entre el autor y el libro;
· es tan difícil como la teoría nuclear.
Hay una diversidad de opinión en relación la teoría literaria,
pero antes de comprender mejor la definición de la
teoría literaria y sus especificaciones el autor hace
la introducción al lector de:
¿Qué es literatura?
Y entonces desglosa al lector las diferentes
definiciones que se le han dado a la literatura, desde cómo siendo una
'obra de imaginación' en el sentido de ficción o cómo
'hechos' reales y así dejan de favorecer la historia, la filosofía y
las ciencias naturales según el autor.
El autor cita algunas referencias de escritores ingleses y franceses que son consideradas obras literarias. Como por ejemplo, Shakespeare, Webster, Marvell y Milton, Francis Bacon, John Donne,etc.
Posteriormente, el autor ayuda al lector a entender lo
que es la teoría literaria y menciona la teoría del formalismo
como ejemplo para que identifiquemos las diferencias entre
esa teoría y otras que son mencionados en el libro
posteriormente.
Al origen del formalismo,
sus características y su importancia en la literatura son
cuidadosamente relatadas con ejemplos, fechas y nombres que marcarán esa teoría.
Al parecer del autor, el formalismo fue "esencialmente la aplicación de
la lingüística al estudio de la literatura, y cómo
la lingüística en cuestión era de tipo formal,
enfocada más bien a las estructuras del lenguaje que a lo que en
realidad se dijera, los formalistas hicieron a un lado
el análisis del 'contenido' literario (donde se puede sucumbir a
lo psicológico o a lo sociológico) y se concentraron en el
estudio de la forma literaria". (Eagleton, pág.)
Ejemplos como 'El Quijote' y 'Rebelión en la granja' fueron citados siendo contenidos meramente en la motivación de la forma, o sea El Quijote no es un libro acerca de un personaje de ese nombre, el personaje no pasa de ser un recurso para mantener unidas diferentes clases de técnicas narrativas, la Rebelión en la granja por ejemplo no era según los formalistas una alegoría del estalinismo, por el contrario, el estalinismo simple y llanamente proporcionó una oportunidad útil para tejer una alegoría.
Lo que podemos observar es que los formalistas contribuirán por considerar la obra literaria como un conjunto de recursos, los cuales posteriormente fueron considerados elementos relacionados entre sí o funciones dentro de un sistema textual.
Como recursos son nombrados: el sonido, imágenes, ritmo, sintaxis, metro, rima técnicas narrativas, y los elementos formales literarios.
A parte de la teoría literaria, el lenguaje también es mencionado y reflexionada según la visión de los formalistas, los cuales vieron el lenguaje literario como un conjunto de 'desviaciones' de una norma, como una especie de 'violencia lingüística'. La literatura es una clase especial de lenguaje que contrasta con el lenguaje 'ordinario' que generalmente empleamos.
Se concluye por tanto que al definir
como 'desviación' se presupone que se puede identificar la norma de
la cual los formalistas se apartan y menciona: 'para los formalistas
lo literario' era una función de las relaciones diferenciales
entre dos formas de expresión y no una propiedad inmutable.
(pág.7)
Ellos no se propusieron definir lo literario y
los usos especiales del lenguaje que pueden ser encontrados en textos
'literarios' pero también en otros diferentes. La 'rarefacción' era
para ellos la esencia del literario.
Es importante mencionar que el tema sigue y el
autor ratifica que muchas instituciones académicas adoptan obras
y estudian como literatura, y así fueron 'construyendo' el concepto
que esas obras deben ser leídas como literatura, pero hay otras
que no fueron 'construidas', nacieron literarios y otros se
imponen el carácter literario. (pág. 9)
El autor también se arriesga al hablar de las
funciones y los juicios de valores con que juzgan la literatura y
alega que esas son variables y los demuestra en su texto; por ejemplo, la definición que
el filósofo John M. Ellis cita: 'literatura' y
'hierbajo' son términos más funcionales
que ontológicos, se refieren a lo que hacemos y no al ser fijo
de las cosas. Si refieren al papel que desempeña un texto o un cardo
en un contexto social, a lo que lo relaciona con su entorno y a lo que lo
diferencia de él, a su comportamiento, a los fines a los que se puede destinar
y a las actividades humanas que lo rodean". (pág.10)
El autor enaltece una de las sugerencias de la
literatura y comenta que: "resulta iluminadora la sugerencia de que 'literatura'
es una forma de escribir altamente estimada, pero encierra
una consecuencia un tanto devastadora significa que podemos
abandonar de una vez por todas la ilusión de que la categoría
'literatura' es 'objetiva' en el sentido de ser algo inmutable, dado para toda
la eternidad. Cualquier cosa puede ser literatura,
y cualquier cosa que inalterable e incuestionablemente se
considera literatura". (pág. 10)
Y considera que:
"Se deduce de la definición de literatura como forma de escribir altamente apreciada que no es una entidad estable. Los tiempos cambian, los valores no proclaman el anuncio de un diario, como si todavía creyéramos que hay que matar a las criaturas enfermizas o exhibir en público a los enfermos mentales. Así, como en una época la gente puede considerar filosófica la obra que más tarde calificará de literatura, o viceversa, también puede cambiar de opinión sobre lo que considera escritos valiosos. Más aún, puede cambiar de opinión sobre los fundamentos en que se basa para decidir entre lo que es valioso y lo que no lo es". (pág. 11)
Observamos también que la opinión en relación a la literatura es mutable, o sea, sí puede cambiar, pero es importante alentar que deben estar bien fundamentados con argumentos que valoren o dejen de valorar la obra.
El autor define lo que es 'valor' (pág. 11) y ejemplifica con obras literarias como Shakespeare que pueden perder su valor en una sociedad que puede no comprender el contexto de la obra en un dado momento y la lectura de un modo general basándose en criterios y a la luz de fines preestablecidos y concluye que las sociedades 'rescriben' las obras literarias que leen y que la literatura de un modo general sufre una inestabilidad.
"Quizá sus obras le resulten desesperadamente
extrañas, plenas de formas de pensar y sentir que en la sociedad
en cuestión se consideran estrechas o carentes de
significado. En esas circunstancias Shakespeare no valdría más que los
letreros murales-grafiti- que hoy se estilan". (pág.11)
Es mencionado también cómo los juicios de
valores literarios pueden cambiar basados en el previo conocimiento que
los críticos tienen o no del autor. La emisión de opinión de
las personas puede variar de acuerdo con sus percepciones e
interpretaciones espontáneas, prejuicios y criterios y anadee que
los juicios de valores se relacionan con
las ideologías sociales de cada sociedad.
Título de la obra: Los doce de la diligencia – Hans Christian Andersen.
Objetivo principal (teórico y didáctico)
Posibilitar la lectura de un cuento clásico a los alumnos y solicitar por medio de juegos que identifiquen conceptos de las teorías mencionadas arriba.
1-Poner atención a lo que se está leyendo, comprender a través de la lectura en voz alta.
2- Relacionar las obras de Hans Christian Andersen de publicación (historicismo).
3-Buscar el significado de algunas palabras difíciles (formalismo), o buscar en el cuento las características de los personajes (epopeya).
4- Comentar la obra posterior a la lectura, opinión como lector (teoría de la recepción).
Estrategias a ser usadas en clase
Leer en voz alta y si algún niño (a) se equivoca en las palabras decirle ¡Que te pillo!
Aquí se trata de identificar cuando el alumno tiene una falta al leer en voz alta un fragmento del cuento.
La estrategia es animada y obliga al participante estar muy atento durante la lectura.
No. alumnos: 05 alumnos.
Tiempo: 30 a 45 minutos.
Material:
Cuento: Los doce de la diligencia de Hans Christian Anderson. El cuento debe ser leído en un local o aula que no sea excesivamente grande y que recoja bien la voz. Es conveniente que cada participante disponga de un ejemplar del libro que se va a emplear para la lectura con animación y pizarrón para anotar las equivocaciones y posteriormente trabajar los significados de las palabras.
Realización
Los niños que participarán en la lectura no deberán de haber leído el libro anteriormente.
· Los niños participantes se colocarán en círculo cerrado y deberán tener su cuento en la mano.
· El maestro y el alumno que actuarán como árbitro, se situarán fuera del círculo en lugares opuestos.
· El maestro explicará que se han reunido para leer por turnos el mismo libro en voz alta y que luego lo comentarán. Deberán leer sin cometer faltas de lectura.
· A una señal del maestro el niño elegido para iniciar la lectura deberá empezar a leer en voz alta y cuando cometa la primera falta, de inmediato los árbitros deberán decirle ¡Que te pillo!, por lo tanto el niño lector deberá salir del círculo, el siguiente alumno continuará leyendo a partir de la equivocación.
· Las faltas serán las habituales como decir mal una palabra, no hacer pausa cuando se lea un punto, pronunciar mal un nombre, no poner tono interrogativo cuando haya una interrogación, hacer pausa donde no hay punto ni coma, leer en singular un plural, etc…
El maestro puede anotar las faltas en el pizarrón con las más corrientes: coma, punto y coma, signos de interrogación, puntos suspensivos, nombres equivocados, signos de admiración, etc.
Al término de la lectura el maestro comenta lo leído y los que se equivocaron deberán seguir poniendo atención para que participen en el coloquio posteriormente.
Evaluación (cómo evaluar)
El maestro hará una evaluación de la actividad de la lectura y la importancia de leer en voz alta y sus fallas para alcanzar la estrategia.
Se busca observar si la actividad despertó entusiasmo en los niños, si hubo dinamismo entre el grupo y si la lectura fue bien elegida o no; los grados de dificultad y finalmente la revisión gramatical de las palabras y discusión de la obra leída según los alumnos.
Evaluación del maestro
Antes de aplicarse el ejercicio les pregunté a los niños si conocían la obra de Hans Christian y entre los cinco apenas una la conocía.
Le pregunté si podría recordar de algún cuento y me dijo que el de la princesa y el colchón. La felicité y verbalmente les expliqué quién fue Hans Christians y algunas de sus obras. Les mostré el libro que estaríamos leyendo y que si tuvieran interés podrían leer después en las aulas.
El ejercicio fue aplicado a un grupo de cinco niños con edad de 10 y 11 años, y de un modo general a ellos le gustó el cuento, algunos de los alumnos tuvieron dificultades en la expresión oral cuando las frases eran exclamativas, por ejemplo:
!Hurra, Hurra! se oía gritar en las casas todos festejaban el Año Nuevo, puestos en pie, levantadas las copas, disponiéndose a blindar.
En relación al vocabulario muchos no conocían algunas de las palabras como: diligencia, espabilado, empresarios de mudanzas, anémonas, emanaba, muguet, manguito, abeto, etc. las cuales investigamos en el diccionario para saber el significado y ellos escribirán en su cuaderno. Es posible concluir que ese fue un ejercicio fundamentado en la teoría del formalismo donde se busca conocer los recursos y elementos de la obra.
La participación del lector, o sea del niño por medio de una actividad divertida podemos caracterizar como fundamentada en la teoría de la recepción, donde la predominancia es la participación del lector en la obra de forma que opine y vea la obra con otras perspectivas del aprendizaje por medio de la diversión.
El tiempo utilizado para la actividad fue mínimo, pero ampliado podríamos analizar la obra en relación al tiempo, que estaría relacionada al viejo y nuevo año y los meses del año, así como los días de la semana y finalmente el calendario y toda las actividades que son pasibles de hacer en sus respectivas fechas.
Considero que en la aplicación de los ejercicios las teorías fueron mezcladas y se produce un conocimiento interesante por parte de todos.
Conclusión
El prefacio del texto fue de extrema importancia para clarificar la teoría funcionalista y también observar la importancia que ésta tuvo y puede tener en determinada obra cuando es analizada.
Particularmente me quedé sorprendida con la definición de qué es literatura y así entiendo que abre un abanico de ideas y sugestiones donde podemos trabajar con ese fenómeno en clase y en la vida propia. Las definiciones de los conceptos como teorías, literatura, valores y juicios fueron de extrema importancia para que consideremos una nueva definición de la literatura y su importancia y significado en la sociedad o comunidad en la que vivimos.
La experiencia con los niños fue significativa, divertido y un tiempo de aprendizaje, principalmente cuando sus colegas en un simples error en la respiración ellos ya decían: !Que te pillo!, eso permite al alumno quedarse atento y también practicar el criterio de evaluación y corrección.
Quisiera poder haberlo aplicado a un grupo mayor pero no fue posible, seguramente otros temas, vocabularios habrían surgido y un nuevo aprendizaje de la obra de Hans Christian Andersen sería concebido, más me convencí que en esa actividad podemos trabajar la literatura de diferentes maneras y asegurar el aprendizaje y realización del niño al leer un cuento.
Después de la aplicación, se podrá seguir trabajando con textos creativos con los niños donde ellos pudieran escribir o ver en la diligencia junto con los meses del año y así permitir a los niños, imaginar, investigar, dibujar y expresar lo que les gusta durante los meses del año y lo que a ellos les recuerda hacer, por ejemplo en la Pascua, día de la madres, día de los padres, día de los niños, en sus cumpleaños, etc. o trabajar a cuestión de los climas en esos meses y los cambios que les generan.
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